Juicio a la clase media
Nos hemos llenado la boca con varios slogans durante toda la vida: "país de blancos, sin problemas raciales, con riquezas naturales que no tiene ningún país del mundo, y con una clase media... ". Punto ahí. En la clase media. ¿Es positiva o negativa? Dilema para sociólogos serios. Para hurgar en este tema vital - YA LO HICIMOS CON LA CLASE ALTA - convocamos a una mesa redonda. Empresarios, dirigentes gremiales, ensayistas, psicoterapeutas, licenciadas en sociología y ciencias políticas, un dirigente político, juzgan este "gran caballito de batalla" que es la clase media y con la que tratamos de probar que no somos Bolivia, Chile, Perú, Paraguay y tal vez, ni Brasil. Aquí está reflejada la honda conversación y sus resultados. Acaso esté aquí el ESPEJO de muchas de nuestras virtudes y de no pocos de nuestros defectos.

Preguntas

-¿Cómo definiría a nuestra clase media?
-¿Qué elegiría como su símbolo típico?
-¿Si la Argentina es un país de clase media, este es un rango positivo o negativo?

Protagonistas
-Isaac Gubel (Psicoterapeuta)
-Santiago Saccol (Empresario)
-Vicente Solano Lima (Político, conservador popular)
-Ismael Viñas (Ensayista, marxista)
-Armando March (Dirigente gremial, secretario general de la C. G. E. C.)
-Carmen McInnes (Socióloga)
-Iliana Di Giovan (Licenciada en ciencias políticas)

Conclusiones
1) Por lo general se trató de probar que la clase media era negativa por su hibridez.
2) ¿Su símbolo o ambición distintiva? El automóvil.
3) La mayor parte de la clientela de consultorios psiquiátricos está formada por protagonistas de la clase media.
4) Es la clase más ambiciosa y que más se frustra.
5) Nunca gobernó porque no tiene ideología.

BUSCAMOS una definición de "la clase media argentina, rastrear sus rasgos típicos. Pero simultáneamente, en las respuestas, surgió el interrogante sobre si EXISTE la clase media, en la misma medida en que son discernibles como "clase" la alta y la baja:
Armando March. — No existe "la" clase media, sino un conglomerado social muy heterogéneo sin conciencia de clase. Como rasgo común de esas "capas medias" podríamos elegir su nivel cultural y, sobre todo, su deseo de ascender...
Vicente Solano Lima. — Todos quieren subir... Yo la definiría por su género de vida..., pero coincido en que es una no-clase, un residuo, está abierta por arriba y por abajo; así, la burguesía es una expresión de la clase media.
Ismael Viñas. — No hay clase media, sino capas medias. Por eso es un error definir a la Argentina como país de clase media, este es un país capitalista con un numeroso proletariado. Las clases se definen por su inserción en la producción: la capitalista es la dueña de los medios de producción y la obrera es en consecuencia explotada y oprimida por ella. Las capas medias, según su nivel, se adscriben a una u otra clase, aunque predominantemente sirven a la burguesía. Precisamente, lo que define a esas capas medias es no tener ideología,
Isaac Gubel. — Yo creo que el rasgo distintivo de la clase media es no ser asalariada...
Viñas. — ¿Entonces un gerente que gana 50.000 pesos es un proletario?...
Gubel. — Sí, un proletario de cuello duro... Precisamente, esas situaciones ambiguas son las que hacen que sea una clase conflictual, muchos de sus integrantes no saben exactamente que son... y por eso la mayor parte de la clientela de los consultorios psiquiátricos está formada por gente de clase media, frustrada en sus aspiraciones materiales...
Santiago Saccol.— No sé cuales pueden ser las consecuencias psicológicas, pero en la Argentina todos quieren ascender, aquí no hay conformismo, por eso creo que este es un país de clase media y que ésta se define por un "estado espiritual": querer llegar a más... Así, también la clase obrera aspira a ser clase media...
Viñas. — No es así: en un régimen capitalista todas las clases comparten los valores del sistema... Aquí, todos "sueñan" con ser burgueses, proletarios y clase media. Lo que pasa es que el proletariado tiene menos posibilidades y entonces o se resigna o hace una revolución.
