Este problema, casi tabú para los últimos
gobiernos santafecinos —es estudiado desde hace
más de dos años por técnicos y especialistas—,
comenzará a tener un pie de solución a principios
del próximo mes cuando se inaugure el nuevo taller
de vagonería de La Gallareta, un pueblo de más de
4.000 habitantes situado a más de 300 kilómetros
al norte de la ciudad de Santa Fe. La fundación
de esta localidad data de 1906 y su existencia,
hasta hace algunos años, estaba íntimamente ligada
a la explotación de los quebrachales de la cuña
boscosa de la provincia y, fundamentalmente, a la
planta industrial de la empresa La Forestal, que
se dedicaba a la producción de extracto de
quebracho. Pero el comercio internacional de
este producto y la aparición de sustitutos
comenzaron a presionar sobre las zonas
productoras, lo que obligó a disminuir
sensiblemente la actividad fabril. Es así como a
principios de 1962 los directivos de La Forestal
comunicaron oficialmente que levantaban su fábrica
de La Gallareta. Ante esta noticia, diversos
grupos de técnicos, tanto provinciales como
universitarios y también de la misma empresa,
iniciaron estudios para tratar de zanjar la
situación. Pero dentro de este panorama se
entremezcló el juego de distintos partidos
políticos —según explicó a PRIMERA PLANA un
diputado santafecino— que comenzaron a agitar la
bandera del pauperismo y el subdesarrollo del
norte de Santa Fe. De tal suerte que al problema
de La Gallareta se unió el de los hacheros y
obrajeros de la región. La idea de lograr una
solución para el caso social que traía apareado el
cierre de la planta de La Forestal y que preocupó
tanto a empresarios como a las autoridades del
gobierno de Santa Fe, se concretó a principios de
este año, cuando se decidió convertir la fábrica
de extracto de quebracho en talleres destinados a
la reparación de vagones ferroviarios. Para
encontrar esta salida, señaló un directivo de la
firma a PRIMERA PLANA, varios esfuerzos se
conjugaron: la preocupación social de la empresa,
que no se desentendió de la situación que creaba
su decisión; la buena disposición de las
autoridades de la provincia, empeñadas en mantener
la actividad de los centros económico-sociales; y
el deseo puesto de manifiesto por los dirigentes
de la Empresa Ferrocarriles del Estado Argentino,
en el sentido de obtener la colaboración de la
actividad privada para la rehabilitación de su
material rodante. La Forestal ya firmó un
contrato con el Ferrocarril Belgrano para la
reparación de vagones de carga por un monto de 250
millones de pesos; el convenio tiene una duración
de tres años y existe la posibilidad de
prorrogarlo por períodos subsiguientes de un año.
La capacidad de reparación de los talleres de La
Gallareta será de 30 vagones mensuales; las
instalaciones son suficientes para el arreglo de
15 vagones a la vez. El acuerdo estipula, además,
que la planta debe obtener una producción mensual
mínima de 6.000 horas-hombre, que puede elevarse,
a solicitud de la firma, a 30.000 horas según la
capacidad de producción del taller y los planes de
ampliación que encare. Esta iniciativa
demandará una inversión privada de 70 millones de
pesos, de los cuales 25 millones se destinan a la
construcción de edificios e instalaciones y 5
millones al capital circulante. Una evaluación
técnica indicó que la actual planta de La
Gallareta tiene una superficie cubierta de 3.400
metros cuadrados y varias líneas de máquinas para
el arreglo de vagones, que se utilizaban antes
para la atención de las unidades afectadas al
transporte de los troncos de quebracho. También
cuenta la planta con playas ferroviarias para
movilizar 200 vagones y con una comunicación
férrea directa con la estación Margarita del
Ferrocarril General Mitre. En cuanto al equipo
técnico-mecánico, dispone de soldadoras
eléctricas, herramientas neumáticas, tornos para
ruedas y maquinarias para la rehabilitación de 15
vagones a la vez. El potencial energético ya
instalado desarrolla 440 HP, distribuidos en dos
grupos electrógenos de 130 HP cada uno y dos
compresores de aire de 50 y 130 HP. , Las
nuevas obras permitirán ampliar el sector cubierto
a 4.000 metros cuadrados; se tenderán más de 300
metros de vías férreas bajo techo y se abrirán
nuevos talleres dedicados a la reparación de
boggies, taller de tornería mecánica, de herrería,
carpintería, armado y revisión de frenos,
depósitos de materiales y demás elementos
accesorios. Los directivos de La Forestal
revelaron a PRIMERA PLANA que la solución hallada
para la fábrica La Gallareta trasciende el mero
marco económico industrial, pues de ella depende
la actividad comercial y social de 4.000 personas,
ya que este núcleo humano se desenvuelve en base a
los operarios que absorbe el centro industrial.
Los actuales habitantes de esta población
santafecina, que en muchos casos son nietos de los
primeros obreros que trabajaron en la fábrica de
tanino, ocupan un centro cívico de alrededor de
220 manzanas. Hace pocos meses, la comisión
vecinal, ante la inminencia del cierre definitivo
de la planta, recibió como donativo la mayor parte
de las instalaciones de energía eléctrica, agua
corriente y servicios cloacales que construyó La
Forestal. Por su parte, las autoridades
oficiales de Santa Fe estiman que este es el paso
inicial hacia la solución de las contingencias que
aquejan al norte de la provincia, y han comenzado
a analizar, a través de los numerosos trabajos
preparados por distintos equipos técnicos, cuáles
pueden ser los caminos a seguir. Pero todos estos
estudios tienen un común denominador: la única
posibilidad de reactivar estas tierras es mediante
una recuperación y enriquecimiento del suelo. Para
el logro de dicha finalidad se calcula que 3 a
extracción de los troncos de quebracho y los
abonos necesarios insumirán un monto de 15.000
pesos por hectárea, lo que representa una fuerte
inversión, Los técnicos consultados expresaron que
este proceso sólo se verificará a muy largo plazo
y que, en realidad, no hay ninguna solución de
tipo inmediato. PRIMERA PLANA 24 de marzo de
1964
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