LOS SOMOZA: UNA FAMILIA EN APUROS
EL ASESINATO DEL PERIODISTA OPOSITOR PEDRO JOAQUIN CHAMORRO DESATO UNA OLA DE VIOLENCIA EN NICARAGUA QUE AMENAZA TERMINAR CON EL PODER DINASTICO DE LOS SOMOZA, EN MEDIO DE PRESIONES INTERNAS Y EXTERIORES CONTRA 43 AÑOS DE REINADO ABSOLUTO.

Cuando los tiros hicieron trizas las ventanillas y parabrisas del auto del periodista Pedro Joaquín Chamorro y terminaron con la vida del mayor opositor al gobierno de Nicaragua, para muchos había comenzado la cuenta regresiva del poder de un imperio familiar como no ha tenido igual en la historia de América latina: el de los Somoza. Hace 43 años que la familia Somoza es dueña del poder en Nicaragua. El poder político, el poder militar, el poder económico, las relaciones internacionales. Hoy el general Anastasio Somoza, presidente, capea el mayor temporal opositor de casi medio siglo de reinado familiar. Pero tantos nombres confunden. Y lo mejor es contar la historia desde el principio.

LOS SOMOZA REYES
Corría el 1840. En Nicaragua había un pueblo llamado San Marcos, y en San Marcos dos hermanos muy distintos. Anastasio Somoza Reyes, dueño de una gran finca tabacalera y muy rico, que no intervenía en la política de su país ni lo necesitaba.
Tenía un hermano mayor, Pedro Somoza Reyes. Pedro era bandolero de profesión. A veces llegaba a San Marcos con sus veinte hombres, bajaba del caballo y Anastasio salía a abrazarlo.
Una escena cualquiera del 1904 podía mostrar a Pedro contando sus aventuras a su hermano Anastasio, ante la mirada atenta y maravillada de un chiquitín de 10 años, su sobrino. Ese chico era Anastasio Somoza García. Le decían "Tacho".

LA VIDA DE "TACHO" SOMOZA
Nació el 1º de febrero de 1896. Viajó a Estados Unidos y se recibió de perito mercantil en la Pierce School, de Filadelfia.
Regresó a Nicaragua y se dedicó al comercio con un capital otorgado por su padre. Se casó con Salvadora Debayle, hija de Luis H. Debayle, un médico de gran prestigio social. Tuvieron tres hijos: Luis, Anastasio y Lilián.
Pero antes de seguir con la vida de "Tacho" conviene hacer un paréntesis histórico.
En 1912, el presidente conservador Adolfo Díaz pidió ayuda militar a los Estados Unidos al estar acosado desde dos frentes: el grupo de militares liberales que propiciaba su derrocamiento y los ataques armados de los grupos que respondían al general nacionalista César Augusto Sandino, que propiciaba que Nicaragua rompiera relaciones con Estados Unidos.
Estados Unidos envió 2.700 infantes de Marina que se quedaron en Nicaragua 6 años luchando contra las fuerzas sandinistas y las empujaron a las costas selváticas de Septentrión. Antes de retirar los infantes, la Unión creó y asesoró militarmente a una Guardia Nacional de 5.000 efectivos.
"Tacho" se afilió al Partido Liberal e ingresó, con grado de coronel, a la Guardia Nacional.
En 1925 estalló la guerra civil. El general Emiliano Chamorro se alzó en armas contra el presidente constitucional Carlos Solórzano. Su vicepresidente, Juan Bautista Sacasa, tío de "Tacho" Somoza, prepara con éste una contrarrevolución. Estados Unidos vuelve a ocupar Nicaragua y logra el cese del fuego. Al retirarse las tropas norteamericanas, los oficiales proponen al ya general Anastasio "Tacho" Somoza como jefe de la Guardia Nacional.

EL PODER Y LA MUERTE
Como jefe total de la Guardia Nacional, "Tacho" Somoza era el hombre fuerte de Nicaragua. En la década del '30 la ganancia anual de los Somoza fue calculada en 1 millón de dólares y las propiedades rurales en un centenar de estancias con ganado y otro tanto de fincas tabacaleras que, sumadas a compañías navieras, fábricas de cemento y explotación forestal, sumaron un capital de 500 millones de dólares.
Desde 1951 a 1956 gobernó Nicaragua como hombre fuerte.
El 21 de septiembre de 1956, "Tacho" Somoza y su esposa Salvadora van a una fiesta popular en la Casa del Obrero, en el departamento de León. El presidente se prepara para bailar un cha-cha-cha y camina hacia el amplio patio de baldosas rojas y blancas. Tiene el torso rígido por el chaleco antibalas, pero no le impedirá bailar su ritmo preferido. Habrá otro impedimento más grave. El de un hombre flaco, de pelo negro, que viste un pantalón marrón y una camisa blanca y que corre por el patio, se abraza a "Tacho" y le mete el caño de su revólver calibre 38 por debajo del chaleco protector. Le dispara dos tiros en el abdomen y luego se aparta y lo hiere en un brazo y en una pierna. Los últimos dos tiros fueron al techo porque el atacante ya caía bajo los disparos de los guardaespaldas de Somoza. Tras ocho días de internación y dos operaciones, "Tacho" murió sin que se pudiera hacer más.
Lo había matado el nicaragüense Rigoberto López, de 28 años, quien vivía en El Salvador como comerciante y periodista y hacía viajes periódicos a Managua con documentación falsa. Era militante izquierdista.

