Panorama Nacional
A 12 días de la toma del poder, sigue el clima de indefiniciones

Medidas sociales y reuniones de médicos
Delicado interrogante: ¿Innovará Illía en la conducción militar?
¿También gobernará Balbín?, Misión especial: Cubrirle las espaldas al nuevo gobierno

Asumirá Illía
A 12 días de la toma del poder, sigue el clima de indefiniciones
La semana pasada se conoció el resultado de una encuesta, realizada por una agencia especializada, sobre la imagen que el presidente electo despierta en la opinión pública. La consulta permitió extraer tres conclusiones fundamentales: 1) hay confianza en Illía, pero no en los radicales del Pueblo: el 90 % de los entrevistados contestó afirmativamente a la pregunta "¿Se puede confiar en Illía?", pero el porcentaje bajó al 45 % cuando el planteo se hizo con respecto a la UCRP; 2) el problema que la opinión pública tiene más urgencia en ver solucionado es el de la iliquidez; 3) el petróleo es un tema que sólo interesa a sectores estudiantiles o fuertemente politizados.
Simultáneamente, los cronistas de PRIMERA PLANA realizaron una encuesta sobre Illía entre miembros de las Fuerzas Armadas, que los llevó a establecer un dato más o menos inesperado: además de algunos recelos respecto de la capacidad del equipo que gobernará a partir del 12 de octubre y la posible orientación militar de algunos de los colaboradores de Illía, los militares coincidieron en expresar su desagrado por la decisión del presidente electo de asumir la presidencia en traje de calle: "No hay hombre más humilde que el Papa — señaló un alto oficial— y, sin embargo, se cubre con todo el boato que corresponde a su investidura." "Crea una situación insólita al cuerpo diplomático", acotó un mayor. "Muy bien,
pero nosotros entonces vamos a desfilar en ropa de fajina", bromeó un general en un almuerzo de Campo de Mayo donde se comentó el episodio.
Sin embargo, las encuestas, de alguna manera, especulan con lo anecdótico de la actualidad. En la semana pasada se produjeron, en cambio, dos hechos importantes que contribuyeron a dar la impresión de que el 12 de octubre el gobierno no tendrá todavía más programa que una difusa plataforma electoral:
• Los diarios de Buenos Aires recogieron una expresión de Illía, pronunciada ante dirigentes de la CGT local durante su reciente visita a Pergamino: "Sostengo que los transportes, la electricidad, el gas y el petróleo, resortes esenciales de la economía nacional, deben pasar a manos del Estado." Inmediatamente, los asesores de Illía se movilizaron para explicar a los periodistas que el presidente electo, en realidad, había dicho casi lo contrario: "No tendremos que llegar a recursos extremos de ninguna naturaleza", con algunas acotaciones que no contribuían a definir líneas específicas ("El Estado trazará la mejor política eléctrica").
• Antes de viajar a los Estados Unidos para asistir a una conferencia del Fondo Monetario Internacional, el presidente del Banco Central, doctor Luis María Otero Monsegur, entrevistó a Illía. Quería saber si el presidente electo tenía interés en que se realizara alguna gestión especial o se tocara algún punto que él considerara oportuno. El doctor Illía lo escuchó ceremoniosamente y sólo formuló comentarios imprecisos: "Se respetará la legalidad", etcétera.
Además, después de la entrevista, agravó la imprecisión al divulgar una declaración sin ningún sentido aparente, diciendo que "asegurará la plena vigencia de la Constitución y de las leyes." Esto nada tenía que ver con las motivaciones del viaje de Otero Monsegur, y hasta parecía tender a quitar respaldo a la delegación que asistirá a las reuniones del FMI. Funcionarios del Ministerio de Economía indicaron que, evidentemente, Illía trató de borrar toda sospecha de que el titular de Banco Central contaba con su confianza.
La persistente indefinición del presidente electo en asuntos fundamentales contribuía, así, a trazar un cauteloso panorama sobre las perspectivas que la opinión pública vislumbra al comenzar el mes en que el nuevo gobierno tomará el poder.

