EN UN ESFUERZO DIFICIL DE SUPERAR, EL MINISTERIO DE OBRAS PUBLICAS DE LA NACION, BAJO LA PERSONAL DIRECCION DEL GENERAL PISTARINI, CONSTRUYE TRES MAGNIFICOS BALNEARIOS EN LA RIBERA NORTE
Es indudable que el ritmo que se ha impreso en estos últimos años a las actividades gubernamentales, ha superado con creces todo cuanto pueda sospechar la imaginación más optimista. Y lo que es más, es que este desarrollo intensivo ha sido tan vasto, que, a pesar de su complejidad por los diversos factores que debieron vencerse, puede afirmarse de manera inequívoca que ningún sector del trabajo nacional fue omitido, por insignificante que haya sido.
Dentro de este concepto, forzoso es reconocer que el Poder Ejecutivo Nacional ha ganado la admiración de propios y extraños, y es evidente también que, en la materialización de esta obra que ya aflora con nítidos caracteres, ha correspondido una participación muy preponderante el ministro de Obras Públicas, General de Ejército D. Juan Pistarini.
En efecto, a su personal iniciativa han sido resueltos innumerables problemas íntimamente ligados con la evolución material y constructiva de la Nación, sin que por ello se haya descuidado de aquellos que, por estar estrechamente vinculados con el aspecto social de la población, reclamaban soluciones urgentes.
Es, precisamente, a esa faz de su gestión a que nos referimos en la presente nota.
Aprovechamiento de terrenos ganados al río de la Plata
Un problema que de antiguo vivió latente en las necesidades públicas locales, fué indudablemente el avance paulatino del río de la Plata en las proximidades de la ribera norte, cuyas inundaciones mantuvieron muchas vedes en constantes zozobras a la población ribereña.
Es así que este problema, en su doble aspecto de salubridad y embellecimiento urbano, exigía, sin dilación, categóricas medidas de gobierno que, por suerte, han sido encaradas y resueltas por el ministro de Obras Públicas de la Nación, General de Ejército D. Juan Pistarini.
Significado de las obras
Resultaba a todas luces inconcebible que en las puertas mismas del Gran Buenos Aires existiera, como un tumor maligno, una extraordinaria extensión de terrenos que se prolongaba hasta más allá de la localidad de Núñez, un foco de infección que, anegado por los desbordes del Plata, germinaba toda clase de larvas. Más aun, por tratarse de terrenos bajos y a pesar de su excesiva proximidad a la capital, eran utilizados para vaciaderos de residuos, que, al entrar en estado de descomposición, hacían poco menos que intolerable la convivencia en sus adyacencias, amén de que estas materias constituían el elemento propicio para hacer de ésas zonas un criadero de roedores, que, más tarde, resultaban verdaderas invasiones a la metrópoli y sus alrededores, con el consiguiente perjuicio para la salud de la población.
Pero como dejamos dicho, este problema ha sido superado y éste es el momento en que el Ministerio de Obras Públicas, bajo la personal dirección de su titular, trabaja intensamente — sobre esos mismos terrenos — en la construcción de un conjunto de magníficas obras que, en su hora, habrán de constituir un orgullo para el Gran Buenos Aires.
Sobre un total de cuatrocientas hectáreas aproximadamente» ganadas al río de la Plata, sobre la ribera norte, doscientas setenta y cinco han sido aprovechadas para la formación de grandes bosques, parques, playas y la construcción de grandes balnearios, edificaciones e instalaciones para la práctica de la pesca, la natación y la equitación, recreos, anfiteatros, confiterías, restaurantes y todo cuanto requiera el libre solaz de la población y los deportes náuticos y terrestres.
Con estas construcciones, en correspondencia con los dos grandes balnearios, que sobre una superficie total de ciento cuarenta mil metros cuadrados se encuentran en franco proceso de ejecución en Ezeiza, uno de los cuales popular y el otro destinado a niños, como prolongación de las colonias de vacaciones que el citado departamento de Estado tiene allí emplazadas, con capacidad para el disfrute amplio y cómodo de más de cincuenta mil bañistas, el general Pistarini se propone dotar a la metrópoli de dos grandes pulmones, con los que necesariamente alejará los riesgos a que la salud de sus habitantes está actualmente expuesta por su edificación informe y en excesiva población, amén de que en el caso de la ribera norte restituirá al pueblo el usufructo a que legítimamente tiene derechos sobre el río.
