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Intercambio de mensajes entre dos
líderes de la liberación latinoamericana El
mes pasado, se produjo un hecho histórico en la
vida del continente: los inspiradores de la
lucha por la liberación de las repúblicas
Popular de Cuba y de la Argentina hicieron un
importante intercambio de mensajes. sus textos
marcan una etapa y un derrotero. Por ese motivo
se someten a consideración de la opinión
pública. He aquí su texto:
Tte.
Gral Juan Domingo Perón
"Excmo. Sr. Primer Ministro República de Cuba.
Comandante Fidel Castro. Estimado amigo;
Justamente hoy se cumplen 28 años del día en que
asumí la Primera Magistratura del país, dando un
paso en la evolución, con un Movimiento
Revolucionario basado en la Justicia Social.
Movimiento que perdura en el tiempo y en el
espacio, puesto que nuevamente, pese a mis años,
estamos firmes resolviendo el futuro de nuestra
Patria, buscando salvarla de! desastre en que un
desgobierno de dieciocho años la ha sumido.
Al frente de esta misión de amistad, les envío
al amigo Sr. Gelbard, nuestro Ministro de
Economía, que tiene el encargo de darle un
fuerte abrazo de mi parte, junto con mis
saludos, y también testimonio del profundo
agrado que sentimos por la apertura práctica
entre nuestros Pueblos. En todas las clases de
relaciones humanas, la verdadera fraternidad se
demuestra no con palabras sino con hechos
fehacientes. Nosotros los Justicialistas tenemos
un aforismo que dice: 'Mejor que decir, es
hacer; y mejor que prometer, es realizar'.
¡Cuba y Argentina lo están demostrando en la
práctica! Las Revoluciones no pueden ser
idénticas en todos los países porque tampoco
todos los países son iguales, ni todos los
pueblos tienen la misma idiosincrasia. Es
preciso que cada uno actúe dentro de su
soberanía con sus propios métodos, Pero es
indudable que la necesidad de una Unidad
Latinoamericana será la única posibilidad de
Libertad real para nuestro Continente. A esa
meta debemos concurrir todos de inmediato, para
poder elevar nuestra voz con seguridad y
respaldo en el seno de ese Tercer Mundo que
garantizará nuestro desarrollo futuro y la
libertad en lo económico, político y social.
Tanto Ud., amigo Fidel, como yo, llevamos muchos
años de permanente lucha revolucionaria. Ello
otorga una experiencia invalorable que es
preciso transmitir a la Juventud, para evitarle
atrasos que se pagan siempre con dolor y sangre,
inútilmente. La pujanza viril de la vida joven,
para rendir verdaderos frutos a la Patria, debe
ir acompañada de la cuota de sabiduría que
otorga la experiencia. La responsabilidad que
pesa sobre nuestros hombres no es ya la de
realizar la Revolución que cada uno de nuestros
ideales concibe como lo mejor para su Pueblo,
sino enseñar a nuestros descendientes a
consolidarla. Para ello, tenemos dos caminos:
Tiempo o Sangre. Tiempo, sobra. La Historia
nos enseña cómo los excesos vuelven finalmente a
su cauce habitual. Sangre, falta. Puesto que
somos un Continente descapitalizado, que precisa
su puesta en marcha por medio de la Unidad
Fraternal, donde los intereses individuales sean
considerados y respetados, cuando los mismos no
afectan a la Comunidad Latinoamericana; y en ese
desarrollo necesitaremos aumentar al máximo los
habitantes en el Continente. ¡En fin! Todo
esto quiere decir que la tarea no se termina
mientras uno viva. Pero bien vale la pena vivir
y morir por un ideal que trasciende a los
Pueblos. El Sr. Gelbard le contará cómo
marchan nuestras cosas y confío en que todo
marchará bien. Reciba un cordial saludo y mi
afecto sincero. ¡Un gran abrazo!" _____________ Dr. Fidel Castro "Excelentísimo. Señor Presidente
de la Nación Argentino, Teniente General Juan
Perón, Estimado amigo: Ha
sido para mí extraordinariamente agradable
recibir de manos del Ministro doctor Gelbard su
amistosa carta, redactada —como usted lo
recuerda— en fecha grata y memorable pera usted
y su país, que coincide casualmente con una
fecha muy venerada por los cubanos, el día del
inicio de la última contienda por la
