Mágicas Ruinas
crónicas del siglo pasado

¿Sabin vs. Salk?
Polémica en torno a la eficacia de la vacuna antipolio oral.

En 1955, cuando Albert Sabin anunció al mundo el descubrimiento de una vacuna antipoliomielítica administrable por vía oral, la ciencia supuso que, finalmente, había logrado superar una de las mayores pesadillas que atormentaron a la humanidad durante siglos. El triunfal reinado de la Sabin oral (como se la bautizó) duró 26 años. En los últimos meses, sin embargo, su buena estrella se está apagando a la luz de una serie de comprobaciones que ponen en tela de juicio la verdadera eficacia de la vacuna.
Las dudas quedaron al descubierto en el Segundo Seminario Internacional sobre Vacunaciones en África, organizado en Dakar por la Asociación para la Promoción de la Mediana Preventiva. "Las reservas no se refieren estrictamente a la vacuna, que demostró su eficacia, sino a sus efectos secundarios, dijo Michel Rey, profesor de Patología Infecciosa en Clermont - Ferrand.
El descubrimiento de la vacuna antipolio permitió erradicar el fantasma de las periódicas epidemias de poliomielitis que asolaban al mundo y provocó una verdadera revolución en el campo de la medicina. Si la vacuna inyectable de Jonas Salk (1954) fue recibida como una bendición, la versión oral descubierta por Albert Sabin apareció como uno de los mayores logros científicos en toda la historia del hombre. El hallazgo de Sabin ostentaba claras ventajas sobre el de su antecesor: era menos traumática, sobre todo para los chicos, reacios a las inyecciones, y permitía hacer campañas masivas de vacunación, ya que unas gotas de vacuna Sabin sobre un terrón de azúcar eran suficientes para inmunizar al paciente contra el ataque del virus. Para dar una idea del cambio radical que introdujo esta vacuna basta con echar un vistazo a las estadísticas preparadas por la Organización Mundial de la Salud sobre reducción de la polio en el mundo: los 37.864 casos registrados en Estados Unidos en el periodo 1951-55 se redujeron a apenas 9 en 1978; Suecia y Japón (1.526 y 2.414 casos, respectivamente, entre 1951 y 1955) no registraron ningún enfermo de polio en 1978. En ese mismo año los ingleses anotaron sólo un caso, frente a los 4.831 que padecieron treinta años atrás.
"Esas estadísticas prueban la eficacia de la vacuna Sabin, cuyo empleo es, además, evidentemente fácil y sus precios de fabricación y administración mínimos reconoció Rey. Pero a pesar de esas ventajas, los científicos no ocultan sus temores frente a las consecuencias secundarias. Un reciente estudio realizado en Hamburgo (Alemania occidental) reveló que la vacuna Sabin provoca fuertes convulsiones en los bebés. Otro trabajo de investigación, en Estados Unidos, demostró que su aplicación provocaba parálisis más o menos frecuentes entre algunos niños o, misteriosamente, entre sus familiares cercanos: algunos padres enfermaron de poliomielitis 50 ó 60 días después de que sus hijos fueron vacunados. El estudio detectó, además, un sensible aumento de accidentes neurológicos vinculados a las campañas de vacunación masivas con vacuna Sabin. Holanda, único país del mundo que utiliza sólo la inyectable Salk, no registró ningún accidente de ese tipo y consiguió erradicar definitivamente la enfermedad.
"Es cierto que esos casos —unos 200 accidentes sobre millones de vacunaciones son casi irrelevantes. Pero se hubieran podido evitar adoptando las precauciones necesarias", dijo Rey. Por esa razón aconsejó, en Dakar, "comenzar la vacunación antipolio de los bebés con un producto inactivado (la vacuna Salk). De esa manera se eliminarán los riesgos que presentan las vacunas posteriores, que podrán ser realizadas, sin problemas, por vía oral."
Los estudios de Rey demostraron también que la eficacia de la vacuna Sabin se reduce en proporciones alarmantes en los países tropicales o semitropicales. "Su tasa de eficacia —explicó— es casi absoluta en los países de temperatura moderada. Las estadísticas revelan sólo un caso de polio residual cada 3 a 4 millones de vacunaciones. En cambio, en los países cálidos, la versión Sabin sólo protege a un 30 por ciento de quienes la reciben. Frente a ese alud de estadísticas, la mayoría de los científicos es partidaria de volver, progresivamente, a la vacuna Salk inyectable.
"La vacuna inyectable —explicó el propio Jonas Salk durante el coloquio de Dakar— tiene la ventaja de que jamás provocó accidentes. Algunos sostenían, erróneamente, su falta de eficacia en algunos bebés. Esa afirmación, nunca demostrada, en todo caso dejará de ser cierta a partir de ahora"
Es que Salk acaba de inventar una nueva vacuna que tendrá una eficacia de 60 a 80 por ciento entre los bebés y chicos a partir de la primera inyección. El nuevo producto, (vacuna Salk reforzada) "asegurará una inmunidad del 100 por ciento a partir de la segunda inyección. Estas dos dosis reemplazarán a las 4 ó 5 inyecciones que es necesario administrar ahora. Su precio —alto para muchos países— llevó a los científicos a proponer una solución intermedia: una primera dosis inyectable de vacuna Salk reforzada en los menores de un año. Las restantes administraciones podrán hacerse vía oral con la vacuna Sabin, sin ningún riesgo. "Ese equilibrio entre los dos sistemas permitirá eliminar definitivamente la poliomielitis en todo el mundo en un plazo de 10 a 15 años concluyó Rey.
Carlos Mutto
SOMOS 6/3/81

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