QUE PASARA EN MARZO Volver al índice
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"En verano, prepararse; en marzo, empezar". El aforismo es una de las normas más aplicadas del folklore político argentino. Entre mediados de diciembre y marzo, los protagonistas (hombres, tendencias, sectores} se compactan y afinan sus estrategias, para desesperación de los analistas políticos. No descartan, sin embargo, algunas fintas: les sirven para medir el grado de preparación de propios y ajenos.
Pero este año las fintas ya se parecen demasiado a un primer round: hasta hubo una algarada estudiantil (en Córdoba) totalmente inusual en esta época. En todos los ámbitos que no han excluido la política, a pesar de los trajinados esfuerzos oficiales, los acontecimientos se suceden con creciente velocidad. Todo permite pronosticar que en marzo habrán adquirido un ritmo intenso. Las pruebas, al canto:
• El liberalismo político ya lanzó— y fuera de temporada— un agrupamiento, el MAR (ver Panorama Nº144,) para avalar la candidatura presidencial de Pedro Eugenio Aramburu. Los maristas se dedican a impulsarla en medios políticos, económicos y hasta militares.
• Para los observadores, es significativo que en el Ejército, el comandante en jefe, Alejandro Agustín Lanusse, inauguró el verano efectuando prolija recorrida por todas las guarniciones del país. Después tomó sus vacaciones: el Ejército está aceitado, todos sus mecanismos —lo verificó el general Lanusse— funcionan perfectamente.
• El gobierno, casi de vacaciones, se repone de un año arduo. Y acumula la energías para otro que promete serlo más aún. El presidente Onganía, quien permanecerá hasta fines de mes descansando en la 'residencia gubernamental neuquina de El Messidor (ver página 12) se lleva numerosas carpetas para dedicarle su tiempo. Los temas esenciales que han trascendido: cumplimiento de las metas anunciadas al funcionariado en marzo de 1969, evaluación de la tarea de todos y cada uno de sus más encumbrados colaboradores, análisis de aciertos y errores en la búsqueda del camino que lo lleve a la ejecución de los fines revolucionarios.
• Los gremios tienen, en cada nivel, problemas diferentes. En la cúspide nacional los dirigentes se afanan por obtener del gobierno la efectivización de promesas que recibieron en octubre último, cuando levantaron un paro nacional y obtuvieron la devolución de la CGT. En el interior también se cuecen habas: algunas corren peligro de quemarse. Córdoba intenta convertirse en el eje de la oposición; las "62 organizaciones" atraviesan un proceso de fractura y cada uno de sus sectores intenta captar las politizadas voluntades provinciales.
• Los universitarios, y quienes aspiran a serlo, hicieron lo suyo para modificar aún más la ya bastante alterada rutina de provincia de Córdoba: la ocupación de dos locales y algunas manifestaciones callejeras. En un atentado personal un dirigente estudiantil resultó herido. En la sede del sindicato de Luz y Fuerza hubo, por otra parte, un operativo comando: 5 sujetos penetraron al hall del local (gritando, extrañamente, "¡Viva el fascismo!"), donde desparramaron gas lacrimógeno y algunos proyectiles de pistola. Uno de ellos alcanzó a una estudiante que estaba allí, pero la herida no revistió gravedad.
• El ministro Dagnino Pastore también tendrá ajetreos, pero en Europa y Estados Unidos. Pasará de reunión a reunión. En todas ellas hablará con adustos funcionarios de las finanzas internacionales. Intentará captar, con la explicación detallada del Plan Económico Nacional (ver Panorama Nº144,), la confianza, la adhesión y, además, la aprobación de créditos (que el ministro no discutirá personalmente) de sus interlocutores.
Cada uno de estos ítems constituye un complejo mosaico cuyo dibujo final es, todavía, difícil de visualizar Aunque, en contornos brumosos, algunos de sus trazos ya se atisban.

Córdoba, obreros...