LA VIDA DE ANASTASIO "TACHITO" SOMOZA
Cuando "Tachito" se hizo cargo formalmente del poder en Nicaragua, la familia ya era dueña de la Línea Aérea Lanica. de la empresa Mundial de navegación, de la compañía Concretos Pretensa-dos, que vende el cemento para toda obra pública o privada que se hace en el país y otras 20 empresas de distintos rubros, además de 550.000 hectáreas de tierra cultivada. Las minas de oro y plata fueron estatizadas y son manejadas por los Somoza, que también tienen el más absoluto monopolio de la explotación forestal y ganan un tanto por ciento de cada operación bancaría al otorgar una zona franca en el aparato económico del país a bancos y financieras extranjeros.
Somoza III está bastante enfermo del corazón. No hace mucho estuvo internado en el Miami Heart Institute y muchos creen que "Tachito", que ahora tiene 52 años, prepara la sucesión presidencial para su hijo Anastasio, de 28 años o para su hermanastro, el general José Somoza, hijo de "Tacho".
En Managua, la mayor parte de sus 600.000 habitantes leen todas las mañanas "Novedades", el diario de la familia, que se encarga de publicar información puramente oficialista. El diario opositor permitido es "La Prensa", que dirigía Chamorro, el periodista asesinado.
Al general Anastasio Somoza Debayle le llaman "El Lobo Solitario". Dista mucho de ser jactancioso y exuberante, como lo fue su padre. Por el contrario, vive muchas horas del día en su finca de la residencia presidencial de "El Retiro", fuertemente custodiada por soldados de la Guardia Nacional y en cuyos jardines, en carpas, sesionan el Estado Mayor y las oficinas militares. "Tachito" controla todo, absolutamente todo.
Con su esposa Hope se refugia a oír música y por su situación de cardíaco es muy prudente para comer y tomar.
EDUARDO J. PAREDES

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EL TRONO Y LA CEGUERA
por MARIANO OVEJERO
Los tiempos son distintos y no podría ser de otra manera. Pero para quienes se engolosinan con el poder y retozan en él como en una gran pileta de fortunas, negocios, mando absurdo y excesos de toda índole, la historia es siempre la misma y los tiempos no cambian. Se equivocan.
El conflicto interno de Nicaragua muestra en la faceta actual una novedad que tiene contorno de diagnóstico. Por primera vez en cuatro décadas se produce una alianza táctica entre derechas e izquierdas contra el régimen del general Anastasio Somoza, "Tachito", un dictador cubierto de pámpanos constitucionales pero tan autócrata como lo fue su padre, "Tacho" Somoza, muerto a tiros por un izquierdista de 28 años en 1956.
En Nicaragua, la paz interna siempre se impuso a fuerza de bayonetas y contra las intentonas izquierdistas del sandinismo. Los conservadores siempre aborrecieron a los Somoza y su dinastía, pero los preferían a una aventura pro castrista.
Ahora, en cambio, las esposas de los opositores conservadores salen a batir cacerolas, sus hijos se atrincheran en la Universidad junto a los marxistas.
En definitiva, ni los conservadores nicaragüenses verían con agrado un triunfo bélico del sandinismo ni la guerrilla izquierdista aboga por que se vayan los liberales para que lleguen los conservadores. Pero ahora han juntado esfuerzos para voltear a Somoza. Después habrá tiempo para discutir por el poder.
De todas formas, el único en Nicaragua que no vio que los conservadores de hoy no son iguales a sus abuelos fue Somoza. Con la misma ceguera de Rojas Pinilla en su intención retornista en Colombia o Pérez Giménez en Venezuela o —no hay que caer en eso de la paja en el ojo ajeno— Perón en Buenos Aires, cuyo sentido de la omnipotencia le hacía creer que retando a los extremistas como a chicos de escuela conseguiría que no pusieran las bombas que él había tolerado y hasta alentado.
El volcán político de Managua es uno de los últimos vestigios en América de la raza de dictadores providenciales. Tampoco el esquema democrático tradicional o demoliberal pasa por sus mejores momentos, pero en la mayor parte del mapa se observan intentos de afianzamiento político que no tienen nada que ver con el nepotismo o la herencia familiar del trono mayor. Los esfuerzos de América latina son por la búsqueda de una identidad que no pueden perfilar ni Castro ni Somoza. Es otra cosa. Es la línea del pragmatismo para revertir el atraso sin ser pasto fácil del marxismo. Con errores o sin ellos, América latina busca salir del estancamiento y le está costando bastante sangre y sacrificios. "Tachito" ni se ha enterado.
De todas maneras, podría aventurarse que si el imperio de los Somoza llega a su fin, la suerte del país estará en manos de la generosidad de liberales y conservadores para olvidar luchas fratricidas y conseguir la unión nacional. De la guerrilla sandinista no se puede esperar nada. América ya conoce sus intenciones.

Revista Gente y la actualidad
09/02/1978

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