"Es increíble y a la vez reconfortante que en un mundo
insensibilizado subsista el deseo de inquietarse por buscar
lo Supremo", escribía Luis Alberto Spinetta en el sobre de
su último álbum, "A 18 minutos del sol", grabado hace un año
y medio. A pesar de eso y desde entonces, toda la producción
que le siguió inevitablemente quedó sin documentarse en un
disco, como se había convertido en su costumbre. Sólo ahora
se quebró la funesta continuidad de dilaciones, cabildeos y
condicionamientos de diversas grabadoras y Spinetta puede
volver a grabar, solventado por el prestigio internacional
que alcanzó Guillermo Vilas, nada menos que en los Estados
Unidos. En la trastienda del largo lapso que marginó a
Spinetta de los estudios de grabación, se gestó un historial
de tratativas engorrosas hasta el tedio, de conversaciones
donde se pretendió condicionar su tarea musical. De ese
modo, se retornó al espíritu manipulador que fue una traba
para el rock en sus inicios y quedó en evidencia, además, la
carencia de productores capacitados en varias de las mas
importantes grabadoras de plaza. Fue necesario que Guillermo
Vilas intercediera para que Spinetta pudiera concretar el
contrato que lo devuelve al disco.
Proyectos y
paradojas Lo paradójico de este álbum es que la compañía
norteamericana CBS impondrá a sus filiales en todo el mundo
—incluida la Argentina— la obligación de editarlo. Por lo
tanto, la misma subsidiaria local que demoró a Spinetta en
la antesala de los postergados deberá acatar la orden de
difundir a un compositor que había desechado. Además, la
distribución de ese disco al vasto mercado anglosajón del
rock puede significar el paso inicial para que Spinetta
acceda a la codiciada cuna de este movimiento, ya
definitivamente internacionalizado. El proyecto se
viabilizó a través del destacado productor George Butler,
quien años atrás dirigió el sello de jazz Blue Note, a
posteriori transformado en un hito dentro de esa música.
Butler fue el gestor de que los artistas que pertenecían a
Blue Note —Chick Corea y Herbie Hancock, entre otros—
pasaran a revistar en CBS. Por su medio igualmente, Spinetta
tendrá a su disposición toda la infraestructura de CBS,
desde reclutar a los mejores músicos profesionales hasta
registrar el álbum en los mejores estudios. Entre los
planes figuran el de convocar a dos músicos incorporados a
la flor y nata del jazz: el contrabajista Ron Carter y el
trompetista Freddie Hubbard. No obstante, la integración del
elenco que grabará el disco de Spinetta-Vilas está
supeditada a la disponibilidad de instrumentistas que
encuentren ahora en Los Ángeles, primera escala en la
materialización de este proyecto. Con las bases grabadas en
Los Ángeles —de las que participará en guitarra acústica
Gustavo Bazterrica—, Spinetta viajará a Nueva York para
realizar las tomas de orquesta.
Modos y proyectos
Asimismo, por iniciativa de Butler también se grabarán dos
temas destinados a la promoción del álbum en todo el mundo:
"In My Life" de Lennon y McCartney y "Omens For Love" de
Gino Vanelli. Con respecto a las letras del álbum, el modo
de trabajo de Spinetta y Vilas tuvo como eje los poemas del
primero, sobre los cuales el tenista escribió las letras
para el disco. La labor de Spinetta fue la de co-composición
(también habrá una edición en castellano), componer música y
tocarla. El contrato sólo prescribe la grabación de este
álbum pero está previsto además que Spinetta y su banda
realicen giras por Estados Unidos y posiblemente Europa para
promocionar la edición internacional del disco. A partir de
lo cual, quedaría abierta la posibilidad para que Spinetta
sea lanzado a ese mercado con su propio trabajo y su nuevo
grupo, formado por Bazterrica, Rinaldo Rafanelli, Luis
Alberto Cerávolo y Diego Rapoport. Estos casi dos años
quedan para Spinetta como el único capítulo de su
trayectoria que probablemente nunca será grabado y, al mismo
tiempo, testimonian la ineficacia de varios productores
discográficos locales que sumieron en el silencio a uno de
los músicos más trascendentes del rock nacional. Spinetta
tiene ahora un camino despejado de tramitaciones
burocráticas y erosionantes. Su música vuelve a empezar.
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A mediados de este mes, Luis Alberto Spinetta
regresará de Estados Unidos, con lo que se habrá consumado
la primera experiencia de un músico de rock argentino que
graba en el exterior y es lanzado al mercado mundial. Detrás
quedan casi dos años en los que Spinetta fue relegado por
varias compañías discográficas locales, y hacia adelante se
perfila una apertura internacional para él y el rock
nacional. Revista Pelo mayo de 1979
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