La última semana comenzó a precipitarse un operativo destinado a desmontar la estructura sindical radicalizada que acaudilla el líder lucifuercista local Agustín 'Gringo' Tosco, uno de los padres del "cordobazo". Algunos observadores locales ponen en duda la eficacia de esta estrategia, cuyo origen suponen oficialista, por el grado de irritada politización que muestra el antaño bucólico paisaje cordobés. Los distintos círculos de la política oficial y opositora de la provincia coinciden, sin embargo, en las miradas recelosas que suelen depositar en el futuro inmediato. Entre el martes y el jueves de la semana última un enviado especial de Panorama investigó, en Córdoba, los posibles rumbos de la situación, a la par que cubría el desarrollo de los acontecimientos. El siguiente es un extracto de su informe. Diez días atrás, en las vísperas de la reunión opositora, el dirigente Tosco recibió (se cuenta) un extraño llamado: el jefe de la policía local, teniente coronel (RE) Héctor Romanutti (célebre por su caballerosidad) le ofreció protección. "Se dice que atentarán contra usted", habría dicho el militar. "No importa —fue la respuesta de Tosco—: no me puedo poner bajo la protección del régimen que combato." Los amigos de Tosco, que difunden la versión, comentan que el caudillo quedó impresionado (gratamente) por el gesto del jefe policial. No es la primera vez que los tiene: durante la "revolución de cassette" el mismo Romanutti dio dos minutos para retirarse de su presencia a tres conspiradores (Gilberto Oliva, Walter Beveraggi Allende y Raúl Márquez Alonso) que le fueron a pedir que se entregara, con toda su fuerza.
En la tarde del miércoles, mientras Tosco y el periodista Luis Reynaudi trabajaban (en su despacho del segundo piso) en los tramos finales del documento público que la asamblea opositora del último día de enero les había encomendado redactar se produjo, en la planta baja, el atentado. Su consecuencia más importante: la clausura del sindicato, que tuvo lugar al día siguiente.
A las 8 y cuarto de la mañana, tres camiones de la Guardia de Infantería depositaron al personal que portaban en la puerta del Sindicato de Luz y Fuerza. Los policías allanaron el local, en el que sólo encontraron panfletos guardados la noche anterior, en la caja fuerte de la institución: aún permanecen allí. Los volantes justificaron, de todos modos, declaraciones del mayor Santiago Hoya, subjefe de policía, encargado del procedimiento". "Esto comprueba algo que toda Córdoba sabía: aquí funcionaba un centro de agitación e instrucción comunista". El gobierno provincial parece, sin embargo, haber sido el último en enterarse: esperó 8 meses, lapso que trascurrió desde el cordobazo y en el que la actitud de los lucifuercístas no tuvo modificaciones esenciales. Esto permite, a muchos cordobeses, afirmar que la orden
de clausura se impartió en Buenos Aires. "La táctica de Huerta (Roberto, el gobernador de la provincia era menos frontal, pero quizás igualmente efectiva" dicen, y la explican: la secretaría provincial de Trabajo estaba a punto de "iniciar una investigación en la contabilidad del gremio con el propósito, evidente aunque no confesado, de determinar si se utilizaban fondos para actividades extrasindicales, pecado que el gobierno condena severamente. El martes la Empresa Provincial de Energía de Córdoba (EPEC) había notificado telegráficamente a Luz y Fuerza que no retendría más las cuotas sindicales, una tarea que venía cumpliendo desde hace una década. Explicación: el gremio no se atenía a las reglamentaciones legales (voto secreto y directo de los afiliados para aprobar los aportes societarios). De este modo Luz y Fuerza, una de las dos organizaciones más poderosas económicamente del movimiento obrero cordobés (la otra: SMATA). se habría encontrado en un callejón sin salida: o agotarse de asfixia financiera o enfrentar la medida de EPEC, un proceso que también la habría llevado a la intervención, aunque con menos tono de martirologio.
En las últimas horas del viernes, desde despachos cercanos al del gobernador Huerta salía una versión halagadora para el gremio: se iniciarían tratativas, en Buenos Aires, para que la clausura fuese levantada durante esta semana. Ya se habían producido dos paros de una hora, declarados por el gremio, en las instalaciones de EPEC, y eso podría ser sólo el comienzo de una escalada sindical de alcances imprecisos, pero peligrosos.
En todo caso no es la única amenaza de inquietudes gremiales. Oscar Settembrino, telefónico, aseguró a Panorama que las "62 organizaciones" locales estaban coordinando con su colega rosarina la realización, en febrero, de un paro activo ("después del cordobazo, los pasivos ya no caminan", aclaró) que podría dificultar los esfuerzos pacificadores del mandatario, provincial. Por ahora, el peronismo gremial cordobés está abocado a la reorganización del secretariado de la regional cegetista. Sus bases: 3 miembros menos (de 10 a 7) con desplazamiento de Luz y Fuerza, único miembro no afiliado a "las 62" que todavía participaba de la conducción.
