Mágicas Ruinas
crónicas del siglo pasado

Procesos
Los acusados se vuelven acusadores

La semana pasada, luego de descansar algunos días en una localidad del Gran Buenos Aires, el juez Héctor Rojas Pellerano regresó a su despacho de la Capital Federal. A los quince minutos comenzaba el estudio de una demanda que ya promete convulsionar los pasillos tribunalicios: la querella iniciada por Pedro Vecchio contra dos matutinos y dos vespertinos por supuestas injurias y calumnias.
Vecchio, un comerciante de 50 años, centralizó la expectación pública en el resonante caso de Norma Mirta Penjerek (ver PRIMERA PLANA Nos. 45, 46 y 47). cuyo asesinato parece reposar sobre una especie de noche oscura judicial.
Dos procesos en La Plata —uno por corrupción y otro por homicidio— y una causa abierta en Buenos Aires a cargo del juez Miguel Florentino del Castillo, por rapto, son los rastros forenses que dejó el caso de Florencio Varela. En los procesos platenses Pedro Vecchio salió en libertad: "Sobreseimiento definitivo" en la causa de corrupción y "por falta de méritos" en la de homicidio.
Hace tres semanas, los abogados Julio H. Papurello y Guillermo Suaya presentaron una demanda por 17 millones de pesos, reclamados por Vecchio a Ricardo Peralta Ramos, de La Razón, Oscar Ruiz v Héctor García, de Crónica, Roberto J. Noble, de Clarín, y Armando Ramos, de El Mundo. Al mismo tiempo, y ante el juez González Bonorino, secretaría Cámpora, Papurello presentó otra demanda en nombre de Fabricio Pelegrino Mucci, también mezclado en el caso. Con las dos querellas contra el periodismo de Buenos Aires, las reclamaciones totalizaron 40 millones de pesos.
El juez Rojas Pellerano (42 años, casado, 3 hijos) "tiene que estudiar de nuevo todo el asunto Vecchio-Penjerek", según confidencias de círculos allegados al magistrado porteño. "Es decir —acotó un funcionario— que el asunto puede convertirse en un boomerang. Pedir los procesos a La Plata, interiorizarse de ellos, saber luego con claridad si los diarios imputados han cometido delito de calumnias e injurias o no, significará poner en marcha un largo mecanismo, tan imprevisible en resultados como en tiempo."

Idas y venidas
La demanda, en efecto, puede demorar de tres a cinco años en sustanciarse, según las opiniones consultadas. El abogado Papurello (acérrimo enemigo de las fotografías y de cualquier tipo de publicidad) respondió casi ácidamente cuando se le preguntó en qué quedaría la demanda: "Pregúnteme mejor qué número va a salir en la lotería." Para el huidizo defensor del comerciante de Florencio Varela, todo el proceso Vecchio "ha sido una fuente de amarguras. Además, yo no cobré un centavo".
Como en el abogado, en Vecchio también se rastrean las peripecias sufridas: "Todo ha sido una infamia", dijo con la voz entrecortada, casi inaudible. Pero el optimismo sube de nuevo a su rostro cuando se refiere a la demanda contra los diarios de Buenos Aires: "Aunque yo no reciba un solo peso, esta causa dejará bien en claro cómo ha actuado el periodismo."
Las cincuenta fojas del único cuerpo del proceso, consultadas la semana pasada por PRIMERA PLANA, descubren que el juez ordenó las primeras audiencias de conciliación con las partes demandadas en el juicio.
Sin ningún remedio, todas fracasaron por ausencia de los interesados. Al enviarse la citación, Peralta Ramos y Roberto J. Noble se encontraban en Europa. García se hallaba en Milán, cubriendo la información del partido Independiente-Inter para su vespertino.
Por otra parte, Armando Ramos se excusó ante el juez Pellerano porque en la época aludida por el demandante Vecchio, el director de El Mundo no era él, sino Carlos González Fernández. De manera que en el caso de este matutino, el magistrado se ha dirigido ahora al directorio de la empresa para que designe un responsable.
Hasta el viernes pasado, el juez Pellerano no había decidido aún si tomaría indagatoria o citaría a nuevas audiencias de conciliación, las que previsiblemente fracasarían por las chicanas de los diarios imputados.
Entretanto, en La Plata, el abogado Raúl Samatán (un canoso y elegante ex juez del crimen en la provincia, que es considerado como uno de los profesionales más prestigiosos y dinámicos del foro provincial) reiteraba una vez más los argumentos esgrimidos en su tenaz defensa de Pedro Vecchio hace ya más de un año.
Apenas deprimido por lo que considera "la existencia de un espíritu declinante en la moralidad argentina", Samatán estima que, de todos modos, la demanda contra el periodismo de Buenos Aires surtirá efectos beneficiosos. "Es lamentable —concluyó el severo abogado— cómo se manejó el increíble caso de Pedro Vecchio. Hasta la misma Corte Suprema de Justicia de la Nación habló de la opinión pública como factor de presión."
Opinión pública que la semana anterior creía reencontrarse con los turbios destellos de uno da los hechos jurídico-policiales más comentados del siglo.
En todo este largo proceso Vecchio-Penjerek, tal vez a los diarios les cabría una sola defensa: el haber dado crédito a una persona que promovió, vaya a saberse por qué causas y motivos, todo el resonante asunto.
Se trata de María Mabel Sisti, una mujer de 24 años, cuya única intención parecía la de consumar una venganza sobre Vecchio, a quien acusaba de haberla explotado varios meses antes de producirse el escándalo.
La Sisti, catalogada más tarde como "mentirosa profesional" por muchos de los policías que habían creído en sus cargos, fue el motor que realmente impulsó el proceso, cerrado luego sin pena ni gloria por la justicia bonaerense.
Fue ella quien formuló las graves acusaciones contra el zapatero de Florencio Varela y el estudiante porteño Fabricio Pelegrino Mucci, de 24 años, que ahora sigue los pasos del semi optimista Vecchio, por lo menos en lo que respecta a "demandas".
De los testimonios de esta mujer —curiosamente filtrados a través de una espesa maraña de internos intereses policiales— surgieron todas las premisas periodísticas. Hoy, los asesores legales de las cuatro empresas acusadas por el dúo Vecchio-Mucci desesperan en la búsqueda de un matiz legal que certifique, como mínimo, la buena fe de los periodistas lanzados como sabuesos sobre el extraño caso.
3 de noviembre de 1964
PRIMERA PLANA

más sobre el caso Penjerek en https://www.google.com/search?client=firefox-b-d&q=penjerek+site%3Amagicasruinas.com.ar

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