El ciclo, para ella,
se había cumplido. El símil, su propia desnudez.
Así nació a la fama, en una fotografía iluminada
de un almanaque que todo el mundo conoció, porque
nunca se le perdonó tal comienzo. Hace poco, le
habían preguntado si no se arrepentía de haber
posado así, entonces.
—En las mismas
condiciones de aquel tiempo, volvería a hacerlo...
Sin alardes,
humildemente. Reivindicaba en última instancia, el
derecho de no morirse de hambre. Porque "esas
condiciones", eran simplísimas. Cuando posó
desnuda para el almanaque que tanto se le
reprochara, ni tenia dinero, ni sabia donde
dormir, esa noche.
Después, fue la
fulminante trayectoria a la fama. Hollywood
movilizó sus mejores recursos publicitarios para
lanzar a esta muchacha sensacional, que iba a ser
modelo de millones de muchachas como ella, soñando
con idéntico destino. Pero desde ese mismo
instante, la revelación de algo que seria el
obstáculo insalvable, su largo martirio que
conduce a la muerte. Porque nadie sufrió tanto,
rodeada de millones y de halagos, mimada de los
públicos de todo el mundo, centro de la atención
permanente de
los cinco continentes,
como sufrió Marilyn. ¿Por qué? Quizás, porque
equivocó el camino.
Imagino, ella que
había sido la más pobre de todas, una más en la
triste lista de las niñas que crecen en un
orfelinato, que la gloria y el dinero, compensaría
su infancia tristísima, su adolescencia miserable.
Tarde supo que el rumbo no era ése. La síntesis la
dio como un anticipo de este final inesperado, que
a todos conmueve, a un periodista:
—Estoy sola. Me siento
sola... Más sola y triste que nunca...
¿Recuerdan "El
ciudadano"? Mientras se busca en todas las esferas
de su turbulenta peripecia vital la clave de esa
palabra con que muere el todopoderoso personaje,
la verdad escapa a todos, porque se refugia en un
íntimo recuerdo de la infancia. También como a
Marilyn, ocurría con él, un destino frustrado.
Había llegado a todas las cumbres. Íntimamente,
sabia que la felicidad, pudo estar en el punto de
partida, humilde y oscuro...
AMADA POR HOMBRES Y
MUJERES
Todos los
interrogantes pueden alzarse ahora ante la muerte,
al parecer voluntaria, de Marilyn Monroe. ¿Por qué
sentirse sola, rodeada del amor de hombres y
mujeres de todo el mundo? ¿Cómo sentirse siempre
triste, si era como el vaso comunicante de todo lo
que puede vivir, de feliz y de alegre, de
despreocupada, la juventud que ella encarnaba?
Cuando se supo que ya
era sólo un recuerdo, el dolor fue colectivo. Pena
en los hombres de todo el mundo. Pero pena,
también, en las mujeres. Aquellos, llorando
íntimamente, el final de un sueño: el de la
estupenda mujer que era como la síntesis misma de
todas las mujeres forjadas por la imaginación.
Para ellos, una frase, también, de Marilyn:
—Quisiera que debajo
de un cuerpo más o menos bien modelado, encuentren
a una actriz.
Para las mujeres, que
pudieron ver en ella a la gran enemiga, otras
palabras suyas resultaron la ligazón íntima,
indestructible, que perdurará más allá de su
muerte:
—Lo único que quise de
verdad, fue ser madre. Y Dios no lo ha querido...
Destino frustrado, sí.
Como marcada por un sino trágico desde la cuna,
Marilyn no pudo escapar al suyo. Inclusive, la
última película suya, la que no terminó, llevaba
un título que es toda una premonición: "Algo habrá
de romperse". ..
Y fue su vida, cuando
tenía 36 años, nada más...
LA FELICIDAD NO SE
ALCANZA
¿Qué son, en suma,
esos 36 años, vistos desde la ficha personal de
Norma Jean Baker, que así se llamaba realmente
Marilyn Monroe?
Nace en Los Ángeles,
el 19 de junio de 1926. Sus padres, no están
casados. Piensan legitimar la situación, al llegar
Norma al mundo. Pero él —inmigrante europeo, de
origen nórdico, murió en un accidente, sin que su
hija llegara a conocerlo, La mamá, empleada de un
estudio cinematográfico, no podía atender a Norma.
Y comienza, para ella, una etapa que marcó a su
alma definitivamente con dolor irremediable.
Doce hogares —doce
nada menos— van viéndola pasar, sin que nadie
quiera quedarse definitivamente con la chiquilla
rubia, pecosa, de inimaginable destino. Siempre en
familias pobres, pobrísimas. Luego, a los
orfelinatos, que recordó siempre con horror. Y
—esto es también inexplicable o trágica ironía—
mientras más difíciles son las circunstancias
económicas donde vive, en tanto se hace más
sombrío y tremendamente hostil el medio en que se
desarrolla, su cuerpo, como flor exótica en tal
ámbito, va tomando formas prodigiosamente bellas.