Desde ayer, lunes, y hasta principio de marzo, las tres grandes fábricas de automotores de Córdoba han dado licencia a la mayoría de su personal, caudal básico de cualquier movilización obrera en la provincia. Este elemento permite aportar dos conclusiones: febrero tendrá un tono organizativo, pero marzo puede llegar a ser más denso, si se aplican los diversos planes de lucha que hoy están en suspenso.

...y estudiantes
El viernes Rogelio Nores Martínez, rector de la Universidad de Córdoba y padre de 9 hijos (uno de ellos llegó a la Dirección de Prensa de la Presidencia) informó en Buenos Aires al presidente sobre la crisis universitaria. Sus raíces: la Casa de Trejo (12.500 alumnos) tiene 7.500 aspirantes a entrar. No hay lugar, ni profesores, ni presupuesto para tantos. Ergo: la entrada será limitada. Método: un test, de medio millar de preguntas, elaborado por un grupo de expertos, formulado como una prueba objetiva, en la que las respuestas se eligen de un grupo de alternativas que propone la encuesta. El acierto del 40 por ciento en cada una de sus cuatro áreas (matemáticas, biología, física y ciencias sociales asegura la aprobación del examen.
Los grupos estudiantiles critican el sistema, aunque dividieron sus tácticas de oposición: mientras la Federación Universitaria de Córdoba (izquierda) y Franja Morada (liberales populistas) organizaron, la primera en la sede de Luz y Fuerza, cursillos preparatorios. Los integralistas (cristianos) y el Frente Estudiantil Nacional (properonistas) rechazaban la idea señalando que era contradictoria con la oposición al examen. La FUC y Franja Morada consiguieron, no obstante, tres mil adictos para sus cursos. Alumnos más adelantados les dieron 12 clases sobre los temas de test. Pero, también, parecen haber colaborado a su enardecimiento: de allí salieron los exaltados adolescentes que el lunes de la semana última ocuparon (hasta el día siguiente) el hospital de Clínicas.
El episodio sirvió para poner de manifiesto crecientes discrepancias entre Huerta y Nores Martínez. El martes el rector anunciaba la suspensión de toda actividad universitaria aduciendo que carecía de las más elementales garantías para el normal desarrollo de la vida universitaria. Para los observadores el comunicado implicaba una oblicua crítica a las autoridades provinciales (que hicieron todos los esfuerzos posibles para que el Clínicas fuera pacíficamente desocupado, como sucedió), las que, además, recibieron una delegación de estudiantes. Ñores había rechazado el diálogo.
Difícilmente la Universidad retroceda en la aplicación del test, respondiendo al principio de autoridad. Y los estudiantes tampoco parecen dispuestos a ceder. Este enfrentamiento aparece como inevitable cuando se reanuden las actividades en la casa de altos estudios. La segunda mitad de febrero, o más posiblemente los primeros días de marzo, cuándo la población estudiantil finalice sus vacaciones el clima promete ser francamente explosivo. Un peligro que aumenta por la estrecha relación existente entre las organizaciones obreras y estudiantiles. Marzo, en este caso, también, asoma con urticantes perfiles.

Gobierno
Una de las más difundidas fábulas políticas es la de las "carpetas negras" del general Onganía, prolijos dossiers en los que el jefe del Estado tendría concentrada toda la información sobre temas claves. Si son carpetas, y si sus tapas son negras, son detalles accesorios. Lo cierto es que, al finalizar sus períodos de descanso el presidente suele hacer anuncios espectaculares, o definir situaciones que estaban pendientes de estudió.
En marzo de 1969 Onganía lanzó, ante los personajes más importantes de su gobierno, un desafío: marcó un fixture (Panorama Nº 102) con fechas precisas de cumplimiento, que llegaban hasta marzo del 70. Su cumplimiento alcanzó la mitad de los ítems propuestos, y muchos de los completados sufrieron graves retrasos: el plan de inversión pública debió estar completado en septiembre, lo mismo que las metas de mediano plazo para sectores de importancia de la economía. La organización de las comisiones nacionales de asesoramiento sectorial, también prevista para septiembre, no se concretó aún.
Para fijar los plazos, según se explicó en su momento, se había utilizado la información recabada en todos los organismos y reparticiones oficiales. Su no cumplimiento posiblemente implique una severísima crítica del jefe del Estado, una actitud que el general Onganía suele acompañar con medidas tendientes a modificar la situación.
La evaluación de las deficiencias que todavía arrastra el aparato del Estado, entre las que se cuenta una nutrida aunque ineficiente burocracia, ha sido siempre una inquietud del presidente. Puede desencadenarse, en marzo, una tormenta sobre el funcionariado.
