simple y maravilloso
nota: R. F. S. y HORACIO RODRIGUEZ
fotos: CESAR ALVAREZ

una aventura musical en Buenos Aires

Cuando nos enteramos que Cristóbal Cotton Cooke y Guillermo Gainza Paz (h.) se encontraban en vísperas del estreno de una comedia musical importada de los Estados Unidos, decidimos que les había llegado la hora de una entrevista.

Con equipo completo de fotógrafo y otros colaboradores capitalistas, que llegado el momento estuviesen dispuestos a pagar alguna taza de café, y previo consentimiento reticente de nuestra redacción, partimos hacia el teatro Astral, donde el espectáculo se encontraba en sus últimas horneadas.
Nuestros productores nos esperaban en las clásicas posturas en las clásicas butacas. No nos defraudaron. Tampoco nos defraudó el ambiente de ensayo que se respiraba en el escenario. Por un lado, el ballet de Ana Itelman, con la misma Itelman evolucionando de un lado para otro del tablado; los coros, entre la batuta de Rolero y las directivas de Cotton Cooke; los actores, acosados por Marcelo Lavalle, que se metamorfoseaba con una rapidez que hubiese asombrado al mismo Júpiter; Saulo Benavente, titilando con objetos varios entre sus manos, desde un bonete hasta una puerta; y las estrellas Malú Gatica, Miranda y la pizpireta Beatriz Bonnet, como duendes disfrazados en sus trajes de calle que pretendiesen hacernos creer que todo era normal, que montar un espectáculo de esta naturaleza era perfectamente compatible con la más completa sanidad mental. Procuramos sembrar el orden atacando por etapas.
¿De dónde sale todo esto?
Simple y maravilloso. Además de respuesta, es el título de la obra. Así hemos traducido ia comédia musical norteamericana "Plain and Fancy" estrenada en Nueva York en enero de 1955 por las productores yanquis Kolmar y Gardiner, asociados con Ivette Schumer, y que aquí presenta espectáculos Gallo. Se trata hoy de uno de les grandes "hits" (sucesos) de Broadway, por lo que también se la acaba de estrenar en Londres. Por primera vez en Buenos Aires se intenta un espectáculo con estas características, razón por la cual misstros productores se han jugado el todo por el todo. La empresa no era fácil y se acudió desde el vamos a valores de la más noble jerarquía con que cuenta nuestro medio artístico; de allí las figuras que se encuentran agrupadas en nuestro escenario. Se ha trabajado con un tesón admirable, todos prestaron su colaboración sin reticencias, empezando por los mismos productores norteamericanos, a quienes van en primer lugar las gracias y el reconocimiento. Están pendientes de este estreno como si les perteneciese nuestro éxito. En fin, los dados están echados y esperamos que guste.
¿El libreto? Una historieta sencilla de una pareja de jóvenes neoyorquinos que se encuen tran de pronto en medio de una sociedad de campesinos cuáqueros y las peripecias precipitadas por el choque de das filosofías diferentes de la vida que al final se amigan en mutua comprensión:
¿Lo demás? Mejor cuestionar a los interesados.

