UNIVERSIDAD
HEREDEROS DE LA PRACTICA POPULAR

La irrupción en la política universitaria de agrupaciones peronistas, que se plantean disputar a la izquierda tradicional la dirección política de la movilización del estudiantado, es un hecho irreversible, primera plana, haciéndose eco de esa realidad, decidió realizar un reportaje a tres agrupaciones que, en los marcos de la Facultad de Filosofía y Letras, han asumido esa línea política. Los Comandos Estudiantiles Peronistas (CEP,), la Federación de Agrupaciones Nacionales de Estudiantes Peronistas (FANDEP) y la Corriente Estudiantil Nacional y Popular (CENap) adherida a la une, llevan más de un año de alianzas de trabajos que les permiten enfocar hoy su accionar político-metodológico con amplias bases de acuerdo. "No nos unifica sólo la definición como peronistas —aclaran—, sino una práctica política en conjunto". Juan José C. (24 años), estudiante de Sociología, por CEP, María del Carmen U. (21), estudiante de Psicología, por FANDEP, y Aníbal S. (25), estudiante de Antropología, por CENOP, responden así al cuestionario de primera plana.

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— ¿Por qué se definen como peronistas?
— Somos peronistas porque asumimos nuestra condición de explotados en un país dependiente del imperialismo yanqui y nuestra necesidad de luchar para destrozar de raíz esa dependencia. Asimismo, partimos de la premisa de que para que esa lucha no esté descolgada de la del resto del Pueblo, debemos asumir tanto su historia como su política. En ese sentido nos sentimos herederos de las montoneras del siglo pasado, de la experiencia yrigoyenista, de la jornada del 17 de octubre de 1945, cuando las masas obreras irrumpen de prepo en la vida política nacional, de la elevación del entonces coronel Perón a líder de esas masas, de la experiencia política del Pueblo y la clase trabajadora participando de la conducción del Gobierno del 45 al 55, de esa llamarada revolucionaria que significó la presencia de la compañera Evita, como vínculo inigualable entre Perón y la masa, de los bombardeados en junio del 55, de los fusilados en 1956 por Pedro E. Aramburu, de las espontáneas y heroicas luchas de la Resistencia, de la toma del frigorífico Lisandro de la Torre, de la frustración y proscripción de las elecciones del 62, de las tomas de fábrica en el año 64, del repudio a la maniobra del imperialismo yanqui —con la presencia de su gendarme Brasil— al impedir el retorno de Perón en el 64, demostrando lo indigerible de la figura del general para los yanquis, de la convicción revolucionaria que originó las guerrillas de los Uturuncos y Taco Ralo, de esa explosión corajuda que fueron los Cordobazos y Rosariazos, del salto cualitativo que significó el Viborazo, del surgimiento de OAP, de la solidaridad militante con todos los caídos en la lucha, Valle, Vallese, Hilda Guerrero de Molina, Emilio Jáuregui, Belloni. Frondizi, Maestre, Cambareri, Cepeda y tantos otros que regaron de sangre el suelo de la patria, luchando como los mejores hijos del pueblo contra la opresión externa e interna. Por eso somos peronistas.
—¿Cómo caracterizan ustedes el rol de Perón?
—El general Perón ejerce un liderazgo sobre las masas argentinas que es revolucionario en tanto expresa el nivel de conciencia alcanzado en cada etapa o coyuntura política por el conjunto de la clase obrera, sector hegemónico en el seno del Movimiento, y a su vez agudiza, hasta hacerlas estallar, las contradicciones existentes entre el Pueblo y su proyecto político y el régimen y sus intenciones de dominación.
