Cuando ya se pensaba
que el brote de poliomielitis localizado en
Neuquén y Río Negro estaba totalmente dominado,
una noticia volvió a entenebrecer los titulares de
los diarios: tres nuevos casos, uno de ellos
mortal. Desde el 2 de diciembre hasta el momento
de redactar esta nota se habían producido en
Neuquén y Río Negro 23 casos, de los cuales 10
fallecieron, 7 están internados en Cipolletti y 6
se encuentran en esta capital. En el resto del
país también se produjeron otros casos aislados.
La reactivación del
flagelo es sintomática: no basta, aparentemente
con el procedimiento actual de vacunación, ni con
el refuerzo de personal afectado al tratamiento de
los enfermos después que la epidemia estalla ni
con el envío de pulmotores. Algo ocurre, a nivel
práctico, a nivel técnico o a nivel científico. El
pueblo —ya sea a través del Estado o de la
iniciativa privada— gasta enormes sumas de dinero
para evitar estos estremecimientos
aterrorizadores. Y debe exigir una respuesta: ¿por
qué sigue habiendo casos de parálisis infantil?
¿TODA LA CULPA ES DE
LOS PADRES?
Cuando se pide vacuna
en grandes dosis para inmunizar a la barriada, lo
difícil es conseguirla, declaró a SEMANA (ver 6º
19). Bernabé Bacci psicólogo del barrio San
Ignacio de Loyola, en Villa Martelli, provincia de
Buenos Aires. La semana pasada un redactor de
SEMANA intentó ampliar estas declaraciones,
obteniendo solamente un éxito parcial. El diálogo
rescatable fue el siguiente:
SEMANA: ¿Faltó vacuna
en este barrio?
Bacci: Sí, faltó
vacuna. Trajeron unas 400 dosis cuando se
necesitan 1.500. Dijeron que no había más.
SEMANA: ¿Por qué no
pidieron a ALPI?
Bacci: No nos
corresponde hacerlo a nosotros, sino al Ministerio
de Bienestar Social.
SEMANA: ¿Tienen otros
problemas?
Bacci: Sí, por
supuesto, pero no puedo hablar si ustedes no
tienen una autorización del Ministerio.
SEMANA: ¿Cuántos niños
hay sin vacunar en el barrio San Ignacio?
Bacci: No puedo
decirle más.
SEMANA: Hay que dar a
conocer el problema, si existe, para que se le dé
solución.
Bacci: Si quieren dar
a conocer el problema que los autorice el
Ministerio. Un papelito, una firma y algún sello.
SEMANA: ¿Los Centros
de Salud de los alrededores tienen los mismos
problemas?
Bacci: Los problemas
son comunes a todos los centros, faltan muchos
recursos.
SEMANA: ¿Ustedes piden
soluciones?
Bacci: No puedo hablar
más. Y no me saquen fotos, ¿eh?. . .
DONDE LAS NUEVE SON
LAS OCHO
Como ocurre
habitualmente cuando se alerta a la población
sobre la necesidad de defenderse de la parálisis
infantil recurriendo a la vacunación, los padres
responden masivamente en forma correcta.
Presurosamente concurren a los centros destinados
para esos fines, habitualmente hospitales, centros
comunales, escuelas, etcétera. Es absolutamente
injusto sostener sin más que es de ellos la culpa
de los brotes que se producen. En cambio, del otro
lado no está tan clara la cosa.
En los centros de
vacunación se forman las largas colas, bajo el
sol, en pleno verano, con las madres con sus hijos
en brazos. Muy habitualmente en la puerta hay un
cartel que dice que el horario de atención del público
es a partir de las 8 de la mañana. Muchas veces
son las nueve y media, y el trabajo todavía no ha
comenzado. Hasta diarios como "La Prensa" debieron
editorializar sobre el tema "Ver edición del 29 de
enero): "En muchos hospitales, sobre todo en
aquellos donde el personal auxiliar es escaso,
pueden verse desde hora temprana largas filas de
niños de diversas edades acompañados por personas
mayores esperando el turno para recibir la vacuna.
Las dificultades se acentúan porque, en virtud de
nuevas disposiciones oficiales, la mitad del
personal de los hospitales ha debido tomar
vacaciones imperativamente, pues no se las
conceden en el resto del año. La consecuencia es
que muchas personas no pueden soportar tan larga
espera".
