EL 15 DE ABRIL LA UCR Y EL FREJULI PUGNARAN POR IMPONER UN SENADOR
¡SE VA LA SEGUNDA!
Los electores porteños concurrirán a la segunda vuelta para elegir el tercer senador para la Capital. La UCR y el Frejuli (representados por Fernando de la Rúa y Marcelo Sánchez Sorondo) entablarán un duelo cuya definición parece depender menos de los programas que de la personalidad de los candidatos y las características de los procesos partidarios

Varios elementos —la historia, la tradición, los programas, los cursos recientes de la política argentina— convencieron a numerosos observadores de que el 11 de marzo la voluntad de los electores argentinos se iba a polarizar a través de un duelo decisivo: radicalismo versus peronismo. Tales pronósticos indicaron finalmente una lectura superficial de la realidad y las urnas expresaron otra situación. Tal enfrentamiento —al menos con esas características— no existió.
Sin embargo, la posibilidad quedó abierta. El caudal de votos recogido en la Capital Federal por esas dos fuerzas les permitió contar a cada una con un senador electo. Pero no les alcanzó para imponer en la Cámara Alta a su segundo hombre. ¿Quién será el tercer senador por el distrito capitalino? Tal el interrogante que quedará develado a través del ballotage que los electores porteños protagonizarán el próximo domingo 15 de abril. Esta vez el abanico de posibilidades se ha cerrado para los votantes y ha quedado reducido precisamente a quienes no protagonizaron el supuesto mano a mano del 11 de marzo. Lo que por entonces —con la participación de más fuerzas— era una elección, se ha convertido (ahora si) en opción: se votará por la UCR o por el Frejuli, por Fernando de la Rúa (UCR) o Marcelo Sánchez Sorondo (Frejuli).
Con todo, tampoco en esta oportunidad puede decirse que realmente estarán ambos partidos —ambos programas— frente a frente. Es que, por diferentes motivos, cada uno de los candidatos se asentará, ante todo, en su propio carisma o en sus posibilidades personales. En el caso del radicalismo ello ocurre porque la segunda vuelta encuentra a su partido inmerso en una crisis que sus sectores más radicalizados atribuyen a la imagen diluida con que accedió a la elección (ver reportaje a Alfonsín, página 12 de este número). Así, De la Rúa —allegado a los sectores unionistas, que rodean a Balbín— no parece por si solo capaz de variar esa imagen y convertir a la UCR en el polo que no fue en la primera vuelta. Con todo, algunos círculos alfonsinistas se han acercado al candidato y están orientando su campaña, de manera que vaticinan una agudización de las consignas de De la Rúa (si es que fuera elegido).
Por su parte, Marcelo Sánchez Sorondo representa a los sectores provenientes del nacionalismo no peronista. Dentro mismo del justicialismo encuentra ciertas resistencias desde las alas más radicalizadas y duras (especialmente juveniles y sindica-
les). Su polémica figura adquiere así ribetes propios, más allá de los que le otorga su encuadramiento dentro del Frejuli. La más vieja ortodoxia peronista lo ve con simpatía por su acercamiento a ese sector en los períodos inmediatamente posteriores al derrocamiento. En suma, definido el electorado a través de la primera vuelta, esta mini-elección —en el caso metropolitano— parece regida por hechos circunstanciales y por la forma en que los candidatos responden a los procesos internos de sus propios partidos. Sobre sus posibilidades, sus aliados, sus partidos y sus posibles actitudes en el Senado, De la Rúa y Sánchez Sorondo fueron puestos frente a un cuestionario común de 10 preguntas que les presentó Siete Días. El candidato frentista contestó sólo a las seis primeras; alegó "falta de tiempo" para evacuar las restantes.

*_Marcelo Sánchez Sorondo (60, abogado, 6 hijos, 8 nietos) milita desde su juventud en las filas del nacionalismo ortodoxo. En la última década fue notoria su actuación en el Circulo del Plata, una suerte de club nacionalista donde coexisten civiles y militares partidarios de esa doctrina.
