Mágicas Ruinas
crónicas del siglo pasado

Vietnam, hoy
En Vietnam las gestiones de paz no impiden se siga luchando ferozmente. El balance de esta sangrienta guerra arroja casi medio millón de muertos en el campo de batalla.

Otras referencias
♦De los 511.000 soldados norteamericanos, alrededor de 180.000 están en líneas de avanzada. E1 resto se ocupa en tareas de enlace, abastecimientos y servicios varios. Los soldados surviétnamitas destinados al frente suman unos 497.000.
♦Los norvietnamitas y los guerrilleros comunistas disponen de unos 190.000 soldados en las zonas de combate y otros tantos están dispersos en el país y a lo largo de las fronteras. En Vietnam del Norte hay 400 mil hombres en pie de guerra.
♦Si se tienen en cuenta los soldados residentes en Thailandia (40.000), en Laos (6.000) y en las otras bases del océano Pacifico (270.000), las tropas norteamericanas establecidas en el Asia oriental totalizan más de 800.000 hombres.
♦Hasta el 23 de marzo pasado murieron en Vietnam 24.000 norteamericanos y 124.000 habían sido heridos. Las bajas survietnamitas hasta esa fecha eran de 57.000 hombres. Los norvietnamitas y el Vietcong, por su parte, sufrieron 317.000 muertos. Los civiles asesinados o saqueados llegaban a 35.000 mil y no hay cifras de las innumerables víctimas de los bombardeos efectuados sobre ambos Vietnam.
♦Hasta el presente los norteamericanos perdieron 2.000 aviones y 1.500 helicópteros.
♦Estados Unidos lleva invertidos en la guerra el equivalente de unos 30 billones de pesos.
♦Los aviones norteamericanos han lanzado sobre Vietnam del Norte cerca de dos millones de toneladas de bombas. El promedio establece 15 toneladas de explosivo por kilómetro cuadrado.
♦La potencialidad bélica de China Popular descansa en más de 2 millones y medio de hombres bajo bandera y unos 12 millones de milicianos reservistas. Su fuerza aérea posee 2.500 aviones, 200 de los cuales son bombarderos. Dispone de 30 bombas atómicas de 200 kilotones cada una. También está armada con misiles de 300 millas de alcance y experimenta, en una etapa avanzada, proyectiles de largo alcance.

LOS DOS VIETNAM. Ocupan, en el extremo asiático, una franja costera de 329.556 kilómetros cuadrados, con una población de 35 millones de habitantes (19 millones en el Norte, 16 millones en el Sur). Sobre el mapa de la República Argentina —a la derecha— se compara la superficie total de ambos Vietnam (en amarillo). El paralelo 17, que divide a ese territorio en dos estados, sirve, además, de punto de referencia para los aviones de bombardeo de los Estados Unidos: por decisión del presidente Johnson, los ataques no podrán extenderse más de 320 kilómetros por encima de esa línea.

Ruta de los bombarderos B-52 norteamericanos, desde Guam a Hanoi. Distancia: 3.600 kilómetros. Los B-52 desarrollan una velocidad superior a los mil kilómetros por hora.
Ruta de las naves mercantes de Japón, Australia y Estados Unidos. Entre la costa occidental de EE. UU. y Vietnam distan, aproximadamente, unos 13.000 kilómetros. Tiempo de navegación: casi tres semanas.

Ruta de navegación de buques que trasportan armas y soldados de Nortvietnam a Survietnam. Otros pertrechos comunistas llegan a Camboya, por mar, a través del océano Indico; 150 buques soviéticos aseguran el abastecimiento de Hanoi, a razón de 6.000 toneladas diarias.

Línea de marcha de guerrilleros comunistas hacia Survietnam. A lo largo de la carretera Ho Chi Minh, 6.000 hombres por día (término medio en los últimos seis meses) se dirigen al sur.

Bases norteamericanas que conforman el cinturón de seguridad de Asia oriental. En esas bases se alojan 270.000 soldados norteamericanos.

Principales bases norteamericanas en Vietnam del Sur y estados vecinos. En Thailandia, los norteamericanos poseen una base aérea provista de 600 aviones.

Bases norvietnamitas y del Vietcong en países vecinos.
Aeropuertos y bases de misiles en Norvietnam y China comunista.
Los norvietnamitas cuentan con 480 misiles SAM de fabricación soviética.

Bases británicas en Malasia y Singapur. En 1971 las tropas Inglesas (52.000 hombres) serán repatriadas.

Zonas dominadas por los norvietnamitas, el Vietcong y guerrilleros comunistas locales.