CARACTERISTICAS DE LA
ENFERMEDAD
La poliomielitis es
una inflamación de los cuernos anteriores de las
células de la materia gris en la médula espinal.
Está causada por un virus, el material viviente
más pequeño. Los virus difieren de las bacterias
especialmente en que no se pueden mover por sí
mismos, y por lo tanto no pueden vivir fuera de un
cuerpo viviente. El virus de la parálisis
infantil, o poliomielitis es uno de los más
pequeños que se conocen. Afecta casi
exclusivamente al hombre, aun cuando puede darse
también en los monos. Hay tres formas de
poliomielitis: la abortiva, la no paralítica y la
paralítica. Muchas personas han padecido la
primera, sin saberlo: causa solo un poco de
diarrea, malestar estomacal, resfrío y/o dolores
en los músculos que duran pocos días. Este caso
leve les ha hecho inmunes a ataques posteriores
más graves. El segundo tipo —no paralítico—
produce parálisis temporaria de los brazos y las
piernas. La tercera puede causar daño duradero o
muerte si se encuentran involucrados los músculos
respiratorios. Las epidemias se producen
generalmente en los meses de verano (febrero a
abril entre nosotros). El virus se propaga por
estornudo, tos o contaminación de aguas y
alimentos en las cloacas. Al principio los
síntomas son vagos: poca fiebre, dolor de cabeza,
espasmos en los brazos y debilidad general.
Como se ha indicado,
los meses más favorables para la producción de brotes
son los de febrero, marzo y abril. Este verano se
adelantó a diciembre. ¿Qué ocurrirá dentro de 30 o
40 días?
LUCHA SIN CUARTEL
La experiencia de
todos los años demuestra que la poliomielitis no
está extinguida, y que ella sólo puede propagarse
a través de niños que no han sido vacunados. Pero
de ahí a sostener que toda la responsabilidad es
de los padres, media un trecho enorme. Ya el año
pasado, en un reportaje efectuado por la revista
SIETE DIAS, el doctor Carlos A. Herrera, jefe del
Departamento de Atención Médica de Salud Pública
expresó, entre otras cosas: "Si no son educados,
por qué vamos a culpar a los desvalidos. Este es
un asunto de la comunidad; para trabajar contra la
salud disponemos de los métodos más modernos en
materia publicitaria. Pero para trabajar en favor
de la salud —ironizó— todavía usamos carteles como
en el ano 1900".
Las autoridades no han
estado absolutamente inactivas en esta lucha sin
cuartel. Quizás ocurra que la actividad desplegada
no ha dado frutos y aquí radica la esencia del
problema. Porque ya en noviembre del año pasado,
para ser exactos el día 18, el subsecretario de
Salud Pública, Dr. Alberto F. Mondet, anunció que
se estudiaba un régimen para penar económicamente
a los padres que no vacunen a sus hijos menores
entre los 2 meses y los 6 años de edad. El sistema
a aplicarse prevería la exigencia de certificados,
por parte de los empleadores, de que se ha
vacunado a los hijos, para el pago del aguinaldo o
del salario familiar. Seguramente el régimen
continúa en estudio. . .
Lo cierto es que desde
1967 la poliomielitis va en aumento en nuestro
país. De sólo 38 casos pasó a 229 en los primeros
seis meses de 1969. La cifra total correspondiente
a ese año fue de 257. Solamente en marzo se habían
producido 101, mientras que en todo el 1968 se
registraron 194. La primera epidemia grave se
produjo en 1936 con 826 personas atacadas por el
mal. Y la cifra más aterradora se registró en 1956
con 6.496 casos. Pero hasta ese año no se conocían
las vacunas que hoy se utilizan. El 92 por ciento
de los casos producidos el año pasado correspondió
a menores de 4 años, ninguno vacunado, y el 8 por
ciento restante, de 4 a 6 años.
180 MILLONES DE PESOS
POR AÑO
Inquieta por la
responsabilidad insinuada en su número 19, en el
sentido de que no era fácil conseguir dosis de
vacuna en algunos centros cercanos a la Capital,
SEMANA decidió intensificar su interrogatorio a
los responsables —aun cuando sea parcialmente— de
su, difusión. Así entrevistó a la señora María S.
E. de Gómez Álzaga, presidenta de ALPI, y al Dr.
Jorge Montenegro, asesor de la institución. Este
fin el diálogo que mantuvimos:
SEMANA: ¿De qué manera
llega la vacuna a los centros del interior?
