DERECHAS
La muerte de los grandes burgueses

Política, la derecha argentina
En la tarde del domingo 23 de abril de 1972. horas después del referéndum sobre Europa, propiciado por Georges Pompidou, la prensa francesa registró el siguiente comentario de Jean Lecanuet, jefe de los reformadores: "Los burgueses —se justificó— no votaron". Lo cierto: el electorado de clase media, y estratos de la burguesía francesa, agotados del gaullismo, desobedecieron la orden oficial y dieron el nom a Pompidou.
Nadie pudo —ni podrá ya— decir que "los burgueses no votaron", el domingo 23 de septiembre en Argentina. La clase alta sufragó masivamente, al igual que todos los estratos sociales. Todo análisis sobre el comicio no puede obviar un dato real: no hubo una alternativa pura de derecha. Los votos de la clase alta se bifurcaron en dirección a tres opciones: la UCR, el Frejuli y la Alianza Popular Federalista. Es que la denominada clase alta optó por una salida formalmente democrática; agotada, también, de experiencias autoritarias, apostó a las variantes que reivindican la república como forma de gobierno.
El electorado que respondió, tradicionalmente, a la derecha se trasvasó hacia el peronismo (partidos provinciales, conservadorismo popular y otros); el radicalismo captó sufragios de otro sector moderado (Socialismo Democrático) y, finalmente, la APF perdió votos provinciales, canalizó aquellos que, el 11 de marzo, fueron a las urnas de Nueva Fuerza y la Alianza Republicana Federal; en la Capital Federal, Francisco Manrique cosechó el voto de conservadores.

LA DERECHA ¿EXISTE? Los sectores políticos que, históricamente, defendieron los principios de la derecha, prefieren omitir toda alusión a ese término. Amadeo Frugoli, senador nacional por el partido Demócrata de Mendoza, dijo a Panorama: "Debo expresar que no nos gusta emplear términos como derecha o izquierda ya que son incapaces de explicar la realidad compleja del país. Si a la derecha se la identifica con el liberalismo económico, creo que tiene poco futuro en el mundo actual. Siempre se desentiende de los temas prioritarios porque confía en mecanismos que no funcionan en las actuales circunstancias históricas". El pronóstico que diseña Frugoli es común a todas las fuerzas moderadas que, paulatinamente, modificaron su juicio sobre Perón y el justicialismo. "El peronismo —dijo— deberá poner orden dentro de su propio movimiento. Me da la impresión de que algo de esto ya está ocurriendo. Perón, que es un gran organizador, sabe que sin unidad de concepción no hay unidad de acción". Finalmente, sobre las posibilidades de una tercera fuerza, Frugoli explicó que la "Alianza Popular Federalista sirvió para demostrar que hay una importante corriente de opinión en el país que desea tener expresión partidaria propia. La concreción de esa posibilidad requerirá una gran tarea de organización".
Las afirmaciones del senador demócrata no son casuales. Francisco Manrique trabaja, en la actualidad, para canalizar en un partido político institucional los votos logrados. "Aunque todos afirman que fracasé —explicó Manrique— pienso todo lo contrario. Hay que reflexionar sobre este dato: es sabido que una tercera fuerza nunca sobrevive dos elecciones. Yo lo logré. Por eso estoy conforme con los resultados del 23 de setiembre". El ex ministro de Bienestar Social se esfuerza por concretar la estructura de una real agrupación; su palanca será el Movimiento de Afirmación Social (MAS). Manrique constituyó tal organismo, a nivel nacional, sobre la base de los comités electorales de la Alianza Popular Federalista; ahora, el MAS convoca a los partidos provinciales que apoyaron a Manrique, y a la Democracia Progresista, a constituir un verdadero partido. Todo hace suponer que Rafael Martínez Raymonda, ex candidato a vicepresidente por la APF, apoyará con firmeza el proyecto manriquista. Trascendió que, de concretarse el plan, las tres fuerzas (confederaciones federales, democracia progresista y MAS) darían nacimiento a la Acción Popular Federalista. Respecto a acaudillar a la derecha, Manrique protesta: "Eso es un invento de mis opositores. Nosotros pugnamos por una alternativa nacional y una política de contenido popular".

EL PORVENIR. El diputado nacional Francisco Falabella, dirigente del partido Conservador de la provincia de Buenos Aires, opinó que "a la derecha se le ha ido el tiempo y, como a la izquierda, se le fue la mano. Ante los sucesos fluyentes de esta época, con arrolladora dinámica y agilidad de cambio, quienes se hicieran cien proposiciones doctrinarias para ser defendidas cerradamente, concluirían errando en alta proporción". Falabella sostiene que los "conservadores se proponen un pragmatismo vital, observando con honradez todas las ideas para ir adecuando su proyecto a la necesidad que trota detrás de cada acontecimiento histórico". Para sintetizar, el diputado conservador vaticinó que "puede ser esta la hora de la democracia en la Argentina". Tanto los conservadores como los demócratas estiman que sobrevendrá, en el país, un lapso de estabilidad política; ambas agrupaciones subrayan el fuerte respaldo popular del próximo gobierno aunque —en el caso del partido Demócrata— se preguntan qué acaecerá en el período "después de Perón".
Los partidos políticos que expresaron, en el pasado, las posiciones de la denominada derecha sufrieron un doble proceso; el régimen autoritario los empujó a disolverse en opciones Populistas (peronismo) o bien apoyan al Frejuli, conservando su individualidad. Una cosa es evidente: los moderados se visten, hoy por hoy, con el "disfraz de baile de la República".

