Elecciones
el armado de las listas

PERONISMO
Listas frentistas, iras peronistas

Cuando, por fin, el tenso y violento proceso de confección de listas para los comicios de marzo parecía concluir, la prórroga dispuesta por el gobierno prolongó el período de lucha interna en el peronismo. Más que como un intento de favorecer a los candidatos de la Alianza Republicana, los allegados a la conducción justicialista sonreían ante lo que reconocían un buen golpe del gobierno. Así, el proceso de la provincia de Buenos Aires adquiere características más traumáticas al permitir un margen de maniobra mucho más amplio al sector de Manuel de Anchorena. Por otra parte, procesos ya definidos como los de Córdoba y Capital Federal pueden ser revisados por las alas "blandas" perdidosas.

AGRAVIOS A LOS METALURGICOS.
De todas las piruetas efectuadas, algunas de ellas mortales, para establecer las candidaturas peronistas, resulta evidente comprender el profundo desagrado que en el gremio decisivo de las 62 Organizaciones, la Unión Obrera Metalúrgica ha producido el desarrollo del proceso.
En la provincia de Buenos Aires, en Córdoba y Capital, varios de sus hombres claves sufrieron estrepitosas postergaciones. Un ejemplo estridente de esta situación lo constituyó el desarrollo del Congreso Metropolitano del partido Justicialista realizado el miércoles 20. En los fondos de la casa de avenida La Plata 246, al resguardo del fresco aire de la noche y de una parra en creciente desarrollo, 200 congresales debatieron durante dos horas la lista de senadores, diputados y concejales del distrito. Hubo 120 minutos de espera, un lapso razonable para esta clase de juntas. Más veloz fue todavía el trámite del cónclave que deparó una sorpresa para el vandorismo. La lista original contaba con una débil oposición formal de un sector independiente que iba a ser seguramente batida por la coalición de los convencionales que responden a la línea del Trasvasamiento (Alejandro Álvarez, Roberto Grabois), la rama femenina y el propio Bloque Metropolitano, nueva cara de la vieja agrupación vandorista "30 de junio". Empero, bastó que el antiguo expulsado Roberto Dighon, líder del pequeño sindicato del Tabaco, sancionado por las 62 y desairado por Perón en Madrid, junto al telefónico Guillán, tomara la palabra para desatar una tormenta. En lugar de oponer el numeroso sector de los "combativos" y de la agrupación "17 de octubre" a la lista oficial, con voz calma mocionó: "Apoyamos la propuesta del Consejo Superior, pero nos negamos a respaldar el nombre de Paulino Niembro, un traidor a la clase obrera".
De inmediato, convirtió la propuesta en moción de orden y la consiguiente votación nominal resultó francamente desfavorable para Niembro, ex diputado nacional durante el gobierno radical: 7 sufragios a favor de su permanencia en la lista, 180 en contra. Niembro, que fuera expulsado de la UOM por Augusto Vandor y reingresante en la misma luego de la muerte de aquél, no estaba presente en las deliberaciones; tampoco Mariano Martín, líder político de los congresales adictos a la UOM. Cuando se sugirió el nombre del reemplazante, una voz conciliatoria alentó las esperanzas del apoderado partidario, Torcuato Fino, mientras los "combativos" levantaban la candidatura irritativa —para el vandorismo— de Ricardo de Luca; este líder de los obreros navales, militante del sector De Pie en 1965 y de la "CGT de los Argentinos" en 1968, es un claro adversario de la UOM.
Por escasos votos (58 a 52) De Luca batió a Fino —un político que podría agradar a la UOM— y los "combativos" se encontraron con una victoria inesperada, que celebraron ruidosamente. En medio de las deliberaciones y a punto de iniciarse la votación, el
nombre de Jesús Porto —que había sido nominado segundo candidato a senador— fue sustituido por el nacionalista Marcelo Sánchez Sorondo: se trataba de una directiva de último momento de Abal Medina. Mientras algunos evaluaban que la lista oficial había salido bien parada —ya se había comenzado a cuestionar el nombre de Raúl Lastiri, yerno de José López Rega—, otros, más avisados, estimaban que el agravio inferido a la UOM era grave. Aunque otros dos gremialistas —Alberto Stecco, del Frigorífico Nacional, y Juan Racchini, de aguas gaseosas— integraron la boleta final, los metalúrgicos quedaron reducidos a la primera concejalía que correspondió a Mariano Martín.
De algún modo la situación es similar a lo sucedido en Córdoba. El triunfo de Ricardo Obregón Cano-Atilio López es el más notable anotado en las alforjas de los "duros". La mesa "normalizada" de las 62 de Córdoba, que responde a José Rucci y Rogelio Coria y que en Córdoba encarnan Julio Antún y Alejo Simó, fue marginada del segundo término para el que postulaba a José Oviedo, Pero en una hábil maniobra de flanqueo para quitar regimientos a las divisiones ruccistas, el binomio triunfante ubicó en intendencias del interior de la provincia, diputaciones y senadurías provinciales, a caudillos del sector "ortodoxo", minándole sus bases; inclusive el propio Oviedo fue nominado diputado nacional. En definitiva, el sector de Mauricio Labat fue favorecido a expensas de las huestes metalúrgicas de Simó, Aunque Unión Popular y el partido Laborista se dirigieron de inmediato sobre Antún proponiéndole la candidatura, la fisura abierta en sus filas impediría que el Turco contara con una base respetable para tentar suerte.
En Santiago del Estero, el pleito secular que separa a Carlos Juárez y Abraham Abdulajah se trasformó en semiescisión, Carlos López Bustos, hombre de Abdulajah, fue proclamado en oposición al propio Juárez, a quien apoyan las 62 locales. Este pleito de difícil solución supuso una derrota de los "duros" que contaban con la
victoria de las huestes de Abdulajah firme soporte de Abal Medina en e congreso partidario.

