La decisión de Isabel
El juego de los sectores
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LA ARGENTINA
La decisión de Isabel

La semana pasada, mientras el terrorismo de los ultras de derecha e izquierda asesinaba a mansalva, y algunos mentideros intentaban difundir presuntas noticias sobre conspiraciones, María Estela Martínez de Perón decidió dar un paso al frente y ratificar su doble condición de presidente de la Nación y jefa del Movimiento Nacional Justicialista.
Cuando circularon los primeros informes sobre la movilización del viernes, se tejieron múltiples hipótesis. Algunos calculaban que la primera mandataria haría anuncios referidos a aumentos salariales. Otros esperaban un discurso pletórico de definiciones políticas, como los pronunciados durante la última reunión de gobernadores. Finalmente, no fue lo uno ni lo otro. Isabel Perón prefirió hacer una demostración de fuerza, en la mayor concentración pública motorizada después de la muerte de Juan Domingo Perón.
La Presidente logró, de ese modo, exhibir una vez más la firme decisión de mantener su liderazgo, sin rehuir responsabilidades ante la intrincada situación política, que se analiza en las páginas 13 y 14 de esta edición.
Así, María Estela Martínez de Perón salió al cruce de los enemigos del gobierno, con argumentos simples pero contundentes: el mejoramiento de la legislación laboral y el apoyo que miles de obreros brindan al peronismo.
Esta semana, todos los centros de poder hacían un balance del acto, y recién luego de esa evaluación, se podrá ver qué desplazamientos se producen en el tablero político nacional, a raíz de la decisión de Isabel.

LA CONCENTRACION
A las 13.22 horas de la tarde, cuando la señora María Estela Martínez de Perón asomó por los balcones de la Casa Rosada, se produjo la primera ovación seguida por el coreo insistente de la consigna oficiosa del acto, que agradecía a la Presidente por la promulgación de la ley de Contrato de Trabajo. Era el comienzo del acto, iniciado con algo menos de una hora y media de atraso, en momentos en que la última columna —un centenar de militantes del Comando de Organización del partido de La Matanza con profusión de estandartes— ingresaba por Hipólito Yrigoyen rumbo al centro de la plaza.
Los bombos atronaron al unísono, los estandartes, las banderas, los pancartas comenzaron a agitarse cerrando una espera matizada con diversas consignas en un clima de fiesta primaveral.
Tres horas antes los primeros militantes comenzaban un informal desfile por las avenidas habilitadas para ingresar al perímetro del acto. Sentados en los bancos y al borde de las fuentes, los adelantados comían sándwiches como preparándose para una larga espera, mientras los vendedores ambulantes ofrecían ejemplares comentados sobre la nueva ley laboral. A esa hora nutridas columnas de los principales gremios iniciaron el movimiento de convergencia hacia la parte delantera de la plaza, aislada de la Casa de Gobierno por un férreo cordón policial dotado con armas largas. En ese lugar se ubicaron los afiliados a la Asociación Obrera Textil, la Confederación de Empleados de Comercio, la Unión Obrera Metalúrgica y el Sindicato de Mecánicos y Afines del Transporte Automotor (SMATA). Estas cuatro agrupaciones sindicales se mostraron como absolutamente mayoritarias junto con otras columnas que no correspondían a organizaciones
gremiales, sino a ciudades como Lanús, Avellaneda, San Martín y La Plata.
Apenas pasado el mediodía ingresaron importantes grupos de la Juventud Sindical Peronista (identificados con un enorme cartel de color verde y blanco) y del Comando de Organización que coreaban consignas contra la juventud Peronista de las Regionales, como por ejemplo: "A la lata / al latero / Queremos la cabeza de los jefes Montoneros" o "No somos muchos / somos los de siempre / para los montos somos suficientes". Pero los coros más insistentes aludían a la Presidente, a Juan Perón y a Eva Perón, mientras que la JSP entonaba "Ni yankis / ni marxistas / peronistas" y grupos pequeños de JP Lealtad vitoreaban "Perón, Evita, Isabelita".
Con la aparición de la Presidente y durante toda su alocución, las consignas se unificaron en dos o tres cantadas con insistencia, tales como "Gracias Isabel" y "Se siente / se siente / Perón está presente". Cuando la Presidente volvió al micrófono, después de finalizado su discurso, para recordar y recomendar prudencia en la desconcentración, ya los pequeños grupos ubicados en las cercanías del Cabildo y la Catedral habían iniciado el movimiento de retirada hacia las calles trasversales, liberadas desde el comienzo del acto de la custodia policial. veinte minutos después, mientras los más rezagados arriaban los últimos cartelones y otros se paseaban por la calle Florida cargados de bombos y banderas, un contingente de cordobeses con camisetas del club Talleres y gorritos azules y blancos demoraban la partida gozando del sol de la tarde; todo ello muy cerca de donde un grupo de obreros del cuero posaba para una foto.