Álvaro Alsogaray: Las expectativas de un extremista
"Yo soy, según todo indica, extremista. Porque si se ubica a Tosco en un punto, yo me encuentro en el extremo exactamente opuesto;" Álvaro Alsogaray no oculta su pensamiento político. Tampoco se sorprende al enfrentar el tema de los resultados electorales del 23 de septiembre último. "Se ha dicho —comenta con tranquilidad— que una vez resuelto el problema político y constituido un gobierno apoyado por el pueblo, sería posible ponerse a trabajar y resolver los demás problemas. Aparentemente hemos llegado a esa situación."
Alsogaray se destaca, habitualmente, por centrar el análisis político en la cuestión económica. Una vez desalojado de los cargos oficiales —su último fue el de embajador plenipotenciario de la Argentina en los Estados Unidos durante el gobierno de Juan Carlos Onganía— el capitán-ingeniero dedicó sus esfuerzos a propagar una doctrina conocida como la "economía social de mercado". La opinión pública lo conoce como "político" cuando aparece su agrupación Nueva Fuerza; sin embargo, Alsogaray se cuidará bien y tratará de evitar "quemar la nave". Prácticamente es el teórico principal de los nueva-fuercistas; pero su presencia motriz en la agrupación no lo impulsa como político tradicional.
Para Alsogaray el retorno de Juan Perón al gobierno no es casual. Antes bien, se trataría del fracaso de todo el proceso político abierto en 1955; las fallas consistieron, según Alsogaray, en que los gobiernos que sucedieron a Perón hicieron una "mala imitación" de lo que el peronismo promovió desde el poder.
¿Cuál es la perspectiva? "Se ha cerrado —enfatiza— un ciclo de luchas políticas que duraron 18 ó 30 años, según sea el punto de partida que se considere. Perón ha logrado el 62 por ciento de los votos; el principal partido opositor comparte su plataforma económica en La Hora del Pueblo; los empresarios han firmado actas-compromiso prometiendo ajustar su conducta a las metas y directivas oficiales, una central patronal tiene a su cargo directo el manejo de la economía, habiendo logrado que la CGT apoye su programa y acepte la congelación de los salarios". Todos estos elementos de la realidad política le indican al portavoz de la economía "social" que Perón no podría aspirar a mejores condiciones; según Alsogaray, las "condiciones" ideales están dadas. Por eso advierte, aunque de manera tibia: "De aquí en adelante todo depende del rumbo que Perón tome. Se le ha conferido la suma del poder público y el país está dispuesto a aceptar cualquier cosa que haga; por lo tanto, está en condiciones de elegir libremente". Alsogaray estima que "el 13 de octubre adquirirán plena actualidad dos problemas principales: el de la puja interna dentro del nuevo oficialismo, con sus connotaciones subversivas y terroristas, y el económico-social. Respecto al primero conocemos ya algunas definiciones". En el espectro económico, el capitán-ingeniero es más preciso: "Perón —dice— puede implantar un sistema económico planificado y dirigido por funcionarios y tecnócratas (lo cual no significaría otra cosa que el continuismo de las políticas aplicadas hasta ahora), o puede recurrir a la planificación y el orden que establecen los modernos sistemas de economía de mercado". Si la alternativa última se concretara supondría, para Alsogaray, un "verdadero cambio". En caso de que el país siga un camino intermedio —no capitalista y tampoco socialista— Alsogaray pronostica un desenlace "a la chilena". El mismo lo dice claramente: "Tal camino, como acabamos de ver en Chile, conduce al "desabastecimiento", la carestía, el desaliento, la corrupción y finalmente el caos".
¿Qué pasará con Nueva Fuerza? Álvaro Alsogaray no se considera un político; rehúye, entonces, el tema partidario. Sin embargo, se sabe que su agrupación transitó un sendero de "autodepuración" interna y que ahora se apresta a "reconcentrarse" a la espera de que los próximos acontecimientos le otorguen la razón. ¿Qué opina Alsogaray de Juan Perón? En principio, enfatiza que Perón ejerce un "gran atractivo" sobre la población. El ex ministro de Economía subraya que Perón despierta un sinnúmero de ilusiones en el sentido de que los problemas del país serán resueltos. Además, Alsogaray advierte que Perón se ha definido, cada vez con mayor precisión, sobre la subversión como el enemigo de todos; en el tema económico, la posición del líder justicialista aparecería más ambigua. El capitán-ingeniero reconoce un cambio en la personalidad de Perón; de todos modos, no prefiere hablar demasiado sobre ese asunto. "Ahora estamos a la expectativa. La etapa que nos toca vivir interesante".
PANORAMA, OCTUBRE 4, 1973

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