En este rubro es interesante analizar los cuestionamientos que le hace la izquierda, tanto la tradicional como la autoproclamada "revolucionaria". Por un lado le exigen a Perón una definición histórica y le reprochan no lanzar a las masas contra el imperialismo y cualquier Gobierno de turno. Por otro caen en la tremenda contradicción de afirmar que el "Viejo" no posee ningún tipo de influencia sobre la clase obrera y el resto del Pueblo. Y entonces nos preguntamos: si Perón no tiene influencia por ser "el último recambio del imperialismo" para la Argentina, ¿cómo le pueden exigir que se defina — y defina a su vez al conjunto de las fuerzas populares— contra el enemigo? Por eso, ni Dios ni Diablo. Perón sintetiza en sí mismo el estado de conciencia y lucha de la clase obrera, que a su vez arrastra detrás de su política a otros sectores sociales. Por eso asumimos el liderazgo, como expresó el compañero montonero Luis Lozada, al caer preso en Córdoba: La única ortodoxia es el combate. En el año 1945, Perón lanzó la consigna de una Patria Libre, Justa y Soberana; en 1964 señaló el nuevo camino: la Construcción Nacional del Socialismo por medio de la Guerra Revolucionaria. Y por Socialismo Nacional entendemos la destrucción de un sistema: el capitalismo, reemplazándolo por otro que es el Socialismo, en los marcos de nuestra realidad nacional y asumiendo nuestra historia, nuestra lucha y nuestros mártires.
Por eso la conducción política del general Perón expresa los intereses estratégicos de los sectores sociales explotados. La relación Perón-clase trabajadora es una relación, por lo tanto, revolucionaria.
—¿Por qué están en la Universidad?
—La Universidad es una institución del régimen y, por lo tanto, éste tiene un proyecto específico hacia el estudiantado, que es el integrarlo y utilizarlo como masa de maniobra para su política pro imperialista, ya sea a través de la dependencia cultural-ideológica o a partir de la práctica profesional. Simultáneamente, el estudiantado vive a partir de 1966 una experiencia inédita como tal. En 1945 y en 1955 estuvieron en contra, en la vereda de enfrente del Pueblo, pero la política de dilapidación del patrimonio económico y la creciente militarización de la sociedad originaron este proceso que hoy estamos viviendo. La "mano dura" de Onganía, que quiso sacar la política de la Universidad, no hizo más que producir el efecto contrario. Metió la política en serio. Pues el estudiante empezó a sentir ese rigor que el pueblo peronista venía soportando y enfrentando desde 1955. Es entonces que, agotada la isla universitaria, el estudiante empieza a mirar para afuera y se encuentra con ese fenómeno inexplicable, maldito, que es el Peronismo. Y a pesar de los recelos y prejuicios se empieza a producir un vuelco, un acercamiento. Que es lento, sí, pero inevitable. No tienen otra posibilidad que visualizar como único referente real al Peronismo; aislados, sus luchas pierden sentido histórico y se sumergen en una especie de estudiantilismo infantil, en medio de devaneos de Poder Estudiantil y Revoluciones abstractas, mientras el proceso histórico les pasa por al lado. No nos olvidemos que mientras en otras épocas se especulaba, discutía y movilizaba al estudiantado por un mayor presupuesto o por el aniversario de alguna Internacional, el pueblo iba construyendo día a día sus herramientas de lucha. Servir de bisagra para esa relación que ya está empezando a gestarse, es nuestra tarea. Hoy participamos, en nuestro caso específico en Filosofía, del proceso de movilización del estudiantado a través de su organismo natural y representativo: el cuerpo de delegados, y eso es un hecho inédito en la política universitaria. El Peronismo participando en asambleas y luchas reivindicativas. Antes se entraba a cadenazos y se rompían asambleas porque no se podía hacer otra cosa, hoy nos planteamos disputar la dirección política del movimiento estudiantil. Además no olvidemos que la Universidad le brindó al Pueblo muchos de sus más heroicos mártires: Juan Pablo Maestre, Diego Frondizi, Manolo Belloni, Luis Pujáis, Bianchini y Mocoroa, entre otros. Nuestra consigna en este caso es "La Universidad será del Pueblo cuando el Pueblo recupere el Poder". Por eso estamos presentes en todas las movilizaciones contra el régimen, porque ser peronista es eso, enfrentarse a los vendepatrias, y al imperialismo, pero también libramos la polémica política con todo porque queremos meter a la política del Pueblo en la Universidad y no llevar la ideología pergeñada en medio de teoricismos abstractos por algunos afiebrados "revolucionaristas". El Pueblo Peronista hace la Revolución y nosotros queremos ser protagonistas de ese proceso.
