Mágicas Ruinas
crónicas del siglo pasado

casiana ahumada
Reportaje a Casiana Ahumada
Casiana Ahumada es una mujer de 32 años, viuda, tiene una hija de 2 y es periodista, tiene firmes ideas políticas, quiere la liberación nacional y se asume peronista.
“Cristianismo y Revolución” es la revista que dirigía Casiana Ahumada a partir de la muerte —nunca bien aclarada— de Juan García Elorrio y hasta su secuestro por manos policiales, justo antes de imprimir el número 31. La revista —como su directora— había tomado la línea del peronismo revolucionario. El titulo de la tapa del número 30 era: “El peronismo será revolucionario o no será”, tomado de una frase de Eva Perón.
Hasta ahora Casiana Ahumada ha soportado tres juicios. De los dos primeros fue absuelta (se la acusaba por infringir la ley anticomunista. Según el abogado Rodolfo Ortega Peña, uno de los 15 puntos en que basaba la fiscalía la acusación de material comunista era que la revista alentaba demasiado la figura de José de San Martín) y en el tercero fue sentenciada a cumplir un año y tres meses en suspenso. El 14 de junio fue liberada tras 6 meses de prisión. En estos días comenzará un cuarto juicio, en donde el fiscal pidió un año de prisión.
El 7 de junio —Día del Periodista— comenzó el tercer juicio. Durante el mismo, un hombre de EXTRA le alcanzó seis preguntas, que ella respondió en ese momento. Es interesante conocer el pensamiento de esta mujer que hoy se ha convertido en símbolo de injusticia. Lo que sigue es el reportaje realizado.


QUISIERA que nos explique las circunstancias que rodearon su detención, de lo que fue acusada y todo lo que le sucedió en esos primeros días.
—Fui detenida en mi domicilio del barrio de Núñez el 22 de diciembre último por personal de la Superintendencia de Seguridad y en dicho organismo permanecí alojada hasta el 24 a la mañana en que fui conducida a la Cámara Federal en lo Penal para prestar indagatoria en la causa que se me sigue, por “incitación a la violencia y a cometer delitos” y “apología del delito”. Tras cumplir este trámite, fui conducida al penal de Villa Devoto, donde permanecí alojaba hasta mi posterior traslado a Rawson.

¿Por qué no nos hace una descripción del penal de Rawson, las celdas, si es que estaba usted sola, y, además, cómo fue su vida allí?
— En dicho penal estuve alojada, junto a otras veinte compañeras —únicas mujeres que estábamos allí en aquel entonces , en un pabellón con 42 celdas individuales, donde se nos encerraba de noche, desde las 21.30 hasta las 7 de la mañana. El resto del día teníamos libre acceso al pabellón, permaneciendo las celdas abiertas, que utilizábamos con fines de estudio o trabajo en común. Nos permitían salir al patio una hora, tanto de mañana como de tarde, que aprovechábamos para jugar al voleibol o hacer ejercicios físicos. La ubicación de dicho penal nos restringía la posibilidad de visitas de nuestros familiares por su lejanía y el costo del pasaje. Asimismo, se nos perjudicaba en la posibilidad de la defensa.

A lo largo de este tiempo ¿ha tenido usted la oportunidad de tomar contacto con su hija? ¿Ha recibido visitas de familiares?
—Durante el tiempo en que me encuentro en Villa Devoto tengo posibilidades de ver a mi hija de dos años de edad dos veces a la semana, una de las cuales por todo el día, debido a una gestión especial que hicimos todas las madres —que somos muchas— ante la dirección, a fin de poder mantener una mejor relación con ellos en este período que debemos sufrir prisión.

—¿En qué ha ocupado principalmente su tiempo en estos seis meses de detención: lecturas, correspondencia?
—En este tiempo he tenido posibilidad de mantener una excelente relación de convivencia con muchas compañeras que están en estas condiciones, por ser fieles a su compromiso de militancia por la causa del pueblo. Dedicamos el tiempo al análisis y discusión de la realidad política y al avance de la lucha del pueblo y al estudio de otros temas a elección de cada una. Yo, por ejemplo, dediqué una buena parte del tiempo a profundizar en la historia argentina.

—Usted se ha convertido netamente en un símbolo. La solidaridad que no sólo está mostrando todo el país con usted, sino todo el mundo, es un claro ejemplo de ello, ¿qué le hace sentir todo esto?
—Interpreto que la solidaridad que efectivamente me ha llegado desde todas partes del mundo no es sólo una solidaridad de tipo personal sino consecuencia de una tarea que desde hace varios años venimos desarrollando desde las páginas de “Cristianismo y Revolución", a fin de informar y dar posibilidades de expresión a todo ese sector mayoritario del pueblo, que en nuestro país se halla representado por el peronismo, que está proscripto y marginado en todos los países sometidos por el imperialismo. En otras palabras, por ser voz de los que no tiene voz.

—No hay dudas acerca de las motivaciones políticas que rodean este juicio. Es por eso que sería interesante algunas reflexiones suyas sobre su propia ideología, una caracterización del momento argentino y su ubicación política frente a ella.
—Coincido con usted en que este juicio es netamente político y la acusación que pesa sobre mi y sobre “Cristianismo y Revolución" está determinada por nuestra oposición frontal a la política del Gran Acuerdo Nacional que se propone y se quiere imponer desde el Gobierno. La denuncia de su verdadero sentido, que es la supervivencia de este régimen militar, queda hoy claramente manifiesta después de las últimas declaraciones de Lanusse en Santa Rosa y San Nicolás, en las que se anuncia descaradamente el continuismo y se ataca al general Perón, amenazando voladamente con la proscripción de su candidatura, hecho que en si mismo invalida toda posibilidad de elecciones libres.
La posición de la revista —que comparto totalmente— es de apoyo a la estrategia revolucionarla que tiene el movimiento peronista, que en su larga trayectoria de lucha, que lleva ya 17 años, ha ido definiendo una metodología y una teoría revolucionarias, que lo han llevado a inscribirse en el Movimiento de Liberación Nacional, cuya profundización posibilitará al pueblo argentino conquistar la patria socialista que le permitirá alcanzar las tres banderas que han impulsado su accionar: la justicia social, la independencia económica y la soberanía política. Y este silenciamiento de "Cristianismo y Revolución" se encuadra en las instancias del GAN: represión a las luchas del pueblo por sus legítimos derechos, una política económica en franco proceso de deterioro que es sostenida por la clase trabajadora, persecución, prisión y secuestros impunes contra combatientes y activistas populares. Por todo esto se me proscribe en la misma medida en que se pretende proscribir al pueblo.
EXTRA
julio 1972
 







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