ARGENTINA POLITICA
ENTREVISTAS
Balbín y Frondizi frente a cuatro dudas

La semana pasada, un redactor de TODO entrevistó al jefe del partido político oficialista —Ricardo Balbín, presidente del Comité Nacional de la Unión Cívica Radical del Pueblo— y al líder de una influyente fuerza opositora, el MIR —Arturo Frondizi, ex presidente de la República. Las dos entrevistas se centralizaron en cuatro temas concretos: coloradismo, política internacional, retornismo y panorama del primer año de gobierno. Los diálogos registrados con ambos dirigentes políticos fueron los siguientes:

Balbín y Frondizi
Coloradismo
TODO: Importantes sectores del oficialismo pretenden lograr la reincorporación de los colorados, colocando así un nuevo factor explosivo en la situación nacional. ¿Considera usted prudente esa actitud?
BALBIN: Desde la iniciación de este gobierno se pudo advertir que se deseaba vivamente la tranquilidad de las Fuerzas Armadas y su participación en el gobierno, conforme a modos de la Constitución y las leyes que hacen a la organización del Estado. Eso era indispensable, porque se venía de serios desencuentros. No hay duda ninguna de que, para la observación general, ese objetivo se ha cumplido, lo que no significa que no queden problemas en el camino.
TODO: Concretamente, doctor Balbín: ¿Qué opina del proyecto reincorporacionista del diputado Fiol?
BALBIN: Está comprendido en mi expresión anterior.
TODO: Pero, en definitiva... El radicalismo del Pueblo que usted preside ¿es partidario de las reincorporaciones ?
BALBIN: El radicalismo del Pueblo, como partido, estima que debe dejar en manos del gobierno la solución integral de este problema, porque hace a su conducción y a su conocimiento. Yo aspiro llegar al instante del reencuentro feliz de nuestras Fuerzas Armadas.
TODO: Las reincorporaciones ¿serian la fórmula para ese reencuentro?
BALBIN: El Poder Ejecutivo está en conocimiento de los detalles que hacen a la solución concreta. Él debe, en consecuencia, decidir sobre los métodos.
FRONDIZI: Soy francamente contrario a las reincorporaciones de los jefes y oficiales dados de baja durante los años 1962 y 1963. Salvo las excepciones que pudieran proceder de algún error, se trata de los mismos jefes y oficiales que desde 1955 vienen interfiriendo en el quehacer político. No tengo dudas que su reincorporación significaría la vuelta a una situación de enfrentamiento de las Fuerzas Armadas. Por otra parte, no podría entenderse una reincorporación de jefes y oficiales a partir de las bajas producidas desde 1962, cuando todo el mundo sabe que las mismas menudearon a partir de 1955.

Política Internacional
TODO: Se ha dicho algunas veces que la política internacional del gobierno oscila entre Occidente y el Tercer Mundo. ¿Es eso exacto? ¿Por qué línea se define usted?
BALBIN: La política internacional del gobierno es coherente, y no creo que existan choques con respecto a esa conducción en el conjunto del gobierno, como se ha insinuado. Las líneas generales se cumplen y no hay duda ninguna de que en grandes líneas hubo una real reconsideración del país en el orden internacional.
FRONDIZI: En el momento actual no hay sino dos mundos: el de los países plenamente industrializados y el de los países sub-desarrollados. La aspiración de estos últimos, entre los cuales se encuentra la Argentina, es alcanzar el nivel de aquéllos. Para ello, cuentan en este momento a su favor con el hecho cierto de que la guerra universal se ha hecho imposible, con una doble consecuencia: por una parte, será inevitable un creciente desarme, con la natural liberación de sectores de la economía, afectados actualmente a la producción bélica; por otra parte, tanto las potencias del ámbito capitalista como las del socialismo tendrán que derivar de la guerra fría a la competencia económica, en la búsqueda de mercados para sus productos de alta elaboración. De esta manera, se verán forzados a crear en países como el nuestro la aptitud para el mayor consumo, que sólo puede proceder de una creciente industrialización.