Carmen McInnes. — Yo pienso que se pertenece ante todo "anímicamente" a la clase media, que es un estado subjetivo cuya meta es el ascenso social; lo que pasa es que es una clase mucho más ambiciosa que la clase obrera...
Saccol. — ¡Todo lo contrario!
Viñas. — ¡Averigüe qué posibilidades tiene un coya jujeño de ser ambicioso!...
En este momento, sumado el juicio de Iliana Di Giovan, que se resiste a encontrarle a la clase media un rasgo definitorio ("¡Es muy esquemático!..., pero si insisten, pienso que podría ser la ocupación: generalmente pertenecen a la clase media los productores de servicios, empleados públicos, etc."), quedaron en claro dos cosas: primero, que todos estaban de acuerdo en que no existe "la" clase media, sino un confuso conglomerado de capas medias, más o menos adscriptas a las dos "verdaderas" clases: la alta y la baja. Segundo, que Ismael Viñas se habla quedado solo en su rígido enfoque marxista del problema. Para él el único medio objetivo para situar a una clase es ver como se inserta en la producción, siendo totalmente improcedente para tal fin la búsqueda de rasgos espirituales típicos ("a lo sumo, son una consecuencia"). El resto, en cambio, con leves diferencias de matiz, coincide en detectar a la clase media en un especial "estado de ánimo", y que tal sería el anhelo de ascender o progresar en la escala social.

LOS BUSCADORES DE PRESTIGIO
Una nueva pregunta de EXTRA, encontrar él ó los símbolos de la clase media, derivó en una digresión inesperada: su rol en la conducción política del país. El monolítico e irónico Ismael Viñas encontró una inspirada rival en la joven lucidez de Iliana Di Giovan.
Iliana Di Giovan. — Los bienes materiales a que aspira, el televisor, el automóvil, podrían ser los símbolos de la clase media. Pero en cuanto a esa mentalidad especial de que hablamos, creo que no podríamos encontrar mejor símbolo que el gobierno de la UCRP, fue un típico gobierno de "nuestra" clase media...
Viñas. — Es un error: la clase media no gobierna porque no tiene ideología, es un mero "sirviente" de la burguesía...
Di Giovan — La clase media detenta el poder político, mientras el poder económico está en manos de la burguesía, no hay que ser tan esquemático.
Viñas. — Lo siento compañera..., pero es así: la burguesía, como es poca, necesita de una "clientela" que avale sus intereses minoritarios.
Solano Lima. — Sólo el poder aparente llega a estar en manos de la clase media, las influencias que la determinan están detrás del poder.
Viñas. — Como el doctor Solano Lima se ha vuelto marxista, coincido con él. ..
Carmen McInnes. — Yo creo que no hay poder formal sin algo de poder real...
Di Giovan. — Acepto que se preocupe en no "molestar" a la clase alta, pero no que la sirva ciegamente cuando es gobierno.
Armando March. — Cuando la clase media lesiona los intereses de la burguesía, ésta la derriba. Recuerden lo que pasó a Alsogaray cuando creó un impuesto que lesionaba los intereses ganaderos: lo echaron...
Saccol. — Sin embargo, no puede negarse que la clase media determina el estado económico del país. Eso demuestra que no es simplemente un títere...
Pero como nosotros seguimos empeñados en detectar un símbolo ejemplificatorio de lo que hasta ahora hemos tratado de definir, interrumpimos la discusión, pidiéndoselo a la doctora Carmen McInnes:
Carmen McInnes. — El símbolo típico de la clase media cambia según las situaciones... Hoy y aquí, creo que podría ser el automóvil ...
Viñas. Lo que pasa es que se aferra a valores reverenciales, que para ella coinciden con los valores materiales más que para ninguna otra clase.
Saccol. — Yo coincido con la doctora McInnes y creo que ese es un rasgo positivo. El auto, al conceder movilidad propia, es un símbolo de independencia, de autonomía. ..
Gubel — El auto, igual que el departamento, el veraneo o el mandar a los hijos a la facultad, son elementos de ostentación, que le sirven a la clase media en su constante deseo de diferenciarse.
March, — Lo que pasa es que busca signos que demuestren su ascensión, y el auto es uno de ellos, quizás el más típico...
Iliana Di Giovan. — Es que la clase media no tiene la valentía de vivir auténticamente... Busca en la posesión de cosas materiales un "status" aparente que las más de las veces no coincide con la realidad...