COMO ES LA LEY DE CONTRATOS DE TRABAJO
Cuando el viernes 20 la Presidente de la Nación estampó su firma y promulgó la nueva ley de Contrates de Trabajo, finalizó un proceso de más de un año. En verdad, poco después de hacerse cargo de la cartera de Trabajo, el ministro Ricardo Otero encomendó a un grupo de funcionarios expertos en Derecho Laboral la confección de un anteproyecto, que resumiera las numerosas y dispersas leyes vigentes en la materia, y que incorporara nuevas instituciones en beneficio de los trabajadores. Los puntos más importantes fijados por la nueva norma jurídica son los siguientes:
• El obrero puede negarse a trabajar si la empresa no cubre los mínimos de salubridad o seguridad.
• Los trabajadores que cobren salario por porcentajes o comisiones tendrán acceso a los libres de la empresa, que deben cumplir todos los requisitos normales, so pena de nulidad.
• Las vacaciones se amplían a 14 días si los trabajadores tienen una antigüedad menor de cinco años; a 21 días si la antigüedad oscila entre cinco y diez años; a 28 días si se tienen hasta 20 años de servicio y a 35 días si la antigüedad supera los 20 años.
• Garantía de indemnización para la madre, quien puede retornar a la empresa luego de un año del nacimiento de su hijo. Si opta por no seguir trabajando, podrá cobrar el 25 por ciento del total de la indemnización.
• Se aumentan los plazos del pre-aviso en los despidos.
• En los accidentes de trabajo, los obreros cobrarán el doble de la indemnización que regía hasta hoy.
• Los jueces deben ajustar los importes indemnizatorios de acuerdo con la desvalorización monetaria. Esto evita la depreciación producida luego de los juicios largos.
• Se castiga pecuniariamente al patrón cuando demore injustificadamente la marcha del juicio. Si es la parte obrera la que comete irregularidades, responde pecuniariamente el abogado.
• Los jueces pueden aplicar aun de oficio —lo cual es una novedad en la justicia argentina— determinadas cláusulas, si son más favorables al trabajador.
• Los jubilados que vuelvan a prestar servicios tienen derecho a indemnización.
• En los casos de trabajadores contratados por agencias, tanto la agencia como la patronal efectiva deben cumplir con las obligaciones sociales, como si se tratara de un empleado común en relación de dependencia. El incumplimiento permite al contratado querellar a la agencia o a la patronal, ya que ambas responden solidaria e ilimitadamente.
• En caso de muerte del trabajador su familia tiene derecho a percibir una indemnización. Esta se hace extensiva a la mujer que haya convivido con él durante dos años, si el trabajador fuese soltero. Si estuviera casado con otra mujer, que hubiese tenido al menos parte de culpa de la separación, el derecho indemnizatorio se traslada a la concubina, con la que hubiese vivido en común durante los últimos 5 años por lo menos.
• Si un operario comunica a la empresa su decisión de casarse dentro de los seis meses siguientes, no podrá ser despedido, a menos que se le pague doble indemnización. El mismo monto deberá abonar la empresa si decide prescindir de un operario cuando éste se encuentra dentro de su primer año de casado.