Proyectos
Medidas sociales y reuniones de médicos
Entre los problemas que se propone encarar inmediatamente el gobierno de Arturo Illía figuran tres con prioridad en las preocupaciones del presidente electo. Junto con los temas de fondo que hacen al proceso económico-financiero y a la política comercial de la Argentina, esos problemas —el social, el sanitario y el de la vivienda— ocupan un lugar muy especial en el interés de Illía.
En materia social los asesores de Illía coinciden en una serie de medidas que estiman indispensables. En primer lugar, señalan que el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social deberá trabajar en colaboración directa con el equipo económico, de modo de no quedar librado a una función de simple componedor entre intereses empresarios y obreros. Establecido ese criterio, podrán quizá llevarse a la práctica algunos de los proyectos actualmente en la carpeta de José Luis Vesco, asesor de Illía y posible Ministro de Trabajo:
• Apoyo a las empresas que puedan pagar mejores sueldos, para favorecer un acrecentamiento del mercado interno. Dos medidas pueden aplicarse en ese sentido: financiación bancaria lisa y llana para aumentos de sueldos o descuentos de documentos de terceros en bancos oficiales, para cumplir la misma finalidad. Obviamente, antes de concederse créditos, se haría un estudio de los libros de la empresa solicitante, para saber si realmente es indispensable.
• Extensión a todos los gremios de la facilidad acordada últimamente a los empleados públicos para su jubilación. Es decir, el obrero o empleado podría renunciar para acogerse a la jubilación al mes siguiente de obtenido el beneficio jubilatorio.
• Posible unificación de cajas en el Instituto Nacional de Previsión Social y creación de filiales en todo el país. Sería una forma de "federalizar" el trámite jubilatorio.
• Apoyo directo a la obra social de los sindicatos, especialmente en lo que respecta a planes de vivienda como el que está desarrollando el Sindicato da Luz y Fuerza o el que iniciará la CGT.
• Estudio sobre las perspectivas de una resurrección de la vieja idea yrigoyenista: el Código del Trabajo.
El problema sanitario preocupa especialmente al presidente electo. Quizá el interés especial con que el doctor Illía ha absorbido siempre todos los asuntos vinculados a su profesión explica que, mientras no se conocen aún sus definiciones concretas sobre importantes cuestiones económicas y no hayan trascendido reuniones de técnicos para discutir con él esos problemas, haya mantenido, hace pocos días, una importante conferencia en la quinta La Loja, de San Miguel, para discutir detalles vinculados a la salud pública mientras dirigentes de la plana mayor de la UCRP, como Marini, Lavalle y Balbín, esperaban en antesalas.
En esa reunión se cambiaron ideas sobre los planes municipales en materia sanitaria, e Illía —que escuchó proyectos de los doctores Alberto Mondet y Jorge Firmat, secretario y director, respectivamente, de Salud Pública de la Municipalidad— formuló, contra su costumbre, numerosas interrupciones para hacer preguntas concretas y anotar observaciones.
Illía entiende —por ejemplo— que el seguro de salud es una necesidad, pero de aplicación solamente cuando la estructura básica lo permita.
El presidente electo, por lo demás, aprobó calurosamente algunas de las ideas básicas que fueron expuestas por Mondet y Firmat, especialmente las que se refieren a los problema de salud mental. La tesis sería articular una ofensiva sobre ese plano en coordinación con las Fuerzas Armadas (por ejemplo: la Municipalidad contribuiría con cincuenta millones de pesos para convertir un cuartel en centro de rehabilitación psiquiátrica, etc.).
• Con respecto al problema de la vivienda existen ya numerosas carpetas, organizadas por diversos equipos, que tratan desde las posibilidades de financiación hasta la construcción de nuevos barrios. El complicado tema de la ley de locaciones urbanas será tratado, por su parte, en sesiones extraordinarias del Congreso. Illía no desea una mera prórroga más, sino una ley orgánica, que posibilite salir del círculo vicioso actual. Sin embargo, en informales conversaciones, algunos diputados manifestaron que es materialmente imposible emprender el estudio de un proyecto de ese tipo en el escaso tiempo que queda hasta las sesiones extraordinarias, por lo cual lo único factible es prorrogar ahora nuevamente la ley por seis meses o un año, lapso que permitirá recoger información suficiente como para elaborar soluciones de fondo.
________________
Fuerzas Armadas
Delicado interrogante: ¿Innovará Illía en la conducción militar?
Es posible que uno de los interrogantes que pesan sobre la futura acción del gobierno de Illía que más gravitará seguramente en la estabilidad nacional, se refiere a la actitud que tomará respecto de las Fuerzas Armadas,
En la semana pasada, y casi en vísperas de ser conocidas las designaciones que Arturo Illía efectuará para el gabinete, los medios más informados seguían sosteniendo que el nuevo gobierno no innovará en ese terreno, por lo menos durante los primeros meses.
Preocupaciones
Tal como aparecía en estos días, el panorama sería el siguiente:
• Numerosos jefes del Ejército de todo el país exteriorizan diariamente a la Secretaría de Guerra su preocupación de que el presidente electo inicie una política de reincorporaciones, afectando seriamente la estabilidad dentro del arma. Todas esas exteriorizaciones encuentran como respuesta una extraña calma por parte de los generales Repetto y Onganía, secretario de Guerra y comandante en jefe del Ejército. Para los allegados a ambos generales, habría ya un acuerdo entre los dos e Illía para no innovar por un período prudencial.
• Para todos los observadores, la UCR del Pueblo casi no tiene conexiones íntimas con los actuales mandos del Ejército, pero sí las tiene, y muy estrechas, con los sectores colorados desplazados en las acciones de setiembre de 1962 y abril de 1963. Esto podría determinar una presión partidaria sobre Illía, ejercida quizás a través de los legisladores de la UCRP. Sin embargo, en conversaciones informales, el jefe del partido, Ricardo Balbín, insiste en que en el campo de las Fuerzas Armadas, y especialmente en el Ejército, no habría que innovar por lo menos durante los primeros seis meses de gobierno.
• Mientras tanto, existe una intensa ola de versiones que señala al general Onganía como dispuesto a solicitar su retiro. Fuentes azules indicaron que se trata de una acción psicológica de los grupos colorados.

