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Sentimos que
debíamos estar presentes porque los más amplios sectores de la patria esperaban este
acontecimiento, y ahora los hechos van dando razón a esto: una gravitación decisiva para
que se superen los innumerables problemas que padece nuestro pueblo: desocupación
galopante, un millón y medio de hermanos nuestros que no tienen trabajo, situaciones
irritantes de injusticia... un estado de postración nacional, Y nosotros vemos en este
regreso el cumplimiento de un prolongado, perseverante e intenso anhelo popular, porque el
pueblo en estos 17 años jamás ha perdido la esperanza de volver a reencontrarse con su
líder; y lo significativo es que hoy también los jóvenes son los que están presentes
en primera fila en la calle para saludarlo.
Nosotros, como sacerdotes y respondiendo a lo que nos enseñan nuestros obispos en,
por ejemplo, el documento de Acción Pastoral del Episcopado, donde se nos señala que la
acción de la Iglesia debe realizarse desde el pueblo y con el pueblo, sentimos que en
este viaje teníamos que acompañar las esperanzas de nuestro pueblo.
Cuando yo volví, una de las alegrías más grandes fue que una señora de unos 50
años, de la villa, me dijo: "Los pobres también estábamos en el avión porque
estaba usted". Y ellos saben perfectamente que yo no soy pobre, pero también saben
perfectamente que yo estoy al lado de ellos. Como lo hemos declarado nosotros en el
momento en que viajamos, entregando una declaración a la prensa, que fue silenciada...,
la razón particular por la que el padre Vernazza y yo estábamos en este viaje es porque
somos sacerdotes que trabajamos en las villas de emergencia, porque vivimos en contacto
allí con lo más noble de nuestro pueblo, los más postrados, los más explotados, los
que viven sumergidos por el hambre, la explotación y la marginación y que también viven
llenos de esperanzas; lo cual se evidenció en esa estupenda peregrinación a Lujan que
hicimos hace tres semanas en la cual los villeros gritaban frente a la Virgen Santísima:
"Las villas en la acción contra la explotación", "Las villas en la
acción por la liberación". Ven en Cristo y la Virgen precisamente a
aquellos que siempre estuvieron de parte de los pobres. Es muy notable que un villero
dijera en Lujan, refiriéndose al Señor Jesucristo y a la Virgen, lo siguiente: "Yo
le pido a la mamá del divino peleador que nos ayude a tener tuerzas para pelear por
nuestra dignidad". No veía en Jesucristo a un blando, chirle, como ciertas imágenes
que lo presentan sino a aquel que lucha para que haya fraternidad, para que haya paz, la
cual sólo puede ser fruto de la justicia, como dice Paulo VI.
Nosotros pensamos que este regreso histórico .hace renacer la esperanza de nuestro
pueblo. Además, nosotros hemos estado en esta comitiva por una razón de justicia, de
reparación. Así como los "curas" fuimos señalados por nuestro pueblo como
aquellos que colaboramos a alejar a Perón de su pueblo, pienso que también tiene que
haber curas junto a Perón en este momento en que él vuelve a acercarse a su pueblo.
Nosotros hemos estado presentes no porque seamos peronistas, sino porque somos sacerdotes,
porque entendemos perfectamente que como sacerdotes, siempre los pobres deben encontrar en
nosotros una solidaridad definitiva, porque Jesucristo nuestro señor fue pobre y vivió
siempre junto a los pobres, aunque luchó por la liberación de todos, pero desde los
pobres; y pienso que la perspectiva de un sacerdote hoy debe ser desde los
pobres. A partir de los pobres debe amar a todos.
También debe amar a los ricos. Y precisamente por amor a los ricos tiene que
hacerles ver que si no pone su riqueza al servicio de la comunidad, no entrará en el
reino de los cielos.
En esta comitiva nosotros no hemos llevado la representación de nadie sino que
fuimos como simples cristianos y simples sacerdotes que hemos querido participar en una
experiencia excepcional de la historia de nuestro pueblo.