Construcción de balnearios en la ribera norte
Dentro del conjunto que constituyen estas obras es indudable que se destacan los tres balnearios que favorecerán a centenares de miles de bañistas e importará proporcionarle a la población porteña, en la temporada estival, el disfrute de playas, además de que podrá cultivar en sus distintas fases y al aire libre, la práctica de deportes higiénicos y saludables, vedados hasta ahora para aquellos de condición económicamente menos pudientes.
A ello, precisamente, respondió la idea del general Pistarini, concretada ya en una realidad que bien pronto podrá ser disfrutada en todos y cada uno de sus aspectos por una concurrencia simultánea de más de cien mil personas.
Características de los balnearios
El primero, denominado 'canal balneario interior', constituye una
inmensa pileta de más de mil metros de largo, con anchos variables entre cien y doscientos metros. Un sistema de bombeo y esclusa se instalará en correspondencia con el canal de toma de la Administración General de Obras Sanitarias de la Nación, de tal manera que quedará asegurada la provisión y circulación de agua dentro del recinto revestido, con desinfección previa, antes de volcarla al mismo, renovación moderada del caudal en permanente circulación, mantenido a un nivel constante.
El otro, denominado balneario interior con playa natural, se construye sobre veinte hectáreas de la extensa playa ribereña para la formación de un gran lago utilizado como recinto balneario, independiente de las fluctuaciones del nivel cambiante del río.
Es interesante, por lo demás, destacar que la variación de las mareas será aprovechada por un doble juego de compuertas accionadas a distancia para regular su caudal, nivel y profundidad, adaptándolo para todo uso y condición que más convenga, como á la posibilidad de desagotarlo completamente para su periódica limpieza.
Como el anterior, las instalaciones balnearias se desarrollan sobre sus márgenes.
Una tercera sección balnearia, titulada “playa, natural exterior”, se ubica en pleno río, aprovechando mil seiscientos metros de excelente playa existente para quienes prefieran utilizar el mismo río abierto para sus baños. A ese efecto, el perfil de obra de defensa adopta
en dicho tramo la forma de escalinata corrida, con intercalación alternada de terraplenes con sus paramentos vistos, prolijamente ejecutado.
Dos espigones balnearios, que se internan en el río doscientos veinticinco metros, limitan esta sección. Constituyen la obra básica que la caracterizará y estarán vinculadas a las distintas instalaciones por una calle de circulación que corre a todo lo largo del tramo.
Sus características, dimensiones, forma, instalaciones y detalles constructivos contemplan con amplitud no sólo todo lo atinente a las comodidades requeridas por los bañistas, sino también para esparcimiento y recreo de la población.
Sobrios y elegantes edificios destinados a confiterías y restaurantes de dos plantas, que se ubican en el extremo de cada espigón, coronan estas obras y desde donde el público dispondrá de las magníficas perspectivas del río; además, se construyen calles de acceso centrales que permitirán llegar hasta ellos directamente con automotores. .
Práctica de la pesca
Realzarán la estética de los tres grandes balnearios, dos muelles de ochenta metros de longitud cada uno, con doble frente de pesca que emergen en forma radial desde una amplia explanada común, en tanto que dos espigones normales a la avenida Costanera, de trescientos cincuenta metros cada uno, separados entre sí, complementan la comodidad prevista, proporcionando un desarrollo de mil setecientos metros para dicha práctica.
Estas estructuras fueron previstas para la pesca diurna y nocturna: poseen todas las comodidades que darán completa satisfacción a los aficionados más exigentes.
En este futuro gran centro de deportistas de la pesca será posible distribuir más de ochocientas personas cómodamente ubicadas para pescar a profundidades de siete a ocho pies al cero, que los cultores de esta práctica estiman favorables al pique.
Como hecho auspicioso, cabe significar que se encuentran prácticamente y en trance de habilitación al público los dos espigones de pesca, pues sólo falta dar término a detalles constructivos.
