IDA Y VUELTA A MONACO
Grace Kelly se ha casado con el príncipe Rainiero III de Mónaco. El acontecimiento tiene mucho de romántico, pero los intereses políticos y económicos del país juegan un papel importantísimo en la vida de la princesa. Ella ha dejado los rascacielos americanos y se ha sumergido al desconocido mundo del principado con la misma gracia y desenvoltura con que actuara en su meteórica vida estelar.
nota INES MENDEZ
Mónaco

Al recibir el Oscar rememora sus comienzos, donde lo más notable fué su iniciación a los doce años en un minúsculo teatro de barrio. Su carrera cinematográfica ha comenzado; primero es el film "14 horas" y después de una serie de rodajes cortos Hollywood la llama para hacer "La hora señalada", que significa su consagración. "Mogambo" con Clark Gable, "Crimen perfecto" y "la ventana indiscreta" con James Stewart. Por último, "Para atrapar al ladrón", cuyo rodaje, por extraño destino, se realizó en Montecarlo. Corta pero luminosa su carrera estelar, que le atrajo la adoración masculina. Mucho se hablo de su probable romance con Cary Grant en circunstancias en que conoció al príncipe; mucho se dijo del asedio del propio Clark Gable, que podía ser su padre, y de Bing Crosby y de James Stewart, William Holden, Dany Kaye o Gary Cooper; pero lo que afirmó la seguridad de un posible noviazgo fué su romántica amistad con Jean Pierre Aumont, el que la atendiera asiduamente en Europa desde la muerte de Marta Móntez. Aumont dijo: "Grace Kelly es un ser excepcional, pero no hay nada entre nosotros, con lo que Rainiero se sentirá aliviado." Pero sin duda no ha de pasar nunca las películas de su esposa en la sala cinematográfica que como regalo de bodas hará John Kelly en Mónaco.
Una Grace humanísima y natural; en un momento de descanso de la película "Alta Sociedad", que filmara con Bing Crosby antes de casarse. Los cineastas no querían tenerla en esta pose ni tampoco con anteojos, ya que usa, comúnmente, lentes de contacto. En las nuevas estampillas que los filatélicos de todo el mundo se disputarán, aparece ella y el príncipe con el sello de la corona de por medio. Es la primera vez que una ciudadana norteamericana tendrá esta distinción, Pero a ella no le halaga en demasía. Su hermano Jack anunció a los periodistas que Grace no los podía atender después del casamiento, pues había llorado en el hombro de su madre antes de partir para su luna de miel. Llorar, reír y ser equilibrada, revelan su femineidad. Con su amiga Prudence Wisee en un rincón de Nueva York, da rienda suelta a su alegría; ambas recuerdan loe tiempos iniciales en que Grace era modelo profesional y su cara aparecía en 13 perfiles simultáneamente mientras tenía que soportar los pinchazos de la modista para probar un vestido.
Una carrera estelar hecha de luchas pese a los millones de su padre. Los monegascos tienen ya la ansiada princesa que llega con su sencillez, su virtud, y su sincero amor por Rainiero- Asegura: — "Nunca estuve más enamorada". Quizás desde el momento en que el periodista Galante la llevara a Mónaco, sintió el primer coup de amor. Él dijo: "Ni yo ni mis Kelly deseábamos esta fiesta, nos hubiera gustado casarnos en silencio." Pero las cifras, son cifras de las mil y una noches. 400 violinistas. 60000 rosas, 800 invitados de abolengo. Se calcula un promedio de 100 mil dólares, como mínimo, en los festejos. Los huéspedes suman un total de fortunas de 5.000.000.000 de francos suizos.
Y los fastuosos regalos se acumulan: El sultán Mohamed mandó dos cachorros de león; los zapatos de la boda fueron fabricados por los zapateros de Vigevano, Italia. Jean Cocteau ha escrito un poema para Rainiero, y aunque Churchill abandonó Mónaco, la reina Elizabeth se hizo presente con una sencilla bandeja de oro macizo. El principado entregó a Rainiero dos automóviles. Con ellos tiene trece. Por cierto, ha sido un acontecimiento de enorme resonancia mundial, con gran despliegue de lujo, de fotógrafos, corresponsales, torrentes de regalos, torrentes de cables lanzados a los cuatro puntos cardinales y mil cosas más. En resumen, una historia blanca con la ex modelo que se prende a un príncipe del brazo y ciertos ribetes de opereta de fin de siglo.
Revista Mundo Argentino
2/5/1956

Mónaco
1) John Kelly, luchador como su hija, fué en sus comienzo un humilde capataz de obras. En la actualidad tiene 20 millones de dólares, pero afirma rotundamente que su hija no aportará con ninguna dote. Ahora se dedica a las clases del Instituto de Educación Física. En Mónaco, dijo a uno de los 1800 periodistas que lo asediaron: -Ya estoy cansado de todo esto, en mi casa de Filadelfia tendré, por fin, tranquilidad- Grace es una buena chica y Ray su primer amor.
2) A pesar de los millones de su padre, ella no abandona su sencillez, aunque ésta representa una buena suma de dólares. Aquí está con un sombrero floreado y tapado de mink, acompañada de sus sobrinas predilectas al retirarse del lujoso hotel donde la despidieron de soltera,
3) Se dirige con sus padres a la Iglesia de Santa Brígida, en Filadelfia, para asistir a los oficios de Pascua. Es católica ferviente, y frecuenta este templo desde su infancia. El sombrero que luce es un regalo de Rainiero antes de su enlace. Pero Grace llevó a Mónaco el vestuario de una reina. Se afirma que Mr. John Kelly ha gastado una fortuna en la adquisición del suntuosísimo ajuar.
4) Cierta dulce tristeza se observa en sus ojos al abandonar Nueva York. Viajó acompañada por 80 familiares y amigos, y su perro Oliver instalado con ella en su cabina del "Constitution", que hizo una escala en Montecarlo donde los americanos bajaron y perdieron buena parte de sus dólares. Llevó 35 valijas y baúles, y el pasaje en la cabina pintada de rosa, costó 990 dólares, ida sola. Las declaraciones de Grace a los 200 periodistas que embarcaron con ella, no satisfacieran, Por lo pronto dijo: "no abandonaré mi nacionalidad norteamericana ni mi piso en la 5a. Avenida. En Mónaco le esperaba un palacio de 120 habitaciones.

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