Gubel. — Entonces, cuando no pueden pagar las cuotas del crédito, se neurotizan...
Saccol. — Yo creo que es algo muy humano el tratar de llegar a algo lo más rápidamente posible... Yo me considero un hombre dé clase media y —creo— yo soy espiritualmente sano....
Viñas. — El que usted se considere miembro de la clase media es sólo un rasgo de modestia suya, Saccol... (Risas.)
Saccol. — Ya dije que para mí ser de clase media significa "sentir" de determinada manera...

NO TE METAS
Solano Lima. — La clase media es esencialmente individualista, por eso quizás sea el auto su símbolo típico... Su individualismo, desde el punto de vista de la libertad. es positivo, pero no lo es
si lo enfocamos desde el ángulo de las conquistas sociales...
Esta opinión del doctor Solano Lima provocó, una vez más, la "sorpresa" de Ismael Viñas, divertido ante tan imprevista comunidad de ideas... Además, nos permitió acceder a la siguiente pregunta del cuestionario: ¿Aceptado que la Argentina es un país, si no de clase media, de numerosas "capas medias", es éste un rasgo positivo o negativo?
Saccol. — La clase media siempre es positiva, por su intención de progreso...
Iliana Di Giovan. — Yo creo que no, que la clase media es negativa ahora, porque es conservadora y el país necesita un cambio... Su apego a la libertad individual, de que habló el doctor Solano Lima, puede ser que en la hora que nos toca vivir sea un lastre.
Viñas. — Es que esa pretendida "libertad" en realidad no existe...
Gubel — Para el desarrollo económico la clase media es positiva, pero cuando existe la utopía de un cambio fundamental,
ella ya no tiene lugar, el "no te metás", tan típico en su manera de ser y de pensar, no es concebible en un mundo que marcha hacia el socialismo. ..
Solano Lima. — "No te metás"... hasta que no puedas más... ésa sería para mí la variante correcta del dicho. La clase media actúa cuando está acorralada, entonces recién se define y lucha... No hay que olvidar que aquí todas las revoluciones las hizo la clase media: la de 1810, la del 90, la del 05... Cornelio Saavedra era conservador popular...
Viñas. — Usted se confunde. Fueron todas revoluciones burguesas, que "usaron" de las otras clases, de la media en especial. La revolución del 90, por ejemplo, que usted cita, fue dirigida por comerciantes y ganaderos de la burguesía.
Di Giovan.— No estoy de acuerdo: ¿Cuál fue la razón del nacimiento del radicalismo entonces? Hasta ese entonces, el poder estaba en manos de la alta burguesía. Al estructurarse políticamente la pequeña burguesía, aparece entre nosotros la clase media.
Viñas. — Bueno... no nos peleemos ..., después de todo yo también creo que la clase media es positiva, ya que indica un mayor nivel de vida que en el resto de Latinoamérica, un mayor desarrollo capitalista que, pese a lo que algunos creen, ayuda a la revolución socialista... (Risas.)
March. — Sin ser tan drástico, yo pienso que hoy y aquí, es negativa, porque frena un proceso de cambio. Su ideología es burguesa y, por lo tanto, pretende mantener el "statu quo"... No hay que olvidar que nunca hemos vivido la experiencia de una efectiva vigencia de una ideología no-burguesa...
EXTRA. — ¿Ni aún con el peronismo?
March. — No. El peronismo fue y es más progresista, pero sin salirse de los moldes burgueses... Igual, en última instancia, a la ideología radical y conservadora.
Carmen McInnes. — No veo por qué se empeñan en considerar negativa a la mesura... La clase media es altamente positiva, ya que es un rasgo de equilibrio entre dos estratos... No creo en las revoluciones, ya que nunca, en última instancia, importan un cambio total. Soy partidaria de la evolución, y por eso veo en la clase media el "motor" de esa evolución.
Solano Lima. — Su conformismo y pasividad no pueden hoy hacerla "motor" de nada... No tiene necesidad de hacer las revoluciones porque se las hacen el proletariado o los militares... Aclaro que estoy hablando de la clase media de hoy...
Gubel. — Muchas veces, todo es resultado de la arteriosclerosis... Somos revolucionarios cuando jóvenes y después nos volvemos conservadores...
