Con equipo completo de fotógrafo y otros
colaboradores capitalistas, que llegado el momento
estuviesen dispuestos a pagar alguna taza de café,
y previo consentimiento reticente de nuestra
redacción, partimos hacia el teatro Astral, donde
el espectáculo se encontraba en sus últimas
horneadas.
Nuestros productores nos esperaban
en las clásicas posturas en las clásicas butacas.
No nos defraudaron. Tampoco nos defraudó el
ambiente de ensayo que se respiraba en el
escenario. Por un lado, el ballet de Ana Itelman,
con la misma Itelman evolucionando de un lado para
otro del tablado; los coros, entre la batuta de
Rolero y las directivas de Cotton Cooke; los
actores, acosados por Marcelo Lavalle, que se
metamorfoseaba con una rapidez que hubiese
asombrado al mismo Júpiter; Saulo Benavente,
titilando con objetos varios entre sus manos,
desde un bonete hasta una puerta; y las estrellas
Malú Gatica, Miranda y la pizpireta Beatriz
Bonnet, como duendes disfrazados en sus trajes de
calle que pretendiesen hacernos creer que todo era
normal, que montar un espectáculo de esta
naturaleza era perfectamente compatible con la más
completa sanidad mental. Procuramos sembrar el
orden atacando por etapas.
¿De dónde sale todo
esto?
Simple y maravilloso. Además de
respuesta, es el título de la obra. Así hemos
traducido ia comédia musical norteamericana "Plain
and Fancy" estrenada en Nueva York en enero de
1955 por las productores yanquis Kolmar y
Gardiner, asociados con Ivette Schumer, y que aquí
presenta espectáculos Gallo. Se trata hoy de uno
de les grandes "hits" (sucesos) de Broadway, por
lo que también se la acaba de estrenar en Londres.
Por primera vez en Buenos Aires se intenta un
espectáculo con estas características, razón por
la cual misstros productores se han jugado el todo
por el todo. La empresa no era fácil y se acudió
desde el vamos a valores de la más noble jerarquía
con que cuenta nuestro medio artístico; de allí
las figuras que se encuentran agrupadas en nuestro
escenario. Se ha trabajado con un tesón admirable,
todos prestaron su colaboración sin reticencias,
empezando por los mismos productores
norteamericanos, a quienes van en primer lugar las
gracias y el reconocimiento. Están pendientes de
este estreno como si les perteneciese nuestro
éxito. En fin, los dados están echados y esperamos
que guste.
¿El libreto? Una historieta sencilla
de una pareja de jóvenes neoyorquinos que se
encuen tran de pronto en medio de una sociedad de
campesinos cuáqueros y las peripecias precipitadas
por el choque de das filosofías diferentes de la
vida que al final se amigan en mutua comprensión:
¿Lo demás? Mejor cuestionar a los interesados.
En que consiste una comedio musical
Para
solucionar el interrogante, buscamos con la mirada
a quien coordina los talentos dispersos: buscamos
al director. Lo encontramos, no sin cierta
dificultad, entre dos o tres actores que siguen.
primero con ia mirada y luego con el gesto, las
indicaciones gráficas que éste les imparte. El
puede contestarnos,
—Señor Lavalle, ¿qué es una
comedia musical? Con entusiasmo, contesta: —La
comedia musical es un todo en el cual las partes,
distintas entre sí. entran en la misma proporción.
(Sin querer, arqueamos las cejas.) Aclarando: en
una comedia musical el argumento, el ballet y los
coros y canciones están unidos en forma tal que
ninguno predomina sobre los otros. Es un ensamble
de varios géneros. y la misión del director es
cuidar que en ese ensamble no haya grietas: es
decir, que los actores, en un momento dado, se
pongan a cantar o bailar con absoluta naturalidad,
sin que se note que en ese brevísimo lapso se ha
producido un cambio.
Conformes con su
definición, clara e inteligente, decidimos ir al
pasado en busca de sus experiencias anteriores en
el género. —Bueno.... a decir verdad, ésta es la
primera vez que dirijo una comedia musical de este
tipo —nos dice Marcelo Lavalle—. Tal vez en "Un
sombrero de paja en Italia'" encontráramos un
atisbo, un buceo; o algo parecido en "La viuda
alegre", que el año pasado dirigí en el Colón,
pero es "Simple y Maravilloso" la que me permite
llenar un viejo anhelo.
—¿Un viejo anhelo?...
Vislumbramos el porqué de una alegría que no
claudica ni en el cansancio.