Calendario militar
Si bien el calendario político argentino concluye el 12 de octubre, con la asunción del mando por parte de Illía, sólo hacia el 15 de octubre comienza el calendario militar: se inicia la actividad de las juntas de calificaciones que antes del 31 de diciembre tendrán que decidir sobre los pases, nombramientos y ascensos.
Si la conducción de las tres armas cambia de signo, es evidente que también cambiarán de signo los pases y ascensos, trastrocando así las tareas de recuperación institucional que se han venido cumpliendo en los últimos meses. Este simple hecho, a juicio de los observadores, crearía la primera situación explosiva de importancia que tendría que afrontar Illia en la esfera militar.
De todos modos, se insistía en diversos medios en que incluso este interrogante estaría resuelto ya en las conversaciones que tanto Illía como Balbín mantuvieron con los jefes de las tres armas. Se tendría así el primer indicio de que por lo menos hasta diciembre no se produciría la temida innovación en la materia.

Reuniones y perspectivas
A la luz de todas estas circunstancias, las versiones más destacadas de la semana indicaban por un lado la posibilidad de que se mantuvieran los tres secretarios militares o que se mantuvieran únicamente los tres comandantes en jefe, y que los secretarios militares a designarse no provocarían ningún cambio en el estado actual de las tres armas.
Para aclarar todos estos problemas fue especialmente efectiva la reunión realizada por el doctor Illía con los generales Repetto y Onganía, y la del doctor Ricardo Balbín con el brigadier Mac Loughlin, secretario de Aeronáutica. Lógicamente hubo, además, otras reuniones de la misma naturaleza.

______
Balbín
Misión especial: Cubrirle las espaldas al nuevo gobierno
En una reciente conversación Ricardo Balbín denunció que "dentro de seis o siete días, los intereses que se verán afectados por el gobierno radical lanzarán una violenta campaña de rumores, científicamente planeada, a fin de perturbar. presionar, crear caos y tratar de obligar a transacciones al presidente Illía".
También en una reciente conversación, el veterano y hábil líder radical unionista de la Capital, Julián Sancerni Giménez, expresaba que hoy "todos los antibalbinistas estamos cerrando filas en torno de Balbín, para fortalecer su jefatura partidaria".
Después de la reunión de Illía, Perette, Balbín y Zavala Ortiz en Cruz del Eje, en todos los medios se estimó que habían sido señaladas las esferas de influencia que cada uno de estos dirigentes tendría en el próximo gobierno. Inevitablemente, todos ellos desmintieron esas afirmaciones. Pero si no hubiera ocurrido así, es evidente que se aclararon algunas de las funciones que cada uno ejercería, resuelto esto con todas las dificultades que implica el cerrado mutismo del presidente electo.

