SE LLAMA KOHOUTEK Y LO VEREMOS DURANTE SEIS MESES. ES EL "CAMPEON UNIVERSAL" EN SU ESPECIE

LLEGA EL COMETA DEL SIGLO Y TRAE COLA

EL COMETA KOHOUTEK PROMETE UNO DE LOS FINES DE AÑO MAS ESPECTACULARES DE LA HISTORIA. A PESAR DE QUE LOS CIENTIFICOS TIENEN OPINIONES ENCONTRADAS CON RESPECTO A LA MAGNITUD DEL FENOMENO. SE ASEGURA QUE ESTE ES EL COMETA MAS GRANDE QUE SE CONOCE. SU DESCUBRIDOR, UN ASTRONOMO CHECOSLOVACO, AFIRMA QUE OCUPARA LA SEXTA PARTE DE LA BOVEDA CELESTE Y QUE SU BRILLO SERA IGUAL AL DE LA LUNA LLENA.

"Algún día nacerá un hombre que demostrará en qué región del cielo vagan los cometas, el porqué de su marcha tan veloz comparada a la de los planetas, cuál es su grandor y cuál es su naturaleza. Estemos contentos con lo que se sabe por ahora, dejemos a nuestros descendientes su parte a descubrir." (SENECA)

Lamentablemente tuvieron que pasar muchos años para que se cumpliera la profética sentencia del célebre filósofo/o romano.
Hasta el siglo XVII los astrónomos y hombres de ciencia no se afanaron demasiado en hacer ciertas las palabras de Séneca. Pero en el año 1682 un gran matemático inglés, Edmund Halley, estudioso de los profundos misterios que encierra la bóveda celeste, hizo una aseveración que lo llevaría a la fama. Halley había llegado a la conclusión de que el movimiento de traslación de la Luna aumentaba lenta pero sensiblemente. En el lenguaje vulgar, esa frase significaba que se produciría un terrible choque entre la Tierra y su satélite. La proximidad de la muerte de nuestro planeta destempló los nervios de más de un terráqueo. Se sucedieron procesiones, suicidios, la gente destruía sus propiedades y se mataba en masa. Pero la Luna siguió su órbita romántica sin hacer demasiado caso a las afirmaciones del científico inglés. El pequeño error de cálculo no arredró a Halley, quien en el año 1683 hizo uno de los descubrimientos más importantes de la astronomía al afirmar que los cometas que se habían visto los años 12 antes de Cristo, 66, 141, 989, 1066, y el 1305, 1380, 1456, 1531, 1607, y 1682 eran uno solo y que volvería a pasar 75 años después. El descubrimiento de la periodicidad de la órbita del cometa que llevó su nombre fue el "capolavoro" de Halley, quien de esta manera logró que su apellido sea uno de los más repetidos cada 75 años por los terrestres.
En 1910 la astronomía ya había dejado los pañales y se había puesto los pantalones cortos. Sin embargo la proclamación de la llegada del cometa Halley produjo nuevamente una serie de cataclismos sociales. Astrónomos de todo el mundo predijeron que la colisión era ineludible. Algunos, menos audaces, afirmaron que si bien el cometa sólo rozaría nuestro planeta la cola del mismo infestaría la atmósfera con gases raros e incandescentes. Los suicidas no se hicieron esperar: se lanzaban desde los edificios más altos de las capitales. Personas que nunca antes habían puesto un pie en las iglesias acudían al confesionario, y otros preferían despedirse de la vida terrena organizando licenciosas y multitudinarias veladas sociales.
Finalmente, el cometa pasó a 24 millones de kilómetros de distancia, es decir muy cerca, envolviendo a la Tierra con su cola de 30 millones de kilómetros de largo. Fue nada más que un magnífico espectáculo: el horizonte adquirió tonalidades amarillas y rojizas nunca vistas.