También lidera el Movimiento de la Revolución Nacional, un reducido núcleo que —se dijo— apoyó intentos golpistas que mostraron "un signo nacional". Su unidad con el peronismo apenas se remonta a la creación del Frejuli, de cuya reunión constitutiva participó. Además, Sánchez Sorondo piloteó el semanario Azul y Blanco. Su padre, Matías, ejerció el ministerio político durante la presidencia de José Félix Uriburu y calificó al golpe de Estado del 6 de septiembre de 1930 de "Revolución Libertadora".

*_El candidato radical Fernando de la Rúa (35, una hija) ingresó a las filas de la UCR a los 18 años. Pese a su larga militancia, sólo accedió a cargos internos un año atrás, cuando fue elegido convencional partidario por la ciudad de Buenos Aires. Se graduó de abogado en Córdoba —su lugar de nacimiento— a los 20 años y se enorgullece de haber logrado la medalla de oro por su tesis doctoral. Es profesor en la Universidad Nacional de Buenos Aires y en la Universidad Católica Argentina. Su padre, Antonio, ocupó el Ministerio de Interior de la provincia de Córdoba en 1939, durante la gobernación del legendario Amadeo Sabattini.

—¿Con qué fuerzas extrapartidarias espera contar para el ballotage? ¿Por qué?
-Sánchez Sorondo: Este asunto del "ballotage", para seguir usando galicismos, se parece mucho al "sabotage" en el plano electoral. Mientras el espíritu de la ley francesa tiende a unir al electorado, la aplicación del sistema en la Argentina se orienta a desunir la opinión. Esta intención fue desbordada por el voto popular el 11 de marzo, y volverá a serlo el próximo 15 de abril, con el apoyo de todas las fuerzas cívicas no radicales, obligadas a la polarización y al costoso ritual que significa la segunda vuelta.
-De la Rúa: Con todos aquellos que, aun no habiendo votado a la UCR en la primera vuelta, quieren contar con una representación independiente, que los exprese con firmeza en la función de control a que tienen derecho para que el cambio que procuraron a través de otras fuerzas políticas se haga en la plena vigencia de la democracia. El Frejuli sólo fue la primera minoría con poco más de 600.000 votos. Habrá pues por lo menos 1.200.000 ciudadanas y ciudadanos que se sentirán representados a través de nosotros. La mujer jugará un rol decisivo. Ella sabe bien que sus preocupaciones específicas son también las nuestras y que lucharemos contra el alza del costo de la vida, por la educación gratuita, la vivienda y la salud pública, y que propondremos una ley que le permita compartir con el padre la patria potestad de los hijos.
—¿Quiénes cree que podrían inclinarse a votar por su oponente?
-Sánchez Sorondo: Algunos radicales del Pueblo, desde luego, más cierta derecha y cierta izquierda desorientadas.
-De la Rúa: No puedo adivinar si quienes en la primera vuelta votaron al Frejuli se sentirán igualmente representados con su lista en este caso. De todos modos, pienso que votarán al doctor Sánchez Sorondo quienes se sientan identificados con su persona y con la línea política que él representa.
—¿A qué atribuye el alto porcentaje de votos obtenido por el Frejuli en la primera vuelta (incluyendo en ese porcentaje una gran cantidad de votos extrapartidarios) y cómo explicaría la inmovilidad del porcentaje de la UCR respecto a elecciones anteriores?
-Sánchez Sorondo: El alto porcentaje de votos que obtuvo el Frente equivale a un pronunciamiento popular contra el régimen. No hubo, propiamente dicho, voto extrapartidario, desde que el Frente mismo es un conglomerado de partidos adosado al tronco mayoritario del peronismo. Yo interpreto la victoria del Frente como la expresión de cierta voluntad de unanimidad dentro de la opinión nacional. No olvidemos que, tanto la UCR como los nucleamientos que apoyaron la fórmula Alende-Sueldo, comparten coincidencias pragmáticas de fondo con los postulados de liberación auspiciados por el Frente.