Solano Lima. — Eso en mi caso no cuenta: yo nací conservador... (Risas.)
Viñas. — ¿Y Mao Tse Tung?... Tiene ochenta años y no creo que sea precisamente un conservador ...
Gubel. — No podemos manejarnos con excepciones... Y estoy de acuerdo con usted en que hay viejos muy jóvenes... Por eso dije que el mundo de hoy, que necesita un cambio, la clase media no tiene lugar... Aquí, como en todas partes, vamos indefectiblemente hacia el socialismo...
Saccol. — ¿Está seguro de eso? A mí no me parece tan "inevitable"...
Iliana Di Giovan. — No sé por qué tiene que ser el socialismo... Cambiemos esta sociedad y también habrá tres clases.., En Rusia también las hay. ..
Viñas. — ¿Usted estuvo en Rusia?. ..
Di Giovan. — No, pero estuve en Alemania Oriental, y me bastó...
La "internacionalización" del debate pareció ofrecernos la excusa para cerrarlo. Una madrugada fría ya casi entraba por las ventanas, En el aire enrarecido de humo se enfrentaban aun algunas "posiciones" que no se resignaban a no tener la última palabra... La clase media había sido desmenuzada o, quizás, utilizando la lúcida metáfora de Leopoldo Marechal, se había perpetrado su "autopsia"...
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La Clase Medía
enfoques
Norte y Sud
"Las clases medias se parecen en todo el mundo", se dijo en la mesa redonda. Por eso, juzgamos valiosos algunos juicios vertidos por el norteamericano C. Wright en su libro "Las clases medias en Norteamérica". Autor del explosivo "¡Escucha yanqui!", este dato puede ayudar a situar su ideología ante el tema en debate.
"Las gentes 'white-collar' (de 'cuello blanco', equivalente a 'clase media') han penetrado suavemente en la sociedad moderna. Cualquiera que haya sido su historia ha sido una historia sin acontecimientos; cualesquiera que hayan sido sus intereses comunes, no les han conducido a la unidad; cualquiera que sea el futuro que les aguarde, no será obra suya. Si aspiran a algo, es a un curso intermedio, en una época en la que no hay curso intermedio posible, o sea, a un curso ilusorio en una sociedad imaginaria. Interiormente se encuentran divididos, fragmentadas : exteriormente, dependen dé fuerzas mayores. Aun cuando llegasen a tener voluntad de acción, sus acciones no están organizadas, no serían un movimiento, sino más bien una mezcolanza de intentos inconexos. Como grupo, no amenazan a nadie; como individuos, no tienen un modo de vida independiente.
"Sin embargo, es a este mundo de los 'white-collar' al que uno debe mirar para encontrar mucho de lo que es característico a la existencia del siglo xx. Como consecuencia del aumento de su importancia numérica, ha venido a trastornar la idea dominante en el siglo xix de que la sociedad se dividiría en empresarios y asalariados (...). Ellos suscitan de la manera más manifiesta, muchos de los temas psicológicos que caracterizan a nuestra época y, de una u otra forma, toda teoría general acerca de las tendencias predominantes ha tenido que contar con ellos."
*.*
"Objetivamente, hemos visto que la posición estructural de la masa 'white-collar' está pareciéndose cada vez más a la de los obreros. Ambas están, por supuesto, desposeídas de propiedad, y sus ingresos se aproximan cada vez más. Todos los factores de la posesión de 'status', que han hecho posible que los trabajadores 'white-collar' se sitúen aparte de los obreros, están ahora en clara decadencia. La creciente racionalización está disminuyendo su nivel de conocimientos y asimilando su trabajo al de la fábrica. A medida que la educación secundaria se hace cada vez más universal entre los obreros, y los conocimientos requeridos por muchas tareas 'white-collar' se simplifican, está claro que el mercado de trabajo White-collar' incluirá más hijos de obreros.
En el curso de la nueva generación se formará una 'clase social' entre los empleados inferiores, 'white-collar' y los obreros, lo cual significa, en términos de Weber, que entre las dos posiciones existirá una típica movilidad de trabajo."
