Marlene Dietrich
El ángel azul no pliega sus alas
Marlene Dietrich

LA sensación más llamativa de la temporada de Londres fué una debutante cuyo nombre es famoso desde hace 25 años: Marlene Dietrich, a quien los norteamericanos llaman "la abuela más bella del mundo" (Tiene dos nietos: Michel y Peter)
Presentando su número de canciones en el Café de París retoma al natural el papel que la lanzó a la fama desde la pantalla: el de la cantante Lola-Lola de "El ángel azul".
Todos los días sale del hotel Dorchester y se hace peinar a las 11 de la mañana por el peluquero francés de la duquesa de Kent. Después, elegante, cuidadosa de su línea y de su "charme", pasea por las calles de Londres como una desconocida. El vestido de encaje que lleva en escena fué creado para ella por Jean-Louis, el modisto francés de Hollywood. Le costó seis mil dólares. Dos días antes de su presentación en el Café de París la censura rogó a Marlene que retirara de su repertorio una canción considerada "poco conveniente".
En treinta y cinco minutos Marlene convenció a los espectadores del Café de París de que "habían pasado la mejor velada después de la guerra" Cantó once canciones en tres idiomas. Reservó para el final la canción de sus comienzos, "Naughty Lola", que cantaba en la película que la hizo famosa: "El ángel azul." Advirtió antes de entonarla: "Es mi última canción." A pesar de los aplausos y de las quince llamadas, mantuvo su palabra: "Les previne que era la última. ¡Buenas noches!" Los ingleses dijeron: "Es una dama."
Revista Caras y Caretas
08/1954

Marlene Dietrich
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