Intimado por los exhibidores ratifica y amplía lo
que, con la lógica indignación de un defraudado, dijo en
RADIOFILM
HECHO a la lucha por la verdad y con el derecho del
que se siente defraudado en lo artístico y en lo
económico, Hugo del Carril manifestó claramente en el
reportaje que publicamos en nuestra edición del día 3 de
agosto ppdo. cómo exhibidores cinematográficos
inescrupulosos hacían caso omiso de la ley. Las palabras
de Hugo del Carril provocaron la reacción de la entidad
que agrupa a los exhibidores, ante cuya intimación el
popular cantor, actor, director y productor nos solicita
la publicación de esta carta abierta que lleva su firma:
"A. la industria fílmica argentina:
"A raíz de publicaciones que aparecieron en revistas de
nuestra capital, he recibido, con fecha 5 del corriente,
un telegrama colacionado que firman los señores Rogelio
Steinmann (Presidente) y Felipe Tolosa (Secretario), de la
Asociación de Empresarios Cinematográficos de la Provincia
de Buenos Aires, concebido en los siguientes términos:
"Intimámosle diga por escrito si son suyas las
manifestaciones que le atribuye la revista RADIOFILM de
agosto 3, y en caso afirmativo se rectifique plazo tres
días bajo apercibimiento de interpretar silencio en el
sentido de que se responsabiliza de las mismas.
Colaciónese."
Sí, señores. Son mías en parte. Y no haré silencio, sino
todo lo contrario. Ante tal intimación, y para que las
autoridades nacionales, el gremio en general y nuestro
pueblo tengan una sensación cabal de los abusos y
atropellos que se vienen cometiendo contra la industria
fílmica argentina, y por consiguiente contra quienes
colaboramos en ella con nuestro mejor esfuerzo, me hago un
deber en contestarles en forma pública dicho telegrama.
No ha sido mi propósito generalizar en cuanto a la
inmoralidad de un buen número de exhibidores, que no sólo
infringen las leyes nacionales, sino que se convierten en
enemigos de nuestra industria al limitar las perspectivas
de la producción por imposibilidad de recuperación de la
inversión. Tales abusos pueden calificarse netamente como
antipatrióticos, ya que la misión de la industria fílmica
es propender a la cultura de un pueblo y difundir en el
exterior su grado de desarrollo. En consecuencia, dichos
exhibidores NO PUEDEN SER ARGENTINOS. Y SI LO SON NO
MERECERIAN SERLO.
Como aclaro anteriormente, no ha sido mi propósito
generalizar, ya que cuento con grandes amigos en el gremio
de exhibidores cinematográficos ; entusiastas y honestos
colaboradores de nuestra industria, quienes en más de una
oportunidad me han hecho llegar palabras amigas y
alentadoras y para quienes cada éxito de nuestro cine
significa la misma alegría que para nosotros. No han sido
dirigidas a ellos mis declaraciones, sino todo lo
contrario. Han sido dirigidas a quienes anteponen la
satisfacción de un puñado de monedas a la de haber
procedido honestamente en bien de nuestra patria (en lo
que hace a nuestro acervo cultural y artístico)Y de
nuestro público. Y de nuestra industria. Queda, pues,
aclarada mi posición con respecto a las publicaciones
aparecidas. Pero como nunca transigiré en disfrazar la
verdad y ocultar hechos que atenten contra el interés
nacional, me quedan aún unas palabras por decir:
"1º Es público y notorio que las exhibiciones de películas
en todo el territorio de la República deben hacerse en
base a porcentaje sobre las recaudaciones, de acuerdo con
lo que fija la ley. No obstante, me atreverla a afirmar
que el 70% de las salas del país no cumplen esta
disposición, ajustándose a la exhibición de películas en
base a precios fijos. Estos precios fijos son tan
absurdos, que en varios casos se ha recaudado en uno o dos
días de exhibición lo que el empresario ha pagado por seis
u ocho fechas. Vale decir que, en definitiva, las
películas no trabajan en base al 40%, sino que a veces
este porcentaje se transforma apenas en un 10%.
Cuando el productor se niega a transigir con este estado
de cosas, viene la amenaza consiguiente: "O precio fijo, o
la película no se pasa en mi sala." Ante esta
circunstancia, el productor se ve obligado a aceptar las
condiciones leoninas que se le fijan. Así se ha venido
esgrimiendo esta vergonzosa amenaza en detrimento del
trabajo y del esfuerzo de los trabajadores de la
industria, mal compensados en su mayoría. Sería muy
interesante conocer las manifestaciones del señor Luis
Sandrini y los pormenores de la gira que acaba de efectuar
por el interior del país para tener que dirigir
personalmente la marcha de su película "Cuando los duendes
cazan perdices", al negarse , aceptar las condiciones que
se le querían imponer.
2ºLas declaraciones que he formulado no han sido
inspiradas en el propósito de defender mis propios
intereses, sino más bien en el de defender el interés
común. Debido a la filtración en las recaudaciones
originadas por el deshonesto proceder de ciertos
exhibidores, se ven afectados los gremios artístico,
técnico y obrero, cuyos sueldos y salarios se encuentran
en desventajosa posición frente a los de otras
actividades, y los intereses del Banco de Crédito
Industrial al no percibir las películas la totalidad de
las recaudaciones que por derecho de ley les corresponden.
3º Justifico vuestra indignación como presidente y
secretario de la Asociación de Empresarios de la Provincia
de Buenos Aires, frente a mis declaraciones, que
menoscaban, aparentemente, la honorabilidad de esa
institución. Pero apoyándome en la probidad que siempre
los ha caracterizado, les pido que, en bien de la
industria fílmica y del interés del país. ME CONTESTEN
USTEDES POR ESTA MISMA VIA, A LOS EFECTOS DE DESENMASCARAR
A QUIENES VIENEN ACTUANDO EN FORMA TAN SINUOSA.
Es imprescindible que no lo hagan ustedes en forma
privada, para que estos hechos queden bien aclarados
frente a los integrantes de la industria, y porque ha
llegado el momento de no ocultar por más tiempo estas
actividades delictuosas.
4º QUISIERA SABER SI AL FACILITARLES NOMBRES Y CASOS
USTEDES SE COMPROMETERIAN A LA INMEDIATA EXPULSION DEL
SENO DE ESA ENTIDAD DE DICHOS EXHIBIDORES, QUE ARROJAN UN
ESTIGMA SOBRE LA ASOCIACION DE EMPRESARIOS
CINEMATOGRAFICOS DE LA PROVINCIA DE BUENOS AIRES.
Si así fuere, estoy dispuesto a proporcionar los nombres y
datos concretos sobre la actuación de dichos exhibidores,
que vienen desarrollando una labor de destrucción,
teniendo en cuenta solamente sus propios beneficios, y que
son integrantes de la entidad que ustedes dirigen.
5º Este mismo estado de cosas subsiste en todo el
territorio de la República, con excepción de la Capital
Federal y capitales de provincia. Por lo tanto, las
sociedades de exhibidores que se sientan afectadas por
esta declaración pueden hacérmelo saber en la forma que
crean conveniente, en la seguridad de que les contestaré
en forma pública.
Y, para terminar: Sé perfectamente la» represalias que
tomarán contra mí dichos exhibidores. No exhibirán mis
películas. No importa, estoy inclusive dispuesto a
abandonar la industria fílmica, pero no a ocultar por más
tiempo esta verdad."
Firmado: HUGO DEL CARRIL
Revista Radiofilm
24.08.1955
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