¡UN PLATO VOLADOR AL ASALTO DE UN AVION!
Un Caravelle, de Aerolíneas Argentinas, fue enfrentado en pleno vuelo por un extraño objeto luminoso, El avión había partido desde Río de Janeiro y se disponía a aterrizar en el aeropuerto de Resistencia, Chaco. Timoneaba el aparato, el comandante Pedro Salvador Bassi, y lo secundaba el comandante Domingo Longo. Ambos coinciden en afirmar que el OVNI trató de interceptar la trayectoria del Caravelle. Una hábil maniobra evitó la posible colisión. Luego, el objeto, que despedía una luz brillante, se elevó velozmente y quedó suspendido en el aire. La trayectoria y la experiencia de los pilotos Longo y Bassi, los
hacen testigos insospechables.

Domingo 21 de noviembre, hora 21.50. Un jet Caravelle de Aerolíneas Argentinas (vuelo regular número 279 entre Río de Janeiro y Buenos Aires) se disponía a tomar pista en el aeropuerto de Resistencia; un momento antes volaba sin novedad a 10.500 metros de altura, guiado por el comandante Pedro Salvador Bassi.
La habitual maniobra de descenso ubicó al poderoso aparato a unos 3.000 metros; dentro de la cabina, Bassi y su compañero, el comandante Domingo Longo, vivían esa calma nunca rutinaria de una operación aérea más, en medio de una noche excepcionalmente buena y a bordo de una de las mejores máquinas que haya producido el hombre.
Iluminados por la luz roja utilizada para vuelos nocturnos, parecían dos amigos que descansaban en el relativo silencio de una boite de moda. De pronto, Longo gritó:
-"¡Guarda, que se nos viene encima!".
Bassi movió rápidamente los comandos, el Caravelle respondió al imperativo, y el peligro pasó.

Habla el Comandante Longo
Pero el episodio volvía a ponernos frente a la evidencia de objetos desconocidos que surcan el espacio. OVNIS, platos voladores, ufos. Los mismos que protagonizan remotos relatos bíblicos. Los mismos que desde 1947 han planteado al hombre un interrogante hasta ahora sin respuesta.
La noticia de la aparición de un objeto volador no identificado no fue dada a conocer públicamente por ninguno de los pilotos argentinos. Estos comentaron el episodio en la torre de control del aeropuerto de Resistencia, y su relato se deslizó hasta la teletipo de la agencia Telam, que informó sobre el suceso tres días después. Tomar el cable, leerlo y apretar el timbre de un departamento ubicado en el barrio de Palermo, fue todo uno.
No hubo preámbulo. El comandante Longo comenzó su relato:
"Yo no creo en la existencia de los platos voladores; pero lo sucedido es algo realmente muy extraño; obliga, por lo menos, a meditar seriamente. Como ustedes saben, estábamos aterrizando en Resistencia sin inconveniente alguno. Un poco antes yo había observado un punto luminoso a mucha distancia de nuestro avión; se movía delante de nosotros con rara evolución, pero ni Bassi —que en ese momento comandaba— ni yo le dimos importancia: pensamos que se trataba de un fenómeno luminoso, por otra parte bastante frecuente cuando se vuela de noche sobre una ciudad.
"Sin embargo, aquello comenzó a acercarse cada ver más, hasta ubicarse a unos 90 grados de nuestra posición; era brillante, pero no encandilaba (su luz parecía la de una linterna sorda).
"Ignoro a qué distancia estaba, pero tenía el tamaño de una rueda de carro. Siguió avanzando hacia nosotros, y entonces advertí a Bassi: evidentemente parecía querer interceptar nuestro rumbo.
"Tal como se presentaba el problema, pensé que la colisión iba a producirse fatalmente... Maniobramos resueltamente, aunque sin riesgo para el pasaje; en ese mismo instante, el cuerpo luminoso se detuvo como frenado por una barrera invisible, permaneció así una fracción de tiempo y luego se elevó hacia arriba y hacia atrás, a fantástica velocidad. Ya muy alto, volvió a quedar estático, como si fuera una estrella.
"Vuelo desde 1937, pero jamás vi nada parecido..

Confirma el Comandante Bassi
Una hora más tarde escuchábamos al comandante Pedro Salvador Bassi en su chalet de Olivos;
"Inexplicable, realmente. Dos cosas me llamaron poderosamente la atención: la primera es la asombrosa forma cómo el objeto maniobraba verticalmente; ningún aparato terrestre conocido puede hacer algo semejante, pues quebrantaría principios físicos inmutables. Admito posible la velocidad horizontal del... llamémosle OVNI, pero no puedo comprender su cambio de rumbo, hecho en un ángulo de 45 grados luego de pararse "en seco", sin inercia, como puede detenerse una imagen en un film. ¡Increíble!
"La segunda es la luz: era brillante, intensa, similar a la que produce un foco de vapor de mercurio, pero —y esto es lo curioso— no encandilaba.
"Yo la definiría como una luz no concentrada; jamás he visto nada parecido...
"Ignoro si hubiéramos llegado a chocar con el OVNI. Me parece que no. Creo más bien que nos observaba, y que, de no mediar nuestra maniobra, se hubiera detenido.
"Era como una pelota grande, pero no puedo señalar su tamaño verdadero, pues ignoro qué distancia lo separaba de nuestro avión: podía tener el tamaño de una rueda de automóvil, o el de un transatlántico.
"Una cosa es segura: el objeto estaba controlado o tripulado; de otra manera, no puede explicarse su trayectoria inteligente, su frenado (que parecía obra de un sistema celular automático) ni su vertiginoso alejamiento.
"Desde luego, no es una alucinación mía ni de Longo: mientras todo esto ocurría, nos comunicamos con la torre de control y preguntamos a los operadores si veían el objeto luminoso; contestaron que sí, afirmando también que era la primera vez que registraban el fenómeno.
"Yo no creo en los platos voladores, pero tampoco me atrevo a negar, ahora, su existencia. Sería una necedad. En todo caso, debo responderles con las palabras de Longo: ". . .yo no creo en las brujas, paro que las hay, las hay. . .".

