Mágicas Ruinas
crónicas del siglo pasado

autódromo maggiolo
Autódromo Maggiolo
Bandera de largada


EL CLIMA INESTABLE POSTERGÓ LA INAUGURACIÓN DEL AUTÓDROMO DE MAGGIOLO, DISPUESTA PARA EL 27 DE ABRIL CON UNA PRUEBA PARA FÓRMULA 1 SIN EMBARGO, LAS OBRAS CONTINÚAN CON RAPIDEZ Y SE ESPERA CONCLUIRLAS EN POCO TIEMPO. GENTE DEL ATLÉTICO DE MAGGIOLO Y ELOGIOS PARA LA CADAD.

autódromo club maggioloCUANDO en Fortín Loreto apareció el ferrocarril en 1892, muchas de las tierras de los colonos allí radicados se vieron seccionadas por el progreso. Don Felipe Maggiolo no protestó. Prefirió negociar. Cambió el nombre del pueblo por la tierra necesaria para levantar la estación. Fortín Loreto pasó a llamarse Maggiolo, la misma histórica población que hoy, con sólo dos mil desperdigados habitantes, es feliz propietaria de un autódromo.
Sí, un autódromo: la obra anhelada y, la mayoría de las veces, imposible de muchas ciudades más grandes e importantes que la pequeña Maggiolo. No hay otra cosa para destacar allí. Sin embargo, detrás de ese caserío viejo y humilde se esconde un tremendo poderío económico, que se extiende más allá de los cercanos límites del pueblo.
Con seguridad que en 1915 los fundadores del Club Atlético Maggiolo ni soñaban con que alguna vez se correría en autos. Tampoco imaginaron la insolencia de sus descendientes que pusieron en práctica la alocada idea de construir una pista. Porque en el seno de esa entidad, donde desde hace 20 años todos los lunes se reúnen los directivos a comer y jugar truco, se gestó el ambicioso proyecto que muchos creyeron imposible. Esa gente entendió que si sólo una carrera destacaba en el mapa a su ciudad, había que devolver el promocional favor. Encontraron la mejor forma de darle al país y a Santa Fe un nuevo autódromo.
Las obras comenzaron el año pasado y “Autódromo Maggiolo S.A.", como se denomina el grupo propietario, esperaba terminarlas para fin de año y concretar su segunda carrera de F 1. No pudo ser. Realizar algo así está supeditado a muchísimos factores imprevistos. Uno de ellos es la variación del clima. La inclemencia del tiempo postergó una vez más la inauguración del autódromo, y el 27 de abril no habrá carrera.
Mientras, hace unas semanas, recorríamos la pista, Ero Borgogno, quien está a la cabeza de las obras de pavimentación, explicaba que el tipo de asfalto usado tarda entre 20 y 25 días para fraguar, siempre que haya buen tiempo.
El autódromo, algo más de 3.100 metros, 7 curvas y 6 rectas, tiene un trazado muy veloz e interesante, pero, sobre todas las cosas, aparenta seguridad. Este aspecto ha sido contemplado con detenimiento: hay treinta metros desde el borde de la calzada hasta el talud de tierra que servirá como natural “guard-rail”, y seis metros desde éste hasta el alambrado, detrás del cual se ubicará el público mientras no haya tribunas. En la actualidad, la primera capa, de 6 centímetros de espesor, está lista en todo el recorrido y de la segunda, la final, se cubrieron 1.400 metros.
También se está levantando la torre de control, que será octogonal, para permitir una visión completa. Los boxes aún no se comenzaron porque se estudia su ubicación ideal.
AUTOMUNDO departió con los dirigentes Miguel Ángel Aguirre, Héctor y Raúl Aldasolo, Esteban Drincovic y Eduardo Mackey; hay mucha fe en el futuro y esperanza para terminar pronto la pista, lo que está subordinado a las condiciones climáticas. En cuanto a la nueva fecha de carrera, piensan que la CADAD podrá otorgarles alguna que quede libre de las anunciadas en circuitos semi-permanentes. El autódromo de Maggiolo no es una promesa vana ni un proyecto lejano.
Revista Automundo
8/4/1969
 
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