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Bodil Miller

BODIL MILLER
Una enigmática belleza danesa
SE ha descripto a Hollywood como a una moderna Babel. Sólo que allí los habitantes, al contrario de lo que les aconteció a los descendientes de Noé, no están condenados a una confusión lingüística, sino que todos los idiomas concluyen por fundirse en el molde común del idioma inglés. De ahí que el origen por más dispar que sea, no constituye un inconveniente para que un artista encuentre su oportunidad. Y la prueba lo acontecido a la figura de la semana.
Bodil Miller ha sido considerada como la respuesta danesa a las preguntas suecas que se llaman Greta Garbo, Ingrid Bergmann y Viveca Lindfors. Bodil, a quien se describe como un tipo de belleza que causará sensación, era sumamente solicitada por empresarios teatrales de Copenhague, cuando se le presentó la ocasión de actuar en Hollywood y se decidió por este último, más que por ambición personal, por orgullo patriótico, resuelta como está a arrebatar a las estrellas suecas algunos de los laureles que han conquistado y que les han dado, hasta el presente, una supremacía casi exclusiva en la pantalla.
Nacida en Narre Sundby (Dinamarca), el 14 de abril de 1928, la niñez de Bodil transcurrió bajo la ocupación alemana y el reinado de terror en su país. Circunstancias tan adversas, lejos de anularla, fomentaron sus inquietudes artísticas, en un esfuerzo por substraerse del clima en que debía vivir. Después de estudiar en la escuela dramática del teatro de Copenhague, comenzó a labrarse una carrera, logrando que le fueran asignados papeles importantes en obras tales como "Liliom", "The father" y "The beautiful people".
Era ya sumamente popular en su país cuando decidió visitar a sus parientes radicados en los Estados Unidos, a principios de 1950. Debido a que sus familiares están repartidos de costa a costa del territorio norteamericano, cuando concluyó sus visitas, arribando a California, habían transcurrido ya siete meses.
Por entonces, Bodil Miller había logrado dominar el idioma inglés a la perfección, y pudo así responder afirmativamente a la proposición matrimonial que le formuló Eugene Solow, cotizado autor de temas teatrales y cinematográficos, con quien se casó tras un fugaz romance.
Compromisos contraídos con anterioridad para filmar una película en Copenhague hacían necesario, empero, que Bodii regresara a su patria. Había tomado ya el boleto correspondiente, cuando fué vista durante un paseo en el Boulevard Hollywood, por un agente de la Universal, quien la persuadió que debía prestarse a dar una prueba cinematográfica. indecisa, Bodil escribió a Dinamarca pidiendo consejo a los suyos sobre la determinación que debía asumir. Grande fué su sorpresa cuando recibió una respuesta de los propios productores daneses, recomendándole no sólo que aceptara, sino rogándole que lo hiciera "en nombre de Dinamarca". El contrato fué subscripto casi simultáneamente con la realización de la prueba, y ya ha intervenido en papeles destaca, dos en dos películas, "Scarlet Angel" y "Ma and Pa Kettle go to París"'.
Mujer de personalidad singular, la belleza de Bodil Miller puede definirse a través de un rostro de ángulos pronunciados. Su boca, amplia, hace descansar una marcada exuberancia sobre el labio inferior, en tanto que sus ojos pardos y la abundante cabellera color castaño la impregnan de un halo de enigmática atracción.

Revista PBT
20.03.1953

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