El juego de los sectores
Durante la semana que pasó. se sucedieron varios hechos espectaculares. Primero, hubo una descomunal arremetida de la violencia; luego, Isabel decidió salir nuevamente u la palestra, en un esfuerzo por reafirmar su conducción, por último, la central obrera estimó oportuno iniciar un entredicho con el equipo económico.
Se ha dicho muchas veces que la situación política argentina es cambiante y dinámica, pero nunca como ahora esos calificativos parecen apropiados. En diversos frentes se están desarrollando procesos y deslizamientos, que aún es prematuro caracterizar. ¿La CGT se apoyó en la Presidencia cuando solicitó un incremento salarial? ¿José Gelbard está estudiando la posibilidad de tomarse un descanso para "reponerse de su afección coronaria"? ¿El gobierno considera necesario conservar su equilibrio interno, evitando ese distanciamiento de la estructura de intereses que se encarna en el equino económico? ¿Cómo incide esta situación en los movimientos que se están detectando dentro de la UCR y el Frejuli?
En la nota que sigue se ofrecen algunos elementes para quien pretenda ver debajo del agua. Sobre el resto, es prudente aguardar.

LA OFENSIVA DE LA CGT
El lunes 16, una delegación de dirigentes gremiales concurrió a la Casa Rosada, citada por la presidente de la Nación. La convocatoria había causado cierta sorpresa entra los sindicalistas, quienes no acertaban a desentrañar los motivos de la entrevista. En verdad, durante la reunión se tocaron temas candentes. Según trascendió, María Estela Martínez de Perón habría regañado a los cegetistas por los conflictos que persisten en varias provincias, sea porque el aparato sindical enfrenta a algunos gobernadores, sea porque se encuentra fracturado internamente.
No fue lo único: allí mismo la Presidente habría caracterizado al momento político como oportuno para llevar a cabo una movilización popular. El objetivo: reafirmar el poder de convocatoria del oficialismo frente al recrudecimiento de la violencia guerrillera y al renovado trajinar de determinadas usinas de rumores.
La decisión presidencial evidenció, en lo esencial, dos cuestiones. La primera de ellas, que el peronismo gobernante continúa considerando a las estructuras gremiales como columna vertebral del Movimiento. Pero la solicitud contenía también una exigencia: ninguna facción sindical podría dejar de movilizar a sus huestes. Si eso ocurría, se conmovería todo el andamiaje del acto, pero al mismo tiempo podría provocar la remoción de los dirigentes abúlicos.

AVALES Y EXIGENCIAS
Quizás por todo eso, la CGT aceptó unánimemente asumir la organización del acto. Ante el aval presidencial, la cúpula cegetista llevó una posición dura al cónclave del miércoles 10, del que participaron miembros de los tres poderes del Estado, los comandantes generales y todo el staff de Economía, salvo José Ber Gelbard, súbitamente afectado por una dolencia. Allí, los gremialistas plantearon —para sorpresa del equipo económico— la necesidad de convocar a la Gran Paritaria. En los hechos, eso significa un pedido de aumentos salariales.
Se trata de un tema intrincado: Economía no se halla dispuesto a otorgar mejoras salariales y los gremialistas, al hacer público su reclamo, han quedado obligados a lograrlo, so pena de perder peso político. Porque aun cuando los aumentos oscilen entre el 10 y el 15 por ciento (de lo que habrá que deducir un porcentaje, que irá a cubrir prestaciones de seguridad social) el conflicto parece irremediable ya que la parte que ceda en su posición no quedará bien parada.
No deja de ser sugestivo, entonces, que la CGT publicite un pedido de esa trascendencia sin haber conversado antes con I03 funcionarios ministeriales.
En la central obrera, entre tanto, parecen existir algunos deslizamientos. Varios de los gremios otrora conocidos como autónomos —Empleados de Comercio, Luz y Fuerza— estarían llegando a una convergencia destinada a mellar el poderío metalúrgico. La ya larga enfermedad de Segundo Palma —un aliado de Lorenzo Miguel— ha catapultado al primer plano al textil Casildo Herreras. Y Herreras, según se dices, mantiene el mismo grupo de asesores que secundó a Adelino Romero. Por lo tanto, los autónomos pueden lograr acuerdos con Herreras. Eso sí, se trataría de un bloque heterogéneo, donde coexistirían diversas líneas, algunas de ellas afines, hasta no hace mucho, con la dirección de la UOM. Hay quien especula, incluso, con un distanciamiento entre Miguel y otros jefes metalúrgicos.
En verdad, Miguel ha dado un paso al costado desde el último recambio de gabinete, a la espera del nuevo reacomodamiento de fuerzas. En ello habría influido el presunto pacto Gelbard-López Rega.

