Ciencia y Técnica
Ilustres visitantes de noviembre para los reactores argentinos
CNEA

Una compañía alemana acaba de adquirir a la Comisión Nacional de la Energía Atómica el proceso que ésta utiliza para la fabricación de los elementos combustibles del reactor denominado RA1. Es la primera vez que un país tan altamente desarrollado adquiere un procedimiento de fabricación en la Argentina, y quizá en Latinoamérica. La producción de energía nuclear y los procesos adyacentes progresan en el territorio argentino sin espectacularidad, pero sin pausa. Se ha proyectado, por ejemplo, el reactor RAA1, especialmente diseñado para proveer de calefacción a los destacamentos en la Antártida y transformarse eventualmente en un generador de potencia.
Por lo demás, la Argentina ocupa el octavo lugar entre los países con reservas uraníferas (descontando a los comunistas), capaces de producir sus concentrados en cantidades de cierta consideración. Hasta la fecha apenas si se ha explotado aquí el 10 por ciento de las áreas con posibilidades uraníferas. Puede asegurarse que con poco esfuerzo económico lograría integrarse una reserva mínima de 8 mil a 10 mil toneladas de óxido de uranio, estimándose que el potencial del país puede llegar a las 25 mil toneladas.

Visitantes ilustres
No es de extrañar entonces que Buenos Aires se transforme en Meca del mundo atómico. En pocos días de noviembre llegaron eminentes personalidades de la especialidad. El doctor Sigvard Eklund, director general del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), el más importante centro de conocimientos nucleares aplicados a la paz, fue invitado especialmente por la Comisión Nacional respectiva para recorrer sus instalaciones y opinar sobre los trabajos en ella realizados. Los doctores Carlos Sánchez del Río (director de Física y Reactores de la Junta Nuclear de España), Carlos Vélez-Ocón (director de la División Reactores de la Comisión de Energía Atómica de México) y Rionosuke Hara (especialista japonés en isótopos y director del Departamento de Investigaciones del OIEA) visitaron los centros atómicos argentinos después de participar en un simposio organizado por el Organismo Internacional en San Pablo para tratar el uso de los reactores experimentales. El doctor Harold Bengelsdorg, director adjunto del desarrollo de planes y enlaces de la División de Asuntos Internacionales de la Comisión de Energía Atómica de los Estados Unidos, llegó para tratar con las autoridades locales las posibilidades de construcción de reactores dentro del programa de la Alianza para el Progreso. El doctor Francis Perrin, titular del Comisariato de Energía Atómica de Francia, vino en misión oficial para firmar un acuerdo de cooperación atómica con la Argentina.
La lista no se agota allí. Hace poco estuvieron asimismo en Buenos Aires los doctores León Jacobson, eminencia norteamericana en armas nucleares; contra el cáncer (PRIMERA PLANA, número 54); George Taplin, inglés, profesor del curso regional de aplicaciones médicas de radiactividad; Henri Paul Jammet, francés; y Frank Foote, norteamericano (PRIMERA PLANA número 40), director de la división especializada del Laboratorio de Argone (USA) y compañera de equipo del sabio italiano Enrico Fermi, quien en 1942 logró por primera vez la liberación controlada del núcleo atómico y dirigió la construcción del primer reactor nuclear del mundo.
Todos estos hombres de ciencia estaban al tanto de que en la Argentina pasa "algo" en materia atómica, además de figurar entre los ocho miembros de la Junta de Gobernadores que constituye el directorio del OIEA y ser una de las principales fuentes de materiales básicos para mantener y desarrollar programas nucleares. Ese "algo", transvasado a la experiencia de los visitantes, tiene esta fisonomía:
• "La Argentina es un miembro importante del Organismo Internacional, porque sus investigaciones teórico-prácticas están muy bien encaminadas. Por otro lado, debe explotar a fondo sus recursos mineralíferos, pues si bien hoy existe superproducción de uranio respecto de las necesidades de los reactores, la situación cambiará hacia 1970 por el mayor desarrollo de la energía nuclear. De manera que los trabajos que realiza y realizará la Argentina en este sentido son más que positivos dado que miran hacia el futuro del mundo" (Arno Sigvard Eklund).
• "He podido observar el desarrollo y la programación de las investigaciones atómicas de la Argentina. Ello hace que considere a este país como el más importante de los de América del Sur en el proceso de la utilización y laboratorio de la energía nuclear" (Carlos Sánchez del Río).
• "El entusiasmo con que trabajan los argentinos me contagia y me hace recordar los días en que colaboraba con el profesor Fermi en aquella hazaña que dio al mundo un volumen de energía varias veces superior al que podría lograrse si se quemara todo el petróleo y el carbón de la Tierra" (Frank Foote).
• "En el campo de la medicina, los radioisótopos se han convertido en el más importante instrumento de investigación para el diagnóstico y el tratamiento de las enfermedades. La producción en gran escala de radioisótopos que cubren el consumo interno, hará que la Argentina se convierta en uno de los principales centros de investigación en el mundo" (León Jacobson).
• "La Argentina tiene un brillante porvenir atómico: posee materia prima en cantidad —uranio, berilio, litio, torio— y un material humano disciplinado y capaz" (Henri Paul Jammet).

