Revista Redacción
mayo 1973 |
Mientras el ente de Calificación retenía el número seis de la
revista Satiricón sus censurados editores consideraban el hecho como
una beneficiosa humorada. Apuntan a la sociedad de consumo y afirman
que "Satiricón es un estilo de vida".
O es necesario que lo diga Oskar Blotta (h.). Todos aceptan hoy que
Satiricón es una nueva modalidad entre las publicaciones de humor en
la Argentina.
Sin embargo, algunas semanas atrás el ente de Calificación consideró
que el asunto no era nada gracioso e incautó la sexta edición "por
inmoralidad". Como es fácil advertir, el número estaba fuertemente
dedicado al sexo pero, valga la salvedad, los responsables editores
se encargaron de advertir por qué: "Este número está repleto de
sexo, porque nosotros sospechamos que el sexo es una cuestión bella
y refrescante a la que se suele meter en una olla a presión con tapa
hermética para hacer un guiso de preconceptos, represiones y
oscuridades. Para no estar en esa olla en la que se meten los que
niegan al sexo y comercian suciamente con él, hoy nos sacamos
pantalones y corpiños...".
Por eso también, Oskar Blotta (h.) (Dios Director Responsable) se
apresuró a decirle a la censura argentina: "Gracias, y que se
repita". La idea de la revista, hace varios meses, la elaboraron en
conjunto con Andrés Cascioli (Director Estético) "contradiciendo
seriamente al señor prejuicio, que dijo que no se puede". Contra
este pesimismo y muchos otros de índole económica y política,
Satiricón encontró aceptación en el público y apuntando una "dura
crítica a la sociedad de consumo argentina" logró en pocos meses un
balance de ventas mucho más que optimista.
"Es que el tipo de humor que se hacía en el país —comenta Blotta— ya
agonizaba. Revistas como Patoruzú están muriendo física y
mentalmente; se quedaron en el 40."
Se trata pues de una nueva generación, con pautas diferentes, que a
través de Satiricón manifiesta todo un estilo de vida. El staff que
coherentemente parece coincidir con ese estilo, aunque no coincidan
en lo que no se puede coincidir, lo integra además de los nombrados
el siguiente séquito: Carlos Ulanovsky, Mario Mactas, Alicia Galloti,
Viviana Gómez, Tiepelman, César Bruto, Carlos Trillo, Alejandro
Dolina, Napoleón, Dante Panzeri, Garaycochea, Poniachik, Fernández
Branca, Oski, Caloi, Brócoli, Pérez D' Elias, Amengual, Sanzol,
Uranga, Fontanarrosa, Basurto, Koblo, Leopoldo Durañona, Grondona
White, Viuti, Tomás Sanz, Aldo Rivero, Limura, Crist, Izquierdo
Brown, Flax y Pucho Arroyuelo.
Uno de los elementos que más tuvo en cuenta la dirección de esa
revista es la desvalorizada situación de los dibujantes argentinos
("escondidos en cuartitos oscuros"). "Aquí — afirmó Blotta— les
hemos dado el lugar que se merecen y de esta forma logramos
ensamblar argumento e imagen a un mismo nivel, para criticar sin
prejuicios al hombre argentino". Así fue elegido el rimbombante
título de Satiricón. Es decir, la parte satírica que todos los
aspectos nacionales tienen —como diría Ferreyra Baso— del otro lado
de las cosas. Y más que del otro lado, del mismo por donde todos
miran como aquella expresión —que reproduce la revista— lanzada por
José María Muñoz el 2 de marzo de 1973 en canal 7: "Cargamos culpas,
que nosotros no éramos culpables de esas culpas".
En resumen, Satiricón se ha convertido en el hallazgo periodístico
de los últimos tiempos, utilizando un elemento tan necesario como
difícil: el humor. En especial, cuando nace de una verdadera
autocrítica del hombre; es decir, cuando se siente capaz de pensar
en broma, tomándose en serio.
Ir Arriba
|
|
Oskar Blotta |
|
|
|
|