El análisis por área de la acción de gobierno tampoco deparará excesivas satisfacciones al jefe del Estado:
• Economía: se verificaron graves atrasos en la confección del presupuesto y de la política impositiva. Se habló de fuga de capitales del país. Se mantuvo, no obstante, la paridad del signo monetario y se verificó un aumento de la producción. Pero el costo de la vida subió, en términos reales, más de los previstos y los sectores económicos descargan quejas sobre el gobierno.
• Interior: el ministerio político tuvo un año agitado. Se produjo el cordobazo, con su secuela de estallidos en otras áreas, y el aumento del clima de tensión. Se hizo necesario al gobierno apelar al Estado de Sitio, y aplicar sanciones a órganos periodísticos por motivos diversos. En la ciudad de Buenos Aires, sin embargo, la calma se mantuvo. El proceso de "participación", una de las bases de la política oficial, fue parcial, contradictorio y no se concretó con la envergadura inicial-mente planteada.
• Relaciones con el sector obrero: pese a la devolución de la CGT, la idea de "un movimiento obrero fuerte", que pertenece a la filosofía de la Revolución, está lejos de concretarse. La atomización en ese sector es creciente, y su tendencia es acentuarse.
• Bienestar Social: el llamado "ministerio de la Revolución" no adquirió, aún, entidad real. Jubilaciones sigue siendo un tema irritativo, la Promoción y Asistencia de la Comunidad es, aún, una imprecisa entelequia. El plan de viviendas no avanza con el ritmo esperado. Salud Pública, en cambio, es la Secretaría que opera en mejores condiciones.
• Relaciones Exteriores: en este terreno se produjeron avances, aunque sólo sirvieron para poner la situación general en el punto en que se hallaba cuando Nicanor Costa Méndez se lanzó a una política tan ambiciosa como irreal. Las relaciones con los países limítrofes mejoraron sustancialmente.
• Obras Públicas: aquí es donde el gobierno ostenta algunos de sus mayores éxitos. El túnel subfluvial y el cumplimiento de las primeras etapas del complejo El Chocón-Cerros Colorados son los aspectos más importantes. El plan vial se desarrolló en los niveles previstos, y en los planos provincial y municipal hubo adelantos significativos.
Esta síntesis puede nublar el cielo de los funcionarios: marzo será un mes de replanteos en los más altos niveles. Otra de sus características es un posible incremento de la participación personal del presidente en el tratamiento de problemas esenciales. Esa práctica dio buenos resultados frente a la política respecto a países vecinos (particularmente Bolivia, Chile y Paraguay) y permitió en un momento de grave conflicto gremial (fin de octubre) paliar un posible estallido. Pero es un axioma que la intervención presidencial en los asuntos urgentes produce un progresivo desgaste. Onganía, quien fuera inicialmente el jefe de la Revolución, y del Estado, adquiere cada vez más notoriamente el carácter de jefe del Gobierno, y se compromete en forma creciente con su gestión.
La mayoría de los políticos consultados por Panorama marcó el mes de marzo como el comienzo de una ola crítica. Basilio Serrano, en cambio, se manifestó satisfecho con la marcha de los acontecimientos, y aunque sugirió la posibilidad de cambios en el elenco oficial, y aun de un estallido de violencia, señaló que la tendencia del gobierno es la consolidación.
En el plano gremial, los directivos cegetistas esperan marzo inquietos: su ponen que en ese mes se producirá la solución de su más candente problema (reglamentación del manejo del 3 por ciento destinado a obras sociales) esperan que el mes se inicie con una entrevista con el presidente. Esta, en principio, ya habría sido gestionada ) cuenta con la media palabra del jefe del Estado, para el regreso de sus vacaciones.
La escena está montada. Cada uno de los protagonistas conoce su papel. Y de una u otra manera ha efectuado ensayos parciales o generales del rol que espera cumplir. Una definición más clara de la Revolución es la que se pondrá, a lo largo del mes que viene, sobre el tapete. Las líneas para marzo están tendidas.

Revista Panorama
10.02.1970

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   Pero es un axioma que la intervención presidencial en los asuntos urgentes produce un progresivo desgaste. Onganía, quien fuera inicialmente el jefe de la Revolución, y del Estado, adquiere cada vez más notoriamente el carácter de jefe del Gobierno, y se compromete en forma creciente con su gestión.
La mayoría de los políticos consultados por Panorama marcó el mes de marzo como el comienzo de una ola crítica.



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