RADICALES
El ejercicio de la democracia
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Algunos, es cierto, criticaron la tardanza de Raúl Alfonsín en congratular a su ganador; otros, incluso, llegaron a arriesgar que el candidato del Movimiento de Renovación y Cambio no se haría presente en el agasajo que la Unión Cívica Radical realizó en la noche del lunes 27 a Ricardo Balbín, elegido candidato a presidente por el voto directo de casi 300 mil afiliados. Sin embargo, todas las versiones y los rumores que consignaban que el alfonsinismo no aceptaría su derrota quedaron conjurados en sólo un momento. Antes, en su reducto de Corrientes al 1900, los precandidatos renovadores Raúl Alfonsín-Conrado Storani habían marcado claramente ante los periodistas que seguirían en el partido respetando a las autoridades elegidas y las decisiones tomadas, o que pueden llegar a tomarse, en la Convención Nacional. Destacaron, además, la limpieza de las elecciones y el caudal de votos obtenido por su movimiento en el comicio.
Es que para el viejo partido el ejercicio de la democracia es aceptado aun por los más rebeldes como un derecho consagrado. Por esta razón las cerradas estructuras partidarias pueden soportar el embate de los descontentos, y éstos volcar sus inquietudes hasta el punto de discutirle el máximo cargo al jefe consagrado sin temor a las posibles represalias. Es más, para muchos radicales —incluso los más acérrimos balbinistas— los nuevos enfoques incorporados por la izquierda renovadora, sintetizada por Alfonsín-Storani, tienen un valor inapreciable para dinamizar y modificar, en algunos casos, las estructuras de algunos cuadros relegados a la vieja política del comité.

LOS RESULTADOS. Sin embargo, esos democráticos acuerdos no impiden que surjan otras disidencias. Durante la elección, los alfonsinistas desgranaron críticas a la actuación de los punteros en varias parroquias de la Capital. En algunas circunscripciones faltaban boletas de los renovadores y Conrado Storani deslizó el lunes pasado la denuncia que los comicios en Misiones no pudieron realizarse por una maniobra fraudulenta del comité provincial. También, a pesar de reconocer públicamente su derrota, el Movimiento de Renovación y Cambio no se puso de acuerdo con el balbinismo en los resultados totales provisorios. Para los primeros, la diferencia apenas superó los 15 mil sufragios; para los partidarios de Ricardo Balbín, en cambio, la cifra se elevaba a más de 40 mil.
De todas maneras, para los renovadores los resultados suponen un hecho auspicioso. La fórmula triunfó en seis provincias —entre ellas Córdoba y Santa Fe— y perdió ajustadamente en la provincia de Buenos Aires. En la Capital, un inexpugnable reducto balbinista, cosechó casi 10 mil votos sobre 40 mil votantes, mientras que en Entre Ríos, aun perdiendo en el total, alcanzó la victoria en los parciales de la ciudad de Paraná en desmedro de Carlos Perette, el más importante caudillo de la provincia. Por otra parte, en la Capital, el corte de boletas fue un hecho notorio. Es que muchos afiliados adeptos a Balbín no aceptaron la lista de diputados y senadores presentados por el oficialismo y decidieron elegir a los candidatos propuestos por el alfonsinismo. El criterio en la selección de los integrantes de las listas balbinistas fue la causa —según algunos de sus amigos— que motivó la renuncia de Reynaldo Elena al cargo de diputado. Al parecer, el caudillo boquense se mostró ofendido por su inclusión en el deciprimer lugar y sobre todo por algunos nombres que lo preceden en la lista.