LA REACCION DE GELBARD
—El ministro Gelbard presentó su renuncia a las 18.00 horas. Se asegura que Adolfo Mario Savino será designado ministro de Economía.
—Ninguna versión responde a la realidad. El titular del gabinete económica sigue desde el Hospital Italiano la reunión de la Comisión de Precios, Ingresos y Nivel de Vida. Por otra parte, su dimisión está en manos de la Presidente a partir del último 5 de setiembre.
En la tarde del jueves pasado, hasta entrada la noche, ésas fueron las dos líneas de información preponderantes. El día anterior, miércoles, la CGT sorprendió a los empresarios de la CGE con un pedido que. no fue conversado en los encuentros diarios que mantienen ambas entidades: la convocatoria a la Fran Paritaria Nacional para dictaminar un ajuste salarial.
Pocos días antes, el ministro de Economía, señor José Ber Gelbard, había explicado con claridad la posición del equipo económico: el salario real registra una evolución positiva de 7,5 puntos. De acuerdo a esa estadística, nada hacía pensar en un ajuste de sueldos pues el Acta de Compromiso Nacional establece que tal modificación tendrá lugar en caso de que el salario real caiga cinco puntos, por el efecto del aumento de los precios. Si las cifras de Economía son confiables, el ajuste sólo se justificaría en un caso: el salario real tendría que registrar una caída de 12,5 puntos para proceder a un ajuste.
El comienzo de los dolores de cabeza sobrevino, como se ha mencionado, cuando el prosecretario de Hacienda de la CGT, señor José Báez, ocupó el estrado para hablar ante la Presidente, y los funcionarios oficiales, el miércoles último. Báez habría dicho que "en virtud de las estadísticas que manejo es necesario mejorar la rentabilidad del salario. Tenemos que actuar igual que con los precios". Al culminar su breve discurso, el titular de la CGE, ingeniero Julio Broner, se le acercó: "¿Por qué —habría preguntado Broner a Báez— no nos han dicho que iban a plantear la convocatoria de la Gran Paritaria?". El dirigente de la CGT, por su parte, se habría limitado a decir: "Este es nuestro punto de vista".
Fue esa presunta escisión la que albergó el cúmulo de versiones que comenzó a rodar en la jornada previa a la concentración del viernes pasado. Para colmo, la noticia de que el secretario de Comercio, señor Ernesto Paenza, se aprestaba a regresar con urgencia de Moscú, engrosaba la lista de especulaciones. Mientras tanto, Gelbard experimentaba una mejoría notoria en el Hospital Italiano.
Existían dos poderosas razones para pensar que los acontecimientos del viernes podrían tener efectos más profundos, entre ellos un agrietamiento de las relaciones entre Gelbard y sus opositores. Primera razón: el ministro de Economía se
había opuesto ya a la realización de actos y paros por considerarlos Inoportunos para el proceso productivo. Precisamente, cuando sus opositores trataron de implementar una concentración un mes atrás, el ministro presentó la renuncia. El hecho no ocurrió. Segunda: el acto estaba precedido por la reunión del miércoles, en que los dirigentes sindicales reclamaron la convocatoria a la Gran Paritaria Nacional. En ese momento, Gelbard creyó que sus opositores habían logrado influir sobre la Presidente para que anunciara alguna medida espectacular: un ajuste de sueldos.
Con todo, estas razones no alcanzaron para cuestionar al equipo económico. En el cónclave que sostuvieron empresarios, sindicalistas y funcionarios oficiales —el Jueves por la noche— sólo se expusieron los puntos de vista. La Comisión de Precios, Ingresos y Nivel de Vida postergó sus sesiones hasta la presente semana, en la que habría posibilidades de llegar a un punto de definición.
En la cuestión del ajuste salarial, la posición de Gelbard y sus colaboradores es dura. Temen que un ajuste de sueldos sirva de pretexto a muchos .empresarios para aumentar en mayor medida los precios.