Sra. de Gómez Álzaga:
En el caso de los 22 centros ALPI del interior,
los hacemos llegar, tras recibir el pedido, por
vía directa, inmediatamente. Si se trata de
centros de salud oficiales, la vacuna la piden a
sus respectivos Ministerios. En caso de no poseer
stock la solicitan a ALPI y se les entrega
inmediatamente.
SEMANA: ¿Cómo es
posible entonces que en Villa Martelli se denuncie
que faltó vacuna?
Sra. de G. A. No sé,
no puedo entenderlo, nosotros tenemos 350 mil
dosis de Sabin oral en reserva. ALPI siempre
concurre a proveer de vacuna a los centros de
salud del interior.
SEMANA: ¿ALPI está
empeñada ahora en campañas de vacunación masiva?
Dr. Montenegro: No la
denominamos así. Se trata de un plan de vacunación
permanente. En lugar de hacer campañas intensivas
durante algunos días, queremos que la vacuna esté
siempre en todas partes, de Manera que el chico
que nace hoy la mamá lo puede vacunar en cualquier
lado. El objetivo es que el 80 por ciento de la
población esté vacunado; ese es el tope ideal para
prevenir epidemias.
SEMANA: Si la vacuna
está al alcance de todos ¿qué puede hacerse para
que los podres no dejen de vacunar a sus hijos
(recordar el caso de Cipolletti)?
Sra. de G. A.: Eso es
lo difícil. Se hacen intensas campañas de
publicidad pero no basta.
SEMANA: ¿Qué proponen
ustedes como solución a ese problema?
Dr. Montenegro: Una
vez le propusimos al Ministerio de Salud Pública
un sistema que yo, personalmente, estimo podía
significar una solución. Se trata de que se
proporcionen a ALPI las listas del Registro de las
personas, donde se documenta cada nacimiento. De
tal manera, se procesarían esos datos y
diariamente sabríamos qué niños cumplen dos meses
de edad. ALPI enviará entonces una tarjeta de
felicitación a sus padres y, en ella, la
recordaríamos que debe pasar por nuestro centro
tal o cual (el más cercano a su casa), para
vacunar al chico.
SEMANA: ¿Y qué se hizo
de esa idea?
Dr. Montenegro: Les
pareció buena, pero nos dieron una respuesta que
es ingeniosa y que no está exenta de razón: Para
hacer ese trabajo, lo mejor sería hacer con todas
las vacunas que debe aplicarse, no sólo con la de
la polio.
SEMANA: ¿ALPI provee
de vacuna a centros vecinales no oficiales?
Sra. de G. A.: Si un
centro vecinal nos pide vacuna, lo primero que
hacemos es un estudio de las condiciones morales y
de higiene de los peticionistas. Si los creemos
responsables para recibir vacuna se la entregamos,
pero antes hacemos que los designados para
integrar los equipos de vacunación vengan a
adiestrarse a ALPI. Queremos gente responsable.
Deben comprometerse por escrito a aceptar las
normas de ALPI.
SEMANA: ¿Cuánto
invierte ALPI en su campaña permanente?
Sra. de G. A.: La
campaña permanente, más el instituto de
rehabilitación le cuestan a ALPI ciento ochenta
millones de pesos viejos por año. El Estado
colabora con unos doce millones, el resto son
aportes particulares, bonos, alcancías.
*.*Recuadro en
la crónica*.*
HORARIO RETACEADO Y
ESCASO PERSONAL PARA LA VACUNACION
Es el viernes 30 de
enero. Son las 8. Ya la gente va de un lado hacia
otro por los corredores del Hospital de Niños. Una
madre lava una mamadera en una canilla enclavada
en el pasto. Algunos chicos lloran.
—¿Dígame, la cola para
la vacuna Sabin cuál es? Pregunta una señora que
lleva su pequeño en brazos. La enfermera, saca una
mano del bolsillo e indicando hacia un oscuro
corredor le dice:
—Tome por esta vereda
derecho, llegue hasta ese corredor y ahí a la
izquierda está la cola. El nene se embadurna con
unas galletitas. La mujer cubre el corredor, dobla
a la izquierda y se topa con una extensa y gruesa
larga cola de madres que esperan como ella.
—¿Acá es para la
vacuna Sabin?— preguntó.
—Sí, señora —le
contestaron— póngase en la cola porque va a tener
que esperar un rato—.
—¿Habrá vacunas?
