El retorno a la lactancia mediante el pecho materno
-ancestral práctica alimenticia tan abandonada en la sociedad
moderna- es propiciado por una flamante entidad porteña. Razones
nutritivas, psíquicas y un axioma: la leche de vaca es buena,
pero para el terneroHace un par de semanas, el
repertorio de instituciones más o menos insólitas que prosperan
en Buenos Aires se vio enriquecido con la creación de Ñuñu, una
agrupación de madres que brega por la reivindicación del viejo y
algo alicaído prestigio alimenticio de la leche materna. Ñuñu,
una voz quechua que significa madre, agrupa a unas 30 mujeres
enroladas en una entusiasta movilización lacto - alimenticia,
cuyos lineamientos generales podrían sintetizarse en: a)
desmitificación de la mamadera y b) exaltación de los valores
nutritivos de la leche de mama. En realidad, esta "cruzada de la
buena leche" intenta exhumar una antigua y algo olvidada verdad:
la leche de vaca es buena, pero para el ternero. Para el niño
resulta insuficiente e inadecuada; desde el punto de vista
nutritivo nada puede reemplazar a la lactancia natural, una
costumbre que —según las líderes de Ñuñu— se ve frustrada por
las pautas culturales" de la sociedad actual que hicieron de la
mamadera un cómodo, liberador e inadecuado sustituto del pecho.
El propósito básico de esta nutritiva institución es el de
convertirse en un ente de ayuda materna, evacuando toda suerte
de consultas que les formulen las mamas en tren de crianza.
Asesoradas por un pediatra y un ginecólogo, los doctores José
Díaz Walker (
nota de Mágicas Ruinas: me indican que se
trata de
Jorge Washington Diaz Walker. Gracias Manuela. Grupo Ñuñu
actualmente en Facebook en
https://www.facebook.com/groups/atetamente/?fref=ts) y Héctor Vergara, las señoras de Ñuñu preconizan,
para estos fines, expeditivos procedimientos telefónicos: con la
misma facilidad con que un moribundo puede conseguir un
sacerdote, o un suicida una voz disuasiva, esta suerte de
consultorio mamario de urgencia puede obviar las molestias de
una visita personal. Con sólo discar el Nº 795-6802, las señoras
recibirán un exhaustivo informe acerca de las técnicas de
amamantamiento, cuidados de los pezones, tecnología del "provechito"
(un eructo liberador con el que los bebés suelen eliminar el
aire aspirado en la concienzuda tarea de mamar), la dieta
adecuada para la mujer en trance de lactancia y otras cuestiones
estético - nutritivas.
Claro que a través de esos contactos
telefónicos la entidad aspira también a reclutar madres cuyos
consejos —derivados de la personal experiencia— incrementen el
acervo mamario de la agrupación. "No interesa que esa
experiencia haya sido negativa —advierte Olga Woloszin (34, un
hijo)—. Lo importante es que esté convencida de que la leche de
madre es el mejor alimento para el bebé y desee trasmitir esa
certidumbre a otras mujeres o comunicar las alegrías o penas
derivadas de esa función natural".
El anecdotario lácteo
recogido por Ñuñu almacena las más disímiles experiencias. La
señora de Perrotti, madre de tres hijos, refirió: "A mi primer
bebé no lo amamanté porque la leche tardaba en venirme y ,nadie
me dijo que debía tener paciencia. Con el segundo, pasó algo
parecido: si bien le di pecho durante un mes, cometí el error de
alternarlo con mamaderas. Entonces la leche se me retiró. Por
suerte, con el tercero cambié de pediatra y obtuve la clave del
problema: a mayor frecuencia de succión, mayor cantidad de
leche".
GRANDEZA Y DECADENCIA DE LAS VACAS
Las
fundadoras de Ñuñu están convencidas de que la mujer se confía
con mayor facilidad y fluidez a otra mamá que ante un médico,
profesional que no siempre posee una adecuada información al
respecto. Según Cristina Ronsisvalli (26, dos hijos, estudiante
de medicina), "la facultad no brinda —hasta que se cursa
obstetricia, una de las materias finales—, un adecuado enfoque
de la lactancia. Y aun en esta asignatura, tampoco se otorga al
tema la importancia que merece. Según María Elena Ciacciulli
(29, tres hijos), la decadencia alimenticia del pecho materno se
vincula con el auge comercial de las leches artificiales y con
una suerte de boicoteo al amamantamiento que ya se insinúa en la
nursery de la maternidad: "Allí, al retirarse, la mamá suele
recibir de manos de la nurse el prospecto de alguna leche
artificial. Igualmente, durante la internación, las nurses
suelen dar a los bebés un biberón de suero para que no lloren y
la dejen en paz, en lugar de llevárselos a las madres para que
los alimenten. El resultado de esta cómoda política es que
cuando el niño está con la mamá no tiene hambre. Entonces,
también es más cómodo suponer que ésta no tiene leche, cosa que
al final realmente ocurre por ausencia del estímulo de la
succión".
El proselitismo de Ñuñu se realiza a través de un
optimista y persuasivo lema: "Ustedes pueden dar de mamar:
entonces, únanse a nosotras". A través de conferencias, charlas,
folletos, avientan ciertos fantasmas: miedo a la gordura,
desmejoramiento de la silueta, dolor de espaldas, del seno y del
pezón. Aseguran también que el tiempo ideal de lactancia es de
alrededor de ocho meses, "aunque en algunos casos —apunta
Beatriz Serrano (24, tres hijos), las alegrías derivadas del
acto de amamantar suelen provocar desmesuradas lactancias". Y
refirió el caso de una amiga que no pudo alimentar a su primer
hijo. Con el segundo fue tal el alegrón al ver que tenía leche
que le dio hasta los dos años y medio, una exageración que
merece, sin duda, la unánime reprobación de psicólogos y
psicoanalistas, quienes postulan que un destete tardío es tan
perjudicial como uno precoz.
