EMPRESARIOS
¿Qué dos medidas esenciales debe adoptar
en lo económico el nuevo gobierno?

Encuesta económica
Alfredo Peralta Ramos
presidente de la Comisión Coordinadora de Entidades Agropecuarias:

"Creo que es pública y notoria la posición de las entidades agropecuarias unidas en la Comisión Coordinadora que me honro en presidir y que fue ratificada en la fecha 25 de abril de 1963. Haciendo un esfuerzo de síntesis, sugiero que la acción del gobierno que surja de las elecciones del 7 de julio se concentre —en la medida en que los problemas respectivos no hayan sido solucionados por el gobierno actual en lo que resta de su gestión— en dos objetivos fundamentales.
"En primer lugar, se impone poner orden en el presupuesto nacional. En este sentido creemos que es de fundamental importancia encarar valientemente el problema del enorme y creciente déficit de las empresas del Estado, verdadero cáncer que corroe a la Nación. Para ello es necesario una coordinación total entre la política económica y la laboral, ajena a toda injerencia política.
"En segundo lugar, debe hacerse una revisión de la política monetaria crediticia e impositiva tendiente a promover el desarrollo de la producción, de la industria y del comercio sanos del país. En nuestras presentaciones y declaraciones hemos hablado siempre de lo que corresponde a nuestra labor específica, es decir, de las medidas inmediatas y mediatas necesarias para lograr la recuperación y desarrollo del campo argentino, al que consideramos base fundamental para cimentar el desenvolvimiento de nuestra industria y nuestro comercio, para afrontar el pago de nuestra cuantiosa deuda externa y para elevar el standard de vida de nuestra población.
"Considero que para la recuperación de nuestra economía no existen "varitas mágicas". El problema argentino es, ante todo, un problema de confianza y hasta que ella no se restablezca todo será inútil."

Ingeniero César Polledo
presidente de la Cámara Argentina de la Construcción.

"Al nuevo gobierno le está reservada, sin duda, una ardua misión, por la cantidad y el tipo de problemas que debe solucionar. Esto ocurre en todos los órdenes, y el económico dista mucho de constituir una excepción. Las medidas aconsejables en estas circunstancias son muchas, pero ante la necesidad de sintetizar eligiendo dos, me inclino por la nivelación de los presupuestos estatales y por la modificación del régimen jubilatorio, por las razones y en el sentido que seguidamente detallo.
"En primer lugar, es preciso nivelar el presupuesto, y para esto hay que comenzar por dar solución al problema que crean las empresas estatales, cuyos déficit particulares determinan el déficit global. El problema que crean las empresas estatales debe ser resuelto de modo tal que éstas obtengan los recursos necesarios para su evolución de fuentes naturales, similares a aquellas de las que se valen en la actividad privada todas las empresas comerciales e industriales. Dejarían así de gravitar sobre el presupuesto nacional.
"En segundo lugar, se impone la urgente modificación del régimen jubilatorio, que en la actualidad resulta enormemente oneroso porque gravita sobre los costos de producción; por otra parte, ya no puede discutirse que el régimen actual resulta incluso sumamente deficiente para aquellos a quienes debería proteger y amparar con sus beneficios.
"Si se me permite agregar una tercera medida, recomendaría reducir el impuesto a los réditos provenientes del trabajo personal, con lo cual, sin aumentar los costos, será posible mejorar en buena medida la remuneración de gran parte de la clase media (profesionales y otros) que es, hoy, uno de los sectores de la población más afectado en sus condiciones de vida."

Doctor Ildefonso Recalde
presidente de la Confederación General Económica:

"No es posible, con sólo dos medidas, resolver el complejo problema económico argentino. La crisis financiera podría resolverse temporalmente con ciertas medidas de aplicación inmediata, pero subsistirían las causas profundas que impiden el armónico desenvolvimiento de nuestra economía. La solución de fondo se asienta en una adecuada programación del desarrollo económico y social que, modificando estructuras, permita la explotación racional de nuestras posibilidades económicas y la justa distribución del ingreso nacional.
"Una iniciativa que debería llevarse a cabo sin tardanza precisamente es la creación del Consejo Económico Social, instrumento democrático de ordenamiento indicador, integrado por empresarios, trabajadores y representantes de la vida cultural argentina. Es la única garantía para que se formule una programación que resulte expresión auténtica de las necesidades y posibilidades nacionales y lleve la adhesión de los sectores responsables de la vida productiva.
"Las medidas de emergencia que deberían adoptarse dentro de un programa global han sido sintetizadas así por la Confederación General Económica: establecimiento por el Banco Central del redescuento selectivo en los montos necesarios, y fijando plazos y tipos de interés razonables; pago inmediato a proveedores del Estado, en condiciones que consulten su necesidad de subsistencia; normalización de la demanda mediante pagos normales a empleados, jubilados y pensionados; establecimiento del seguro de cambio por el Banco Central y medidas de vigilancia cambiaría; suspensión de importaciones superfluas y de bienes que la industria local puede fabricar; contención de los gastos públicos; no dictar nuevos gravámenes y establecer plazos adecuados para el pago de impuestos y aportes jubilatorios."