EL COMETA KOHOUTEK. 1973
A fines del mes de enero de este año, el Dr. Lubos Kohoutek decidió estudiar el material obtenido por la cámara Schmidt, de 787 milímetros de abertura, del Observatorio de Hamburgo, en Alemania Occidental. Era una tarea de rutina. Descubrió en la placa un objeto difuso no identificado que le llamó insistentemente la atención. Kohoutek, checoslovaco, de 38 años, casado con una hermosa y rubia alemana (lo cual motiva su residencia en ese país), no sospechaba que ese objeto difuso iba a hacer famoso su nombre.
En marzo repitió la fotografía que verificó un aumento sensible en el brillo del cuerpo celeste y un gran desplazamiento en el cielo. No quedaba ninguna duda: ese día nacía para el mundo el cometa Kohoutek.
A partir de ese momento la atención de los científicos fue rápidamente centrada hacia el "recién nacido", que era el sexto cometa descubierto en lo que iba del año, por lo que fue bautizado "Kohoutek 1973" "f", que es la sexta letra del abecedario. Continuando los estudios hechos por el Observatorio Bergedorf, de Hamburgo, donde trabaja el estudioso checoslovaco, los astrónomos del Instituto Smithsoniano de Cambridge, Massachusetts, llegaron a la conclusión de que éste puede ser el cometa más brillante y magnífico en lo que va del siglo. El famoso Halley quedaría a la altura de un poroto ante el espectáculo que se propone brindar a los terráqueos el veloz Kohoutek, que se acerca a razón de 19 kilómetros por segundo.
Los argumentos que fortalecen esta suposición son varios. Fundamentalmente, la intensidad del brillo. Es la primera vez que se descubre un cometa a tantos kilómetros de distancia. Cuando se lo avistó, sobrepasaba la órbita de Júpiter, a 770 millones de kilómetros de la Tierra. El Halley es visible a sólo 550 millones de kilómetros.
Se calcula que el tamaño del núcleo puede llegar a los veinte kilómetros de diámetro, mientras que en los cometas normales este valor no supera los dos kilómetros.
El 28 de diciembre, pocos días antes de fin de año, el cometa más grande que el hombre ha observado, pasará por el punto de su trayectoria más cercano al Sol. El espectáculo que ofrecerá será un verdadero regalo de año nuevo. Muchos científicos prometen la noche más clara del siglo. Si los datos de que se dispone hasta el momento son ciertos, el cometa será visible a simple vista y su masa producirá una claridad similar a la de la Luna llena. Según declaraciones del mismo Kohoutek, se calcula que la cola del bólido ocupará la sexta parte de la bóveda celeste.
El 24, en Brasil, el espectáculo será aún más extraordinario, pues la órbita del cometa se interpondrá entre el Sol y la Tierra produciendo un eclipse anular de Sol, un fenómeno poco frecuente.
El científico checoslovaco que descubrió su presencia no cesa de manifestar que el hallazgo se debió a una casualidad: "No soy especialista en cometas, me dedico más a astronomía galáctica, a materias planetarias, meteoros y planetoides. En eso estaba, justamente, cuando descubrí a mi homónimo."
El casual descubrimiento aportará datos inestimables para la ciencia, pues arrojará luz sobre el carácter de la materia "pura" del primitivo sistema solar. A pesar de la profecía de Séneca, todavía no se sabe muy bien cuál es el origen de estos vagabundos del espacio. Son dos las teorías que se disputan la verdad en este interrogante. Algunos hablan de que son producto de explosiones y desprendimientos de materia que datan del origen del sistema solar. Una hipótesis más reciente y aún no comprobada sostiene que en los confines de nuestro sistema planetario existe un cordón de polvo y gases cósmicos que en determinadas condiciones se aglutinan y forman una masa que luego es atraída por el Sol o por el planeta Plutón.
Se supone que su estructura esté conformada de rocas muy porosas, por la estela de meteoritos que han dejado algunos de ellos al pasar cerca de la Tierra. Las muestras recogidas son similares a la piedra pómez. Los poros de estas rocas estarían "embebidos" de sustancias muy volátiles como metano o amoníaco. Cuando el cometa se encuentra en regiones alejadas del Sol. estas sustancias se hallan en forma de cristales congelados. A medida que se acerca, van tomando formas gaseosas. Los gases que se desprenden de esta manera forman la famosa "cola", que a| reflejar los rayos solares adquiere la imagen espectacular que todos conocemos. Por este motivo, los momentos de mayor visibilidad son aquellos en que está más cerca del Sol. En cada "pasada" pierde parte de la sustancia gaseosa, por lo cual los cometas más viejos terminan convirtiéndose en simples pedruscos o asteroides.
Hasta allí llega la ciencia humana: "Estemos contentos y dejemos a nuestros descendientes su parte a descubrir" El aporte del Kohoutek probablemente le ahorrará bastante trabajo a nuestros descendientes. . .
Los cálculos iniciales estiman que el cometa demora alrededor de diez mil años en cubrir su trayectoria. Comparando esa cifra con los 75 años que le demanda al cometa Halley recorrer su órbita, se tiene una idea aproximada de las alejadísimas regiones del universo que anda y desanda el cometa Kohoutek.
De todos modos, éste será muy posiblemente el último paseo del cometa. En el momento de su perihelio (el punto más cercano al Sol) estará solamente a 21 millones de kilómetros del Sol. Será la primera vez que un cuerpo celeste pase tan cerca, y se presume que sea atraído y se estrelle o que se desintegre por las altísimas temperaturas que deberá soportar. Desde que e| género humano tiene "archivos científicos" son varios los cometas que se desintegraron al pasar cerca del Sol y nunca más fueron vistos. El Halley pasó a 88 millones de kilómetros del astro, y el Bennet a 81 millones de kilómetros. Por eso se salvaron.
Los cometas, en general, no son un fenómeno extraño para los astrónomos. Son varios los que se descubren por año. Sin embargo, son muy pocos los que reúnen las características de "grandes cometas". Para ello son importantes el brillo de su núcleo y la distancia a que pasará de la Tierra. Los cometas de mayor tamaño generalmente no han llamado la atención de la mayoría de los terráqueos. Por ejemplo, el cometa Delavah, avistado en 1914, poco después del Halley, fue un ilustre desconocido porque pasó a una distancia muy grande de la Tierra.
Kohoutek reúne todos los elementos necesarios como para asegurar que no va a pasar inadvertido. Por primera vez se descubre un cometa nueve meses antes de su perihelio y en una zona tan lejana del sistema solar. Se calcula que pasará a setenta millones de kilómetros de nuestro planeta y que su cola, en los momentos de mayor brillo, tendrá hasta sesenta millones de kilómetros de largo.
Los meses de diciembre y enero serán una verdadera fiesta celeste. El show montado en el escenario del Universo promete ser un espectáculo del cual no se tienen antecedentes cercanos en la historia.
LUIS M. BRUSCHTEIN
Ilustraciones: ABEL GUIBE

