En abril de 1963,
durante la sedición de las fuerzas coloradas
contra el gobierno argentino, una familia de
Barracas, al sur de la ciudad de Buenos Aires, oyó
confusamente por la radio que el electricista
Ángel Sánchez —ocupante de la casa contigua— había
sido herido en el hombro durante una de las
refriegas. Mientras giraba el dial hacia el punto
donde podía captarse radio Colonia, emisora del
Uruguay, el padre dijo: "No haremos caso de la
noticia hasta que la anuncie Ariel Delgado".
Esa credulidad casi
fanática no era nueva en Buenos Aires: para muchos
radioescuchas, Delgado había llegado a ser una
señal de información abundante, minuciosa,
exaltada, aunque quizá no siempre pareciese
estrictamente veraz. El influjo de Delgado sobre
el público argentino acaba de dar ahora una prueba
de fuerza: después de marcar con su estilo,
durante 5 años consecutivos (desde enero de 1959),
los servicios informativos de radio Colonia, ha
sido contratado por el diario Crónica de Buenos
Aires para escribir y leer dos panoramas diarios
de noticias por la onda de radio Libertad.
Delgado es argentino
(de Corrientes) y se llama, en verdad, José Ariel
Carioni; tiene 33 años, y la pasión periodística
lo asaltó desde que su padre, José Marcos, fue
sancionado por el peronismo con la supresión del
diario que había fundado en Corrientes (La Razón).
Ese derrumbe coincidió con la entrada de Ariel en
el Colegio Militar, donde estuvo cuatro años hasta
que la fractura de sus dos piernas durante una
clase de deportes lo forzó a pedir la baja. Hacia
1955 estaba ya casado con una brasileña (que le
dio dos hijos) y trabajaba como redactor de
informativos en la entonces radio del Estado.
Divorciarse, en 1958, fue lo que decidió su
suerte: ese año, mientras resolvía judicialmente
su conflicto conyugal, leyó en las columnas de
clasificados del matutino uruguayo El Día un
pedido de "informativista para radio Colonia". Se
presentó, le extendieron un cable recién
transmitido por la teletipo, y le pidieron que lo
leyera. "Mi voz se oyó hasta la vereda de
enfrente", dice Delgado.
Cuando el jefe de
informativos de la emisora, Walter Viera, resolvió
irse a Cuba, en enero de 1959, Delgado asumió ese
cargo. "Reconozco que adopté al principio su ritmo
de lectura, aunque Viera era más moderado", suele
memorar.
El desenfado con que
se podía trabajar en Colonia lo reconcilió consigo
mismo: volvió a casarse (esta vez con una
argentina), tuvo otros dos hijos, y se vanaglorió
de actuar en Carnaval disfrazado y soportando
tumultos de agua mientras leía sus noticias ante
el micrófono. "Es una radio divertida y
simpática", define Delgado a la emisora que gestó
su prosperidad.
A mediados de 1962, el
director de la revista argentina Así, Héctor
García (que es también el propietario de Crónica),
envió un reportero a Colonia para que entrevistase
al locutor; en octubre, el propio Delgado llegó a
Buenos Aires y se presentó a García: fue entonces
cuando se engendró una comunicación que empezó por
ser intermitente; a principios de 1963, la voz de
Delgado se oía en off durante el programa
televisado Séptima edición, que dirigía García en
Canal 7; al aparecer Crónica, en julio del mismo
año, el informativo de la radio uruguaya recibía
por teléfono material de ese diario; ahora se ha
transformado en relación definitiva.
El verdadero ascenso
de Delgado data de un año atrás: en ese lapso,
leyó párrafos de un ficticio informativo para el
film Paula Cautiva, del argentino Fernando Ayala,
y creó un jingle para el almidón Permatel; sus
imitadores cómicos empezaron también a pulular en
los ciclos de La revista dislocada, Farandulandia,
Calle Corrientes y Los grandes del buen humor.
Sus únicas manías
consisten en coleccionar armas y discos con
melodías mexicanas: despaciosamente se ha ido
convirtiendo en un mito, que no puede
fotografiarse de frente, de acuerdo al contrato
firmado con Crónica, "porque la gente quiere mi
voz y podría desilusionarse al advertir que no soy
como me han imaginado".
Los informativos de
radio Libertad han acrecentado la audiencia de la
emisora después del advenimiento de Delgado: ahora
llega al 56 por ciento. Ese triunfo le ha
permitido al locutor ganar "tres veces más que en
Colonia" (donde percibía unos 50.000 pesos
argentinos). Pero Delgado no parece ser un hombre
fuerte en matemáticas, porque 50.000 por tres son
150.000, y él asegura que "si tuviera tanta plata
por mes en mis manos, viajaría en auto propio". Lo
que es casi una definición de su estilo
periodístico.
Revista Primera Plana
14.04.1964
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