Teté nos representará en el Japón
"
mi única ambición es ser una modelo excelente"
Aspira al título de Miss Joven Internacional en Expo 70. Tiene un novio que no la cela. Le gusta Sábato y critica a Cortázar. Le encantan el sol y el agua. Sólo aspira a ser todavía más feliz de lo que es y a viajar a su Patagonia natal
Teté Coustarot
Teté Coustarot

-No le tengo miedo a la competencia. ¡Sé cómo soy!
Si algo caracteriza a Stella Maris Coustarot —Teté para los íntimos y como modelo profesional— es su seguridad. Una seguridad que avalan sus sucesivos reinados —Reina Nacional de la Manzana, a los 15 años; Reina de la Patagonia, a los 16; Miss Siete Días, a los 18; Miss Capital y segunda princesa en el último concurso realizado en Bariloche por el título de Miss Argentina— y, que, ahora, busca fuera del país nuevas confirmaciones: en estos días compite, junto con cincuenta bellezas de todo el mundo, por la corona de Miss Young Internacional, en la inauguración de la famosísima Expo 70, del Japón.
—Diez chicas por cada continente, entre las que tengo que hacer notar mis ojos verdes, mis cabellos castaños, mis 86-60-86, para tener honores, viajes y tres mil dólares que hagan más felices mis felices diecinueve años.
Hija de la Patagonia, los primeros pasos —no profesionales— se los enseñó su madre sobre las veredas de General Roca, provincia de Río Negro, donde el jefe de la familia regenteaba una agencia de publicidad y cubría la correspondencia de los diarios Clarín, de Buenos Aires, y Nueva Provincia, de Bahía Blanca.
—Dejé Roca a los dieciséis años para estudiar periodismo en La Plata. Desde chica sentí gran atracción por el trabajo de mi padre. Comprendía su importancia: la enorme tarea de formar opinión, de educar a los lectores. En aquel entonces deseaba estar en su lugar, pero...
Sus hombros se elevan como pidiendo disculpas. Sonríe. No sabe qué hacer con las manos; finalmente, las coloca entre sus rodillas.
— ... pero ¡no fue así! Un día conocí a Héctor Delmar, dueño de una casa de modas de La Plata, quien, sin imaginarse lo que iba a suceder, me pidió que desfilara para él. Al principio me negué: si ni siquiera sabía dar un paso. Entonces me presentó a Cristina González. Ella me enseñó a caminar por segunda vez en mi vida. De esa manera, mi vocación periodística dejó paso a mi actual profesión: la de maniquí.
Se incorpora y va hacia una ventana. Mira el jardín. Se vuelve:
—Lo que más me gusta de mí es la (posibilidad que me ofrecen mi cuerpo y mi cara para vestirme con cualquier cosa, para imaginar maquillajes extraños, distintos; para crearme diversas personalidades.
De pronto, regresa sobre sus palabras:
-... odio la mentira, la ambigüedad. Soy de una sola pieza. Y si no que te lo diga mi novio ...
Enamorada hace tres años —y cada día más—, Teté no cree en los hombres ideales.
—Me gustan las personas que saben lo que quieren, que son ambiciosas, cariñosas, humanas.
La varias veces Miss confiesa que su novio tiene todas esas cualidades, pero que lo que más admira de él es que la comprende profesionalmente.
—No me cela, me apoya en todo. Por otra parte, sabe que durante mi trayectoria nunca tuve inconvenientes. ¿Será porque no soy sexy?
La pregunta no tiene respuesta.
—Soy del tipo adolescente, de esas chicas a las que todo el mundo quiere ayudar desinteresadamente.
Se mira un rato en el espejo y continúa:
—He tenido proposiciones para hacer cine y televisión, pero las rechacé. Mi única ambición es ser una excelente modelo.
No deja de mirarse en el espejo.
—Estoy muy cansada, ¿sabés? Me levanté a las siete, trabajé todo el día, filmé, comí a la disparada y todavía tengo por lo menos hasta las doce de la noche. Y así siempre. Mirá qué cara tengo ...
Hace un gesto de disgusto.
—Para estar bien debo dormir ocho horas como mínimo y hacer mucha vida al aire libre. Me encanta el sol y el agua: salir a navegar, hacer esquí. Y leer. Sábato es mi autor preferido. Cortázar, en cambio, no me gusta: tuvo éxito con sus primeras cosas y ahora hace lo que quiere. Además, me resisto a leer los best-sellers. También me tienta viajar a mi pueblo: allí tengo amigos que me alientan. ¡Roca, la capital espiritual de Río Negro!
Ahora Teté piensa. Sus ojos verdes miran hacia el vacío.
—¿Qué pediría si algo me fuera concedido? Felicidad, felicidad, felicidad: para mi vida sentimental, para mi familia, en mí trabajo.
Su mirada vuelve sobre SEMANA.
—¿Al presidente de la República? Que convirtiera al país en una primera ¡potencia mundial. Las condiciones están dadas.
Ellas también están dadas para que Teté sea Miss Young Internacional. Ella tiene fe. Nosotros lo esperamos.

Pie de fotos
TENGO MUCHAS CORONAS PERO QUIERO UNA MAS
Teté tiene la imagen de la hermosura integral, aquella en que lo físico se complementa con lo espiritual. Sus perfectas proporciones y el aval de muchos otros reinados le dan una gran seguridad en el triunfo. Ser representante de la belleza argentina es un honor que le corresponde. Yo seré siempre joven —afirma— porque jóvenes serán mis actitudes frente a los hechos. Tengo ideales y luchar para mantenerlos me alejará de toda posición caduca, envejecida. Sus felices diecinueve años la alejan de toda posibilidad de fracaso: Tengo muchos coronas, pero quiero alcanzar ésta.

Revista Semana Gráfica
20.03.1970

Teté Coustarot

Teté Coustarot

Ir Arriba