TUCUMAN: DERROTA DE LOS "DUROS". La situación indecisa de Santiago no puede compararse a la derrota en toda la línea sufrida por la juventud y el gremialismo combativo en Tucumán. Amador Juri, un plantador de caña de azúcar, derrotó la candidatura del abogado José Rodríguez Anido, a quien respaldaban el sindicalista Benito Romano y los líderes juveniles Hugo Andina Lizarraga e Ismael Salame; además, las boletas no incluyen representantes juveniles en las listas para cargos legislativos.
El tema de Buenos Aires continuó recorriendo un espinoso sendero. La fórmula camporista, que deberá canalizarse por el MID dado que el partido Conservador Popular carece de personería provincial, continúa siendo Oscar Bidegain-René Orsi. Empero, Manuel de Anchorena continúa moviendo sus fichas tratando de apoyarse en el metalúrgico Luis Guerrero. Es posible que la intervención provincial del coronel González, tío del dirigente juvenil platense Carlos Cogorno, tenga que maniobrar para dar lugar al sindicalismo en el segundo lugar de la fórmula camporista.
Otros que sangran por la herida son los desarrollistas, que se consideran postergados en la distribución de cargos. Solamente la melancólica diputación capitalina de Isidro J. Odena figura entre los cargos que han recibido. La designación de Carlos Sylvestre Begnis en Santa Fe acompañado por el gremialista Cuello, es objetada por la ortodoxia frondicista. Movilizando sus influencias en el peronismo, los desarrollistas santafesinos comenzaron a propugnar la fórmula Jorge Tarrico (médico rosarino) —Luis Carballo, actual candidato a intendente por los frondicistas, ofreciendo el señuelo del primer término de la fórmula para el peronismo: es que los desarrollistas temen que Sylvestre abandone el MID apenas concluidos los comicios.
Clarificando el panorama de la juventud peronista, las falanges que responden al prófugo Rodolfo Galimberti, emitieron un documento de apoyo a la conducción oficial bajo la consigna "Cámpora al gobierno-Perón al poder". Con la firma de Galimberti y las de Jorge Llampart, Ernesto Jauretche y Leandro Maisonave —consejeros juveniles en el máximo organismo de dirección del partido Justicialista—, exigen "el respeto al 25 por ciento en los cargos electivos" y condenan a "los traidores que pretendían lograr una abstención electoral que al único que favorecía era al mismo régimen" en la perspectiva de ofrecer candidatos "revolucionarios", la JP levantó la candidatura a diputado del presbítero tercermundista Carlos Mugica, quien, no obstante, la declinó, prefirió no malquistarse con la jerarquía eclesiástica y renunció, quedando limitada la JP al decimotercer lugar en la boleta de diputados y que cubrirá el periodista Leonardo Bettanin.
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CENTRO IZQUIERDA
En busca de nuevos aliados
La postergación de los plazos para oficializar candidaturas hasta el 2 de enero próximo corrió como una brisa fresca para la mayor parte de las alianzas políticas que se presentarán a elecciones el 11 de marzo. Para la Alianza Popular de Centro Izquierda —APCI—el decreto de la Junta de Comandantes tuvo también una importancia fundamental, aunque no tanto por la dificultad de integrar las distintas listas de candidatos sino por la perspectiva de arrimar a la coalición a nuevos aliados. Por esta razón, el jueves 21, presentada ya ante la justicia electoral la fórmula presidencial —Oscar Alende, por el partido Intransigente y Horacio Sueldo, por el Revolucionario Cristiano—, los dirigentes aliancistas comenzaron a especular con posibles canales de captación para algunos de los partidos que habían quedado fuera de las distintas coaliciones y que presentan afinidad con el bloque.
Por lo pronto, algunas gestiones estarían bastante adelantadas con algunas de las fracciones en que se ha dividido nuevamente el Partido Socialista Popular. Separado Jorge Selser, que con su Movimiento Socialista para la Liberación Nacional pasó a militar en el FREJULI, el socialismo popular navega solitario y a la deriva en el horizonte electoral. Es por esto que algunos dirigentes del PSP habrían iniciado conversaciones, previas a un eventual éxodo hacia las filas centro-izquierdistas. Uno de los principales defensores de esta actitud sería Héctor Polino, quien además integra el Encuentro Nacional de los Argentinos, una presa codiciada por la APCI. De prosperar las negociaciones, Polino ingresaría al bloque con una parte del socialismo popular y serviría de puente propicio para acercar al ENA a las fronteras con la Alianza, labor en la que colaborarán los líderes alendistas que también participan de la coalición.
Por lo demás, también se realizan conversaciones con la Unión Popular de Rodolfo Tecera del Franco y el Partido Socialista de Juan Carlos Coral, El primero, alejado del FREJULI, tiene problemas con la justicia electoral por lo cual puede atenerse al plazo del 11 de enero para ingresar a alguna de las alianzas oficializadas. Hasta ahora, descartado el FREJULI y la Alianza Popular Federalista (Manriquismo), la Unión Popular coquetea entre elegir la candidatura de Ezequiel Martínez o la de Alende. Para ambos, el partido de Tecera del Franco representaría estructura partidaria en dos distritos claves: Capital Federal y provincia de Buenos Aires. En el caso de Coral, en cambio, la APCI agita un precedente que puede servir como base para concretar el acuerdo: en San Juan los fieles a Coral y los centroizquierdistas presentarán una lista única de candidatos.