FUERZAS NORTEAMERICANAS, SURVIETNAMITAS Y ALIADAS, EN LINEAS DE AVANZADA:
O 20.000 hombres O 10.000 hombres □ 5.000 hombres
FUERZAS NORVIETNAMITAS Y DEL VIETCONG, EN LINEAS DE AVANZADA:
O 20.000 hombres O 10.000 hombres O 5.000 hombres

______________________
FLOTA SOVIETICA pera en el Pacífico y la integran 750 naves, entre las cuales hay por lo menos 6 acorazados provistos de misiles SS-N-3, con alcance de 200 millas, 50 cazatorpederos, 150 torpederos, un centenar de submarinos (15 atómicos, con misiles de 1.500 millas de alcance) y una cantidad no determinada de naves espías.
_______________________________________
VII FLOTA DE ESTADOS UNIDOS Se compone de 172 buques, incluidos tres portaaviones y un número no determinado de submarinos dotados de misiles Polaris con alcance de 2.850 millas. En julio se le unirá una nueva nave de guerra, el New Jersey. La VII Flota cuenta con 700 aviones y una tripulación global de 40.000 hombres.

_________________

Casi todas las guerras recientes terminaron con un armisticio, al cual sucedió una paz más o menos difícil; en algunos casos, la paz ni siquiera se ha firmado. Es decir, primero se dejó de combatir y después las partes llegaron a un acuerdo sobre los problemas generales que aportaban el armisticio y la victoria de una de ellas.
En Vietnam ocurrió exactamente lo contrario. Washington y Hanoi, en rápida sucesión, manifestaron su voluntad de ponerse de acuerdo, pero en el ínterin, aunque sea con menor intensidad, no cesaron de disparar sus armas. Sin embargo, es algo similar a lo ocurrido en Corea, único precedente de ese tipo, donde las batallas más encarnizadas se entablaron durante el período de casi dos años en el que se desarrollaron las negociaciones de paz.
Si las conclusiones de las dos guerras se asemejan, es porque las dos fueron bastante similares; en ambas, Estados Unidos fue atraído a un terreno de lucha cuidadosamente elegido por el adversario. El probable fin de las hostilidades, en ambos casos, llega en el mismo momento en que Estados Unidos toma conciencia del error cometido y de la imposibilidad práctica de darle una solución. La renuncia de Johnson a presentarse en las próximas elecciones de noviembre tiene un significado esencial: durante un año su política se orientó hacia una escalada que debía conducir a la victoria. Por el contrario, Estados Unidos se enfrentó a la condición límite de sus posibilidades técnicas y militares.
El hecho de que Hanoi haya dado una respuesta afirmativa a las propuestas norteamericanas podría dar por descontado un rápido fin del conflicto. Pero dos mil años de historia enseñan que se llega a la paz cuando ya no se puede hacer la guerra, y veinte años de guerra fría revelan que estos "conflictos localizados" representan algo muy preciso: son válvulas de escape que las grandes potencias usan para dirigir hacia zonas de menor interés sus excesos de energía, o termómetros que permiten evaluar, con riesgos delimitados, la potencialidad del adversario. Cabe preguntarse si el doble consentimiento ante la paz, norteamericano y nor-vietnamita, se produce verdaderamente en una situación definida en la que ambos enemigos agotaron sus posibilidades.
La de Corea fue todavía una guerra de infantería, y ese país era una dependencia de Japón. Para Estados
Unidos resultaba relativamente fácil mantener en la parte meridional de la península un cuerpo expedicionario no excesivamente costoso, que garantizara efectivamente la posesión de la zona, a media hora de vuelo de las bases japonesas. Los coreanos del norte no podían pensar jamás en organizar un esfuerzo militar semejante o desarrollar una guerrilla que no habría tenido ninguna posibilidad de sobrevivir, dadas las condiciones geográficas del país y el tipo de población.
Pero en Vietnam estas condiciones no se registran. Las bases de apoyo norteamericanas están demasiado lejos, y la posesión del terreno se limita a algo más de una docena de ciudades y bases militares: el país entero está fuera de la posibilidad de ser ocupado y también de todo control militar. Largas gestiones de armisticio, la natural merma de las ofensivas aéreas, empeorarán ciertamente la situación, en tanto que medio millón de norteamericanos estén en pie de guerra en el sur del país. Son demasiados soldados para permanecer indefinidamente fuera de los confines naturales de Estados Unidos. En realidad, hablar de paz en Vietnam significa olvidar del todo el porqué de la guerra y las características que las guerras locales tuvieron hasta el momento. Si Hanoi accede al requerimiento de paz puede ser sólo por dos razones: porque tiene necesidad de paz o porque la paz entra en sus objetivos futuros tanto como la guerra.
En el hecho de que Hanoi tenga necesidad de paz están puestas muchas ilusiones. La escalada norteamericana se apoyaba sobre este supuesto. Parecía que incrementando indefinidamente el esfuerzo el adversario accedería, destrozado por la guerra. El resultado fue la ofensiva del Tet (año nuevo solar), que no sólo redujo a los norteamericanos a la pura posesión territorial de algunas bases, sino que demostró una vitalidad y flexibilidad del enemigo muy distintas de las imaginadas por el general William Westmoreland y su servicio de informaciones. Pero tampoco hay muchas razones para creer que después de una gran victoria, por lo menos táctica, Hanoi haya logrado condiciones materiales y morales para que la guerra concluya.