Natación y remo
Por lo que hace a las actividades de la natación y del remo, es interesante señalar que éstas se fomentarán mediante la habilitación de los referidos balnearios, cuya amplitud y conformación permitirán ser utilizados provechosamente también para ese objeto.
La presencia en la zona de napas de agua subterránea ricas en sales y compuestos minerales podrán con poco costo aprovecharse en piletas para baños que se distribuirán en los recintos boscosos.
Por otra parte, el problema de la falta de fondeaderos para embarcaciones dedicadas al deporte náutico, cuyo número se ha acrecentado notoriamente en los últimos años, ha sido contemplado, para lo cual se prevé la formación de un puerto con ese destino. Contará con los mayores calados disponibles para permitir el yachting libre de dificultades por la carencia o falta de agua, puesto que será posible alcanzar directamente el río abierto en breve recorrido.
Se ubica esta dársena a continuación de la zona balnearia, abarcando un espejo de dieciséis hectáreas de aguas tranquilas, con capacidad para albergar unas quinientas embarcaciones, además de instalaciones para su normal desenvolvimiento, tales como varaderos, depósitos, talleres, etc.
Otras obras
Como índice de la importancia y magnitud que adquieren estas obras, bueno es señalar que hubo que resolver complejos y variados problemas de índole sanitaria para sistematizar esta zona, pues desembocan allí los desagües pluviales de la ciudad, conducidos por los arroyos Vega, White y Medrano, cuyos afluentes contaminados descargan junto al murallón de los Ferrocarriles del Estado en plena playa.
Sus prolongaciones y entubamiento río adentro han sido siempre una sentida necesidad, cuya solución, a pesar del alto costo que ello representa, no admitía dilación. Esta indispensable obra de saneamiento quedará resuelta con la prolongación de sus entubados a mil seiscientos cincuenta metros hacia aguas más profundas, librando a las nuevas playas del peligro de contaminación. Asimismo se ha dado comienzo al entubamiento del arroyo Vega, el cual, partiendo de las líneas férreas de los Ferrocarriles del Estado, atraviesa el espigón balneario central, para desembocar al río en su extrema cabecera.
No menos complejo y costoso fué el asegurar un sistema de accesos viales, que resuelva la franca penetración y dispersión de la gran masa de población que afluirá a esta zona balnearia, franqueando la línea férrea del Estado.
Por otra parte, y a pesar de las grandes dificultades que ofrecen los trabajos frente al río, se realizó para el balneario exterior los mil setecientos metros de defensa escalonada de hormigón armado y su intercalación con tramos pedraplenados, y, en cuanto al cierre del recinto del lago balneario interior, con la construcción del tablestacado perimetral y viga coronamiento de un desarrollo total de dos mil metros, con sus dos juegos de compuertas; una de ellas terminada y la otra en acelerada ejecución, podrá ser habilitada en la próxima época veraniega.
Por lo que hace a los dos espigones que comprenden y limitan esta zona balnearia también han sido iniciados y su ejecución se desarrolla en forma acelerada, dentro de las posibilidades que permite el estado del río.
Para formarse una idea respecto a la envergadura de estas obras, cabe significar que para la construcción de la gran pileta balnearia interior fué necesario rellenar más de dos millones de metros cúbicos.
Estado de las obras
Las obras descriptas son ya en gran parte una realidad; Su ejecución, comenzada hace menos de tres años, acusa el adelanto que puede observarse a través de las notas gráficas y cuyo esfuerzo queda así sintetizado y valorado en su expresión más cabal, y habla con clara elocuencia de la preocupación que un problema de esta naturaleza ha merecido en el general Pistarini.
Dicho así sucintamente la especial contribución que con estas obras se aporta al creciente progreso del país y a las justas aspiraciones espirituales, a que tiene legítimos derechos la población, dejamos librado al juicio severo de la opinión pública el merecimiento que con toda justicia ha sabido ganarse entre sus conciudadanos el ministro de Obras Públicas de la Nación, a quien, al asumir esa elevada responsabilidad, sólo le ha preocupado la felicidad de su pueblo y la grandeza de la patria.
Revista Aquí Está
30.08.1948
