Mágicas Ruinas
crónicas del siglo pasado

 

Fotos

Pepe Soriano

PEPE SORIANO.
"De acuerdo con unas fotos que obtuve en el Archivo Gráfico de la Nación, puedo asegurar que su parecido con Lisandro de la Torre es impresionante". La comparación pertenece al escritor argentino David Viñas; autor precisamente, de la obra que estrenó recientemente el porteño teatro Chacabuco: Lisandro.
El destinatario de sus observaciones es Pepe Soriano, protagonista central de la pieza (fotos).
Una aventura escénica que, pese a lo que podría suponerse, no se encuadra en la perspectiva de un ensayo historicista sobre la vida del recio político liberal.
Todo lo contrario: los protagonistas —Lisandro de la Torre, Enzo Bordabehere (el senador que recibió el balazo destinado al primero) y Pepe (el general José Félix Uriburu) son los personajes principales—
transitan ciertos episodios acaecidos en el país durante la década del treinta.
Según aclara Soriano, "No perseguimos nada realista ni costumbrista. Nos Interesa, básicamente, qué representa hoy Lisandro de la Torre y no qué era.
Muchos espectadores, luego de presenciar la obra, seguramente dirán que este Lisandro no se parece en nada al que conocieron.
Eso nos tiene sin cuidado: buscamos otra cosa".
A los 42 años, P. S. vuelve a imponer sus reconocidos kilates interpretativos.
Hasta quienes retacean valor a la pieza de Viñas se detienen a
destacar la personificación del actor que inició su carrera hace casi
dos décadas, en el Teatro Colón, con un papel intrascendente en Sueño de una noche de verano2.
Desde entonces, Soriano transitó con creciente frecuencia tanto los escenarios teatrales —Adriano VII, ¡Ah, Soledad!, Los días de Julián Bisbal, entre otras—, como los sets cinematográficos —Tute Cabrero, Juan Lamaglia y Señora...— y televisivos.
En este último métier su desempeño en Rito de adviento, de Juan Carlos Gené, le valió el máximo galardón del Certamen Anual che la Televisión Mundial, celebrado en marzo en Montecarlo.
Al enterarse de esta distinción, P. S. demostró que la prudencia
también pertrecha su arsenal: "El premio en este momento no me dice nada —advirtió—. No tengo ningún punto de referencia para medir su importancia. Trataré de informarme y recién entonces sabré qué trascendencia entraña haberlo conquistado". Una cualidad que, como el talento, no suele abundar.
Revista Siete Días Ilustrados
01.05.1972

Fotografías

 

 

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