Ingeniero José Enquin
vicepresidente primero de la Unión Industrial Argentina:

"Deseo aclarar inicialmente que hablo a título personal y no como vicepresidente a cargo de la Unión Industrial. En tal carácter señalo al futuro gobierno la adopción de medidas de fondo, porque entiendo que las de emergencia deben tomarlas sin tardanza las autoridades actuales. Se necesita antes de octubre un programa mínimo de medidas expansivas que espero tengan las menores consecuencias inflacionarias posibles.
"Entre las medidas de fondo señalo, en primer lugar, la solución del déficit fiscal. Sin esta medida no hay solución para nuestra economía, porque no tenemos aquí capacidad de ahorro para prestarle al Estado. Durante mucho tiempo se declamó la necesidad y el propósito de eliminar el déficit y transferir mano de obra al sector privado pero, a la inversa, está sucediendo que con la retracción del sector privado, sólo el sector estatal trabaja ahora con pleno empleo.
"El segundo gran problema es el del sistema laboral y previsional, que parecería especialmente creado para fomentar el ocio. La legislación es torpe, mal estructurada y absurda desde el punto de vista económico, porque señala derechos pero no su contrapartida en obligaciones, que en la práctica deberían sintetizarse en una sola cosa: producir, para posibilitar que los derechos sociales encuentren un sustento. La productividad en nuestro país está más afectada por la legislación social que por la acción sindical, porque es aquélla la que deprime el espíritu de trabajo.
"En la Argentina el campo de las experimentaciones ya está agotado, por lo que las medidas que propongo deben adoptarse luego de los estudios necesarios y sin improvisar. No creo inconveniente que se estructuren en algún programa que pudiera elaborar un Consejo Económico Social si éste se constituye también con los debidos recaudos."

Doctor Guillermo Kraft
presidente del Foro de la Libre Empresa:

"La situación económica del país requiere una terapéutica que no puede limitarse a sólo dos medidas oficiales. Pero, puesto que la pregunta se ciñe a ese número, citaré las que considero más urgentes y de mayor impacto social.
"La primera es la reforma a fondo del mal llamado sistema de previsión social (de "imprevisión social" habría que llamarlo) que tiene dos fallas fundamentales: sólo arroja una limosna mezquina e insuficiente a los ancianos e incapacitados y permite pasar a la pasividad a gran número de trabajadores que se encuentran en la plenitud de sus medios, restando de ese modo, incalculables posibilidades a las actividades productivas. Pero hay más; el sistema es increíblemente caro, porque cuesta nada menos que el 26 por ciento de todos los salarios que se pagan en el país: en 1962, sobre un monto de remuneraciones de 480.861 millones de pesos, 125.023 millones fueron a nutrir el sistema de la previsión social, pero no sirvieron, evidentemente, para proporcionar vivienda y adecuada asistencia medicinal a los hospitales, a los sectores menos favorecidos, ni para edificar más escuelas, ni para dar algún seguro a los desocupados, ni para el fin esencial de proporcionar jubilaciones decorosas. La elevación de la edad jubilatoria y la eliminación del retiro voluntario permitirían financiar verdaderas obras sociales.
"La segunda medida que recomiendo consistiría en la reforma del régimen impositivo, eliminando lisa y llanamente el impuesto al trabajo, disfrazado con el nombre de "cuarta categoría de réditos", con lo que se contribuiría a fortalecer a un sector social (la clase media) que constituye por su naturaleza una barrera contra los avances disolventes. En cuanto al problema subsiguiente de equilibrar el presupuesto, no se trata de crear otros gravámenes sustitutivos, sino de reducir los gastos públicos."

Señor Eduardo García
vocal y ex presidente de la Cámara Argentina de Comercio:

"Entiendo que, fundamentalmente, hay que restaurar en el país la seguridad y la confianza que fueron los pilares de nuestro progreso, porque los problemas económicos en sí no son muy graves; requieren sí decisión y propósitos sinceros de solucionarlos. Considero que los mayores tropiezos se originan alrededor del déficit de nuestro presupuesto, tema sobre el que mucho se ha hablado, mucho se ha prometido y muy poco se ha adelantado, para mal de nuestro progreso. El pueblo debe ser el principal interesado en cooperar para acabar con este estado de cosas, en la seguridad de que muchos puntos importantes del programa de conquistas sociales quedarían así resueltos.
"Las autoridades, por su parte, deberían modificar o derogar la Ley de Asociaciones Profesionales, que por su gravitación en el campo político resta la confianza y la seguridad que el bienestar de la mayoría de los ciudadanos reclama como básicas para el real mejoramiento de su nivel de vida.
"En otro orden de cosas, considero que la Argentina tiene que ser, y debe serlo, una potencia exportadora. En camino de esa perspectiva se han tomado muchas medidas y tengo confianza en que fructifiquen en el futuro, dentro de un clima de tranquilidad mínima para que el país trabaje sin zozobras ni vacilaciones y pueda proyectar su labor en programas de continuidad y mejoramiento de la producción nacional, para poder competir internacionalmente con calidad, cantidad, continuidad y precios.
"Si se dejan a un lado fáciles cálculos electorales y enfermizos maquiavelismos y se restaura un verdadero clima de libertad económica, en poco tiempo —menos quizá del que muchos piensan— el país retomará el buen camino y todos sus pobladores tendrán oportunidad de palparlo efectivamente con una mejora real de sus condiciones de vida."
PRIMERA PLANA
18 de Junio de 1963

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