—volvió a interrogar.
—Si, por la vacuna no
se haga problemas. Lo que pasa es que hasta las 9
o 9 y media no empiezan a atender.
Así comenzó la señora
Jorgelina B. de Rodríguez. "Se la pasan charlando
y lo que menos hacen es atender al público. No es
que la cola no camine. Vacunar vacunan a todos.
Pero ¿por qué no empiezan a hacerlo a las 8 como
dice el horario y no a las 9?".
—"¡Qué pase el que
sigue!".
Una señora que está
entre las primeras de la fila oculta detrás de las
demás exclama: "Algunas se avivan, llegan últimas.
Ponen a los chicos entre los primeros y cuando
llaman se meten".
Pasa el tiempo y la
cola se agranda. "Es la primera vez que veo tanta
gente —dice la señora Sara Giribone de García—.
"En general, uno llega y enseguida se va".
La cola avanza y otra
mujer se queja: "También, si hay una sola persona
para hacer todo. Me dijeron que una sola enfermera
da las vacunas y hace los certificados. Cómo no va
a ser lento".
Otra señora al tiempo
que hace venir a su hijo que está sentado en un
banco cercano pronta a entrar en el pequeño
recinto donde vacunan acota: —"Yo no sé de qué se
quejan. Uno viene al Hospital de Niños y siempre
lo atienden bien. Nunca faltó vacuna como en otros
lados. Mire, yo vengo de José C. Paz y allí lo
hacen ir al otro día cuando no quieren seguir
trabajando y le dicen que se acabaron las
vacunas".
La mujer que anduvo
buscando la fila, cansada de llevar su hijo en
brazos lo sienta. El niño sigue comiendo
galletitas. Media hora más y comerá un terroncito
de azúcar con la vacuna Sabin. Ella preocupada,
porque en esas esperas se habla mucho y nunca se
dice nada concreto pregunta nuevamente —¡Disculpe,
hay o no hay vacunas!— Inmediatamente le
contestan. —¡Quédese tranquila querida! La gente
habla de gusto. Acá se espera como en todos lados,
pero uno se lleva al chico vacunado. No haga caso
de lo que dicen. Además, las colas no es una cosa
de hoy, es de toda la vida".
*.*Pie de
fotos*.*
-AQUI HABLA ALPI
Su presidenta, la
señora Mar/a S. E. de Gómez Álzaga, reitera a
SEMANA anteriores declaraciones. Reconoce que no
basta con intensas campañas de publicidad para
lograr que los padres vacunen a sus hijos. La
institución tiene dosis.
-Dr. J. MONTENEGRO
El asesor de ALPI
sostiene que el objetivo es vacunar al 80 por
ciento de la población como tope ideal para evitar
el estallido de epidemias. Considera como muy
buena una propuesta hecha por ALPI a Salud Pública
que no tuvo eco.
-NO QUIERE FOTOS
A pesar de todo,
reiteró su queja el doctor Bernabé Bacci,
psicólogo de un barrio, en Villa Martelli, al que
le suministraron cuatrocientas dosis cuando se
necesitaban mil quinientas. No puede hablar sin
autorización del ministerio.
-¿LOS CULPABLES?
Largas filas de madres
e hilos en los hospitales desmienten el agravio
que se les ha inferido al hacerlos responsables
del estallido de la epidemia. Esperan muchas horas
mientras el personal técnico se encuentra de
vacaciones.
-ESPERA LARGA Y
DESALENTADORA
No siempre comienzan a
vacunar a la hora indicada en los carteles. En
oportunidades hay personas que no pueden esperar
más y deben retirarse sin las tres gotitas de
Sabin para sus hijos. En general el personal
técnico es idóneo y amable, y en ese aspecto no se
suscitan problemas, pero lamentablemente es
escaso. Pareciera que se encarara el asunto como
una rutina más y no como lucha sin cuartel. Pronto
comenzarán las clases y es necesario apurarse.
-PARA MARZO FALTAN 30
DIAS
Los picos más altos de
poliomielitis se han alcanzado siempre en el mes
de marzo. Este año el brote comenzó a hacerse
notar precoz mente en diciembre. ALPI invierte
anualmente 180 millones de pesos, pero
evidentemente no basta con esa cifra, o ella está
mal aprovechada. El pueblo espera en las colas y
quiere saber cómo se gasta su dinero.
Revista Semana Gráfica
06.02.1970
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