Problema sin solución
Es justo agregar algo sobre las razones que llevaron a Estados Unidos a renunciar a la prosecución del conflicto armado. Se acusó al comando norteamericano de haber hecho las cosas "muy tarde y limitadamente", de haber enviado trescientos mil hombres cuando eran necesarios medio millón, y medio millón cuando se necesitaba uno. Ninguna acusación es más injusta que ésta. Algunos consideran que otro comando u otras decisiones habrían resuelto antes y mejor el problema, es decir, que el problema vietnamita tendría una solución militar. Por el contrario, el conflicto no la tiene, como no la tenía el de Corea.
Esta característica especial del conflicto vietnamita, como la del coreano, no sólo se da en función del terreno o de la lejanía de las bases, sino también de los aspectos técnicos de las fuerzas armadas norteamericanas. Ellas disponen de una serie de servicios logísticos que no tienen igual en ningún otro ejército del mundo. Faltan datos precisos, pero se puede calcular que se necesitan diez hombres en retaguardia para que sobreviva uno con fusil. Cierto tipo de divulgación técnica permitiría suponer que, después de todo, el soldado con fusil ya no está de moda. Pero Vietnam demuestra exactamente lo contrario: es posible que una colina, hoy, con los medios actuales, pueda ser tomada por la mitad de los hombres que eran necesarios durante la guerra mundial. Pero un cierto número de hombres siempre es indispensable. Hay muchísimas colinas, caminos y selvas en Vietnam; por lo tanto, se necesitan muchos soldados con fusil.

Hambre de abastecimientos
Durante bastante tiempo los norteamericanos creyeron que no había necesidad de ocupar todas las colinas, los caminos y las selvas de Vietnam; y el convencimiento fue total cuando advirtieron que sus fuerzas no eran suficientes. Pensaron que su aviación estaba preparada para detectar y paralizar todo movimiento sospechoso, que sus radares descubrirían eficazmente cualquier movimiento en el campo enemigo, que su concentración de fuerzas en las grandes ciudades permitiría garantizar el control del resto del país. Pero no fue así. El comando norteamericano debió advertir que diez hombres con un lanzallamas, infiltrándose de noche entre grupos demasiado dispersos, pueden conquistar un territorio inmenso por la simple razón de que un grupo de defensa no puede hacer otra cosa que defenderse.
Parecería lógico, a! llegar a este punto, el envío de más hombres armados con fusiles. Habría que duplicar el número actual, pero según los críticos esto no serviría de nada: los norvietnamitas cambiarían de táctica y no lanzarían ofensivas gigantescas, para continuar con la guerra "hormiga". Por otra parte, los 511 mil hombres que se encuentran en Vietnam, junto a los aliados sureños, requieren casi tres millones de toneladas mensuales de abastecimientos. El vientre de la guerra tiene un hambre insaciable e inimaginable: los dos mil millones de cartuchos de fusil y ametralladora disparados el año pasado se acercan al peso de dos millones de toneladas y a la carga de 200 barcos. Además es necesario el envío de víveres, materiales de construcción, armas, repuestos, medicinas e innumerables toneladas de bebidas sin alcohol.

Sensación de impotencia
Todas estas mercancías llegan por mar, comenzando por el río de petróleo y nafta que alimenta la guerra, y una gran flota, la VII, las protegen por turnos con un esfuerzo no menos gigantesco por ser ignorado. Pero las naves tienen que atracar en los puertos y éstos resultan —en muchos casos— inseguros. Y la navegación puede ser obstaculizada por una serie de medidas como las que adoptó el comando norvietnamita en la última ofensiva. De esta manera, los "muchos fusiles" del Vietnam agravarían una situación insostenible. Los medios y las posibilidades pueden cambiar con el tiempo, pero no la situación de fondo: las guerras coloniales (Indochina, Argelia) siempre presentaron este desagradable aspecto de solución frustrada de un problema y arrastraron a las potencias intervinientes al más grave pecado político que pueda sufrir nación alguna: la sensación de impotencia.
El relevo de Westmoreland y el retiro de Johnson dan una clara indicación del peso que tuvieron estas dificultades militares sobre la valoración de toda la situación. Pero en la paz como en la guerra, al igual que en el matrimonio, ocurre que las desgracias son dobles: los próximos meses nos dirán si las dificultades norteamericanas, consecuencia de antiguas decisiones, ya desestimadas, están a punto de terminar, o apenas comienzan.

Revista Siete Días Ilustrados
14.05.1968

ir al índice de Mágicas Ruinas

Ir Arriba