Mágicas Ruinas
crónicas del siglo pasado

 


El dibujante argentino Mordillo define su sensual estilo
"el humor tiene forma de mujer"
Revista Siete Días Ilustrados
03.06.1974

Antes de regresar a París, ciudad en la que vive desde hace once años, el mordaz humorista charló acerca de los ingredientes que componen su peculiar arte que le diera fama mundial.

Sempiternos cultores de la sátira y !a ironía, los porteños se solazan, desde hace algunos días, con los rústicos, imprevisibles personajes que triscan por los decorados de Mordillo Cartoons, la primera recopilación publicada en el país de los dibujos da Guillermo Mordillo (41, dos hijos), quizás el humorista argentino más renombrado del momento. Una prueba de ello es que en París —donde GM habita desde hace 11 años— emergen docenas de impostores; sin contar con que los falsos Mordillo se cotizan a mil dólares la unidad, una cifra que supera, generosamente, el catchet del propio plagiado.
En el pasado mes de mayo GM recaló en Buenos Aires para asistir al lanzamiento de aquel libro: 15 mil ejemplares impresos por la editorial Nueva Senda. La misma compilación saldrá a la venta en breve en Italia, Francia y otra docena de países. En el diálogo que Siete Días —la única publicación argentina que ha difundido sus desopilantes, ácidas tiras— mantuvo con Mordillo, el propio dibujante se encargó de fijar las limitaciones de una conversación: "Debido a mi falta de habilidad para expresarme mediante la palabra —reconoció—, opté por expresarme en forma gráfica. Y ahora estoy en la paradoja de verme obligado a traducir en palabras aquello que decidí mostrar mediante dibujos". De todos modos, no se arrepiente de su profesión: "En forma instintiva, yo busco una forma de comicidad universal; quizás eso se produce por haber empezado a trabajar en países cuyas lenguas no entendía, y no había otra forma posible de comunicación", razona.
Para algunos de sus seguidores, GM insiste, de modo casi obsesivo, en algunos temas. Él no niega esa reiteración: "La isla desierta, por ejemplo, es un símbolo de la soledad de todos y cada uno de nosotros; quizás por eso sea un motivo constante de los humoristas.
En el fondo la muestra es una búsqueda de comunicación a partir de los defectos, ridiculeces, ternuras y afectos del hombre. No hay que olvidar que la risa es una particularidad de la especie humana; es obvio que yo no me dirijo a los animales cuando hago mis dibujos"
Una característica central de la obra mordillana es, sin duda, la extrema puntillosidad de los decorados: una sola escena, por ejemplo, puede exhibir como fondo a 300 cowboys o a un galeón español reproducido con absoluta fidelidad. No es casual: en su atelier se abarrotan sesudas reconstrucciones de trenes y diligencias, de automóviles vetustos y castillos medievales. "En mis dibujos no hay camelo —se enorgullece—, y hasta los menores detalles están interpretados a partir de la realidad. Además, el detallismo del decorado contrasta con la simplicidad del personaje central. Y ésa es una forma de absurdo."
Ese absurdo invita con frecuencia a la reflexión, incluso sugiere un sentimiento de melancolía. "En el fondo —confiesa GM—el humorista es un hombre con ciertas angustias, con ciertas desesperanzas, que, en vez de expresarlas en forma dramática, lo hace con motivos humorísticos, lo que equivale a decir de una forma indirecta, amable".
Esa interpretación permite arribar a otras conclusiones: ¿Por qué los personajes están elaborados a partir de trazos circulares? Su respuesta es contundente: "Según lo revela cualquier análisis psicológico, la línea curva es más amable que la recta. El lector no encuentra agresividad de entrada; primero, yo gano su amistad y después digo lo que tengo que decir, aun con agresividad. En última instancia, lo que yo hago es escritura, y así como la caligrafía reconoce trazos redondos y puntiagudos, mis dibujos son redondos. ¿Por qué? Así son más risibles. Voilá!".

 

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Guillermo Mordillo