La verdad sobre la vacuna contra la poliomielitis
Enrique Flax

La poliomielitis fué llamada "parálisis infantil" por ser más frecuente en los niños. Sé caracteriza por la inflamación de la sustancia gris de la medula espinal Adquirió carácter de epidemia en varios países, especialmente en los Estados Unidos. En 1952 se registraron allí 58.000 casos con 3.000 muertes. Hoy, en 1956, existen fundadas esperanzas de que la enfermedad sea definitivamente derrotada, pese a que la vacuna preparada por el doctor Jonas A. Salk no dio el porcentaje deseado de curaciones. Está en discusión.

Esta enfermedad fué clínicamente descripta, por primera vez, por el médico inglés Michael Underwood, en 1789. En 1840, el médico alemán Jacobo Heine observó que el polio atacaba las células nerviosas, y en 1890 el doctor O. Hedin precisó que se trataba de una enfermedad infecciosa. Se da un gran paso adelante gracias al médico austríaco Karl Landsteiner, en 1909, al demostrar éste que la causa de la enfermedad era un virus, fácil de ser transmitido a los simios.
Así comenzaron las investigaciones y experiencias en animales, pero la enfermedad seguía causando víctimas: el virus no podía ser observado con ningún microscopio, pues su tamaño es tan pequeño que, uno a continuación del otro, ¡se necesitan 400.000 para formar un centímetro!

La electrónica ayuda a la ciencia
Hoy podemos observar el virus de la poliomielitis con el nuevo microscopio electrónico, surgido para estudios puramente físicos. Esto demuestra que no podemos abjurar de los conocimientos científicos jamás: ellos son algo positivo en el acervo cultural del hombre. De éste depende utilizarlos bien o mal. Y Franklin D. Roosevelt, víctima de la epidemia de 1921, no le perdonó al virus su ataque. En 1927 funda la "Georgia Spring Foundation", primera institución del mundo creada exclusivamente para combatir a la poliomielitis, y en 1938 creó la ambiciosa "National Foundation for Infantile Paralysis", a cuya obra se debe la vacuna Salk. Esta Fundación destinó más de 200 millones de dólares a la lucha contra el flagelo, de los cuales 23 millones fueron destinados a investigaciones científicas. Sin ese aporte, hecho por la contribución voluntaria del pueblo, se seguiría pensando si la propagación del mal era debido a los gatos, las basuras o el clima húmedo...

Los predecesores de Jonas A. Salk
No bastaba saber que un virus provocaba la parális s infantil. Era necesario identificarlo para intentar más tarde la preparación de una vacuna que, como la de Jenner contra la viruela, derrotara a la enfermedad. Una vacuna se prepara con las bacterias, virus o principio orgánico que —muertos o suficientemente debilitados como para no poder engendrar la enfermedad— retienen su capacidad para crear en el torrente sanguíneo substancias inmunizantes, llamadas anticuerpos. Los trabajos de varios grupos de investigadores permitieron lograr la identificación apetecida. De 1948 a 1951 la "National Foundation for Infantile Paralysis" acordó dos millones de dólares para investigaciones de los virus, y se llegó a saber que existen 3 clases o tipos: el I, llamado Brunhilde, que llega al 65 % de todos los casos; el II, Lamsing, que provoca el 5 % de los casos de polio, y el III, nombrado León, determinante de algo más del 30 %. Se aprendió que la inmunidad conferida contra uno de estos virus no era válida contra los otros dos tipos.
La vacuna contra la poliomielitis debía ser triple: es decir, mezcla de virus de los tres tipos. Esta condición la cumple la vacuna Salk.

Ardua labor del "grupo Harvard"
En 1949 se da un paso importante. El llamado "Grupo de Harvard", integrado por los doctores John F. Enders, Thomas H. Weiler y Frederick C. Robbins descubren que el virus puede desarrollarse en cultivos de tejidos distintas, y no únicamente del sistema nervioso, como se creía hasta entonces. La importancia de este descubrimiento los hizo acreedores al Premio Nobel. En 1952 la doctora Dorothy Horstmann, de la Universidad de Yale, y el doctor David Bodian de la de John Hopkins (Baltimore, Maryland) trabajando separadamente logran descubrir que el virus viaja en el torrente sanguíneo antes de llegar a los centros nerviosos y provocar la parálisis. El descubrimiento permitió saber que es factible crear anticuerpos y destruir el virus antes de que éste lleve a cabo su ataque. El mismo año el doctor Wiiliam Me D. Hammon, de la Universidad de Pittsburgh, demuestra que la gamma globulina —una de las tres existentes en la sangre—, puede crear pequeñas cantidades de anticuerpos capaces de proteger contra la parálisis. Ciertamente, el mal no estaba vencido, pero aumentaban las posibilidades a medida que se eslabonaban estos nuevos conocimientos.
El 12 de julio de 1950 el doctor Jonas A, Salk, profesor de Bacteriología de la Universidad de Pittsburgh, solicita una subvención con "el objeto de desarrollar un método para prevenir la poliomielitis paralítica por medios inmunológicos". Como era conocido por su trabajos anteriores, le conceden el pedido. Salk siguió el método de cultivo de virus hallado por Enders y sus colaboradores: experimentó con monos y trabajó 18 horas diarias, hasta que adquiere la convicción de haber salido airoso en preparar la vacuna salvadora. "Aun cuando no se duerme bien los primeros 2 ó 3 meses después de haber recibido la vacuna, vale la pena"... Vacunó primero a sus tres hijos, y a un grupo de niños de colegas. En 1955 la Fundación realizó la experiencia en escala mayor: participaron 1.830.000 niños pertenecientes a casi todos los estados de la Unión. Se invirtieron unos siete millones de dólares. Los niños fueron divididos en grupos. A unos se les aplicaba la vacuna; a otros, otro tratamiento. Se adoptaron todas las precauciones para que nadie supiera qué niños habían sido vacunados o no, o todo otro dato que pudiera falsear los resultados. El 12 de abril el doctor Francis informa que en el grupo de 1.830.000 niños que intervinieron en la experiencia se produjeron 883 casos de parálisis inicial. Habían sido vacunados 200.745 niños con la Salk, y en ellos se declararon sólo 113 casos, de los cuales 71 eran leves. En los 201.229 que recibieron otro tratamiento y en los que no recibieron ninguno, se produjeron 750 casos comprobados, con 415 en forma de parálisis.

Conclusión optimista
La vacuna puede considerarse efectiva contra la parálisis poliomielítica en el 80 a 90 % de los casos observados; en el 60 a 70 % contra la enfermedad causada por el virus Bruhilde, y 90 %, o más, en los otros dos tipos. "La Vacuna —asegura Salk— es segura, efectiva y potente". Aconseja se den tres aplicaciones. La segunda, cuatro semanas después de la primera, y la tercera, siete meses después de la primera, ¿Dura por toda la vida? El tiempo lo dirá. Por de pronto, se menciona la posibilidad de su inmunización por largo tiempo. Últimamente surgieron algunas dudas sobre la vacuna Salk. La causa parece radicar en la imperfección del proceso de elaboración, al pasar de la etapa del laboratorio al de la industria. Pero el mal está por vencerse del todo. El enemigo mayor del hombre son los virus... y él mismo.
Revista Mundo Argentino
14.03.1956

Ir Arriba