¿PRESIONES SOBRE BALBIN?
El martes 10, en un almuerzo en la Cámara de Anunciantes, Ricardo Balbín incursionó en la prospectiva de la política nacional: afirmó que en el país se perfilarían, en el futuro, tres corrientes: el peronismo, el radicalismo y la izquierda institucionalizada.
Luego, durante el trascurso de la semana pasada, ciertas sombras de agudo descontento comenzaron a marcarse con nitidez en los gestos del radicalismo. Sin duda, los dirigentes del partido consideraron que su sensibilidad había sido rozada muchas veces en poco tiempo. Entre esos roces: no sólo la designación de Alberto Ottalagano en la UNBA aventó las esperanzas que alguna gente del partido depositó en la eventual candidatura a la intervención del renunciante Secretario de Ciencia y Técnica, Julio Olivera, sino que una vez más la gestión radical de 1963-66 fue involucrada en "los 18 años de entrega y opresión" citados por un vocero oficial.
Fue lógico, entonces, que algunos observadores advirtieran una serie de inquietudes internas en las filas de la UCR. No faltó quien pensara, por ejemplo, que los movimientos de los senadores nacionales Carlos Perette y Luis León significaban una postura critica con respecto a la conducción de Balbín, y la búsqueda de un endurecimiento general de la postura del partido con referencia al gobierno.
Otros prefirieron, en cambio, deslindar las actitudes. Concluyeron, de esa manera, lo siguiente:
• La definición de Balbín, clara, no sólo descarta futuras complacencias con el peronismo, sino que propone al partido gobernante un nuevo adversarlo y un desafío político-institucional: la izquierda legal.
• El descontento radical es verdadero —podría decirse que en todos los niveles y sectores del partido— pero la conducción partidaria permanece en reserva, en resguardo de un diálogo que es, al fin y al cabo, una Puerta abierta a la información política y a posibles adhesiones. Al mismo tiempo, las posturas críticas más avanzadas de sectores o dirigentes acuden en auxilio del papel opositor de la UCR.
• Por supuesto, no debe descartarse que el papel más opositor de algunos dirigentes sirva a los mismos para consolidarlos o ayudarlos en la búsqueda de posiciones internas. Al fin, esa clase de premios está dentro de las reglas del juego.
• Es claro que el equilibrio debe ser siempre guardado, aun en pleno viraje. Por eso se formulan declaraciones anónimas como las que un matutino puso en boca de un legislador radical: "Parecería que existen sectores en el justicialismo que se empeñan en empujarnos hacia una oposición más dura, como si nuestra cuota de aporte a este proceso fuera Insustancial a la marcha del mismo". Como la mayoría de los sectores políticos en la Argentina, la UCR también buscó y seguirá buscando espacio.