Estilo propio
De todos los informes recogidos, se puede deducir que Ricardo Balbín también gobernará después del 12 de octubre, pero lo hará en su estilo propio, con fórmulas distintas que puedan desconcertar a los observadores.
Y esto ocurrirá, probablemente, siguiendo la línea de su acción anterior:
• Balbín logra salvar la unidad partidaria al permitir la consagración de la fórmula Illía-Perette antes de las elecciones.
• Logra desarrollar con éxito las negociaciones partidarias en numerosas provincias, y las gobernaciones obtenidas por el radicalismo del Pueblo van mucho más allá de lo que su ubicación electoral hubiera hecho sospechar.
• Logra, finalmente, ganar la batalla del Senado, obteniendo la mayoría para la UCR del Pueblo y otorgando a Illía un apoyo decisivo en el ámbito parlamentario.

El necesario respiro
Así, sin participar en el gobierno, ni siquiera en forma paralela, Ricardo Balbín, desde la jefatura del partido, parece haber tomado a su cargo la solución de muchos de los numerosos problemas que afrontará, no el gobierno, sino la UCR del Pueblo en el gobierno. Y, probablemente, así se explica su frase sobre la acción psicológica —a la cual quiere salir al cruce—, como también la observación de Sancerni Giménez.
Quizás la imagen de Balbín, en relación al futuro gobierno, pueda definirse también de otro modo: Cuando Illía se sienta acorralado, como se presume que ocurrirá ante la magnitud de los problemas económicos y sociales que se desatarán después del 12 de octubre, seguramente sólo la firmeza partidaria podrá brindarle un resquicio, una plataforma donde afirmarse, o un respiro: en eso piensa Balbín cuando en estos momentos, con toda velocidad, trata de fijar las relaciones de la UCR del Pueblo con Illía, y trata de que el próximo gobierno, sin ser un gobierno de partido, tenga en cuenta que es un gobierno que ha llegado al poder gracias a la disciplina y unidad partidarias.

Disensiones
Hasta esta semana, todos los medios informados coincidían en que esas relaciones entre el partido y el equipo Illía aún no estaban totalmente definidas. Probablemente las anécdotas que surgen de este proceso son la causa de las numerosas versiones que circulan sobre desavenencias entre Balbín e Illía. Sería difícil afirmar que se trata de desavenencias, pero es evidente que hubo algunos desacuerdos: Ricardo Balbín estima que debería haber decisión ya sobre algunas medidas básicas que se deberán tomar después del 12 de octubre, así como sobre algunas designaciones, pero sus opiniones han chocado, en la mayoría de los casos, con el mutismo de Illía, así como de sus asesores.
De todos modos, resulta interesante subrayar que son, precisamente, los colaboradores de Illía, los más interesados en afirmar que no existen esas desavenencias. Cuando los redactores de PRIMERA PLANA reunían información sobre el tema, el secretario de prensa del presidente electo, Pablo Valle, se preocupó de entregar la siguiente declaración: "Ricardo Balbín significa, para nosotros, los hombres nuevos del partido, la conducta que forjó desde la oposición, un sentido limpio de la política que interpretaron todos los sectores argentinos. Su permanente lucha posibilitó salvar a un partido de la crisis que hizo fracasar a muchas agrupaciones políticas, y finalmente conducirlo a las posibilidades de la victoria."

Realidad y ortodoxia
Es posible que la realidad del ejercicio del gobierno obligue a Illía a aplicar con métodos no muy ortodoxos la plataforma electoral. La ortodoxia política, que puede ser la clave de un partido en la oposición, sería a veces suicida para un político en el gobierno. Todos los observadores coinciden en que, precisamente, esta posición es la de Balbín. Y si esto llega a ocurrir, la disciplina que Balbín logre imponer al partido y a las bancadas de senadores y diputados, determinará en gran medida el éxito o el fracaso de un gobierno que debe ser dinámico ante el aluvión de problemas que enfrentará.
Consultado sobre estos temas, el doctor Balbín prefiere responder con símbolos: "Soy el más humilde radical y el más fiel servidor de las instituciones del partido."
La perspectiva sería la siguiente: Balbín no será cogobierno; la UCR del Pueblo, bajo su conducción, no será un apéndice del gobierno, como lo fueron el peronismo y la UCRI; el gobierno necesitará del partido y ya Balbín sabe el papel que en este caso jugará.
1º de octubre da 1913.
PRIMERA PLANA
Ricardo Balbín

Ir Arriba