AL CABO DE CUATRO AÑOS DE LUCHA CLANDESTINA EN SU ISLA NATAL DE CHlPRE, GEORGE GRIVAS HA VUELTO A SU DEPARTAMENTO AL PIE DEL ACRÓPOLIS.
Por
JOE STONEHILL
El regreso glorioso del pequeño coronel

Mágicas Ruinas
crónicas del siglo pasado

 

OTRAS CRÓNICAS INTERNACIONALES

Reportaje a Jean Piaget
Dos soles en el cielo rojo: Moscú - Pekin
Medio Oriente: Así empezó el fuego (1967)
La agonía de Berlin
Política al gulash
Dictaduras: siete generales para medio continente
Como ubicaría yo el paradero de Ernesto "Che" Guevara
Me duele occidente
Mayo 68-69, lo que sigue
A propósito del culto a la personalidad

 

 


El coronel Grivas saluda a la muchedumbre que lo aclama en el aeropuerto de Atenas. Grivas luce el uniforme que vestía durante la lucha clandestina en Chipre

 

AL CABO de cuatro años de combates clandestinos en su isla natal de Chipre, el coronel George Grivas, alias "Dighenis" (Jefe, en griego), héroe de la E.O.K.A., ha vuelto a su casa en Atenas. Si bien su partida de la isla pacificada fué discreta a pedido de las mismas autoridades responsables del orden público, su llegada a la capital griega cobró matices de verdadero apoteosis.
—Su nombre es una columna dórica en el panteón de los grandes héroes de nuestra gloriosa nación —dijo el arzobispo Theoklitos, primado de la iglesia ortodoxa de Grecia, al entregarle una corona de laureles plateados, símbolo de victoria en la Grecia antigua.
Y Grivas, muy emocionado, contestó:
—La pequeña Chipre combatió a Goliat y no sucumbió.
Luego el coronel Grivas entregó al alcalde de Atenas una pequeña bolsa que contenía tierra de su escondite chipriota, diciendo:
—Este pedazo de suelo regado por la sangre de los combatientes chipriotas será el vinculo entre Chipre y Grecia. 
En efecto, la isla será independiente, mientras que la lucha de los combatientes clandestinos apoyaba los anhelos del arzobispo Makarios para la unión con Grecia (Enosis). Lo cual no impidió que el rey Pablo lo condecorara con la medalla al valor y que el Parlamento aprobara una ley confiriéndole el rango de general con una pensión vitalicia de unos 20.000 pesos mensuales.
El "Dighenis" de la resistencia chipriota es un hombre bajo (mide apenas 1 metro 60) y tiene ya 60 años. Cuando los alemanes e italianos invadieron a Grecia en 1941, Grivas era oficial de estado mayor de la segunda división de Atenas. Después de la derrota griega, organizó un grupo de resistencia derechista que se llamaba simplemente "X". AI lado de los británicos combatió primero a los nazis y luego a los comunistas durante la guerra civil que asoló a Grecia entre 1947 y 1949. Candidato a diputado por la extrema derecha, perdió y entonces se le ocurrió hacer algo en contra del dominio británico en Chipre, su isla natal. Durante meses se entrenó para su futura misión y el 6 de octubre de 1954 se despidió de su esposa Kiki en Atenas, diciéndole que no se preocupara, pues había de volver pronto. Al mismo tiempo le recomendó que quemara todas sus ropas viejas a fin de evitar que alguna vez sirvieran para su búsqueda por medio de sabuesos...
En efecto, los ingleses llegaron a ofrecer hasta 100.000 pesos por un traje viejo del coronel.
Ahora el "Dighenis" descansa en su departamento al pie del Acrópolis, antes de ponerse a escribir sus memorias. Han de ser apasionantes, pues a lo largo de esos cuatro años de luchas clandestinas, Grivas estuvo varias veces a punto de caer en manos de sus enemigos. Un día, oyendo a una patrulla inglesa acercarse mientras él se estaba bañando desnudo en un arroyo, se ocultó detrás de altos juncos hasta que la patrulla se alejó del lugar.
Sin embargo, Grivas vivió la mayor parte de los dos últimos años en Limassol, cambiando constantemente de lugar para despistar a los ingleses y haciendo llegar sus directivas a los "maquis" chipriotas por intermedio de un diácono que las entregaba a mujeres durante las oraciones. El "Dighenis" hasta asegura haber estrechado la mano del mariscal Harding, el anterior gobernador de la isla, durante una gira de Sir John por Limassol
Ahora el "Dighenis" y sus hombres podrán hacerse curar los dientes por un dentista. En efecto, han sufrido las consecuencias del régimen alimenticio al que estaban sometidos en sus escondites, viviendo casi exclusivamente de fruta, pues resultaba demasiado peligroso cazar. Y cuando haya terminado la redacción de sus memorias, Grivas podrá firmarlas con el título que le confirió el parlamento griego, al igual que a Pericles en el siglo V antes de Cristo, de "digno ciudadano".
Revista Vea y Lea
16 de abril de 1959


Al entrar en la ciudad, los admiradores del "Dighenis" detuvieron el automóvil y se precipitaron para abrazar al héroe nacional, pese a los esfuerzos desesperados de la policía.


Al entregarle ana corona de laureles plateados, símbolo de victoria en la Grecia antigua, el arzobispo Theoklitos le dijo a Grivas: "Su nombre es una columna dórica en el panteón de los grandes héroes de nuestra gloriosa nación".


En 1956, aparecieron carteles como éste recomendando la captara de Grivas y ofreciendo 10.000 libras a la persona que diera informaciones para llegar hasta el Jefe de la resistencia chipriota.
Durante la lucha clandestina, el coronel George Grivas fué fotografiado en varias oportunidades por reporteros que lograron llegar hasta su escondite. Esta foto del "Dighenis" fue" hallada por los ingleses en un allanamiento.