Vuelven los restos de Rosas
Noventa y ocho años después de su muerte, regresarán este año al país los restos del brigadier general Juan Manuel de Rosas, cuyo destierro en Southampton marcó la etapa final de un período de la historia argentina signada por la pasión y !a intransigencia
La vuelta de los restos de Rosas

El canciller Vignes declaró en conferencia de prensa que los restos de Rosas serán repatriados y que posiblemente serán depositados en la Iglesia de San Telmo. Sea este templo, o no, su destino definitivo, lo cierto es que pronto regresarán al país los despojos mortales de la figura más discutida de nuestro pasado histórico.
Profundamente odiado por los proscriptos, inspiró a José Mármol una poesía, "A Rosas" escrita el 25 de mayo de 1843, donde lanzó su profecía: "... ni el polvo de tus huesos la América tendrá".
Sin embargo, los hijos del odio no son duraderos, y a pesar de que han pasado 125 años de la batalla de Caseros, la inminente repatriación de los restos de Rosas dará en 1975 un mentís absoluto a la apasionada e injusta afirmación del poeta.
Después de su derrota, no solamente se dedicaron a Rosas poemas injuriantes. Los políticos porteños confiscaron sus bienes. Y la Legislatura de la provincia donde señoreó durante 17 años (1835-1852) lo declaró el 28 de julio de 1857, mediante la ley Provincial número 139, "reo de lesa patria", Rosas tenía su sentido del honor y no quiso aceptar la injusticia de sus contemporáneos. Una cláusula de su testamento lo prueba: "Pido que mis restos descansen en el cementerio de Southampton hasta que en mi patria se reconozca y se acuerde, por el gobierno, la justicia debida a mis servicios."

LA REIVINDICACION. Esta cláusula fue el mayor impedimento legal, a lo largo de casi un siglo (Rosas falleció el 14 de marzo de 1877, 25 años después de Caseros) para que sus restos no fueran repatriados. Recién el 14 de noviembre de 1973 fue promulgada una ley que derogó la número 139 —"reo de lesa patria"— y rehabilitó oficialmente la figura del caudillo. El mensaje del gobernador Oscar Bidegain reveló que la etapa del odio había sido superada.
"No pretendemos con la promulgación de la ley —dijo— que se marchiten las figuras relevantes del devocionario liberal puesto que han tenido existencia real y actuación conocida. Desde las estatuas y de la profusa nomenclatura recordatoria, reiterarán ante las miradas acusadoras de los argentinos de hoy, que han hecho lo que han podido. Nuestra generación sólo pretende integrar las figuras cumbres del pasado incorporando una gema auténtica, limpia y pura, que con su fulgor ennoblece a la Provincia y a la Nación Argentina. Don Juan Manuel de Rosas recibe en este instante el reconocimiento de Buenos Aires, que venera su memoria y recuerda sus hazañas".
También en noviembre de 1973 el Congreso Nacional dispuso mediante una ley la repatriación de los restos de Rosas y la creación de una Comisión para recibirlos y encargarse de su traslado, actualmente encabezada por la presidente de la Nación.

EN SOUTHAMPTON. El próximo domingo en el cementerio de Southampton es muy posible que manos anónimas —como todos los años desde hace 98— pongan flores en la tumba del brigadier general nacido en Buenos Aires el 30 de marzo de 1793. Todo parece indicar que este será uno de los postreros homenajes que se rendirán fuera de su patria al desaparecido gobernante argentino. Lenta pero inexorablemente las pesadas maquinarias burocráticas de ambos países han permitido ir desatando el cúmulo de barreras legales y administrativas que hasta el momento impidieron el traslado de sus restos.
En este sentido, el embajador argentino en Londres, Manuel de Anchorena, ha presentado formalmente ante el Foreign Office el pedido de repatriación. También ha efectuado gestiones ante el alcalde y el director del cementerio.
En la Argentina, en noviembre del año pasado los descendientes de Rosas suscribieron un acta en la Escribanía Mayor de Gobierno en la que autorizan la repatriación de las cenizas de su antepasado. Además del embajador Anchorena estuvieron presentes ocho de los veinte tataranietos, en representación de sendas ramas familiares.
Puede decirse que las formalidades que restan en ambos países son nimias y de mero corte administrativo. De todas maneras, se trasladará al país una urna simbólica, pues el cajón de roble que hace 98 años contenía el cadáver de Rosas se ha deshecho completamente en la tierra donde fue depositado. De acuerdo con la voluntad póstuma del caudillo y con las leyes promulgadas en la Argentina, saldrá de Inglaterra con todos los honores inherentes a su rango e ingresará al país de igual forma, muy distinta de la manera sigilosa en que debió escapar envuelto en las sombras de la noche de aquel aciago 3 de febrero de 1852.