Lo que vieron
Es bien conocido el hecho de que las grandes potencias, una vez comprobada la importancia actual y futura de la aplicación de la energía atómica, se preocuparon de disponer de las materias primas necesarias para desarrollar sus programas nucleares. Establecido el lugar que la Argentina ocupa en los rangos atómicos, por sus posibilidades y trabajos, cabe entrar a considerar algunos aspectos íntimos de esta actividad.
• La forma más conveniente de procesamiento de los minerales argentinos se estudia en los laboratorios de hidro-
metalurgia, sector este que dispone de los elementos más modernos para ensayos de todo tipo, hasta escala de planta piloto. Con estas plantas, así como en los laboratorios, se estudian y ensayan todos los factores que influyen en el proceso de un mineral: grado y tipo de molienda, concentración física, lixiviación ácida o alcalina, concentración por vía química o por solventes aminados o resinas de intercambio iónico. Toda la información que se obtiene de estos ensayos sirve para determinar el proceso industrial más conveniente a fin de concentrar los minerales de uranio de cada yacimiento y recuperar los subproductos, a la vez que permite realizar los estudios técnico-económicos necesarios para cada caso.
La obtención de concentrados en escala industrial se realiza mediante dos sistemas fundamentales: el heap leaching o las plantas comunes. Él heap leaching fue ensayado y desarrollado en la Comisión Nacional de la Energía Atómica, y hoy puede decirse que la Argentina es uno de los países más adelantados del mundo en ese método. Su ventaja reside en que permite obtener preconcentrados de uranio al lado mismo de la mina.
• "En reactores nucleares, los problemas de metalurgia son aún más importantes que los de física nuclear", dijo sir John Cockroft. Para el desarrollo de los futuros planes nacionales se depende en gran parte de la tecnología, principalmente dentro de la metalurgia, donde se presenta una gran paradoja: frente a una poderosa industria de transformación, la investigación metalúrgica es casi inexistente.
En metalurgia nuclear, la Argentina cuenta hoy con un grupo de especialistas que constituyen un equipo de alta idoneidad. A ellos se debe, precisamente, el proceso de fabricación de los elementos combustibles del reactor RAI. En 1960 se inauguraron los laboratorios de metalurgia de la CNEA, únicos en América latina y comparables con los mejores del extranjero en su categoría. Las actividades principales se realizan en fundición y tratamiento térmicos, deformación mecánica, pulvimetalurgia; además de los laboratorios centrales para la investigación básica. Se trabaja sobre propiedades y métodos de fabricación del uranio metálico; en corrosión de aluminio y aleaciones en agua a alta temperatura; en fabricación de elementos combustibles, en óxidos de uranio, etcétera.
• La CNEA está relacionada, mediante convenios, con organismos dedicados a la medicina (investigación clínica, endocrinología, hematología, cancerología y cardiología); la agricultura y la ganadería (fitotecnia, genética y fisiología vegetal, patología animal); la industria (ingeniería e ingeniería química); enseñanza e investigación (física y química biológica, farmacia y bioquímica, física, química industrial, fisiología y biología).
• El instrumento fundamental para el aprovechamiento de la energía atómica con fines pacíficos es el reactor, que funciona sobre la base de combustibles nucleares, generalmente el uranio radiactivo. En el reactor se libera la energía del combustible en forma controlada, produciéndose nuevas fuentes de radiación y energía térmica. Las fuentes radiactivas, radioisótopos artificiales, tienen aplicación en los campos de la medicina y de la agricultura y ganadería, ya sea como trazadores (esto es, elementos de identificación), o bien aprovechando su capacidad para modificar la estructura interna de la materia irradiada.
La energía térmica liberada en el reactor posibilita el reemplazo de los combustibles convencionales en el proceso común de obtención de energía eléctrica. Ya es un hecho que puede producirse energía para usos industriales en gran escala. Se prevé que a fines de 1967, Madrid será iluminada con energía nuclear, con la instalación de un reactor de agua liviana de alrededor de 100 mil kilovatios.
La Argentina tiene en operación el reactor RAO, que fue el primero y único construido por un país latinoamericano, y el primero de cualquier origen puesto en operaciones en esta parte del continente. También opera continuamente el RAI, reactor de investigación tipo Argonaut, asimismo construido totalmente en el país e inaugurado el 20 de enero de 1958 como el primer reactor nuclear de América latina. Modificado más tarde para permitir un aumento sustancial de la potencia operativa, está fundamentalmente dedicado a la irradiación para el abastecimiento local de radionucleidos de corto período.
Para aumentar las facilidades de irradiación se proyectó el reactor RA2, de tipo pozo, ubicado en el Centro Atómico Ezeiza. Con el mismo objeto, y para liberarse de la importación y cubrir las necesidades de radioisótopos del país (y aun para exportar), se ha diseñado y • está en construcción — también en el Centro de Ezeiza — el reactor RA3, asimismo denominado "reactor argentino de experimentación y producción" (RAEP), que será también del tipo pozo, con una potencia térmica de 5MW. Servirá, igualmente, para suministrar información fundamental en el diseño del RA4, reactor que ha recibido el respaldo de la donación que la Comisión Nacional de la Energía Atómica de los Estados Unidos efectúa dentro del plan Átomos para la Paz, y que es el único entre los reactores de ese plan que no será construido por la industria privada estadounidense.
Revista Primera Plana
26.11.1963

65 años construyendo soberanía from CNEA on Vimeo.

 

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