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"Mientras la fuerza política descanse en el poder económico organizado, los trabajadores 'white-collar' solamente podrán derivar su fuerza del capital o del trabajo. Dentro de la estructura total del poder, son variables dependientes. Las estimaciones de sus tendencias políticas deben descansar, por tanto, en amplias predicciones sobre la manera y producción de las fuerzas del capital y del trabajo. Sólo cuando venza el trabajo, si ello sucede, se inclinarán los empleados inferiores 'white-collar' a los sindicatos; si los jefes del trabajo participan en comités de coalición oponiéndose a los círculos de los grandes negocios, entonces los grupos 'white-collar' harán lo mismo.
"Las teorías de la elevación al poder de los 'white-collar' nacen generalmente de los hechos de su crecimiento numérico y de su indispensabilidad en las operaciones burocráticas y distributivas de la sociedad de masas. Pero solamente si se cree en una pura y automática democracia del numero, el mero crecimiento de un estrato significa un aumento de su poder. Y sólo si se cree en el salto mágico desde la función ocupacional al poder político la indispensabilidad técnica dará poder para un estrato (...). ' La pregunta política sobre las nuevas clases media es ésta:
"¿De qué bloque o movimiento marcharán a la zaga ? Y la respuesta es: del boque o movimiento que claramente parezca que va a vencer.
"No se harán políticamente proletarios cuando menos por la ausencia de proletariado político en América. No se harán políticamente clase media, por falta de un modo de obrar o de formación de la clase media y porque no serán económicamente capaces de mantener tal status.

"(...) Están pesarosos y desconfiados pero, como otros muchos, no tienen sobre qué enfocar su pesar y desconfianza. Pueden ser políticamente irritables, pero no tienen pasión política. Son un coro, demasiado numeroso para refunfuñar, demasiado histérico en su aplauso; pertenecen a la retaguardia. A corto plazo, seguirán los caminos del prestigio; a la larga, perseguirán los del poder, porque, al final, el prestigio está determinado por el poder. Entre tanto, en el mercado político, las nuevas clases medias están a la venta; cualquiera que parezca respetable y bastante fuerte podrá, probablemente, quedarse con ellas. Hasta ahora, nadie ha hecho una oferta seria."

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"La autopsia de Creso" es un lúcido y mordaz vaticinio. Su autor, Leopoldo Marechal, nació en 1900 y su obra está apuntalada por dos hitos fundamentales: "Adán Buenosayres" y "El banquete de Severo Arcángelo". El hacedor de ficciones deviene ensayista para sumar su opinión a este intento esclarecedor en torno a la clase media.

"Amigo Velazco: el asunto de Creso, acerca de cuya entronización y tiranía conversamos tantas veces a favor de mi lámpara, entrará hoy en este cuaderno según el pie científico de una necropsia. En rigor de verdad, Creso no ha bajado aún a la tumba, sino que agoniza velozmente; por lo cual, y mejor que una necropsia, le convendría una biopsia "in extremis". Pero su fin se halla tan próximo que, a mi juicio, no pasará la noche. Dios ejerce una Misericordia tan abismante como su Justicia y su Paciencia. Debo recordarle, ante todo, que la innoble figura de Creso no hace fluir ahora por vez primera la tinta ecuánime de mi estilográfica: ya la describí hace años en mi Adán Buenosayres (y en su Infierno de la Violencia), donde Creso aparece junto a los ladrones, como responsable del "robo universal" más tremendo que haya soportado el siglo. En estas páginas estudiaré la magnitud y natura de tan formidable asalto; y sobre todo sus consecuencias desastrosas, ya que nuestro buen hombrecito, detrás de su fines, utilizó como armas la mistificación y la corrupción, de modo tal que, bajo su férula, no quedó ninguna institución, arte o saber humanos que sea hoy reconocible en su nobleza original
"Necesito aclararle previamente que, bajo el nombre de Creso, me propongo describir al representante del Tercer Estado social o al homo economicus: al burgués en suma, tal como lo define cualquier diccionario de la lengua (...). Lo que define a Creso no es una desmedida posesión de la riqueza corpórea, sino una mentalidad sui géneris que le hace apetecer y buscar dicha riqueza.