¿LOS VOTOS DE QUIEN? Los aliancistas tienen confianza en el futuro. "En 1963 nos entregaron el partido un día viernes y el domingo era la elección. Las boletas se confeccionaron sin el nombre del candidato (Oscar Alende) y a pesar de todo salimos segundos, después del radicalismo", recordaba, la semana pasada, un dirigente del Partido Intransigente. Sin embargo, dos años después (en 1965) con la elección de diputados) habían descendido al cuarto lugar, muy cerca de la democracia cristiana. Lo cierto es que, por ahora, la APCI esboza una estrategia basada en la figura de Alende ("aquí jugarán las personas no las siglas") y una serie de postulados sobre política económica que serán capaces de polarizar al electorado de izquierda y a los peronistas descontentos con la fórmula elegida por el FREJULI.
"La campaña electoral tendrá como base la crítica a algunas líneas de la política económica mantenida actualmente, sobre todo en lo que respecta a los monopolios, pero además de enunciados propondremos soluciones eficaces", afirmaba un dirigente aliancista. Una posición que Oscar Alende adoptó durante el gobierno de Roberto Marcelo Levingston (a quien apoyó en su "lucha contra los monopolios") y que fue endureciendo progresivamente en los últimos meses. Semejante prédica podría restarle votos al peronismo en la provincia de Buenos Aires, donde la figura de Alende tiene bastante popularidad entre las capas medias, pero es más difícil que fructifique en otros puntos del país como para conseguir una posición de preeminencia en la segunda vuelta. Así la APCI tendría que negociar con el FREJULI o con el radicalismo, por ser las fuerzas que más se acercan a sus postulados ideológicos. Hasta ahora, sin embargo, ninguna de estas variantes parecen conformar a los centroizquierdistas que especulan con otra posibilidad: convertirse en la tercera fuerza que participe en el ballotage y sumar, desde allí, los sufragios de fuerzas afines que hayan quedado en el camino.
Revista Panorama
28.12.1972

 

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