Naturalmente, el problema de la
lactancia tiene un ineludible aspecto social vinculado a la
mujer que trabaja. Ñuñu sugiere que el mismo puede solucionarse
mediante el aumento de guarderías en los lugares de trabajo y
ampliando el período de licencia postparto, que sólo contempla
noventa días. Beatriz Serrano alumbró en torno a esta embarazosa
cuestión: "Esa es la verdadera licencia útil y no la previa
al
parto. Pensemos, si no, en el ama de casa. ¿Qué licencia tiene?
Yo recuerdo que la noche anterior a mi internación estuve
limpiando la heladera. Y eso que tenía una pancita
considerable", evocó.
Siete Días indagó también acerca de la
actitud de ciertos protagonistas pasivos de esos festivales
alimenticios materno - infantiles: los abuelos y el padre: "En
los primeros, la actitud es ambivalente. Por un lado se
manifiestan partidarios del pecho, pero si el chico llora, lo
primero que le dicen a una es: Mejor que le des mamadera, ¿no
ves que tiene hambre? A lo mejor tu leche está aguada". Por otra
parte —afirman las líderes de Ñuñu— hay que tener en cuenta la
competencia. Las abuelas a veces experimentan un poco de
envidia, se sienten desplazadas, porque el pecho es
intransferible: sólo puede darlo la madre. La mamadera, en
cambio, es impersonal: cualquiera puede suministrarla.
En lo
que a papás respecta, se recalca que la mujer debe equilibrar la
atención que otorga al bebé y al esposo. Este no debe sentirse
desplazado. "Si una lo atiende —dice Serrano— el hombre se
siente orgulloso de que su mujer amamante. Mi marido, cuando
alguien le preguntaba qué alimento ingería la nena, respondía
todo orgulloso: Solamente pecho y aumenta un kilo por mes".
El dechado de beneficios derivado de la buena leche puede
sintetizarse, según las expertas de Ñuñu, en: niños más
perfectos, con facciones más armoniosas y un mejor cierre de
dientes. A diferencia de la tetina de la mamadera, el pezón se
corresponde anatómicamente con la boca del bebé y evita las
malformaciones. Por otra parte, 1a leche materna parece
inmunizar al bebé contra ciertas enfermedades, como resfríos y
gripes. En la faz psíquica, el pecho asegura una mejor relación
entre madre e hijo: los bebés criados a biberón suelen ser más
perezosos, dado que no tienen que realizar el mayor esfuerzo de
¡succión que exige la lactancia. Todo parece indicar que la
láctea dicotomía pecho - biberón no tiene razón de ser. Como
bromeó una de las integrantes de Ñuñu el lema social debería
ser: "'Mamás, sólo con las mamas".
SIETE LACTO CONSEJOS
DE ÑUÑU
Lo que sigue es la transcripción textual de un
folleto - servicio de Ñuñu con algunos consejos y cuidados
especiales para madres que amamantan"
• Deberás preparar
tus pezones durante el embarazo para evitar el dolor en ellos al
lactar a tu hijo. Te aconsejamos que casi no uses jabón en el
lavado de los mismos; creemos que la limpieza habitual te será
suficiente.
• A partir del octavo mes, modela tus pezones.
Para ello te recomendamos tirar de los mismos varias veces por
día, hacia afuera, hasta sentir una pequeña molestia no
dolorosa. Luego, si algo se irrita, aplícate solamente lanolina
pura.
• Cuando comiences a amamantar sujeta el seno con una
mano, haciendo presión hacia atrás del pezón con los dedos
índice y pulgar. Esto hará más fácil para el niño el tomar el
pezón y también mantendrá el pecho separado de la nariz del
bebé de manera que pueda respirar fácilmente.
• Acércalo
bacía ti, hasta que su mejilla toque el seno, con el pezón cerca
de la boca. El mismo volverá la cabeza y abrirá la boquita.
Cuando esto ocurra, acércale aún más de manera que el bebé pueda
tomar el pezón y parte de la aureola (área oscura) en su boca y
así pueda amamantarse.
• Algunos bebés lactantes nunca
necesitan eructar. Otros lo necesitan solamente en los primeros
meses. Trata de darle unas palmaditas en la espalda cuando lo
cambies de un pecho a otro y cuando termines de alimentarlo. Si
está un poco molesto, el manejo adicional, sosteniéndolo un rato
con cariño, lo confortará. Si él se duerme en el pecho, no te
molestes en sacarle gases: acuéstalo de un lado o boca abajo.
• Pezones dolorosos. La exposición de los pezones al aire, es
una de las maneras más efectivas de endurecerlos. Así es que,
baja la parte del frente del corpiño, déjalo abierto lo más
posible o por lo menos parte del tiempo. La luz del sol cerca de
una ventana abierta es aún mejor.
• Alimentarse bien. Sigue
las reglas para una buena dieta básica y toma lo suficiente para
evitar el estreñimiento. Encontrarás que tendrás ,más sed, así
es que no escatimes con los líquidos. No hay necesidad de estar
de sobrepeso porque estás lactando. Sólo recuerda que, lactando
o no, el hambre conduce a la fatiga y una madre cansada
significa un bebé molesto.
Revista Siete Días Ilustrados
16.09.1974