DANIEL RIOLOBOS
¡una nota para qué, si yo no soy noticia!
"ES QUE NO ME DROGO, NO TENGO ROMANCES Y CONSIDERO QUE MI HOGAR ES LO MAS IMPORTANTE EN MI VIDA; POR ESO ESTE REPORTAJE NO SALDRA", DIJO EL CANTANTE A QUIEN SAMMY DAVIS DEFINIO ASI: "SI TUVIERA SU VOZ NO TENDRIA QUE HACER PAYASADAS CUANDO ACTUO". NACIDO EN MENDOZA, CON INFANCIA EN GODOY CRUZ, ACTUO EN BUENOS AIRES LUEGO DE TRIUNFAR EN MEXICO.

No me preguntes más cosas; total después no me lo van a publicar.
Daniel Riolobos, el argentino triunfador que reside en México desde hace nueve años y alcanzara un éxito sin precedentes con el prodigio de su voz, no creía que su entrevista se publicaría.
—Yo comprendo que no soy noticia: ni me drogo, ni tengo romances; mi hogar es lo más importante que realicé en mi vida.
Habla con dolor, disimulado con una buena dosis de humor. Pero lo cierto es que le angustia no poder alcanzar el triunfo en su país, que es el nuestro, del que se fue hace nueve años en busca del triunfo y la fortuna, que le llegaron.
—¿Te duele no triunfar en la Argentina ?
—Claro que duele, viejo; mira, en México me tratan de maravillas, es un país fabuloso, que quiero mucho, pero nunca abandoné la ciudadanía argentina.
Cuando su rostro apareció en diversos programas de nuestra televisión —Carrousel, Sábados Circulares— muchos fueron los que afirmaron: "tiene la cara típica del porteño". Sin embargo, Pedro Nicasio Riolobos nació en la ciudad de Mendoza un 14 de diciembre del no muy lejano 1932. Antes de convertirse en trotamundos pasó su existencia en el Departamento de Godoy Cruz.
—¿ Te sigue gustando el fútbol ?
—Pues claro que sí; mirá, cuando bajé del avión lo primero que hice fue comprar El Gráfico, y quedé ronco por gritar a Independiente.
Su pasión por el fútbol, sólo comparable con la del canto, lo llevó a vestir la casaca de Nº 10 del Independiente de Rivadavia, en Mendoza. Y según sus amigos "Dany jugaba muy bien".
—Bernao es muy bueno, pero yo no entiendo cómo se juega ahora.
Y muestra con orgullo una foto que nunca se separa de su lado. Su ídolo de pibe, el único autógrafo que pidió en su vida: Rinaldo Martino.
—"Dany", hablemos de tu familia.
—Bueno, eso me pone muy bueno, me hace bien. Te voy a dar una novedad, el próximo enero esperamos un nuevo niño.
El "compadrazgo" es una cosa muy importante en México, los lazos que se establecen son considerados de la misma calidad que los de sangre. Daniel (8 años) tiene por padrino nada menos que al "showman" Raúl Astor; Luis Alberto (6 años), que pide se lo llame "Lucho" como el gran romántico chileno "Lucho" Gatica.
está apadrinado por una de las voces inolvidables de nuestra América: Pedro Vargas, y Marcela (4 años) tiene como padrino a Oscar Malgesto, a quien el público mejicano llama "Mr. Televisión".
—Te tengo que hacer una pregunta que me resulta difícil, de esas que "embroman".
Riolobos me mira con sus ojos negros, sus tupidas pestañas los dejan totalmente libres para captar mejor, aspira profundamente el humo del cigarrillo y pregunta, comprendiéndolo todo:
—Bueno, "mano", puede que te duela formularla, pero estás trabajando, ¿no?
—Sí, Daniel, aunque no creas que te vamos a publicar la nota. Por favor, contame tu noche más triste.
Los ojos se le llenan de lágrimas. Me pone una mano en el hombro y su dimensión de ser humano llega profundo, casi lastima.
—Fue en Puerto Rico; pocos minutos antes de actuar me llaman urgente de Mendoza: había fallecido Albertito. ¡Tenía tres meses! Canté bañado en lágrimas; lo que cuesta ser profesional, ¿no?
