LA SENSIBILIDAD ARTÍSTICA DE THILDA TAMAR
HIZO QUE REALIZARA EN CINE BRILLANTE ETAPA

La belleza, atributo principal en una mujer, puede fundamentar uno de los principales pasos en una carrera artística.
Thilda Tamar

Pero si esa belleza alcanza términos excepcionales como en el caso de Thilda Tamar, puede considerarse que el paso a que hacemos referencia debe cumplirse con la sola presencia.
Alcanzada esta probabilidad, resta acotar algo de singular importancia: que esa belleza, para que la carrera artística llegue a alcanzar términos apreciables y de consideración, debe estar apoyada en el especial valor que surge de la sensibilidad. De aquí, a la expresión de talento, corre la otra etapa, es decir, la complementaría.
Y Thilda Tamar reúne todas esas condiciones. Descartada la consideración de su belleza que ya es proverbial y, digámoslo nuevamente, extraordinaria, llegó a los escenarios artísticos, luego de haber cumplido una etapa en otra esfera que sirvió para demostrar la exquisita sensibilidad que la domina.
Era Thilda Tamar dibujante. Mediante ello dió su nombre a la popularidad y cuando su lápiz se perfilaba entre los más destacados de Buenos Aires, la propia emoción la llamó hacia otras sendas. Así la vemos aparecer en cine: brillante, irradiando simpatía, justificando todo cuanto se necesita para cubrir las etapas más difíciles en esta cuesta pronunciada de la consagración.

LA VOCACION IMPERIOSA
Estamos trente a Thilda Tamar. El lujoso ambiente de su residencia condice en belleza y buen gusto con la gentil ama de casa que nos recibe sonriente y cordial.
—La misión de un periodista es curiosear...
—Todas sabemos eso... Yo quizá un poco más que otras porque sí bien no he sido periodista, no estuve muy lejos de ustedes.
—Lo sabíamos: su nombre ha figurado al pie de ilustraciones de mucho valor artístico.
—Son muy gentiles, gracias. Pero ya que sin haberlo dispuesto ninguno de nosotros hemos tomado esa senda, sigamos por ella.
—La acompañamos.
—Quise ser artista. ¿Qué artista? No me detuve a pensar en orientaciones especiales. Di rienda suelta a mi vocación y pedí estímulo a mi espíritu. Ambos me señalaron la ruta del dibujo. Así me acerqué a los periodistas. Así estuve en los límites del arte. Tanto que ahora puedo decirlo sin el miedo que antes me asaltaba: todo ello era nada más que mi contribución directa al cumplimiento de una vocación imperiosa.

POR ELLO VINO LUEGO EL CINE
Desde luego que la confesión de la estrella es clara. Más que todo ello, definitiva: alcanzó a responder a su verdadera vocación que en la vida es, precisamente, el mejor triunfo a que se puede aspirar, ya que, para desgracia de muchos y aun de la vida de relación, no todos pueden conseguir dar tal cumplimiento a lo que puede considerarse el destino prefijado.
Thilda Tamar, respondiendo a su vocación, fué una experta y acreditada dibujante. Pintora, además. Pero luego, siguiendo el mandato de su propia inspiración, aceptando el llamado de la vocación, da un nuevo paso: el cine.
Y lo da con singular firmeza. Acreditando desde la primera instancia valores auténticos, condiciones excelentes, porvenir seguro.

UN APORTE VALIOSISIMO
Su incorporación al séptimo arte tiene el significado de un grande y valioso aporte por cuanto Thilda Tamar llega con la plenitud de su brillante talento interpretativo y de su singular elegancia, que en cine tiene un especial y muy alto significado.
Además de ello —y bien que debíamos haberlo dicho en primer término— aporta un valor artístico, lo que tiene singular importancia, ya que siendo nuestro séptimo arte relativamente nuevo, necesita afianzarse precisamente con elementos que reúnan todas las brillantes condiciones
de la ahora condesa Toptani.
"Despertar a la vida", "El espejo", "La señora de Pérez se divorcia", por nombrar unas pocas de las películas ya conocidas, muestran a Thilda tal cual nosotros la acabamos de presentar.
Y adelantándonos un poco a lo que el publico sabe y a lo que la crítica ha conocido, podemos decir ahora que en los estudios de Lumiton acaba de realizar un brillante trabajo en "No salgas esta noche", mediante el cual ha de refirmar en forma amplia y auspiciosa, sus eximias condiciones.
Con ello Thilda Tamar define perfectamente su gran temperamento cinematográfico, lo que unido a la labor que desarrolla en "Rosa de Argel", en el conjunto de Enrique Santos Discépolo. demuestran que la vocación a la que ella quiso responder, era la que definía perfectamente su personalidad.

PROYECTOS Y SERENIDADES
—¿Y hacia el porvenir inmediato, qué novedades puede darnos?
—Cuando se sabe la crisis de materia prima por que atraviesa la industria cinematográfica nacional, no es posible hacer cálculos y mucho menos adelantar noticias. Yo como todas las artistas, tengo muchos proyectos. También contratos. Pero unos y otros dependen no ya de nuestras intenciones ni de la buena voluntad de directores y productores sino de la existencia de ese material que hoy nos sabe a precioso, a más precioso que el mismo oro, ya que por medio de él nosotras podríamos cumplir con nuestra vocación y nuestros? afanes.
—Quiere entonces decir...
—Que sin apresuramientos, sin nerviosidades, espero serenamente el momento oportuno. Cuando él se presente, yo estaré lista a rendir todo cuanto pueda en esta cruzada en pro del cine nacional. Y, como siempre, pondré lo mejor de mí misma: hasta mis esperanzas

Revista Radiolandia
20.10.1945

 

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