Sola. Siempre sola. Aunque la codicia comenzara a
rondarla, apenas adolescente.
—Para mi, la
alternativa era clara. Quería ser algo, alguien.
Es decir, quería
realizarse. Salir de ese aislamiento, de tanta
angustia, para vivir una vida diferente. Por eso,
seguramente, cuando tiene solamente 16 años, se
casa con un agente de policía: también él —Jim
Dougherty— se asoma a la vida. Y fracasan. Pero ya
está emancipada. Y la fábrica la acoge, como un
destino natural, irremediable.
LA HISTORIA DEL
ALMANAQUE
Luego —"tuve que vivir
como pude"— posa ocasionalmente para un fotógrafo.
Su caso, revela milagrosa fotogenia. Pasa
entonces, a ser modelo. Y un día esa foto que
recorre el mundo, que se muestra primero
furtivamente. Que pasa a ser lámina de un
almanaque.
Desnuda. Tal su sino.
Costará al mundo descubrir que bajo tal desnudez,
resulta punto menos que imposible, penetrar en la
enmarañada selva de sus sentimientos más íntimos.
Allí hay otra Marilyn Monroe. Noble. Profundamente
humana. Dotada de un también prodigioso talento
natural, que le permite alternar en todos los
ambientes, sin desentonar jamás.
Nadie la presiente
todavía. Y desde las carátulas de las revistas
—"Miss Pin Up", indiscutible, "Miss lanzallamas
1952", el paso al cine, es natural y lógico. La
fama le llega, con lo que cree es el amor. Joe Di
Maggio, famoso astro del baseball, es elegido por
Marilyn, cuando ya puede elegir entre
multimillonarios petroleros, príncipes del Viejo
Mundo, aristócratas de su propio país. Marilyn no
se traiciona. Joe no puede darle nada más que
amor, que es lo que ella pide. Lo único que
quiere.
Nueve meses después,
otro divorcio. ¿Ella? ¿El? Tampoco interesa.
Marilyn sabe que la felicidad, es difícil. (Luego
tendrá conciencia de que para ella al menos,
resultara inalcanzable).
Trabaja, desde
entonces, en lo que es la parte más brillante y
espectacular de su carrera. Irónico, también.
Cuando mayor es su fracaso personal, más grande es
su triunfo en el mundo entero. Se cultiva. Va al
"Actor's Studio", porque pretende algo más que
deslumbrar con sus encantos físicos. Cuando se
siente transformada, filma eligiendo temas. Y otra
vez, el amor.
Marilyn ha encontrado
en su camino a un hombre distinto. Diferente. Un
intelectual prestigioso, escritor de fama, alto,
muy poco cuidadoso de su atuendo. Feo, según la
opinión femenina. Arthur Miller la gana,
apasionadamente. Para quienes piensan que ella
absorberá al famosísimo autor, la sorpresa
posterior es más grande aún. Allí donde lleguen,
él es el astro. Y ella una humilde, una enamorada
mujer colgada de su brazo, que no habla, que no
opina. Que vive del reflejo de un hombre a quien
ama, pero también admira.
Dos veces, esperan a
un hijo. Las dos veces, Marilyn lo pierde antes
que el hijo nazca. Otras dos huellas imborrables,
en el corazón, en el alma, en el cerebro de la
estrella, que sabe que lo único que quiere le está
vedado.
Y tras "El
millonario", con Ives Montand, un episodio
extraño, donde Marilyn intentó quizás salvarse,
por última vez, por vía del amor. Se habló de
romance. Se tejieron mil fantasías. Lo único
cierto, de todo ello, es que poco después, Marilyn
y Arthur Miller, se divorciaban, en tanto Ives
Montand volvía a París, del brazo de Simone
Signoret, su esposa.
El frío intelectual de
grandes gafas, desgarbado, feo, se casó poco
después. Marilyn, para él, debió ser sólo un
episodio más. La estrella, ya notoriamente
ensimismada, con escasos contactos con el mundo,
comentó la boda.
—Le deseo a Arthur que
sea feliz. De él, aprendí mucho...
Fue encerrándose en si
misma, pese a los desesperados esfuerzos de Joe Di
Maggio, posiblemente el único que llegó a
comprenderla plenamente, por mantenerla junto al
mundo. Filmó una película más, que queda trunca.
Ya no salía de su casa sino por excepción. La
compañía, hace poco tiempo, demandó a Marilyn,
"echándola" de los estudios. Tampoco quiso hacer
comentarios. Sólo dijo esto:
—"Todo el mundo está
siempre tironeando de una. Todos parecen querer un
pedazo. Es como si quisieran arrancar un trozo de
una. No creo que tengan conciencia de lo que
hacen, pero es como si dijeran: "Haz esto, haz
aquello". Pero una quiere seguir siendo quien es,
lo que es, y continuar parada sobre sus pies",..
Estaba de regreso.