"Se ha establecido ya definitivamente a la Revolución Francesa como el trance histórico que determina la exaltación de Creso al poder mundial Aunque la intervención de Gutiérrez (la clase baja) el servil en la revuelta de Creso añadió a los episodios algunas tintas de color masivo, y pese a la romántica declaración de Derechos humanos y sus consecuentes libertades, la Revolución fue una gesta de la burguesía en sus causas, en su desarrollo y en sus efectos ulteriores. Es evidente que la gloria nada limpia de Creso triunfante es la de haber impreso su mentalidad a todo un mundo, en la más triste de las nivelaciones por abajo que haya conocido la historia. Y es también evidente que nuestro inefable hombrecito no habría logrado ese triunfo ecoménico si su mentalidad no hubiera sido ya la del común de las gentes mucho antes de la Revolución Francesa (..,). Pero ¿qué ingredientes conforman la mentalidad de Creso?
"Dije ya que la conforma cierta inclinación irresistible y delectable hacia lo material o corpóreo inherente a su misma naturaleza y al carácter de su función. Más allá de la frontera que limita su envoltura corpórea con su alma, el excelente Creso manifiesta una "nacionalidad" sui géneris. No es la noble Razón humana, que bien ejercida y en toda su amplitud es capte de alcanzar las verdades eternas, aunque indirectamente y en sil concepto: la Razón del Hombrecito Económico es un arrabal o suburbio de la misma, una facultad "minimizada" que sólo actúa en él orden práctico de la materia o en la región subliminar de la mente con lo corpóreo: la "racionalidad" de Creso no puede ir más allá del 'bon sens' que se universalizó después como atributo de la mentalidad burguesa. Por consiguiente y ante lo Divino y sobrenatural, Creso es un "justo", y Tiresías (el Sacerdote) lo bendice. Pero Tiresias no es optimista con respecto a ese hombrecito que, por su naturaleza y función, vive in sensibus y se abandona enteramente a la Ilusión de lo que se toca, mide y se pesa; que si medita (y es raro) se pierde o en los zarzalfes de la "duda" o en las noches del "escepticismo" ; que si le dan alas, gritará sus dudas metafísicas o sus escepticismos en insolentes negaciones o en ironías blasfematorias; que si no medita (y por fortuna es lo normal) se hace sólido eh una "indiferencia" de leño; y que asiste a los ritos de su iglesia como a una obligación de carácter social, o como a una Junta Directiva en que vagamente se gestiona el para él no menos vago "negocio del alma".
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EXTRA y la Clase Media
Nuestra clase media es un colchón, un amortiguador de tensiones. Pero es, a la vez, la pintura dramatizada, de la queja. Es peronista con el peronismo; antiperonista cuando sucumbe el régimen. Voluble siempre tras la identificación fácil de "independiente". Se aleja del "hogar humilde" y pierde todo contacto con "el obrero", buscando impiadosamente una altura que no logra alcanzar. Tiene medios económicos inferiores a la clase baja y quiere vivir como la burguesía industrial. Se maneja con hibridez. Nunca rompe, siempre mantiene la estructura. Una clase media muy maniatada por el miedo al cambio. Con desniveles dentro de su propio cuadro de situación; el abogado no quiere tener nada que ver con el escribano; el médico con el dentista; el profesional con el empleado de comercio. Todos juntos, sí, tratan de conseguir una tumba en la Recoleta. No fueron capaces ni de inventar un cementerio nuevo.
Esto en el campo social. En la disciplina política, abrumándonos de "slogans", "la oligarquía", "el imperialismo", "los cipayos", "los entreguistas". Pero resulta que el Poder Político en los
últimos dolidos y flagelados 30 años, estuvo en manos de Yrigoyen, Perón, Frondizi, Guido, Illia, con parlamentos de honda raíz popular, y sin embargo no quebramos los esquemas que trafican con nuestro estancamiento, ni hicimos un país tan personal como los de la generación del 80.
¿No es nuestra propia frustración la que nos golpea ?
Habría que empezar a revisar profusamente nuestra clase media. Indagarla. Sacudirla. Claro que es útil, claro que es un termómetro para la vida de un país. Pero cuando tiene definiciones. Cuando sabe lo que quiere.
Es que esa clase media está dividida no sólo para elegir, sino para postularse.
Se alegará que el Poder Económico está aún en aquellas viejas manos. Se puede contestar entonces que es pésima una generación gobernante incapaz de alcanzar el dominio económico una vez que logró el mando político.
Con todo, la incógnita queda mantenida: ¿es realmente positiva nuestra clase media? Dilema para sociólogos serios.
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