Retorno
TODO: El anunciado regreso de Perón, ¿está jugado como parte de un plan encaminado al derrocamiento del actual gobierno?
BALBIN: Los que no se conforman se dan a la tarea de difundir, conversar o argumentar sobre la eventualidad de golpes o de intentos. Yo creo firmemente, y formulo la afirmación sin ingenuidad, que nada de eso es cierto o que nada de eso podrá prosperar. El país, a mi juicio, no desea retroceder y la respuesta cierta solamente se logra en comicios. La elección de marzo será una oportunidad sin ruidos molestos para que el pueblo defina con claridad su pensamiento y su rumbo.
FRONDIZI: Soy enemigo de los planteos simplistas y de adivinar consecuencias. Nuestro problema es totalmente distinto. Perón, como todos los argentinos, tiene el derecho de vivir en su patria y es un absurdo pretender que se mantenga un exilio de hecho. Pero lo cierto es que Perón se encuentra expatriado y que su regreso es resistido por fuerzas muy concretas. Lo curioso es que, salvo los extremistas verbales, nadie sale a decir nada sobre el tema, como si se estuviera jugando a quién da el primer paso en falso. Lo que es importante es que todos los argentinos sirvamos la causa de la convivencia, que es el presupuesto de la legalidad, el desarrollo y la paz social. Por ello es importante poner fin a la antinomia peronismo-antiperonismo. Y esto sólo se consigue reuniéndose en un gran programa nacional, en el que estén presentes todos los sectores. En cambio, la simple agitación sobre el "regreso de Perón" contribuye a aislar a los peronistas y disgregar a las fuerzas nacionales.

Un año de gobierno
TODO: ¿Cómo resumiría usted los resultados del primer año de gobierno de Illia?
BALBIN: El país no tuvo suerte en la sucesión normal de sus gobiernos. Desde 1930 hubo anarquía constitucional, cambios inesperados que estuvieron muy lejos de sus evoluciones naturales. Esto crea una gran tarea de preparación para poder realizar con seguridad lo que parece entenderse como una buena obra de gobierno. Queremos que se mire para adelante y miramos para adelante, pero no a punto tal como el de quienes elaboran las críticas olvidando de dónde venía el país y todo lo que estaba perjudicado. No se puede ocultar que nuestra Nación estaba enferma de inseguridad. Si lo que se desea es construir hacia adelante, había que ganar ese ámbito. En tal sentido, es mucho lo que se ha hecho. El país, en su gran mayoría, advierte que vive en un clima distinto. Comprendo que no está logrado en plenitud, pero ello se debe a grupos perfectamente ubicables...
TODO: ¿A qué grupos concretamente se refiere?
BALBIN: Al peronismo línea dura, por ejemplo. Pero si se advierte la actitud de las fuerzas realmente democráticas, definidas en distintos partidos, se comprenderá que a poco andar se consolidará esto que yo estimo como una estabilidad institucional lograda. Además, el gobierno debió atender todo lo que derivaba de una economía en confusión y de unas finanzas comprometidas.
FRONDIZI: El actual gobierno —que tiene un vicio de origen, como que nace de la proscripción y de la forzada abstención, y a pesar de ello sólo reúne el 20 % de los votos— no tenía otro camino para avanzar hacia la legalidad que crear las condiciones para su plena vigencia. No lo ha hecho así. En todos los planos tiende hacia la centralización del poder. Su política económica parece construida para lograr ese resultado, puesto que liquida la pequeña y mediana empresa. En el orden jurídico e institucional, el proyecto de crear una nueva Corte y la política de designación de jueces amigos crea el resorte de la centralización del poder. En el orden político e institucional, el gobierno mantiene una adecuada indefinición, precisamente para utilizar, en el momento oportuno, los medios idóneos para favorecer esta centralización: ley Sáenz Peña o proporcionalidad; estatuto de los partidos políticos; fecha de las elecciones. Si hubiera que reducir el saldo de un año de gobierno a términos de una definición, diría que continúa la línea inaugurada el 29 de marzo de 1962 y que acentúa sus rasgos, aunque revista todo de una demagogia carente de imaginación, que se fija como meta las próximas elecciones, esperando que tras de ellas se haya operado la concentración del poder que le permita continuar estructurando un orden político-económico y social apto para el dominio de las minorías.
TODO Nº5
29/10/1964

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