Haroldo Conti
Con toda la gente


CON OTRA GENTE:
de Haroldo Conti (cuentos), ediciones del Centro Editor de América Latina.


HAROLDO CONTI
Cuarenta y dos años, casado, dos hijos. Nació en Chacabuco, (Buenos Aires). Se gana la vida coma profesor. En 1960 obtiene una mención en el concurso Life para narradores latinoamericanos. Dos años más tarde aparece "Sudeste", novela que lo ubica entre los primeros narradores de nuestro país. "Todos los veranos" llega al público en 1964, obtiene el segundo premio municipal en 1965 y en 1966 su novela "Alrededor de la jaula" gana el premio instituido por la Universidad Veracruzana de México. El Centro Editor de América Latina publica ahora "Con otra gente", donde salvo "Todos los veranos", "Muerto de un hermano" y "Los novios", son cuentos inéditos. Conti no defrauda. Tiene valor. Se entrega de pies a cabeza. De ahí que sus relatos estén cerca de la vida. Su mundo forma parte de todas las cosas. Para eso se necesita valor. ESTE LIBRO LO TIENE.

VIENE a ser revelación del tiempo. Está el tiempo metido en todas, junto a la naturaleza que anuncia los cambios de la vida; muere en verano, resucita en otoño, trae nostalgias de otro tiempo en primavera. Conti lo explica así. Descubre la naturaleza como un aliento de vida. La vida está en todas las cosas que viven sobre el planeta, y si el tiempo pasa sobre las cosas, cuando llega la muerte la vida es plena y el ser humano accede a la revelación. La naturaleza es tiempo puro. Con ella la existencia tiene sentido; sin ella todo es nada, el tiempo se pudre y el hombre no alcanza su plenitud. Hay en este libro un asombro permanente, una capacidad de amar en todos los sentidos. La misma diaria tarea de vivir adquiere ribetes de acontecimiento memorable.
Hombre y medio son uno. Todo esto en el hombre y el medio refleja los cambios íntimos de la naturaleza humana. "Como un león" y "Otra gente" ubican a sus personajes en el centro del planeta. Sol, tierra, luna y árboles giran y dan sentido a las horas que vivimos. "Como un león" atraviesa las vidas de una "villa miseria" y extrae de ella un sentimiento puro. Reflexión acerca de estar o sentirse vivo cuando todo muere y se acaba. "Otra gente" es el descubrimiento de la verdadera intimidad de quienes nos rodean: un niño atisba a su familia en una casa de campo, por una ranura en el techo. Todo adquiere desde lo alto una sensación de plenitud, el sol arrasa los muros y quema el campo, los rostros cambian y se iluminan. Cada acto es revelado como una ceremonia secreta, y en ellos la naturaleza es corifeo. Lo rodea todo y lo envuelve todo. Está presente. No hay diferencia entre el niño que mira el sol y el sol que mira al niño. La visión-naturaleza se da aquí en su plenitud.
Conti traza un relato lineal y partir de sus personajes desdobla el mundo. Los atrapa en una red que despoja a todo ser de su condición material y los convierte en espíritu. Como materia de espíritu, los humanos se Integran a la naturaleza. Son parte de ella, ella los justifica y así viven. Cuando mueren, lo hacen con una tranquilidad pasmosa. Están sanos y desnudos por dentro. Ya nada tiene secretos para ello. Porque son los elegidos. Y morir es acceder a una revelación más grande y última. Así conjuga este clima el cuento clave de este libro: "Todos los veranos". Estos recuerdos de un hombre cuando niño junto a su padre, contrabandista de las Islas, hace del autor un maestro en la literatura latinoamericana. Conti hereda de Hemingway el sentido por lo absoluto de la naturaleza humana. Este libro está vivo y arde entre las manos. Se vive por si mismo y se nutre de todos. Ubicar a este escritor argentino en lo mejor de la nueva literatura latinoamericana, es un acto de justicia. No todos los relatos se equilibran. "El último" y "Muerte de un hermano" son esquemáticos y no convencen. Eso no basta para restar a Conti propiedad de autor sobresaliente. Su variante es introducir el mundo real en un mundo ideal. No hay vejez o clima de angustia en ninguna de sus páginas. La luz llega y se Ínstala en cada línea.
La vida se quema por estos personajes y esa quemazón exige una audaz fuerza de voluntad. Todo indica que aquí hay fuego para rato. La especie humana hallará un camino de vida cuando descubra que no está sola en el mundo. Encajonar al mundo en nosotros mismos puede resultar peligroso. Los espacios abiertos, el aire que se agita, la densidad de la niebla, el repiqueteo de la lluvia, el sol que arde, son elementos que nos conservan vivos. Mirar y vivir mirando hacia los demás cuando de nosotros surge la vida, es tarea indispensable para reconocernos como propios en cada acto ajeno. Hay aquí un sentido de parábola bíblica que tiene su mejor expresión en la novela de Conti llamada "Sudeste". Conti traza una línea de fuego y desde allí apunta hacia todos los hombres. En esta armonía universal que cada personaje descubre está cada uno con su posible salvación. Este libro trae la imagen de los "arquetipos". Como tarea se ha impuesto un ritmo inefable. Todo se salva. El talento no viene. Como en este caso, revela autenticidad.
A. V.
(A.V. supongo que es Alejandro Vignati, por ser las iniciales que coinciden con los colaboradores del número de la revista)

Mágicas Ruinas
crónicas del siglo pasado

 

Haroldo Conti
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