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perón hace cine
CUANDO PERON HACE CINE
Será el documento más importante emitido por Perón en los últimos años, a la vez que una novedad en cuanto al medio utilizado: una película de dos horas y media. Por otro lado, a pesar de tener valor permanente, el hecho de que sea la intención la exhibición pública la convierte en una prenda de prueba, prueba de fuego para medir la flexibilidad del Acuerdo Nacional. En la película sólo habla Perón; prohibirla es prohibir a Perón. Si siguen prohibidas “Ni vencedores ni vencidos” y "La hora de los hornos” el Gobierno habrá de verse en figurillas tanto para impedir como para permitir la exhibición del film.

La película se llama “Perón: La Revolución Justicialista” y fue rodada durante la primera quincena de julio en Puerta de Hierro. Desde las nueve de la mañana hasta la una de la tarde, Fernando Solanas y Octavio Getino lucharon con López Rega para ganar cada minuto al tiempo de Perón. Es que para ese entonces todo el elenco de la vidriera peronista se hallaba en Madrid analizando los términos del Acuerdo Nacional propuesto por el gobierno de Lanusse. Para fin de setiembre o principios de octubre esperan tener terminado el procesamiento y montaje. Previo visto bueno de Perón al total para el 17 de octubre podría haber un estreno.
La película ha sido rodada en blanco y negro, en 35 mm.; esto, previendo la intención de Perón de que sea difundida en cualquier tipo de canal. Cine o televisión. Es que se presenta como un nuevo elemento de prueba, que el Líder incluye en su permanente jaqueo a las verdaderas intenciones del Gobierno en esta apertura que se hace al peronismo: si la película es prohibida (no tiene otro elemento cuestionable que la palabra de Perón), evidentemente sobrevendría un congelamiento de Puerta de Hierro hacia Lanusse. El guión es el pensamiento histórico, político doctrinario de Perón; tratar de acallarlo es algo más que proscribir al propio Perón. En la escalada de concesiones, los acuerdistas ponen toda su agudeza en este movimiento del general para impedir el desmoronamiento de la trajinada salida política.
“Está realizada (la película) —documenta Solanas— por decisión de Perón, asumida por el Movimiento y ejecutada técnicamente por Octavio Getino, yo y el equipo de «Cine y Liberación»; es decir el mismo equipo de la proscripta «La hora de los hornos»”. En cuanto a la financiación, el mismo Solanas se planta en que “la película es realizada con los aportes financieros, técnicos y humanos con los cuales cuenta el Movimiento, todo eso reunido para posibilitar al jefe del Movimiento la exposición y comunicación de su pensamiento".
Y más: “El propietario de la película es Perón. Quien determinó realizar la película fue Perón; quien realizó el libro de la película, Perón; quien determinó lo que va y lo que no va y quien aprobará la primera copia de la película es Perón; y quien indicará cómo debe ser difundida es también Perón”. Esta especificación de Solanas no es caprichosa: conocedor de la cocina peronista, quiere ir desviando golpes y suspicacias.
“Es un testimonio vivo de Perón —se entusiasma— pero es más aún: esto representa un salto importante dentro de los canales de comunicación que el general y el Movimiento han estado empleando”. Del Perón en libros, en cartas y en cintas arribamos ahora al Perón en imágenes. Algunos imaginan también un acercamiento de la verdadera hora del retorno; de seguir esta tendencia y de no inventarse un nuevo sistema de comunicación, sólo falta la presencia de Perón para culminar la tarea comunicativa. De alguna manera Juan Domingo Perón quedará, entre otras muchas cosas, como el conductor político más osado en cuanto a instrumentar los medios masivos de comunicación en la tarea política. Es célebre la utilización novedosa que hizo el general en los primeros años de su liderazgo político con la radiotelefonía, sólo utilizada en esos años 40 para el radioteatro y la difusión musical. La voz de Perón, su lenguaje, desparramado por ondas por todo el país, fueron unos de los elementos más contundentes y decisivos —además de insólitos— en aquella época. Así se convirtió en el primer político que utilizó la radio, como también ahora se convertirá en el primer político que hará uso del cine, para difundir sus ideas. A 25 años, Perón sigue siendo un innovador, sin duda.
“Es que el cine —según Solanas— es el más poderoso medio de todos y se trata de recuperar esta tecnología para el Movimiento”.
La relación de Perón con Solanas y Getino, en general con todo el grupo de “Cine y liberación”, viene de 1968, cuando los cineastas requirieron y lograron de Perón una entrevista filmada, que luego jugó como cierre de "La hora de los hornos”. El general quedó entusiasmado con el guión y aprobó luego la técnica y el resultado de la opera prima de Solanas-Getino. Esto no estaba previsto antes de la realización de “La hora...”; de alguna manera, Solanas-
Getino y todo el equipo en general llegaron al peronismo, definitivamente, mientras rodaban el film, el que terminó por dominarlos a ellos.
“Se concibió todo sobre la marcha —confiesa Solanas—; es que era una película que tenía que salir a indagar, a testimoniar el proceso de liberación argentino a través de su gran movimiento de masas que es el peronismo’’, y ellos no pudieron escapar —quizá predispuestos ya— a los resultados de la indagación: el peronismo los subyugó y ellos se asumieron como peronistas.
“Nosotros nos asumimos ante Perón, como el mejor atributo para hacer esta última película, más que como cineastas como militantes del Movimiento”, ratifica el mismo Solanas.
Pero, sin duda, la calidad tanto ensayística como cinematográfica de “La hora de los hornos” les sirvió a ambos realizadores como una carta fuerte ante Perón, un devoto de la combinación técnica-idea. “La hora... ”, terminada hacia 1968, fue lanzada en Italia y empezó de inmediato a difundirse por toda Europa con una conmoción sensacional. Polémica, innovadora, fue un detonante extraordinario político. Traía la contraimagen de la imagen tradicional neocolonialista de la Argentina, difundida hasta entonces: El “Canadá de la América latina”. La película muestra un país inmensamente rico, pero enajenado por el dominio imperialista neocolonialista. A la imagen de un movimiento de masas inactivo, pacífico, indiferente, se le contrapone la imagen de un movimiento de masas vivo, revolucionario y potencialmente el más grande de América latina, con un dirigente revolucionario como Perón, que desmentía la tradicional propaganda posperonista de sus oponentes de derecha argentina o la de la izquierda que lo mostraba como un caudillejo latinoamericano, bárbaro y vil o bien la versión criolla de un fascismo recalentado.
El diario “Avanti” —poderoso órgano del Partido Socialista italiano-comenzaba la crónica sobre la película argentina diciendo: “¿Es posible que Perón y Evita sean otra cosa que lo que nosotros hemos creído, es decir, la variante criolla del fascismo?”, y hacia un replanteo total del tema. Está claro que la película hizo temblar en Europa la estantería monolítica de una información hasta ese momento monopolizada por los detractores de Perón. “La izquierda dependiente —explica Solanas— ha contribuido también a forjar esa idea de Perón en Europa. Es que siempre han dependido o de la Tercera Internacional de Moscú o de la socialdemocracia europea, una izquierda liberal, cipaya y dependiente; el resto lo hizo el liberalismo cipayo argentino”.