¿Qué cosas del viaje recuerda que lo hayan impresionado...? ¿Por
qué no me va contando, tal cual fue sintiendo, los distintos momentos del viaje... ?
A pesar de que en el avión había representantes de distintas posiciones, me
parece importante remarcar que todo quedó un poco postergado, por decir así; y creo que
todo el mundo tomó conciencia de que estábamos participando de un hecho histórico, que
éramos 130 privilegiados y que había muchos otros quizás con mucho más derecho para
estar en ese avión; algunos que hoy están en la cárcel y otros que han muerto en el
camino. Y lo que más me impresionó fue el diálogo que tuve con el doctor Cámpora, por
quien yo tengo un enorme respeto, porque pienso que ha sido una herramienta fundamental en
el regreso del general Perón. Yo creo que Cámpora empieza a ser reivindicado y pese a la
campaña realmente desleal y deshonesta que se ha llevado contra él desde los medios de
difusión. Creo que su figura emerge con una gran fuerza porque realmente ha demostrado
una fidelidad total a la misión que le encargó el general Perón y porque ha tenido el
coraje de soportar toda la propaganda en su contra. Me narró que en los momentos más
difíciles de la campana contra él, el general Perón le mandó una carta diciéndole:
"¿Lo atacan, doctor Cámpora? Significa que usted está cumpliendo bien su
cometido."
Después me impresionó muy bien la actitud de Leonardo Favio, que quedó reflejada
en unas declaraciones que salieron en "Crónica", en donde señala y yo
estoy totalmente de acuerdo que en este momento, menos que nunca, tal como nosotros
lo recordamos en la misa de San Pedro, tenemos que olvidarnos de tantos que, como Fernando
Abal Medina, Ramus y otros que cayeron en la lucha del pueblo, que dieron su vida por la
fraternidad (que habían equivocado o no los medios, eso sólo Dios lo juzgará), pero que
realmente se jugaron enteros, pusieron su vida para que exista la justicia en nuestra
patria, y tantos que hoy están en la cárcel. Yo pienso en la alegría que sentirán
Masa, Maguid y muchos otros, a quienes algún día se les hará realmente justicia. |
Esta oración fue compuesta por el padre Mujica hace pocos
días. En su espíritu, en su contenido, está seguramente la profunda
motivación que lo llevó a compartir el viaje de retorno de Juan Domingo Perón.
MEDITACIÓN EN LA
VILLA
SEÑOR,
perdóname por haberme acostumbrado a ver que los chicos que parecen tener ocho años
tengan trece;
SEÑOR,
perdóname por haberme acostumbrado a chapotear por el barro; yo me puedo ir, ellos no;
SEÑOR,
perdóname por haber aprendido a soportar el olor de las aguas servidas, de las que me
puedo ir y ellos no;
SEÑOR,
perdóname por encender la luz y olvidándome de que ellos no pueden hacerlo;
SEÑOR, yo puedo
hacer huelga de hambre y ellos no: porque nadie hace huelga con su hambre;
SEÑOR,
perdóname por decirles "no solo de pan vive el hombre" y no luchar con todo
para que rescaten su pan;
SEÑOR, quiero
quererlos por ellos y no por mi. Ayúdame.
SEÑOR, sueño
con morir por ellos: ayúdame a vivir para ellos.
SEÑOR, quiero
estar con ellos a la hora de la luz. Ayúdame.
Carlos Mujica |
¿Tuvo algún
contacto con el general Perón durante el viaje?
No. En realidad el único contacto son el general Perón fue un
fugaz saludo que le pudimos hacer todos y en el cual yo, personalmente, en medio de la
emoción que tenía, le señalé simplemente que en este saludo, con este abrazo que yo le
quería dar, lo estaban abrazando sus hermanos de las villas, para quienes empezaba a
salir el sol. Después, a la vuelta, hubo una consigna tácita que fue totalmente
respetada: no molestarlo para que llegara en las mejores condiciones posibles. Nuestra
misión era estar junto a él: en alguna medida, aunque mínima, para colaborar en su
seguridad personal, y para que todo el espectro de los distintos sectores estuviera
presente.