Había pasado por todas las instancias, desde la
infancia abandonada, sin hogar y sin amor, hasta
el encumbramiento que da el cine, inigualable. De
todo eso, de esos diez años rutilantes en que fue
el "caso" más brillante de Hollywood, no quedaba
sino su tremenda soledad.
—De toda la gente que
conocí desde que tengo memoria, una sola me amó
como yo esperaba. Se llamó Anna Lower, que tuvo
para mi la ternura de la madre que no tuve...
El domingo por la
mañana, cuatro horas después de que los médicos la
encontraran sin vida, cubierta por una manta, en
una camilla, un montoncito ya frío de carne,
Marilyn fue llevada a una agencia funeraria. Fue
cuando más cerca estuvo de quien más la amó, de
quien le dio ternura. Porque allí, enfrente, calle
por medio, está la tumba de Anna Lower.
Al menos en la muerte,
encontraba amor, ella que fue amada por todos,
quizás porque todos, hombres y mujeres, supieron
que junto a la más bella, a la más famosa,
indisolublemente unida, marchaba una muchacha sola
y triste, para quien la vida fue ciclo tras ciclo,
dolor y desencanto.
Que lo sepan quienes
sueñan con el destino estelar. La gloria a veces
lleva al dolor. Y a la muerte...
Recuadro en la
crónica___________
A NUESTROS LECTORES
LA DESAPARICION DE
MARILYN MONROE SIGNIFICA PARA EL CINE UNA DE SUS
PERDIDAS MAS DOLOROSAS. PERO LA ESTRELLA ERA, POR
ENCIMA DE SU CONDICION DE TAL, UNA MUJER EN CUYOS
36 AÑOS SE ENCIERRA UNA VERDADERA LECCION, UN
EJEMPLO CLARO Y PENOSO, PARA MUCHOS. INFANCIA SIN
AMOR, SIN CALOR DE HOGAR, AÑOS DE ORFELINATO,
LUCHA DRAMATICA Y LUEGO, EL TRIUNFO, QUE DESEMBOCA
EN SOLEDAD Y EN MUERTE. ESA VIDA, SEGUN DERECHOS
ADQUIRIDOS POR "RADIOLANDIA" CON EXCLUSIVIDAD EN
EE.UU. SERA NARRADA DESDE NUESTRAS PAGINAS, A
PARTIR DEL PROXIMO EJEMPLAR EN TRES CAPITULOS.
CADA UNO DE ELLOS. BELLO Y TRISTE, COMO LA PROPIA
MARILYN, CUYO TRAGICO FINAL, LLORAN MILLONES DE
HOMBRES Y MUJERES DEL MUNDO ENTERO.
Pie de fotos
-Este es el final de
la carrera más sensacional de Hollywood. A diez
años de su encumbramiento, Marilyn Monroe —ya
muerta— es sacada de su casa, rumbo a la
funeraria.
-En su lecho,
encontraron muerta a la estrella, en la madrugada
del domingo. Hacía varios días que no salía. La
mano, en el teléfono. Cerco, un frasco de píldoras
para dormir, vacío.
-Soledad, siempre
soledad en tu vida y también en la muerte. Ni una
sola persona junto a los despojos de Marilyn,
rumbo a su descanso definitivo. Sino de la más
famosa de las mujeres del cine, que la acompañó
desde la cuna.
-Este que indica el
dedo del policía, es el frasco de píldoras.
Víctima de una terrible perturbación nerviosa
—implacable el mundo hurgando en su vida
constantemente— Marilyn no resistió más. y se
rindió en plena fama a los treinta y seis años.
-Una belleza triste,
se dijo de ella. Triste siempre, si. Triste la
infancia sin hogar, pasando por doce casas, donde
no la amaron nunca. "Sólo una persona me dio
ternura de madre. Fue Anna Lower. El domingo,
estuvo cerca suyo. Anna está enterrada frente a la
funeraria donde fue llevado el cuerpo de Marilyn.
-Después de su
divorcio de Arthur Miller, pareció derrumbarse.
Joe Di Maggio, su segundo esposo, el único que
quizás comprendió la terrible soledad de Marilyn,
acudió a su lado, cuidándola solícitamente. No
logró, empero romper el cerco de silencio en que,
poco a poco, se sumía Marilyn, inexorablemente.
-Cuando filmaron
juntos Marilyn e Ives Montand, muchos creyeron ver
en ellos, algo parecido al amor. La película, fue
un éxito rotundo. Pero para Marilyn se quebró,
entonces, el último puente que había tendido hacia
la felicidad.
-Con Arthur Miller,
dos veces esperó un hijo. Lo perdió,
prematuramente, en ambas ocasiones. Luego, el
divorcio. Cuando Arthur se casó, Marilyn, dijo
sólo esto: "Le deseo sea muy feliz. De él, aprendí
mucho". Ni un reproche. Desde entonces, mayor
soledad que nunca. Y ahora, el final,
irremediable.
Revista Radiolandia
10.08.1962
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