QUIENES SON SOLANAS Y GETINO
“Yo soy expresión —confiesa Solanas—, lo mismo que Getino, del proceso de descolonización o nacionalización de las capas medias argentinas de estos últimos siete u ocho años”. Es la razón que dan para explicar su origen ideológico no-peronista: “La película (“La hora de los hornos”) era la búsqueda del entronque de la verdad nacional; fue nuestro gran acto de descolonización".
Una película argentina, de cuatro horas y veinte, que estaba ganando premios internacionales (en total veintiuno), de la cual hablaban los principales diarios de Europa y cuyo intento era la exposición revolucionaria del peronismo, debió interesar a Perón. Al bajar en Barajas en julio del 68, Solanas se encontró con un auto enviado por Perón y de allí mismo lo llevó a Puerta de Hierro. Perón aún no
había visto el film. Solanas lo anotició de que se había tratado de mostrar al peronismo como eje de la liberación argentina, un testimonio sobre el neo-colonialismo, la violencia y la liberación, que sale a desmitificar la falsa normalidad, legalidad y paz del sistema. Con pruebas concretas se muestra que el tema está compuesto sobre la violencia, demuestra la ilegalidad de la justicia de ese sistema. En la película se habla como se escribe en un ensayo político, ideológico. Esta condición última, la de ensayo, es lo que conmovió los cenáculos cinematográficos internacionales, se convirtió de inmediato en el primer ensayo cinematográfico y hasta ahora uno de los pocos conocidos.
Lo primero que se dice en “La Hora... es: ‘‘América latina y Argentina son un continente y un país en guerra. Para los pueblos oprimidos, guerra de liberación; para las clases opresoras, guerra de opresión”. Y cuenta ese proceso, con testimonios duros y difícilmente rebatibles, todo eso con una técnica cinematográfica de primer nivel artístico.
El presidente del Instituto de Cinematografía Argentino no se atrevió a recibir a Solanas en audiencia; la intelectualidad lo miró pasmada. “Es que —se define Solanas— era una actitud frente a una intelectualidad que ni elaboraba para lo nacional ni asumía públicamente el compromiso de elaborar ideología, información y hacerlo público".
Perón filma diez minutos contundentes y otorga su confianza al equipo: sus palabras finales resumen toda la tónica del breve reportaje: “La violencia en manos de los pueblos, no es violencia : es justicia, en la mayor parte de los casos”.
Por 22 países se distribuyó el film. Se sigue difundiendo, incluso por varias redes de televisión. El año pasado —en Alemania Occidental, ya que en la Comunista fue prohibida— se pasó la películas completa (4 horas y media) y tuvo una audiencia de entre catorce y quince millones de personas. En cine y televisión se dio en Noruega, Finlandia, Suecia, Dinamarca, Holanda; en Francia, estuvo cinco meses en París en sala de estreno: en Italia, Suiza y Bélgica, por cine. Se está difundiendo por los países africanos. Getino acaba de regresar de Venezuela donde se exhibió la película con debates en las siete ciudades más importantes de ese país.
Es un género que, inaugurado por esta obra, si bien utiliza toda la posibilidad expresiva, formal y de lenguaje del cine, es un cine de ideas, histórico, de testimonio, de reflexión, de debate.
Es la película argentina más vista en todo el mundo (se calculan en 30 millones de espectadores). En nuestro país está prohibida; clandestinamente unos 25.000 argentinos la conocen.