El lenguaje de la metralla
La violencia no dio tregua a la Argentina durante la semana pasada. Hubo crímenes, explosiones y situaciones de conflicto. Un sindicalista y político fue asesinado, dos empresarios secuestrados, murieron agentes de las fuerzas de seguridad, guerrilleros y un peatón fue destrozado por una bomba. Los argentinos que llegan al país luego de pasar una temporada en el exterior. se asombran ante el "estado de tensión" que advierten en los porteños y en las gentes de las ciudades grandes.
Es cierto que la violencia es un fenómeno mundial; pero las últimas estadísticas alarman por sus cifras: el matutino La Opinión consignó, en su edición del martes 17, que en la Argentina moría violentamente una persona cada 19 horas. Recordó también, que desde el 1? de agosto a esa fecha se habían registrado 214 atentados, 59 muertes, 44 heridos y 20 secuestros.
Según el medio, un promedio extraído sobre los últimos hechos superaba con amplitud el anterior, que establecía que la violencia política cobraba una víctima cada 48 horas.

LA RESPUESTA INSTITUCIONAL
• El miércoles 18, el Congreso de la Nación aprobó, en sus dos Cámaras, sendos proyectos de rechazo a la acción directa, "provenga de donde provenga", señalando que la violencia es un enemigo frontal del proceso de institucionalización.
• Unos días antes, el ministro del Interior, Alberto Rocamora, repudió con energía el asesinato cometido en la persona del ex-vicegobernador de Córdoba, Atilio López, señalando que no encontraba explicación lógica a actos como ése, "como no sea el simple deseo de ir destruyendo el ordenamiento social e institucional del país para crear un estado de incertidumbre y una psicosis de miedo", por parte de pequeñas minorías interesadas en destruir al país.
• Ese mismo día —el lunes 16—, Ricardo Balbín afirmó en un programa televisivo que el fin de la subversión era tomar el poder, agregando que, a la llegada de Juan Domingo Perón a la Argentina, "había quienes especulaban". "Ahora vivimos una especie de guerra no declarada y el gobierno debe esforzarse por encontrar los caminos de la coincidencia", dijo Balbín.
• En una conversación con periodistas, el miércoles 18, dirigentes del Partido Revolucionario Cristiano
—entre ellos, los diputados nacionales Horacio Sueldo y Eduardo Traboulsi, anunciaron haber comenzado una gestión mediadora para lograr una tregua entre el gobierno y la guerrilla. Los dirigentes del PRC aseguraron que el ministro Rocamora, interrogado sobre esas gestiones, habría indicado: "Que empiecen'".

LO OUE SUCEDIO
Poco después de las 8 del Jueves 19, el Ford Falcon Blanco cuyo asiento trasero ocupaban Jorge y Juan Born —director y gerente general de Bunge & Born S.A.C.F.eI. fue chocado por dos camionetas pertenecientes, en apariencia, a la empresa estatal ENTEL. No era un accidente: un grupo armado rodeó al automóvil, y su conductor, Juan Carlos Pérez, fue muerto a balazos cuando intentó temar un arma. Los disparos alcanzaron a Alberto Bosch director de Molinos Río de la Plata. S. A., que también murió en el acto.
El secuestro de los hermanos Born en la intersección de las calles Acassuso y Elflein, de La Lucila, fue, para muchos, el mayor y más complejo operativo de la subversión realizado con fines de captura. La importancia del hecho no escapó a nadie: tras 90 años de actividad en el país, Bunge y Born es la mayor empresa privada.
La forma de acción de la guerrilla hizo ver a muchos la mano de la organización ilegal. Sin embargo, pocas horas después, la organización Montoneros se autodenunció como autora del secuestro, exigiendo como rescate una suma enorme: 50 millones de dólares.
El día anterior —miércoles 18— la atención del país había estado en otra parte.