—¿Cómo definen ustedes al Gobierno de la Revolución Argentina y el GAN?
—En 1966 se instala en el poder el Partido Militar, afirmando que el sistema de partidos políticos no da para más. Lo que en realidad esconden detrás de esa excusa es el miedo que tienen a que en los marcos de la política liberal, el Peronismo les va a reventar todas las variantes. No olvidemos que en 1967 iba a haber elecciones. Asimismo era necesario consolidar de una vez por todas el proyecto estratégico de las clases dominantes y el imperialismo. La orden fue: hay que asegurar el control económico de la dependencia. Para eso la única garantía era que las fuerzas armadas asumieran la totalidad de los resortes del poder, es decir, militarizar la sociedad. En ese proyecto coinciden todos, desde Onganía a Lanusse, pasando por el fantoche de Levingston. Unos más blandos, otros más duros, pero todos saben lo que tienen y lo que no tienen que hacer. La política llevada a cabo por Onganía se estrelló con dos elementos altamente perturbadores: las explosiones populares, del interior del país, y el surgimiento con fuerza renovada y amplia inserción en las masas de las Organizaciones Armadas Peronistas (recordar caso Aramburu en la caída de Onganía, como factor fundamental) ; Levingston fue un interregno necesario para la política más lúcida que se dieron las clases dominantes para el Peronismo : el Gran Acuerdo Nacional. El GAN es sólo una táctica dentro de esa estrategia antes mencionada. Y tramposa por ende. Ya se está encargando Perón de conducir coherente y revolucionariamente a las masas en contra de esa insidiosa maniobra. El Pueblo sabe que los mismos que nos fusilaron en el 56, son los mismos que hoy hablan de elecciones libres, que los mismos que aplicaron el Conintes a la Resistencia son los que hoy quieren institucionalizar al país. Perón y el Movimiento no pueden entrar en esa variante, porque es contradictoria con su propia esencia. El Peronismo es la expresión política de la clase trabajadora y Perón sintetiza ese nivel de definición. Y la clase obrera tiene intereses radicalmente antagónicos con el imperialismo. No hay conciliación posible entre explotadores y explotados, entre verdugos y mártires, entre asesinos y asesinados. Esa es la contradicción fundamental en nuestra Patria: imperialismo o nación, es decir, peronismo-antiperonismo. Perón y el Pueblo la resolverán favorablemente para el campo de la Liberación Nacional y Social. Por eso hoy más que nunca decimos: Perón conduciendo, las bases combatiendo.

ORIGENES
CEP: En 1969 se organiza, a partir de la fusión de una serie de grupos de Juventud Peronista, una nueva estructura: la Organización Peronista "17 de Octubre" (OP 17), que entre sus postulados de acción decide darse una política para la Universidad. En 1970, a partir de esa iniciativa, surgen los CEP. Hoy, luego de una separación de OP 17, los Comandos Estudiantiles Peronistas recuperan ese nacimiento: "Venimos del Peronismo a trabajar en la Universidad".
CENAP: De un nacionalismo popular. con una firme decisión de sumarse a las luchas del Pueblo, CENAP va evolucionando simultáneamente con un amplio sector de la masa estudiantil en su acercamiento, compromiso y fusión con el Movimiento Nacional. Afiliada a la une (Unión Nacional de Estudiantes), hoy se define claramente como peronista. Productora de una serie de documentos valiosos para la polémica ("El Pueblo" y "Acerca del programa de Sitrac-Sitram", donde comparaba lúcidamente la similitud de este programa con los anteriores surgidos del Peronismo, La Falda, Huerta Grande y de Mayo), sintetiza permanentemente teoría y la práctica política.
FANDEP: Surge, en 1966, de la reunión de las Juventudes Universitarias Peronistas y las Agrupaciones Nacionales de Estudiantes de Capital Federal, corrientes que habían militado en "las 62 de pie", enfrentando al vandorismo. Posteriormente participan activamente de la organización y movilización de la CGT de los Argentinos. Es la agrupación peronista más antigua de la Universidad. Todo un símbolo.
Revista Primera Plana
06.06.1972
 

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