EXTRA: ¿Encontraron desconfianzas dentro del peronismo?
SOLANAS: “La desconfianza fue natural y no natural. Siempre se viene de algo; los peronistas de la primera generación no eran apolíticos. Lo que ocurría es que veníamos desde afuera, pero además es que uno venía de aquel sector que, si por algo se había caracterizado fue por su persistente actitud de traición al movimiento de masas, al peronismo; como la que ha tenido la intelectualidad, la intelectualidad seudo izquierdista o liberal de izquierda. Y aquí tendríamos que remontarnos a «Civilización y barbarie», los Sarmiento, los Mitre, la gran pléyade de intelectuales que han monopolizado y se han concentrado en la superestructura ideológica que ha dominado hasta nuestros días el aspecto cultural, importando elementos ideológicos europeizantes o yanquis. Y ellos salvaron esas desconfianzas con la acción, con actitudes. Pero es lógico que haya cuestionamientos: el peronismo es un movimiento y la riqueza del movimiento es el conjunto en tanto responde y es orientado por un genial estratega como es Perón.
“Nosotros nos definimos como peronistas militantes. Peronistas de Perón, ni revolucionarios ni no revolucionarios: simplemente peronistas. Y así nos facturamos nosotros, como brazo cinematográfico del general Perón; eso es «Cine y Liberación».
“Así coincidimos con Perón en la necesidad de incorporar al cine entre los medios de expresión del movimiento. Que expusiera su pensamiento en una larga, larguísima entrevista filmada”.
Sin duda que este último film de Solanas y Getino se ha de convertir en un documento histórico, donde Perón sintetiza su pensamiento. No está hecho para una coyuntura; por lo menos en su expresión permanente, éste no es un movimiento táctico más del jefe del peronismo. El algo hecho para que quede. “La única especificidad que reconoce esta película no es la cinematográfica, es la política; donde la técnica cinematográfica está al servicio de la comunicación masiva del documento que da Perón”, reafirma Solanas.
Se trató de que la cámara y el cine molestara lo menos posible para que hubiera mayor cantidad de Perón en imagen. Este fue el plan de los realizadores. El film es una amena, rica, interesantísima exposición de ideas y de una gigantesca experiencia política. Perón expone treinta años de experiencia política activa y en situación de permanente poder; desde el cuarenta hasta hoy. La exposición del general vendrá enriquecida con una serie de material de imágenes de época, documentales, fotografías, etc.; en ello Solanas y Getino han puesto un talento ya probado.
Es deseo de Perón es que esta película sea difundida en la Argentina tanto por cadenas de cines como por circuitos culturales y políticos. En definitiva, Perón no quiere que esté prohibida. Aquí entra la prueba de fuego para Lanusse. De este modo Perón introduce un elemento eminentemente perenne en la circunstancia táctica: combinación de técnica e idea.