MUERTE Y SEPELIO DE ATILIO LOPEZ
Envuelto en los colores nacionales y cruzado por un banderín de Montoneros, el féretro del ex-vice-gobernador de Córdoba, Atilio López, cruzó la ciudad mediterránea en la tarde de ese día.
Ricardo Obregón Cano, Agustín Tosco y René Salamanca despidieron, entre otros, al asesinado. Hubo dolor y cantos de venganza y guerra; nuevos slogans promisorios de violencia se añadieron a la ya vista colección que suelen escuchar los argentinos. Incluso hubo encontronazos entre quienes asistieron al sepelio: los Montoneros la emprendieron con partidarios de Salamanca.
López, un hombre de larga trayectoria, fue secuestrado en la mañana del lunes 16 por un grupo civil que se identificó como personal policial. Acompañado por Juan Varas, que fuera subsecretario de Hacienda en el gobierno cordobés de Obregón Cano, el ex gremialista de la Unión Tranviarios Automotor (UTA) había pasado el fin de semana en Buenos Aires, alojándose en un hotel del barrio del Once.
La prisión de López no duró mucho: a la vera de la ruta, en un punto situado a tres kilómetros de la tradicional localidad de Capilla del Señor, se encontró su cadáver; a pocos metros, el de Varas. Más de un centenar de cápsulas servidas quedó junto a los cuerpos, destrozados, sobre cuya identidad existieron dudas en un principio.

UNA OLA DE EXPLOSIONES
Fue larga la noche transcurrida entre la fecha del asesinato de López y la alborada del martes 17. Sobresaltados, muchos vecinos de Buenos Aires y varias ciudades del país despertaron a distintas horas por los estampidos de las decenas de bombas colocadas en empresas extranjeras, bancos y domicilios particulares.
La acción terrorista dejó, también, un saldo luctuoso: el policía Umberto Gómez y un peatón, Servando Ibarra, fallecieron de inmediato por distintas explosiones en el Gran Buenos Aires. Cuatro heridos —uno de los cuales, el sereno Osvaldo Mauro, fallecería más tarde— completaron la lista de víctimas.

DISPAROS EN LAS CALLES
La ola de explosiones se acalló al llegar el día. Pero sólo para ser reemplazadas por los graves estampidos de la escopeta "Itaka" con que un desconocido (perteneciente a los Montoneros, según se supo después) baleó por la espalda al médico policial Alejandro Bartosch, quien cayó herido en una calle de San Isidro. Sin dilación, el agresor lo remató a tiros de pistola.
La violencia no dio, luego del asesinato de Bartosch, un respiro excesivo al país. En la mañana del día siguiente —miércoles 18— Dante Balcaneras caminó pocos metros al salir de su casa de Lanús antes de caer baleado. Antiguo militante peronista y miembro del Comando de Organización de la Resistencia (COR), Balcaneras fue alcanzado de lleno por los disparos de escopeta de un desconocido. Perdió la vida en el trayecto a un hospital, bajo la mirada de su esposa, embarazada de cinco meses.
Unos kilómetros al norte, en José León Suárez, y casi a la misma
hora, terroristas de la organización ilegal fueron sorprendidos por la policía cuando asaltaban a un distribuidor de leche. El tiroteo, inmenso, no duró mucho: Horacio Efrón, herido, soltó una granada cuya explosión alcanzó a su compañero Ezequiel Cetrángolo. Ambos murieron, dos suboficiales de policía quedaron heridos, y el resto del comando extremista logró escapar.

EL AZUCAR AMARGO
Durante toda la semana continuó en Tucumán la huelga decretada por la intervenida federación Obrera de Trabajadores de Ingenios Azucareros (FOTIA). Hubo corridas en las calles de la capital, disturbios en la zona del Ingenio San Juan, y conatos de manifestaciones estudiantiles. Por su parte, la policía lanzó gases, disparó al aire y empleó proyectiles de goma.
Los diputados provinciales frentistas Raúl Lechesi y René Quinteros, fueren designados por un plenario secreto de la FOTIA para alcanzar una solución. El problema pareció afectar no sólo a los sectores sindicales y políticos: el miércoles 18, el jefe de la Quinta Brigada de Infantería, general Luciano Menéndez, conversó con el gobernador Amado Juri sobre la situación.
PANORAMA. SEPTIEMBRE 24, 1974

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