Bienvenido Marte
El diagrama muestra a la nave MARINER IV aproximándose a Marte para comenzar la trasmisión de datos sobre su superficie. Lo hará durante 25 minutos y luego de haber recorrido 560 millones de km —en 8 meses— desde la Tierra.
El Mariner IV abrió una de las puertas del Universo infinito. Partió desde Cabo Kennedy hace 8 meses y recorrió 560.000.000 de km antes de arribar a nuestro vecino rojo para saber si allí hay vida o vestigios de ella.

Sí, en Marte puede ser que haya vida. No importa qué clase de vida. Si de seres racionales o de microorganismos. Allí es donde hay, dentro del sistema solar, mayores posibilidades de encontrar materia viviente".
No es uno, sino muchos los científicos que han hecho esta clase de afirmación respecto a nuestro rojo vecino Marte. "No se sabe qué nos reserva, lo que allí encontraremos. Pero la posibilidad existe y es por eso que hay que tener enorme cuidado de no contaminar el planeta. Los biólogos deben estudiar su superficie, virgen de toda contaminación terrícola, e incluso espacial. Es imprescindible que Marte se convierta en una zona de conservación ecológica, exenta de toda clase de contaminaciones que puedan impedir el estudio original de los vestigios de vida, o de las probables formas de vida que allí existan".

El fracaso del Zond II
La declaración fue hecha no hace mucho en una asamblea de científicos cuando se hizo realidad el envío de satélites rumbo a Marte. Concretamente cuando la nave espacial soviética ZOND II al llegar al cuarto de camino rumbo a Marte (situado a 240.000.000 de kilómetros de la Tierra) dejó de emitir señales y las informaciones que se poseían sobre su rumbo hacían pensar que se estrellaría contra el planeta. ¿Contaminaría su superficie? ¿Asentaría en él injertadas formas de vida que dificultarían los estudios de nuestros biólogos, que tardarían en descubrir si esas formas de vida eran originarias o provenientes de un descuido? No olvidemos que un cuidado similar habrá que tener cuando se logre de "nuestros" navíos desciendan en planetas y retornen a la Tierra. ¿Volverán contaminados?

Mariner IV: impaciencia y curiosidad
Un misterio que hasta no hace mucho se creía insondable, o por lo menos no revelable por muchos años, se pone al alcance de nosotros. El 28 de noviembre del año anterior Estados Unidos disparó hacia Marte el MARINER IV. Iba en busca de Marte en un asombroso viaje de poco menos de 8 meses durante los cuales habría recorrido unos 560 millones de kilómetros desde su partida en Cabo Kennedy. "Usted se imagina la impaciencia que nos causa un vuelo de tan larga duración", manifestó uno de los directores responsables del lanzamiento, quién agregó: "Una mezcla de curiosidad y nervios acompañó su recorrido. Y no cesarán hasta que comencemos a recibir las fotografías que el Mariner IV tome y nos envíe. Será entonces cuando conoceremos mejor el brillante desierto de Elíseo, el Mar Trivium Charontis (un viejo conocido, ya que es el encargado de reflejar las ondas de radar que dirigimos a Marte), el Desierto del Céfiro algo más al sur, y el Mar Cimmerium y el Desierto Electris. Las cámaras los captarán en este orden, mientras otros poderosos aparatos estudiarán la atmósfera marciana y determinarán con certeza si existe o no vapor de agua. De la atmósfera sólo sabíamos que su densidad es inferior a la nuestra y que llega a una altura mucho mayor. Los estudios fotográficos mostrarán detalles que no se pueden captar con los más poderosos telescopios y radiotelescopios. Serán superiores en un 25 por ciento a las imágenes que captamos con éstos."
Los conocimientos que se tienen sobre Marte revelan estos sugestivos detalles, que hacen pensar en la posibilidad de vida o de vestigios de que allí hubo vida. Se ha notado una unión del carbono con el hidrógeno. Su temperatura alcanza a los 15 grados en su ecuador y desciende durante la noche hasta 40 grados bajo cero. Y a su alrededor giran dos satélites. Uno de ellos, Phobos, atraviesa el cielo 3 veces por día a una velocidad excepcional en el Uní verso conocido. Da la vuelta completa a Marte en sólo 7h-39m. Su altura sobre la superficie marciana es de solamente 8.350 km, muy escasa por tratarse de un objeto astral. Muy similar a la de un común satélite artificial... construido por manos.. . marcianas... O podría ser la cabeza de un cometa atrapado por el campo de atracción de Marte. Las conclusiones pertenecen al soviético Chklovsky, el que descubrió las señales extraterrenas que conmovieron al mundo. Al hablar de ello recordó un detalle curioso: que los gases que forman la cola de un cometa tienen una densidad casi intangible. Tanto, que una de ellas que se extendiera desde la Tierra hasta Marte, comprimida a la densidad de! agua cabría en un dedal. Mas por el momento no importa que sea una u otra cosa. Lo que importa es llegar a Marte. A otros planetas. Ir descubriendo así los infinitos secretos que esconde el Universo.
Revista Atlántida
08/1965

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