EXTRA: ¿Usted lo cree así?
SOLANAS: “Esta película forma parte y está anticipando el irreversible retorno de Perón. Me imagino que esta película es para el general una prueba de la honradez o buena fe de este proceso de institucionalización o Gran Acuerdo Nacional en que se dice que estamos. Si los partidos y todo esto se están poniendo en marcha en serio y con sinceridad, no habría —por lo menos no deberá haber— inconvenientes para que esta película sea difundida por todos los medios de comunicación masiva argentinos”.

EXTRA: ¿Y la comercialización?
SOLANAS: “Tanto en lo nacional, internacional o cualquier otro aspecto que haga al uso de esta película, serán determinados y decididos por Perón expresamente. No hay aquí, obviamente, fines comerciales, sino doctrinarios, ideológicos y políticos. Es producida por el Movimiento y si hay alguna recuperación será para saldar la inversión o para ser empleada en los fines políticos que Perón determine. A esta película, por decisión del jefe del Movimiento, tendrán acceso total todos los encuadramientos que conforman hoy el peronismo: desde las organizaciones de superficie hasta las organizaciones especiales”.

LO QUE DICE PERON
En esta película que ha comenzado a filmarse en la Argentina en cuanto a la actualidad nacional por parte del equipo “Cine y Liberación” participaron además de Solanas y Getino, Gerardo Vallejos y técnicos españoles que hicieron la apoyatura.
De ninguna manera es una clase doctrinaria. La vena coloquial del Líder ha sido explotada al máximo en el film. Hay un diálogo permanente con el espectador. En algunos casos hay preguntas en off, lo que hace una charla amena y profunda.
Se tocan cuatro grandes puntos:
•Toda la experiencia política de Perón como líder del proceso revolucionario justicialista; del 43 al 45 con una explicación del período anterior. Preparación humana y técnica de Perón y la circunstancia política de la época. Allí, Perón va rompiendo cada uno de los argumentos tradicionales por los cuales se ha querido contrarrestar la importancia del proceso peronista.
•Exposición de cómo se fueron creando las condiciones para liberar al país durante diez años. Todas las medidas y los problemas que hubo que afrontar. Detalle de cómo se fue rescatando la soberanía real del país.
•Explicación de cómo se iban cambiando las estructuras conducentes
a un socialismo nacional. De cómo fue imposible consolidar ese proceso de liberación de diez años por no poderlo efectivizar en un proceso de liberación en Latinoamérica.
•Detalle y critica de los sucesos a partir de 1955. Y un final con los
lineamientos de su pensamiento estratégico. Su situación en tanto líder de la masas argentinas en el devenir del mundo hacia los años 2000.
La idea es que nunca como ahora el peronismo ha sustentado tal fortaleza sumando tantas fuerzas.
Todo esto con un rico anecdotario contado por su propio protagonista, que es decir todo.
“Y —concluye Solanas—, como toda película, pierde su interés si se cuenta, pero estoy seguro que dará respuesta a todos los interrogantes que hoy tienen la masa peronista y gran parte de los argentinos".
EXTRA
09/1971
 


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