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Alexis Stmith

ALEXIS SMITH
se libró de ser una niña prodigio
AFIRMÓ alguien que la historia es el martirologio de los santos. Parafraseándolo, diríase que el cine es el martirologio de los niños prodigios. Podría integrarse una larga lista con los nombres de aquellos pequeños artistas que en cuanto perdieron el encanto, la gracia y la espontaneidad vieron eclipsadas su fama y fortuna. Muchos de ellos viven en la mayor obscuridad, y los que alguna vez recobran notoriedad, lo consiguen no precisamente por aquellos atributos, sino envueltos en el escándalo del vicio o del delito.
Tal vez por eso Alexis Smith sienta satisfacción en decir que se libró por casualidad de ser una niña prodigio cosa que ella detesta. Todo parecía indicar, sin embargo, que bien pudo llegar a serlo. A los 10 años, la atractiva rubia tenía ya reputación como pianista excepcional. A los 11, había logrado destacarse como bailarina y a los 12, cantaba y había adquirido gran experiencia en arte dramático. Y no se detiene allí su carrera "prodigiosa" —expresión que debemos utilizar contrariando su opinión—, pues a los 16 años ganó un premio como la mejor declamadora del Estado de California, a los 17 se graduó como bachiller con las más altas clasificaciones y a los 20 había escalado el estrellato cinematográfico.
Alexis Smith, que usa su nombre verdadero y nunca ha consentido que se lo substituyan, nació en Penticon, Columbia Británica, el 8 de junio de 1921. Sus dos abuelos fueron dueños de minas de oro: uno en Alaska y otro en el Sur de África. Su padre es un hombre acaudalado, y siendo ella hija única podría haber disfrutado de una vida sin premuras, pero prefirió las duras y muchas veces amargas imposiciones de una carrera artística, sacrificando una posición brillante para dar cauce a sus inquieta, des, que en ella estaban respaldadas no sólo por una firme convicción sino también por un gran talento.
Contratada por la Warner Bross, cuando ya habla alcanzado algún renombre en los escenarios, Alexis Smith pronto se hizo popular en la pantalla por su tipo distinguido y extraordinaria belleza que la hicieron acreedora al título de "reina del technicolor", por lo bien que luce en este tipo de películas. Sus ojos azules, su cabellera intensamente rubia y su físico notablemente desarrollado, la hacen, en verdad, irresistible con ese aditamento, aunque sin él nada pierda en sugestión. Bastaría recordarla en su labor en "La ninfa constante", o como la amada de George Gershwin en "Rapsodia en azul" o más recientemente en "Noche y día", "Sólo hay una madre", "El látigo" y algunas otras creaciones suyas que le han dado tanta popularidad.
Tiene también Alexis Smith la elegancia de la virtud, pues su código e convencionalismo es estricto e inmaculado. Se casó con su único novio, Craig Stevens, en el año 1944, y más tarde aparecieron como novios en la comedia titulada "Eran cuatro enamoradas". Hasta en esto es una excepción Alexis Smith, que pudo ser una niña prodigio, pero prefirió ser una mujer prodigiosa.
Revista PBT
06.03.1953

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