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Recuadros

El destierro
La historia del destierro de Rosas comenzó en Caseros. En la mañana del 3 de febrero de 1853 las cargas irresistibles de los lanceros entrerrianos le quitaron su última esperanza al dispersar la caballería escogida que comandaba valientemente Lagos. Desprotegidos los flancos, la derrota de la infantería mandada por el coronel Díaz y la artillería dirigida con heroísmo por Chilavert, fue una mera cuestión de tiempo. Al mediodía, la suerte estaba echada. Por la tarde, Rosas escribió con lápiz su famosa renuncia dirigida a la Sala de Representantes y se asiló en la Legación Británica. Desde ese momento, la protección del pabellón inglés lo acompañó hasta la muerte.
A medianoche, moviéndose con sigilo, el ex gobernador se embarcó en la fragata de guerra H. M. S. "Centaur" en compañía de su hija Manuelita, su hijo mayor Juan y su nuera Mercedes Fuentes. A los pocos días la familia trasbordó al vapor de guerra "Conflict" y el 23 de abril llegó a Davenport, luego de una larga y penosa navegación pues las calderas del vapor estallaron y tuvieron que hacer la mayor parte de la travesía utilizando el escaso velamen que llevaba el buque como refuerzo.
Al tomar puerto en Plymouth, dos días más tarde, Rosas fue saludado con una salva de cañón, como si estuviera en funciones. Desembarcaron y se alojaron en una posada, en medio de una afligente situación económica, pues los bienes de Rosas habían sido confiscados. Pero pocos días después, el 6 de mayo, llegó a Plymouth quien llevaría felicidad a Manuelita y pesar al caudillo: Máximo Terrero, quien durante diez años había festejado infructuosamente a la primera dama de la Confederación. Ya en el destierro, Manuelita vio las cosas de otra manera y se casó con Máximo en menos de seis meses, con gran desesperación de Rosas, quien durante tres años no quiso recibir a su yerno.
Entretanto, una gestión de Urquiza permitió a Rosas salvar una estancia, que fue vendida en un millón de duros, y con el importe se compró una pequeña chacra "Burgess Farm", en los alrededores de Southampton, donde siguió haciendo la misma vida de ganadero que había hecho durante toda su vida, aunque por cierto con muy mal resultado económico, pues aplicó en Inglaterra métodos que servían en Buenos Aires pero que eran imposibles de aplicar en las Islas Británicas. De todas maneras, se siguió dando el gusto de andar a caballo hasta una semana antes de su muerte, ocurrida el 14 de marzo de 1877, como consecuencia de un enfriamiento.

Pro y contra de Rosas
Es difícil formular un juicio desapasionado con respecto a Rosas, cuya imagen está completamente distorsionada por obra de las invectivas de sus detractores y el ditirambo de sus partidarios.
La llegada de sus restos seguramente contribuirá a superar la antinomia rosismo-antirrosismo, y a la valoración real de un patriota apreciado en la justa medida de sus aciertos y de sus errores.
Entretanto la historia llegue a un juicio definitivo, consignamos las virtudes y los defectos que más se atribuyen a Rosas.

PRO
• Fortaleció la Confederación Argentina al lograr acuerdos estables entre Buenos Aires y el resto de las provincias. Al liquidar la anarquía imperante antes de su llegada al gobierno, sentó las bases para la futura Organización Nacional.
• Desarrolló una política exterior independiente de los intereses hegemónicos de Inglaterra, Francia y el Brasil, cuyas agresiones militares y diplomáticas fueron constantemente rechazadas durante su gobierno.
• Desplegó una extraordinaria actividad y un celo minucioso en el manejo de la Administración Pública confiada a él durante 17 años. Hizo públicos los ingresos e interpretó los intereses de estancieros y paisanos.

CONTRA
• Impuso un régimen autocrático tan excluyente con sus adversarios políticos, como anteriormente lo habían sido los unitarios con las fuerzas y los intereses federales.
• Fortaleció la concentración de tierras en pocas manos y la extensión del régimen latifundista en la provincia de Buenos Aires.
• Al impedir la libre navegabilidad de los ríos interiores perjudicó seriamente los intereses económicos de las provincias del Litoral
• Tuvo una política exterior contradictoria. Se negó a reconocer la independencia del Paraguay, declaró la guerra a Bolivia, perdió la provincia de Tarija, dejó ocupar el estrecho de Magallanes por los chilenos y quiso entregar las Islas Malvinas a cambio de la condonación de la deuda contraída por Rivadavia con la Baring Brothers.

Revista Panorama
29.03.1975

 

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