¿QUE OCURRE EN LA VIEJA EUROPA?
Por FREDERIK T. BIRCHALL
Viena, agosto 1936

 

Mágicas Ruinas
crónicas del siglo pasado

 

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CON la suspensión de las sanciones contra Italia, la situación europea retorna—con algunas modificaciones— al estado en que se encontraba inmediatamente antes de formarse el breve "frente unido" de Stressa.
Debe suponerse que Mussolini será, no sólo recibido, sino bien acogido por el grupo francoinglés, ya que se afirma que su retorno al seno aliado es la razón determinante del perdón de sus culpas y del sacrificio de Abisinia.
Por tanto, el "frente unido" será formado de nuevo y robustecido en la medida de lo posible. La única cuestión pendiente es la de sobre qué se fundamentará esa unión.
El "frente unido" anterior se había formado dentro del marco de la Liga de Naciones y descansaba sobre ella. La Liga en conjunto debía impedir las agresiones castigando al agresor.
Pero esa base se ha derrumbado. La Liga ha confesado su fracaso para impedir una agresión por parte de una potencia inmensamente inferior en poderío a Alemania, que es considerada el próximo agresor posible. Además, fracasó también al tratar de contener la agresión después de iniciada ésta; y, al abandonar las sanciones, admitirá tácitamente su incapacidad para castigar al agresor.

ITALIA Y LA LIGA
Se habla mucho de reformar la Liga antes de que sea necesario poner da nuevo a prueba su utilidad. Pero si se robustece a la Liga, Italia tendrá que apartarse evidentemente de ella. En ese caso, la Liga se convertirá más aún en la representación orgánica de un punto de centralización del núcleo de aliados de la guerra pasada. Si su protocolo es diluido, se convertirá en un simple centro consultivo, en un foro para debatir los futuros desacuerdos europeos y un tanto inútil en el caso de la emergencia de desarrollo rápido que se espera si estalla la próxima guerra europea. En ninguno de los casos podrá servir la Liga como cimiento de un "frente unido". La situación se reduce, por lo tanto, a la probabilidad de una serie de alianzas militares, más o menos disfrazadas, como las que precedieron a la última guerra. Estas alianzas se disfrazarán, sin embargo, en dos aspectos. En que serán bautizadas con el título de pactos regionales de ayuda mutua en caso de emergencia y en que funcionarán automáticamente. La intervención de la Liga en ellos quedará reducida a dar una piadosa aprobación a los pactos mismos y a convertirse en un nexo nominal que facilite las discusiones sobre ellos cuando llegue la ocasión.
Lo que ha ocurrido, por lo tanto, es que las últimas naciones que creían en la eficacia de la Liga para su protección en caso de amenaza de ser atacadas por un agresor, han abandonado esa creencia y están buscando ahora seguridad material verdadera.

LAS PEQUEÑAS NACIONES PIERDEN
Esto no es tan vital para las grandes potencias, cuyos recursos les permiten sostenerse hasta que les llegue ayuda, pero es un golpe terrible para las naciones pequeñas que ven desvanecerse su sueño de seguridad e independencia con la quiebra de los altos principios sobre los cuales descansaba la Liga. Uno de esos países es Checoeslovaquia, pueblo recién creado y democrático, que vive a la sombra de una
nación agresiva de la misma raza que una gran parte de la población checoeslovaca.
Checoeslovaquia y el doctor Eduardo Benes, su ex ministro de Relaciones Exteriores y actual presidente, han descansado hasta ahora solamente en la Liga de Naciones. El doctor Benes fué un vocero de la Liga y su principal defensor. Él es todavía un propulsor de sugestiones para la reforma de la Liga con la idea de conservar algo de su utilidad. Pero Checoeslovaquia ha abandonado toda idea de confiarse a la protección de la Liga. La nación ha cerrado una alianza militar con Rusia, está negociando una con Austria, y a través de ella está tratando de llegar a una aproximación con Italia. Es evidentemente una repercusión del fracaso de la Liga en la cuestión de las sanciones el que el doctor Benes encuentre diariamente nuevas palabras para impresionar a las minorías de su país—tratadas hasta ahora sin gran consideración—con la idea de que en adelante su posición será respetada, y que tanto los alemanes como los húngaros de Checoeslovaquia podrán sentirse allí en su casa y no como hijastros en un hogar extraño.

YUGOESLAVIA SE VUELVE HACIA EL REICH
Otro país pequeño que está reaccionando rápidamente, a causa del fracaso de la Liga, es Yugoeslavia. Su antigua política estaba fundada totalmente en la alianza con Francia y en la protección de la Liga. Yugoeslavia ve ahora que la Liga ha fracasado completamente al proteger a un miembro contra la agresión italiana. Ve, además, que Alemania se está haciendo fuerte y presumiblemente preparándose para expandirse hacia el Este. Se da cuenta, además, de que Francia está muy lejos, si llegara a hacerse necesario un socorro inmediato.
El resultado es que Yugoeslavia se está inconfundiblemente volviendo hacia Alemania, una nueva y robusta potencia en la constelación europea. Alemania, no Francia, es la que está proporcionando ahora armamentos a Yugoeslavia. El capital alemán está equipando y tendrá el control de las fábricas de cañones yugoeslavas y de las fábricas de municiones. Siendo escasos los recursos financieros de Alemania, los productos alemanes serán cambiados por los materiales yugoeslavos a base de trueque o permuta. Y es axiomático que el control político sigue casi invariablemente a la influencia económica. Alemania ve un futuro brillante en la extensión de su influencia balcánica y resultado de eso es el viaje de su ministro de Economía, Hjalmar Schacht, por los países balcánicos.

Revista El Suplemento
1936

 

pie de fotos
-Hjalmar Schacht, ministro de economía del Reich y dictador de sus finanzas, que está realizando una "tournée" de penetración balcánica.
-Adolfo Hitler, el dictador de la Alemania temida, y Máximo Litvinoff, el ministro de Estado de la Rusia Soviética. Ambos pugnan por consolidar su influencia en el Oriente europeo.
-Eduardo Benes, presidente de Checoeslovaquia, busca ahora en su alianza con Rusia y con Austria la seguridad que no puede garantizarle la Liga.
-El príncipe Pablo, regente de Yugoeslavia, cuyo acercamiento a Alemania está causando hondas inquietudes a los estadistas italianos.
-Benito Mussolini, que será recibido con sumo agrado por Inglaterra y Francia, después de su aventura imperial en en el territorio de Abisinia.