¿Qué nos puede
contar, padre, de la larga y aún confusa anécdota de la audiencia papal, la resignación
de Perón y la visita de monseñor Cassaroli?
Bueno, en primer lugar, una de las cosas que más me sorprendieron fue la
enorme importancia que le dio a Perón toda la prensa italiana; en segundo lugar, por lo
que pude conversar con algunos sacerdotes italianos y por lo que pude ver en la
televisión, se considera que la visita de monseñor Cassaroli a Perón tiene un
particular relieve. Es cierto, y como se dijo, Perón resignó la posibilidad de tener una
audiencia con el Papa para evitar alguna implicancia política e impedir que la Santa Sede
tuviese una situación molesta con el gobierno argentino. La entrevista de monseñor
Cassaroli se consideró como una distinción que se le hacía al general Perón desde el
momento en que éste no había hecho una visita previa al Vaticano.
¿Quién es
exactamente monseñor Cassaroli?
Bueno, es una figura que tiene un enorme prestigio. En
"Corriere de la Sera" se dice que es uno de los "papábiles". Y se lo
considera que es algo así como el Kissinger del Vaticano, porque es el que se ha
encargado del delicado restablecimiento de las relaciones con países del este europeo:
Polonia, Hungría, Yugoslavia y eventualmente con la URSS. En síntesis, un hombre de
absoluta confianza del Santo Padre.
¿Cómo se evaluaba
en el peronismo eso de Perón como prenda de paz?
Vuelvo a repetir que mi presencia allí no estaba dada como peronista sino
como sacerdote que vive junto a los pobres, a los humildes, a los trabajadores, a nuestro
pueblo que es peronista. Pienso que el regreso del general Perón puede ser prenda de paz
porque el justicialismo y el peronismo son ansia profunda de justicia; y lo que más me
impresionó, no sólo en el avión sino también en los hermanos de la villa, es que en
este momento no hay el menor ánimo de revancha. En cambio, si lo acabamos de ver en ese
espíritu realmente anticristiano, de revancha, en las declaraciones de ciertos sectores
antipopulares, gorilas, aquellos que no se resignan a perder sus privilegios. Las
declaraciones del almirante Rojas son una verdadera incitación a la violencia.
¿Qué sensación
tuvo al llegar a Buenos Aires?
La sensación que experimenté (personalmente) fue de una cierta
incertidumbre, porque momentos antes de aterrizar se nos comunicó que sólo nueve
personas podían bajar a tierra. A medida que veníamos bajando, en medio de la lluvia
alcanzamos a ver que Ezeiza era una zona desierta. Y al bajar, después que la policía
penetró en el avión para ver sí había armas de fuego, como se nos dijo, la sensación
que tuve fue la de llegar a mi patria convertida en una cárcel. Tenía la sensación de
llegar no a Buenos Aires sino a Vietnam.
Bueno, usted ya
está en Buenos Aires... ¿qué hizo luego? ¿Tomó contacto con su gente en la villa?
Bueno, aunque llegamos a las 11, sólo pudimos salir del Aeropuerto a las 2.
Vine a casa e inmediatamente a la villa. Y ahí viví la sensación mezcla de alegría y
de tristeza: alegría, porque el general Perón estaba en la Argentina, y tristeza, porque
no lo habían podido acompañar. Esa situación al día siguiente comenzó a
transformarse en una desbordante alegría, y vuelvo a señalar que en ningún momento, en
mis hermanos de la villa, yo, vi la menor actitud revanchista o rencores. Nuestro pueblo
siempre es positivo. Había una profunda alegría y una gran esperanza. Me preguntaban si
yo sabia cuánto tiempo se Iba a quedar Perón. La gente quiere que se quede... la gente
quiere que Perón sea presidente. |