¿RENUNCIAMIENTO? Apenas terminado el acto electoral y apagados los ruidos del jolgorio, los rumores sobre el posible renunciamiento de Balbín a su postulación como candidato a presidente volvieron a recorrer los pasillos radicales. Para muchos esta posibilidad existe en la medida que las conversaciones en el frente multipartidario deriven en una actitud semejante por parte de Juan Domingo Perón y de los comandantes en jefe. Si esto sucediera, la Convención Nacional —máximo organismo partidario— decidiría su sucesor, elegido entre los hombres de mayor confianza del actual candidato, y entre quienes —eliminado ya Alfonsín— figuran Héctor Hidalgo Solá y César García Puente. El primero, un joven economista sobrino de Illia, aparece con mayores posibilidades. Sobre todo por ser el único radical recibido por Perón en Puerta de Hierro y con quien mantiene contactos directos. García Puente, en cambio, ofrece como principal crédito el haber triunfado en las duras elecciones de la provincia de Buenos Aires para la futura gobernación.
Claro que de no darse estas condiciones, el flamante candidato no sólo no renunciará a su cargo sino que intentará —por tercera vez— ceñir la banda presidencial. Tal vez, como afirmó Alfonsín, la tercera sea la vencida.
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"El radicalismo no entrara en alianzas"
En la madrugada del lunes 27 el centro de computación de votos de los alfonsinistas en Corrientes al 1900 había quedado desierto; en la casa Radical, en cambio, los partidarios de Ricardo Balbín festejaban el triunfo del veterano caudillo aun cuando todavía la diferencia "entre ambos candidatos no era suficientemente amplia como para garantizar el triunfo. Después la euforia fue desplazada por unas horas. A la tarde del mismo lunes, ya asegurada la victoria, los balbinistas retornaron al local de la calle Tucumán con la esperanza de poder saludar al elegido. Balbín, mientras tanto, refugiado en su estudio de Rivadavia al 800" analizaba con sus colaboradores los primeros pasos de su campaña electoral. También por allí desfilaban sus amigos para saludarlo: Arturo Illia, Antonio Tróccoli y Anselmo Marini abrazaron calurosamente al "Chino" sin que éste diera muestras de alegría. Inescrutable, parsimonioso, el candidato de la Unión Cívica Radical concedió su primer reportaje a Panorama. "Soy el mismo de siempre, claro que ser candidato impone mayores responsabilidades", murmuró a manera de introducción. Después hundido en un mullido sillón siguió contestando con la misma cautela y firmeza de siempre.
Lanusse dijo en la conferencia de prensa y ante los oficiales del I Cuerpo de Ejército que la solución constitucional pasa por el acuerdo previo a las elecciones. ¿Las coincidencias alcanzadas por los partidos políticos en la Mesa de Trabajo multipartidaria implica que dichos partidos están dispuestos a aceptar el criterio formulado por el presidente y, en consecuencia, a concertar ese acuerdo previo con las Fuerzas Armadas?
En la Mesa de Trabajo, que integra la Unión Cívica Radical en cumplimiento de lo dispuesto por la Convención Nacional al asegurar que buscamos la unión de los argentinos mediante el logro de coincidencias mínimas que afirmen el proceso de institucionalización y su futuro, se verá si es posible alcanzar ese propósito esencial. Si así fuere, surgirá el criterio que habrá de sostenerse frente al planteo de la pregunta.
-Usted afirmó en varias ocasiones que Perón estaría dispuesto al gran renunciamiento histórico. En algunos sectores, inclusive militares, se sostiene que usted también debería resignar su candidatura. ¿Cuál es su opinión al respecto?
-Es un error sostener que yo he dicho que el señor Perón estaría dispuesto al gran renunciamiento histórico. Lo que he afirmado, y lo reitero, es que a través de sus expresiones, su retorno está dirigido a lograr la institucionalización del país afianzando la pacificación de la República. Con respecto a mi candidatura, no me pertenece; es del partido, que sabe cómo pienso y de todo lo que soy capaz de hacer a su servicio. De modo tal que nada puedo responder concretamente. Sólo agregaré que para el futuro hablarán los acontecimientos, que serán considerados por la Convención Nacional si fuera necesario.
-¿Considera un éxito del radicalismo haber eliminado la mención del doctor Mor Roig en las exigencias peronistas para un cambio del titular del Ministerio del Interior? ¿Considera que la presencia de Mor Roig en el ministerio no altera las garantías de imparcialidad en el proceso electoral?
-Según noticias que tengo, en la Mesa de Trabajo, que busca las coincidencias, no se ha considerado la situación del ministro. En cuanto a las garantías que el proceso reclama, debemos comprender que atento a la forma de conducción del gobierno militar, las mayores responsabilidades están en otra parte.
-¿Cuáles serán sus primeras actividades como candidato a presidente de la Nación?
-Pregonizar con el conjunto de los radicales la campaña electoral en toda la dimensión de la República, exhibiendo como estandarte la plataforma electoral. Puedo agregarle que lo haré con la convicción de que el proceso electoral se cumplirá inexorablemente. Pienso que en el proceso de marzo intervendrán distintas fuerzas políticas y el pueblo optará por quien interprete mejor sus aspiraciones. De lo que estoy seguro es que a nosotros nos van a mirar.
-¿Qué posibilidades hay de que el radicalismo participe en alguna de las alianzas político-electorales que pueden gestarse?
-La ley lo autoriza y es posible que puedan formarse frentes o alianzas electorales. De cualquier modo la respuesta debe concretarse para el 11 de diciembre. En este momento ya tenemos nuestra propia fórmula; y ahí no estará el radicalismo.

Revista Panorama
6 de diciembre de 1972

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Fue un abrazo cálido, casi fraternal. Como de un discípulo que se encuentra después de mucho tiempo con su maestro. Así lo entendieron también los simpatizantes balbinistas que desde horas antes esperaban el reencuentro de ambos líderes
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