En que consiste una comedio musical
Para solucionar el interrogante, buscamos con la mirada a quien coordina los talentos dispersos: buscamos al director. Lo encontramos, no sin cierta dificultad, entre dos o tres actores que siguen. primero con ia mirada y luego con el gesto, las indicaciones gráficas que éste les imparte. El puede contestarnos,
—Señor Lavalle, ¿qué es una comedia musical? Con entusiasmo, contesta: —La comedia musical es un todo en el cual las partes, distintas entre sí. entran en la misma proporción. (Sin querer, arqueamos las cejas.) Aclarando: en una comedia musical el argumento, el ballet y los coros y canciones están unidos en forma tal que ninguno predomina sobre los otros. Es un ensamble de varios géneros. y la misión del director es cuidar que en ese ensamble no haya grietas: es decir, que los actores, en un momento dado, se pongan a cantar o bailar con absoluta naturalidad, sin que se note que en ese brevísimo lapso se ha producido un cambio.
Conformes con su definición, clara e inteligente, decidimos ir al pasado en busca de sus experiencias anteriores en el género. —Bueno.... a decir verdad, ésta es la primera vez que dirijo una comedia musical de este tipo —nos dice Marcelo Lavalle—. Tal vez en "Un sombrero de paja en Italia'" encontráramos un atisbo, un buceo; o algo parecido en "La viuda alegre", que el año pasado dirigí en el Colón, pero es "Simple y Maravilloso" la que me permite llenar un viejo anhelo.
—¿Un viejo anhelo?... Vislumbramos el porqué de una alegría que no claudica ni en el cansancio.
—Verá usted. Toda mi infancia giró alrededor de un sueño: ser bailarín: por distintas razones, mi vida tomó otro rumbo y hoy, después de haber hallado en el teatro la materialización de mis inquietudes. vuelvo a encontrarme con el viejo sueño. Sí, "Simple y Maravilloso" es eso para mí: un reencuentro con viejas aspiraciones: en ella el director debe ser un poco músico, un poco cantante y debe dirigir a los actores con tal sentido rítmico, que se convierte en un verdadero coreógrafo, sin descuidar su tarea general.
Nos gustaría buscar con Marcelo Lavalle un paralelo entre "Las brujas de Salem" tragedia en un pueblo quáquero que dirigió para el I. A. M., y "Simple y Maravilloso". comedia musical que se desarrolla en el mismo ambiente. Pero la música y el trazado de unos gestos nos privan de él, preso en el entusiasmo de un mundo nuevo.
Nuestros ojos lo siguen todavía un momento, hasta que un coro magnífico comienza a entonar un himno de rara solemnidad. Lo dirige Cotton Cooke. y hacia él dirigimos ahora las preguntas.
—Señor Cotton Cooke, ¿quiénes integran el coro?
—El coro está integrado por cantantes de la escuela y el elenco del teatro Colón y de la Asociación Wagneriana. Todos solistas que han debido superar las dificultades propias de arreglos y armonías estrictamente modernos y desconocidos.
—Sin embargo, ese himno...
—La grandeza de ese himno es una reminiscencia de los salmos bíblicos, que los quáqueros y puritanos entonaban como muestra de la profundidad de su fe. Su presencia junto a ritmos de jazz y de mambos da una idea de la complejidad de una orquestación que es modelo en su género y que, por otra parte. . . (Cerca de nosotros pasa Malú Gatica y a duras penas conseguimos retenerla.) ...ha sido estudiada por Luis Rolero con verdadera pasión, como podrá decirles Malú.
—En efecto. Y quiero hacerles notar que la pasión ha sido la constante de todos los que aquí trabajamos. "Simple y Maravilloso" es producida, dirigida y representada por gente joven, cuyo ímpetu y dedicación inundan de aire fresco cada ensayo y que si conseguimos transmitirlo al público habremos logrado plenamente nuestro objeto.
—Usted había actuado ya en comedias ...
—Solamente en el Casino de Copacabana en 1944: pero habiendo visto muchas en Broadway, les aseguro que ésta no tiene nada que envidiarles en cuanto a la disciplina y al talento de sus componentes. Es más, podría asegurarles que...
Pero sus palabras se pierden en la corriente de notas que inician una melodía pegadiza, para la cual se ha dispuesto la compañía. Malú Gatica corre a llenarlo y, desde allí, nos hace un gesto de resignación. Dirigidos por una pelirroja, los movimientos ajustadamente frenéticos del ballet decoran ia acción, que en ese momento corre a cargo de Osvaldo Miranda. Una chica joven y bonita ha comenzado a cantar: su voz es fresca y se mueve con gracia. Los caprichos del ritmo la sitúan frente a nosotros cuando termina el número. Es Beatriz Bonnet. Cansados de preguntar siempre lo mismo, nos decidimos por:
—¿Qué es el amor?
—A veces me lo pregunto.
—i Y la vida?
—Una comedia con algunos toques sentimentales.
Anonadados por la mezcla de inocencia y sutileza, pedimos a Saulo Benavente que nos presente a Ana Itelman.
Así conocemos a esta mujer pelirroja y atractiva, cuya importancia en el espectáculo es manifiesta.
—La coreografía —nos dice— tiene la misión en "Simple y Maravilloso" de acompañar el argumento, acentuándolo. Sin olvidar, por supuesto, el papel que le es propio en los números musicales, íbamos a preguntar alguna otra cosa cuando notamos oue el enrayo recomienza y buscamos una platea desde donde seguirlo, al lado nuestro hay alguien sentado y saciamos el vértigo con él:
—Y usted, ¿quién es?
—Nadie: un actor sin importancia. Pero espero ser "alguien" si la comedia repite el éxito de Londres y Nueva York. Dos filas más atrás está un hombre mirando atentamente a su alrededor.
—Y usted, señor, ¿trabaja en la obra?
—No. Yo vengo a cobrar una cuenta.
Nos levantamos lentamente y empezamos a caminar hacia la salida por los largos pasillos del teatro vacío. Antes de llegar nos volvemos a mirar el escenario. Allí todo es esperanza y fiebre ilusionada. Y, sin embargo, desde lejos v tajo las luces fuertes y pálidas, los hombres se asemejan a muñecos.
Revista Mundo Argentino
14.03.1956

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