Sí, lo que cuesta. Era su único hijo argentino, a quien todavía no había podido conocer. Y se quedaba dormido para siempre a muchos kilómetros de distancia. La impotencia de Riolobos se concentraba en su garganta. Los que recuerdan aquella noche coinciden en que Daniel les entregaba un poco de vida en cada nota.
—¿Por qué no te cuidas?
—¿Lo decís por lo que fumo y uno que otro coñac? El día que me cuide me muero.
—Hace tres años estuviste en Buenos Aires. ¿Tu representante te trampeó?
—Bueno, no sé cómo estás enterado; no quiero hablar mal de nadie. Hubo diferencias, pero el dinero me preocupa muy poco; además, ese muchacho sufrió un accidente en estos días; lo dejamos, ¿eh?
El dinero no parece interesarle, para sus hijos anhela educación, pero la posición económica que se la forjen solos. Desconoce cuánto gana; sólo recurriendo a su memoria lanza la cifra fabulosa de 1.500 dólares por día de actuación en el Palladium de Los Angeles.
Un golpe en la puerta del hotel y "Buby" Lavecchia que abraza efusivamente a Daniel.
—Este es como la sal gruesa, está en todos los asados. Tú prendes el televisor a cualquier hora y se te aparece este tío.
—¿Sigues pensando en que la nota no se publica ?
—Por supuesto, viejo, yo no vendo; aquí me conocen 40 personas; ésta es una charla de amigos.
—¿Pero vos crees que sos el único argentino a quien todavía no se le hizo justicia?
—Pero claro que no, ahí tienes el ejemplo de Libertad Lamarque.
"Buby" exclama entusiasmado:
—No, Daniel, lo de "Helio, Dolly" fue clamoroso, sensacional.
—Por fin. Esa mujer es extraordinaria; era hora que los argentinos la valoraran.
—¿Y Palito Ortega?
—Le admiro su valentía de defender con nuestra música la invasión extranjera.
Los nombres seguían barajándose, en una charla tan informal para él que ni siquiera prestaba atención a los apuntes que se tomaban.
— ¿Piazzolla? El máximo, ¡qué fuerza, qué emoción!
Comenzó a cambiarse para su actuación nocturna en el Palladium; lentamente entonaba alguna melodía de su repertorio.
—Daniel, nómbrame un cantante.
—Mejor te doy el nombre de un gran artista, Sammy Davis. Único, fuera de serie.
El teléfono arreciaba con sus llamados. "Buby" Lavecchia lo definía así:
—Canta y dice muy bien.
El humor de Riolobos no podía faltar: "Tómese un trago, amigo".
Salimos a la calle, comenzamos a caminar por Corrientes; sus ojos se llenaban con las luces de los letreros luminosos, con el recuerdo de su padre: "El ser que más admiré en mi vida".
—¿Tu mujer es celosa?
—Otela, viejo, Otela; no me inventes romances...
No sé si nos despedimos. Pero quedaba en deuda con los tres pibes mexicanos de un triunfador argentino; con "Peky", su mujer, que seguramente se alegrará al leer una nota sobre su Daniel en una revista argentina; con los muchachos mendocinos que noche a noche se ponen las manos rojas de tanto aplaudir a esa voz extraordinaria, con todos aquellos que tuvieron y tienen el privilegio de escucharlo. Todavía me lastimaban sus palabras de no creerse un éxito entre sus compatriotas. Cuando uno llega al final de la nota y ve que gran parte de las deudas están saldadas, entonces respira aliviado, se siente bien, tan bien como cuando Daniel Riolobos nos habla del mayor logro de su vida: "Una familia que en enero próximo incorpora un nuevo rayito de esperanza".
Santo Biasatti
Fotos: Diego Della Barca
Revista Gente y la actualidad
14/12/1967

 

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