Otra Extraña Experiencia
El comandante Bassi guarda celosamente un amarillento ejemplar del diario tucumano "Noticias", del martes 8 de enero de 1963. Puede leerse allí esta crónica:
"UN PLATO VOLADOR HABRIA SEGUIDO EN VUELO CORDOBA-TUCUMAN A UN AVION DE PASAJEROS. Comenta e! presunto suceso el diario "El Tribuno", de Salta. El día 3... arribaron a esta ciudad pasajeros de Aerolíneas Argentinas, quienes debían haber llegado a bordo del avión Douglas DC-4, que luce el servicio diario entre
Buenos Aires y Salta, con escalas en Córdoba y Tucumán.
"A poco del arribo de los pasajeros, difundióse el rumor de que la máquina había sufrido un percance en vuelo; percance que habría sido provocado por causas un tanto extrañas.
"Estos rumores tomaron mayor cuerpo al día siguiente, hasta que ayer pudimos conversar con uno de los pasajeros del avión que —según se informó— terminó su Vuelo en Tucumán sin cumplir su etapa hasta Salta.
"Nuestro informante relató: "Habíamos salido de Buenos Aires con un considerable atraso; la máquina despegó normalmente y luego de la trayectoria habitual aterrizamos en Córdoba.
"A poco que levantamos vuelo en aeropuerto de Pajas Blancas, comenzaron las novedades:
"Eran las 4 de la mañana del día 3, cuando escuché que et comisario de a bordo le decía a una de las azafatas: "Hemos perdido contacto radial; parece que ocurre algo extraño; la radio está interferida.
"Dicho esto, penetró en la cabina de comando. Algunos segundos después volvió a salir, evidentemente excitado, señalando con su índice derecho a una de las ventanillas y diciendo: ¡Miren... miren... parece un plato volador!
"Volví la vista, al igual que los demás pasajeros, y no tardé en verlo. Tenía una forma redonda apianada, y se desplazaba a la par del DC-4, a una distancia de dos kilómetros, aproximadamente.
"Nuestro piloto trató de alejarse de su inquietante acompañante, pero éste, maniobrando constantemente, se mantenía siempre a la misma distancia.
"De pronto, notamos que la cabina se iluminaba con una luz semejante a la de las lámparas de vapor de mercurio. Sentimos una rara sensación; súbitamente, con un chirrido, dejó de funcionar el motor externo del ala, a la par de la cual volaba el extraño aparato.
"La falta de fuerza en ese extremo determinó un brusco balanceo de la máquina, que fue rápidamente dominada por el piloto. Mientras llegábamos al aeropuerto Benjamín Matienzo con solo tres motores funcionando, en la torre de control de vuelo nos informaron que habían perdido contacto radial con nosotros. Creyeron que el DC-4 había estallado en el aire o que se había precipitado a tierra".
El piloto de aquel avión era, justamente, el comandante Pedro Salvador Bassi, quien nos ratificó la veracidad de la narración ...
El testimonio de ambos pilotos es insospechable. No estamos frente al relato de hombres comunes, capaces de confundir cualquier fenómeno luminoso con un plato volador, impulsados por la fuerza de una forma más de psicosis colectiva, sino frente al sobrio informe de dos auténticos profesionales:
El comandante Longo, militar retirado, vuela desde hace 28 años. Tiene 49 años de edad e ingresó a AA en 1946. Ha timoneado todo tipo de aparatos, desde el frágil Piper hasta el colosal jet que hace la ruta internacional a Europa.
Casado, padres de tres hijos (Ricardo, de 17 años; Daniel, de 15, y Marcelo, de 7), dueño de una experiencia integral en la materia, configura un testigo capaz de conmover a cualquier jurado.
Bassi (piloto civil, 38 años, casi 20 de vuelo) tiene antecedentes suficientes como para ser —en esta circunstancia, un espejo de su compañero Longo.
No pueden errar, ni someter a la opinión bajo la influencia de una apreciación falsa. Ello les significaría arriesgar un prestigio duramente ganado.

Pie de fotos
-Algo semejante a esto vieron los comandantes Longo y Bassi, cuando se disponían a aterrizar en el aeropuerto de Resistencia.
-El piloto Bassi, con su esposa Ileana Beatriz y sus hijos Patricia, de 8 años, y Femando, de 6. El susto ha pasado ya. ..
-"Ya me había ocurrido algo semejante hace dos años; pero lo del domingo fue más curioso", dice Bassi.
-El comandante Longo y su hijo Daniel reconstruyen la escena: Longo es un veterano del aire y su testimonio se torna insospechable; lo mismo sucede con su colega Bassi.
-Bassi: "Venía de frente hacia nosotros cuando se frenó de una manera increíble; ningún aparato terrestre conocido lo hace igual".
-Longo: "Yo no creo en los platos voladores; pero no puedo negar que el objeto que enfrentó a nuestro avión seguía una trayectoria inteligente".
-"Vuelo desde 1937 y jamás presencié nada semejante. No sé qué pensar, realmente. Es extraño".
Revista Así
07/09/1965

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