independencia frente al poder español, el 24 de
febrero de 1895. Quisiera expresarle en
cuánto apreciamos esta misión de amistad que
ahora trabaja entre nosotros y el hecho de que a
su frente venga el Ministro doctor Gelbard, que
tan importante papel ha jugado en el desarrollo
de nuestras relacionas en cumplimiento de los
principios por usted enunciados. Consideramos
la visita importante en sí misma, pero además no
dejamos de ser sensibles al momento preciso en
que se ha realizado y su coincidencia con la
Reunión de Cancilleres de México, donde una vez
más ha estado presente, como tema que entra en
el debate aunque se le deje fuera del Orden del
Día, el bloqueo económico a Cuba. No hay mejor
respuesta latinoamericana para ese bloqueo que
los acuerdos de la República Argentina con Cuba
y la presencia en nuestro país de un grupo tan
numeroso de argentinos, entre ellos hombres de
negocios y empresarios, encabezados por su
Ministro de Economía. Me complace
manifestarle nuestra plena coincidencia con su
criterio sobre la necesidad de una real unidad
latinoamericana como la sola vía posible para la
libertad completa de nuestros pueblos y para que
América Latina juegue el papel que le corresponde
en el mundo. Siempre Cuba luchará por el
logro de esa unidad, que concebimos, igual que
usted, como una confluencia en que, por diversos
caminos, países distintos, con diversa
idiosincrasia y actuando en el ejercicio de su
soberanía y con sus propias concepciones, lleven
a la práctica la Revolución. Cualesquiera que
fueren los métodos empleados y los puntos de
partida diferentes, toda Revolución, al ser
verdadera, estará encaminada a la liberación del
hombre de todas las formas de explotación.
Deseo reiterarle una vez más lo mucho que
valoramos los cubanos el gesto argentino de
reanudar las relaciones diplomáticas y
económicas en nuestro país. Lo primero significa
una prueba verdadera de independencia y
soberanía política y un acto elementalmente
justo. Lo segundo, unido a los créditos para ka
adquisición de equipos de producción argentina,
un paso inteligente en lo económico y valeroso
en lo político frente al imperialismo, que con
brutal saña se empeña inútilmente en estrangular
el desarrollo de Cuba. Sabemos muy bien, y
agradecemos, que usted y el pueblo argentino
condenaron siempre semejante crimen. El
amplio intercambio comercial iniciado será
mutuamente beneficioso a nuestros pueblos. Las
industrias y los trabajadores argentinos
contarán con un nuevo y sólido mercado para sus
magníficos productos. Durante 15 años hemos
astado adquiriendo en mercados capitalistas, con
los cuales no nos unen especiales vínculos
económicos ni comunes intereses, cientos de
milones de dólares en mercancías que habríamos
podido obtener en la Argentina, lo que hubiera
sido nuestra preferencia, pues la integración
económica de los pueblos de América Latina es
elemento imprescindible para la futura
integración política por la cual es deber
esencial y necesidad impostergable luchar.
Por nuestra parte, en la política comercial
daremos toda la preferencia posible a los
productos de la industria y la agricultura
argentinas. Es nuestra impresión que los
miembros de la delegación argentina que nos
visitan se han sentido satisfechos de sus
contactos con nuestra patria. Nuestro pueblo y
todos los compañeros del Gobierno han realizado
el esfuerzo más fraterno y amistoso en
atenderlos, y creemos que el encuentro tendrá
resultados verdaderamente útiles. Quienes nos
bloquearon y agredieron encontraron siempre la
resistencia y hostilidad más firme y resuelta de
nuestro pueblo. A los gestos de amistad, en
cambio, responderemos invariablemente con noble
y sincera amistad. Agradezco profundamente su
magnífico obsequio. Le deseo mucha salud y
grandes éxitos en las enormes responsabilidades
que pesan sobre sus hombros de conducir la
Nación Argentina por los caminos difíciles, pero
honrosos y heroicos, de la liberación.
Reciba, igualmente, un fuerte y amistoso
abrazo."
aparecido en la Revista Redacción abril 1974
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