—Verá usted. Toda
mi infancia giró alrededor de un sueño: ser
bailarín: por distintas razones, mi vida tomó otro
rumbo y hoy, después de haber hallado en el teatro
la materialización de mis inquietudes. vuelvo a
encontrarme con el viejo sueño. Sí, "Simple y
Maravilloso" es eso para mí: un reencuentro con
viejas aspiraciones: en ella el director debe ser
un poco músico, un poco cantante y debe dirigir a
los actores con tal sentido rítmico, que se
convierte en un verdadero coreógrafo, sin
descuidar su tarea general.
Nos gustaría
buscar con Marcelo Lavalle un paralelo entre "Las
brujas de Salem" tragedia en un pueblo quáquero
que dirigió para el I. A. M., y "Simple y
Maravilloso". comedia musical que se desarrolla en
el mismo ambiente. Pero la música y el trazado de
unos gestos nos privan de él, preso en el
entusiasmo de un mundo nuevo.
Nuestros ojos lo
siguen todavía un momento, hasta que un coro
magnífico comienza a entonar un himno de rara
solemnidad. Lo dirige Cotton Cooke. y hacia él
dirigimos ahora las preguntas.
—Señor Cotton
Cooke, ¿quiénes integran el coro?
—El coro
está integrado por cantantes de la escuela y el
elenco del teatro Colón y de la Asociación
Wagneriana. Todos solistas que han debido superar
las dificultades propias de arreglos y armonías
estrictamente modernos y desconocidos.
—Sin
embargo, ese himno...
—La grandeza de ese
himno es una reminiscencia de los salmos bíblicos,
que los quáqueros y puritanos entonaban como
muestra de la profundidad de su fe. Su presencia
junto a ritmos de jazz y de mambos da una idea de
la complejidad de una orquestación que es modelo
en su género y que, por otra parte. . . (Cerca de
nosotros pasa Malú Gatica y a duras penas
conseguimos retenerla.) ...ha sido estudiada por
Luis Rolero con verdadera pasión, como podrá
decirles Malú.
—En efecto. Y quiero hacerles
notar que la pasión ha sido la constante de todos
los que aquí trabajamos. "Simple y Maravilloso" es
producida, dirigida y representada por gente
joven, cuyo ímpetu y dedicación inundan de aire
fresco cada ensayo y que si conseguimos
transmitirlo al público habremos logrado
plenamente nuestro objeto.
—Usted había
actuado ya en comedias ...
—Solamente en el
Casino de Copacabana en 1944: pero habiendo visto
muchas en Broadway, les aseguro que ésta no tiene
nada que envidiarles en cuanto a la disciplina y
al talento de sus componentes. Es más, podría
asegurarles que...
Pero sus palabras se pierden
en la corriente de notas que inician una melodía
pegadiza, para la cual se ha dispuesto la
compañía. Malú Gatica corre a llenarlo y, desde
allí, nos hace un gesto de resignación. Dirigidos
por una pelirroja, los movimientos ajustadamente
frenéticos del ballet decoran ia acción, que en
ese momento corre a cargo de Osvaldo Miranda. Una
chica joven y bonita ha comenzado a cantar: su voz
es fresca y se mueve con gracia. Los caprichos del
ritmo la sitúan frente a nosotros cuando termina
el número. Es Beatriz Bonnet. Cansados de
preguntar siempre lo mismo, nos decidimos por:
—¿Qué es el amor?
—A veces me lo pregunto.
—i Y la vida?
—Una comedia con algunos toques
sentimentales.
Anonadados por la mezcla de
inocencia y sutileza, pedimos a Saulo Benavente
que nos presente a Ana Itelman.
Así conocemos a
esta mujer pelirroja y atractiva, cuya importancia
en el espectáculo es manifiesta.
—La
coreografía —nos dice— tiene la misión en "Simple
y Maravilloso" de acompañar el argumento,
acentuándolo. Sin olvidar, por supuesto, el papel
que le es propio en los números musicales, íbamos
a preguntar alguna otra cosa cuando notamos oue el
enrayo recomienza y buscamos una platea desde
donde seguirlo, al lado nuestro hay alguien
sentado y saciamos el vértigo con él:
—Y
usted, ¿quién es?
—Nadie: un actor sin
importancia. Pero espero ser "alguien" si la
comedia repite el éxito de Londres y Nueva York.
Dos filas más atrás está un hombre mirando
atentamente a su alrededor.
—Y usted, señor,
¿trabaja en la obra?
—No. Yo vengo a cobrar una
cuenta.
Nos levantamos lentamente y empezamos a
caminar hacia la salida por los largos pasillos
del teatro vacío. Antes de llegar nos volvemos a
mirar el escenario. Allí todo es esperanza y
fiebre ilusionada. Y, sin embargo, desde lejos v
tajo las luces fuertes y pálidas, los hombres se
asemejan a muñecos.
Revista Mundo Argentino
14.03.1956
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