-De la Rúa: El Frejuli sumó a su electorado propio los votos de quienes quisieron expresarse más rudamente contra el gobierno. Este desplegó una burda campaña de ataques por medio de una mal disimulada publicidad oficial, dejando de lado su imparcialidad. Ello hizo que la oposición al gobierno se focalizara con preferencia en el Frente, no obstante que la UCR, desalojada del poder en 1966 con la intervención incluso de muchos "frentistas", era la fuerza más agraviada por la incursión militar. Pero nuestro partido quería la institucionalización, predicó la paz y pagó un alto precio político por ello. El gobierno distorsionó el cuadro de tal modo que muchos no comprendieron nuestra línea de afirmación y de futuro. Por otra parte, no hay que dejar de computar la significación que tuvieron en el comido la figura nueva de Manrique y la presencia combativa que caracterizó a Alende, sumando amplios sectores juveniles.
—¿Qué es lo que usted representa frente a sus electores para la segunda vuelta y en qué se basa para captarlos?
-Sánchez Sorondo: Esa pregunta debería estar dirigida más bien a mis electores. Por otra parte, ellos no votarán sólo por mí, sino también por los doctores Santiago Díaz Bialet y José María Rosa, cuya proclamación se llevará a cabo luego de los resultados del comicio del 15 de abril. En este comicio no se vetará por personas sino por programas, respetándose la verticalidad del movimiento nacional, con miras a consolidar la victoria del 11 de marzo.
-De la Rúa: No se trata de captar a nadie. Quiero ser, para los hombres y mujeres de la Capital Federal, la seguridad de un control democrático en el Senado, para defender la vigencia de la libertad, la emancipación económica y el progreso social. Lucharé para que el cambio se haga, y se haga en democracia. Además, aspiro a representar a la juventud y he dicho que ésta es su campaña.
—A grosso modo los observadores consideraban que, en la primera vuelta, el Frejuli captar/a la franja izquierda del electorado y la UCR la franja derecha. Si eso hubiera resultado cierto —y nos gustaría conocer su opinión al respecto— pareciera existir ahora (nos referimos al caso concreto de la Capital Federal) un giro en dicho esquema: por ejemplo, el Partido Comunista ha decidido apoyar al Frejuli en el ballotage en todo el país menos en la Capital. ¿Cree que ese giro se verificará realmente en la elección metropolitana de senadores?
-Sánchez Sorondo: Aunque los candidatos del Frente Justicialista de Liberación hubieran sido Federico Engels y Carlos Marx, el Partido Comunista argentino jamás hubiera votado junto al pueblo. Como en 1945, se ha apartado de él a conciencia, y este nuevo error ha creado serios enfrenamientos entre los sectores juveniles y la conducción de ese partido. Creo anacrónico el discernimiento que hace su pregunta entre "izquierdas" y "derechas" como polarizadores actuales de opinión. Existen, si, una derecha y una izquierda comprometidas con la estructura económica del régimen y, por lo tanto, vinculadas a su aparato monopólico y publicitario. A pesar de su poder, esta alianza carece de opinión nacional. Del otro lado está la inmensa mayoría nacional, que se ha expresado en las urnas sin reparos ni exigencias ideológicas. Esta mayoría manifiesta lo mejor del espectro derecha-izquierda y de sus preocupaciones clásicas: el mantenimiento de nuestras creencias y tradiciones culturales, por un lado, y la lucha antiimperialista por el otro.
-De la Rúa: La distinción entre izquierdas y derechas carece hoy de significación precisa. Pero en el sentido tradicionalista en que entiendo se me formula la pregunta, yo le diría que esos observadores andan mal encaminados. Es suficiente echar un vistazo a las listas del Frejuli para encontrar en ellas nombres que representan lo que Siete Días llama derechas. A nosotros no nos importa la derecha ni la izquierda, sino el cambio social, de modo que se acaben las injusticias y la dependencia. Seguramente por eso nos apoyarán en la Capital ciudadanas y ciudadanos que el 11 de marzo vetaron Por otros partidos.
—¿Apoyara desde el Senado los Proyectos que, en materia de hidrocarburos, intentan impulsar los sectores desarrollistas incluidos en el Frejuli?