LA OPINION DE UN ASTRONOMO ARGENTINO
L os observatorios argentinos se preparan febrilmente para registrar el paso del cometa. Ei ingeniero Pedro Zadunaisky es jefe del Departamento de Matemáticas Aplicadas del Observatorio de Física Cósmica de San Miguel. Esta es su opinión:
"En nuestro país todavía no estamos capacitados para trabajar a conciencia con el cometa Kohoutek. La titánica órbita que recorre en el espacio hace que sean necesarias computadoras complejísimas para prever sus movimientos. Tratamos de arreglarnos con la computadora que tiene el observatorio de La Plata, que es bastante adecuada para este problema, aunque no lo suficiente. Calculo que a mediados del mes de noviembre ya tendrá el aspecto de una pequeña estrella en el firmamento. Los cometas adquieren la "cola" recién cuando se encuentran a tres veces la distancia que existe entre el Sol y la Tierra, aproximadamente. Antes de ese momento es prácticamente invisible, incluso para los grandes telescopios. Por la gran distancia que debe recorrer el Kohoutek, su órbita es totalmente excéntrica: casi una recta de ida y vuelta. A medida que se acerca al Sol va tomando velocidad, y a medida que se aleja su velocidad disminuye hasta cero, que es el momento en que retoma su camino hacia el astro.
"Hasta el 28 de diciembre se lo va a ver por la mañana, antes de que salga el Sol, y después de esa fecha por la tarde, después del ocaso, siempre sobre el Oeste."

Revista Gente y la actualidad
08/11/1973

 

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