Mágicas Ruinas
crónicas del siglo pasado

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ESA COSA SERIA QUE SON LOS HUMORISTAS
por Raúl Pizzarro

DECÍA José Francés en su interesante estudio sobre "La caricatura” que “si hay en el arte un aspecto que camina paralelo a la historia y muchas veces la adelanta, la modifica, influye sobre ella, moldeándola a su antojo, e imponiendo a lo más alto la voluntad nacida de lo más bajo, este aspecto es la caricatura”.
Y es cierto. La historia —y más que nada la historia de estos últimos siglos en que han florecido formas de gobierno que quisieron infligir una fuerza antinatural a los pueblos— nos dice que muchas veces un caricaturista genial supo poner en ridículo y combatir más eficazmente a las dictaduras con sus dibujos que con cualesquiera otras armas. No  está lejana la fecha en que un dibujante como Daumier, por ejemplo, era llevado a la Cárcel por un gobernante de pequeña historia, o la de Bagaria, cuya elegante línea temieron más los hombres de gobierno que los panfletos más encendidos. ..
Pero indudablemente no es sólo ésa la misión del humorista, sino que ello no es más que esa consecuencia de las posibilidades de su arte. Nosotros pensamos que el humoristas es el hombre-artista ubicado en su época como un espejo que sólo deforma la realidad para que esa realidad nos descubra desde el lado risueño al ridículo de esas cosas que la época hace. Razón tenía, pues, Leonardo da Vinci cuando ya decía: “Debemos hacer reír hasta a los muertos.” Por eso mismo, la risa, la alegría, la sonrisa o la íntima satisfacción qué nos descubre el humorista es acaso una de las emociones más puras a que nos puede someter el lápiz, con su carga de grotescos o de intenciones, de sus amables observaciones o ¡sus profundas punzadas.
Tal es el éxito que está obteniendo la exposición de la caricatura organizada por el Museo de la Caricatura Severo Vaccaro y la Asociación de Dibujantes de la Argentina y que se muestra en la Galería Peuser.
Además del nuestro, participan en esta exposición humorística de diversos países: Norteamérica, Bolivia, México, Brasil, Chile, Paraguay, Perú, Uruguay y El Salvador.
Lo hacen en representación de esos países artistas consagrados universalmente, como Steimberg y Soglow, por ejemplo, siendo el primero de los nombrados quien mayor influencia ha irradiado en el estilo de los humoristas de todo el mundo.
Pero he aquí que este calificado conjunto de humoristas universales, que, como vemos, constituyen lo mas representativo de nuestra época, ha venido a descubrirnos no solamente las posibilidades de nuestros humoristas sino esencialmente nuestras realidades. Porque ocurre que en ese conjunto tan extraordinario de valores tengan los humoristas argentinos una participación de primera Línea.
Nombres como los de Héctor, Molas, Columba, De Angelis, Medrano, Villanueva, Landru, Rechain, Lino y Jorge Palacio, Gubellini, Bayon, Loperena, Vernet, Siulnas, Kuzuriaga, Divito, Fantasio, Heredia, Robertito, Seguí y Meliante, entre tantos otros, vienen a fortalecer un conjunto que en nada tiene que envidiar a los de otros países, y nos dan la pauta definitivamente, que el día en que se encare su valorización con enfoques más amplios, se podrá vivir la sorpresa de que nuestro país posee un excelente plantel de humoristas.
Pero hay algo fundamental, detalle al que no podía escapar la esencia de este arte signado de la obligación de reflejar su ambiente, su época. Y es el espíritu de nuestros humoristas. Intérpretes de un país joven y pujante, sin problemas complejos como los que azota al resto del mundo, el humorista argentino es, antes que nada, un reflejo, un espejo de la risa de la alegría. El humorista argentino indaga, penetra, explora en el alma de los seres y las situaciones con ese placer espiritual que es saber buscar el lado bueno y amable de las cosas. Por eso su alegría es sana y no necesita estar nutrida de ninguna amargura, de ningún drama.
Esta exposición que se lleva a cabo en Peuser dice de la necesidad urgente de volver sobre el tema.
Que en la batalla de hacer reír también los humoristas argentinos han demostrado que pueden hacerlo con la intensidad y la dignidad que respalda este descubierto número de artistas.
Revista PBT
8/7/1955
 
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