-Sánchez Sorondo: En ese sentido me atengo estrictamente a las pautas programáticas para el gobierno Justicialista de Liberación, publicadas oportunamente por el doctor Héctor J. Cámpora. En ellas, como es público y notorio, se fijan les lineamientos en materia de política petrolera a observar por el futuro gobierno. Estos lineamientos se inspiran todos en el artículo 40 de la Constitución de 1949. Al adherir al Frente, los sectores que usted menciona no han planteado, que yo sepa, disidencia alguna con el programa del doctor Cámpora.
-De la Rúa: Toda transferencia de poder económico trae aparejada la transferencia de poder político. Por eso afirmamos que todas las fuentes energéticas deben ser controladas por el Estado. Hay que defender a YPF. El petróleo argentino debe ser extraído y comercializado por los argentinos y para los argentinos. Nos oponemos a las concesiones en materia de hidrocarburos. Lo que esté por esta línea nacional tendrá nuestro apoyo; lo que esté en contra, nuestra más firme oposición.
—¿Propiciaría la ley de amnistía total de los presos políticos y guerrilleros, aun de los condenados por la Cámara Federal en lo Penal? ¿Apoyaría la derogación de la legislación represiva, incluida la ley anticomunista?
-De la Rúa: El país debe unirse y reencontrarse. Por eso apoyamos la sanción de una ley de amnistía, considerando que deben discriminarse casos y situaciones, sobre todo mediante una definición correcta del delito político, de modo que esta ley que debe servir para unir y pacificar no sea un medio indirecto de impunidad para delitos comunes. En cuanto a la Cámara Federal en lo Penal, por su amplia competencia, ha juzgado casos de delitos comunes y otros que pueden considerarse políticos. Por lo tanto, la distinción que quiere hacerse en base al Tribunal, no sirve. En cuanto a las sentencias dictadas por ese Tribunal, la decisión, en último término, corresponderá a la Corte Suprema. Y concluyo: hay que derogar el aparato represivo. Nosotros, en 1964, derogamos las llamadas leyes represivas y queremos que ahora se haga lo mismo, con la misma amplitud. En esto se incluye lo que llama "ley anticomunista", que en realidad es un instrumento por el cual se consagra el delito de opinión, contrariándose el espíritu de libertad de nuestra Constitución.
—¿Cree que los militares deben tener participación en el futuro gabinete?
-De la Rúa: Según las normas vigentes, el proyecto de ley de ministerios sólo puede ser propuesto al Congreso por el Poder Ejecutivo. Veremos cómo elabora ese proyecto el futuro gobierno y recién entonces lo consideraremos en el Senado.
—¿Cree que el Frejuli mantendrá la unidad de los núcleos que lo componen durante el próximo período constitucional? ¿Lo considera positivo? Y en el caso de la UCR: ¿habrá una diferenciación parlamentaria entre alfonsinistas y balbinistas, teniendo en cuenta la alusión de Alfonsín a ciertos objetivos máximos que los diferenciarían?
-De la Rúa: En cuanto al Frejuli, es problema de ellos. Aunque debo observar que su heterogeneidad hace que ya se insinúen disidencias y contradicciones cuya suerte final se ignora. En cuanto a la UCR, nuestro programa fue aprobado por unanimidad per la Convención Nacional.
El bloque radical, por lo tanto, no presentará fisuras.
—¿Cuáles son los ejes principales de la campaña con que aspira a cosechar el voto de los electores porteños?
De la Rúa: La presencia de la juventud, cuyos anhelos conozco y quiero interpretar; el apoyo de la mujer, que necesita una voz independiente que exprese sus inquietudes, y la voluntad de los grandes sectores que quieren que cumplamos una función de control republicano en el Senado, como garantía de que el cambio se haga en democracia y se dé solución a los grandes problemas sociales y económicos creados por la desastrosa conducción del gobierno de tacto, como el atraso de la escuela pública, el alza del costo de la vida, la injusticia que padecen los jubilados, la desocupación y el déficit en materia de salud pública y vivienda, entre otros no menos urgentes.
Revista Siete Días Ilustrados
9/4/73

 

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