CANCIONES
Los españoles cantan en inglés
   

Camilo Sesto fue la revelación del año 1972. Su creación 'Algo de mí' fue la más vendida, junto con Without You, de Nilsson. Sesto estrenó hace poco 'Amar... amar', escrita por él en colaboración con Lucía Bosé. Los rumores —inevitables— de que esta colaboración iba a terminar en matrimonio han sido denunciados como falsos por la actriz-autora.
Otro intérprete que sigue en primera fila en España, es Júnior, quien después de 'Bonely, Bonela', triunfa con 'Lady Promise', una canción que derrumba records en Francia y en Gran Bretaña. Su autor es Fernando Arbex, el más internacional de los músicos pop españoles, millonario en éxitos, ganador reciente del Disco de Oro por los cuatro millones de ejemplares vendidos en todo el mundo de 'Soley, Soley'. Además de Lady Promise, tiene otras dos composiciones que figuran entre las veinte primeras: Woman (con la que se ha revelado el nuevo grupo Barrabás) y Wild Safari. Arbex prefiere hacer sus letras en inglés para entrar en los mercados británico y norteamericano, donde es conocido. De esta manera España, que es un país colonizado musicalmente por los anglosajones, recupera algunas divisas de las muchas que se le van en el pago de derechos por tantas canciones que irradian las ondas españolas.

ARE YOU LOOKING FOR THE ALHAMBRA? Entre las invasoras, junto con Without You, que encabeza las listas de discos vendidos en 1972, figuran: 'El padrino', en la versión de Andy Williams; 'La reina bruja de Nueva Orleáns', con la que ha ocupado importantes posiciones el grupo indio Redbone; las dos canciones del griego Demis Roussos, 'We Shall Dance' y 'I Am a Kid'; y la música del film 'El violinista en el tejado', que sigue aferrada a los primeros puestos.
Junto con Camilo Sesto, otra revelación de los últimos meses ha sido Patxi Andion [ya conocido por el público argentino, que no llevó mucho el apunte], un muchacho vasco, del pueblecito pesquero de Ondarroa, que lleva camino de convertirse en una de las figuras más interesantes del panorama musical español. Triunfó con 'Palabra por palabra'.
Por el contrario, Víctor Manuel se ha convertido en el eje de una polémica político-patriótica que condujo a la prohibición de sus canciones en todas las emisoras del país. Víctor Manuel, que llevaba varios meses consagrado al cine, tuvo dificultades con la censura al grabar algunas canciones de protesta que atacaban a las Fuerzas Armadas. Después se casó con la joven actriz Ana Belén y juntos intentaron presentar en Madrid una revista musical, Ravos, que igualmente tropezó con la censura y que finalmente pusieron en escena en México, con sólo dos semanas de permanencia en cartel. Según las noticias publicadas en España, en esa revista Ana Belén, que estaba vestida con una bandera española, se la quitaba y la arrojaba a la basura, una "ofensa a la Nación" sobre la que se basó la orden del ministerio de Información prohibiendo que se pasaran los discos del cantautor asturiano por las emisoras hispanas. Sin embargo, Narros, director del espectáculo, Víctor Manuel e incluso algunos actores, escritores y españoles vinculados al teatro y la televisión en México, han dicho que la escena no se desarrolló tal como la describía la prensa madrileña, y que no hubo tal ofensa a la Nación.

TAMBIEN LAS MUJERES. María Ostiz sigue siendo quizá la mejor voz femenina española, y Massiel acaba de apartarse de los convencionalismos al grabar un longplay con canciones de Bertolt Brecht. Las revelaciones femeninas de 1972 fueron: Mari Trini (cuyo disco 'Yo no soy ésa' se obstina en permanecer en uno de los cinco primeros puestos de la lista de hits) y Cecilia, que se presentó por vez primera en el festival Octubre Argentino en España, en 1971, y se impuso con 'Dama, dama' —una canción de protesta que todo el mundo entona—; después, tuvo éxito también con 'Fui' y 'Nada de nada'.
Entre los argentinos, los más populares son: Eduardo Rodrigo, triunfador absoluto del Festival de Benidorm (A María yo encontré) y Facundo Cabral, que se define como "un cantante místico". "Me propongo en 1973 cantar sólo seis meses y dedicar los restantes al estudio de la teología, para llegar al conocimiento de Dios", ha declarado. Los españoles lo admiran, no por sus preocupaciones místicas, sino por los ideales más apegados a la tierra y a la sociedad que agita en 'No soy de aquí...' Su último longplay, encabezado por 'Con una flor en la mano', es un éxito. Con Cabral y Jorge Cafrune, el canto argentino se ha hecho popular en España y permite oír voces y palabras en castellano, ya que el inglés invade casi todos los espacios radiales.
La última de las oleadas invasoras está encabezada por David Bowie. Todo el mundo habla en Madrid del Gay Power, del que este joven inglés sería uno de los máximos representantes. Todo el mundo habla y comienza a escucharlo, pero nadie puede verlo porque su característica ambigüedad, el maquillaje y los gestos de los emisarios de esta humorística moda, son más de lo que los censores españoles pueden soportar. Por eso, sólo la minoría juvenil que pasó las navidades en Londres puede alardear de haber visto a David Bowie. Los demás deben conformarse tan sólo con escucharlo. Lo mismo ocurre con el disco de La naranja mecánica``, el film de Stanley Kubrick que no podrá verse en España.

A PESAR DE TODO. Estos no son problemas que tenga Elvis Presley, cuya propia ambigüedad y cuyos contoneos pelvianos ya han ingresado en la categoría de lo aceptable. Su fama en España es sólida, y ha vuelto a triunfar hace poco con 'Ardiente amor' (Burning Love). Así como The Supremes, que siguen gustando desde hace una década, cosechan nuevos lauros con sus discos Touch (simple) y Floy Joy (longplay). Y la última revelación extranjera es el negrito Michael Jackson, solista y bailarín excepcional, que parece —como lo definió alguien— "una pelota llena de soul que rebota sin control en el escenario", mientras entona 'Rockin' Robín'.
Curiosamente y en medio del alud extranjerizante, junto a Cabral y Cafrune, resuena una voz española que acaba de apagarse para siempre: la de Manolo Caracol, el gitano andaluz recientemente fallecido y cuyo longplay 'Mis bodas de oro con el cante' es el éxito de los éxitos. Había pasado, efectivamente, medio siglo desde que Manuel de Falla entregó a un gitanito de 11 años el primer premio del Primer Concurso de Cante Jondo, en Granada
"Este disco es mi testamento —declaró, proféticamente, Manolo Caracol hace poco—. No volveré a grabar más." Sólo le quedaba la voz, una voz que en el cante flamenco se afila de pronto y se clava en un grito estremecedor Una voz que ya era antigua y tenía duende cuando la escuchaba Federico García Lorca. "El flamenco actual está muy comercializado; la juventud no sabe lo que es el cante grande", aseguró Manolo al aparecer su disco. Ahora, sólo queda éste, como testimonio de un arte que se extingue.
PANORAMA, MARZO 8. 1973

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Desde Madrid, escribe el corresponsal Armando R. Puente en Revista Panorama
1973

Españoles cantan en inglés